Por lo general, es difícil que los padres e hijos pasen tiempo hablando abiertamente el uno con el otro. Los padres a menudo piensan que se están pasando de la raya, mientras que los hijos con frecuencia creen que es posible que a sus padres no les interese lo que tengan que decir. Ya sea que tus padres sean demasiado críticos o que te sientas incómodo por entablar una conversación con ellos, debes tener un plan y emplear algunas herramientas de comunicación que te ayuden a hablar con tus padres.

Parte 1
Parte 1 de 5:
Planear la conversación

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    Debes ser valiente. Independientemente del tema, debes saber que disminuirás la carga sobre tus hombros en cuanto la compartas con tus padres. No te sientas preocupado, ansioso ni avergonzado, porque tus padres estarán a tu lado. A lo mejor incluso sepan más de lo que crees.[1]
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    No te preocupes por que tus padres se molesten o que reaccionen mal. Con un plan y comunicación adecuados, podrás tener la conversación que buscas. Tus padres se preocupan porque les importas y quieren lo mejor para ti. Con eso en mente, se sentirán felices de que busques su consejo para resolver un problema.[2]
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    No evites la conversación. Cualquier problema o incomodidad no desaparecerá si evitas conversar con tus padres. Libera el estrés al sacar lo que tienes adentro. Saber que tus padres te comprenden y que te ayudarán a resolver cualquier problema puede disminuir tu estrés y ansiedad.[3]
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    Debes saber con quién quieres hablar. ¿Quieres hablar con ambos o es algo más adecuado para tu mamá? Tu relación con cada uno de tus padres es diferente, así que pregúntate cuál sería el procedimiento más apropiado.[4]
    • Tal vez sea más fácil conversar algunos temas con un padre que con el otro, ya que un padre puede ser más calmado mientras el otro se enoja con rapidez. En este caso, es mejor que hables primero con el más calmado y después con el otro.
    • Debes saber que es más probable que tus padres se cuenten lo que conversaste, aunque solo se lo hayas dicho a uno de ellos. Es mejor que converses con ellos, pero también debes ser inteligente para que uno te ayude a hablar con el otro si crees que es el mejor procedimiento. Por ejemplo, no querrás enemistar a tus padres al solo contarle a tu mamá sobre un bravucón de la escuela. Pídele a tu mamá si puedes hablar con ambos porque tienes miedo de que tu papá se moleste por no defenderte y pelear.
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    Programa la hora y el lugar para conversar con ellos. Averigua el horario de tus padres para que sepas cuándo es un buen momento para que conversen. No querrás que tus padres se distraigan pensando en una reunión o en preparar la cena. El lugar de la conversación también es importante, ya que es posible que no quieras distracciones como la televisión o que los compañeros de trabajo de tus padres se metan en la conversación.[5]
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    Planea el resultado. Aunque es posible que no sepas qué quieres sacar de esta conversación, existen diversas respuestas que tus padres te pueden dar. Planea para todo. Lo ideal es que quieras que la conversación vaya a tu manera, pero está bien si no lo hace. No estás solo y existen muchas fuentes, incluso profesores y otros adultos responsables.
    • Si el resultado no es el que deseabas, puedes hacer varias cosas:
      • Conversa con tus padres de nuevo. A lo mejor hablaste con ellos en un mal momento. Si ya están pasando por un mal día, es posible que no tengan un buen estado de ánimo para conversar acerca de tu situación con la mente abierta. Por ejemplo, no les preguntes si puedes ir al baile de la escuela después de que hiciste que lleguen tarde al recital de baile de tu hermana.
      • Déjalo. No tiene sentido enfurecer a tus padres y arruinar tus probabilidades de conseguir lo que quieras en algún momento del futuro. Si conversaste con ellos con respeto y de forma abierta, y ambos han respaldado su argumento, acepta el punto de vista de tus padres. Mostrarles que eres lo suficientemente maduro para respetar su perspectiva te ayudará en el futuro, ya que estarán más dispuestos a escuchar lo que tengas que decir sabiendo que puedes mantener tus emociones bajo control.
      • Busca ayuda externa. Pide la ayuda de tus abuelos, los padres de tus amigos o profesores para que te ayuden con tu caso. Tus padres siempre te protegerán, así que pedir una ayuda externa podría convencerlos de que puedes lidiar con una situación. Por ejemplo, puedes pedirle a un hermano mayor que les diga a tus padres que han estado cerca del lugar al que quieres ir y que pueden acompañarte a ese lugar para que tengan la certeza de que es seguro.

Parte 2

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    Anota lo que quieras decir. No tienes que preparar todo un guion, pero al menos te dará algunos puntos de partida. También te permitirá ordenar tus pensamientos para que puedas tener una perspectiva de cómo puede ir la conversación.[6]
    • Puedes empezar diciendo cosas parecidas a “Papá, tengo que decirte algo que me ha estado preocupando”, “Mamá, ¿te importaría si te contara algo?”, “Mamá, papá, he cometido un error enorme y necesito su ayuda”.
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    Conversa con tus padres sobre cosas insignificantes todos los días. Si todavía no tienes una relación con tus padres en la que hables todos los días con ellos, empieza una hablando de cosas insignificantes. Si lo conviertes en un hábito, les será más fácil escucharte. También hace que tu relación con ellos sea más sólida.[7]
    • Nunca es demasiado tarde para hablar con tus padres. Aunque no hayan hablado por más de un año, empieza con un simple “Hola”. Diles algo parecido a “Solo quería que sepan lo que he estado haciendo y conversar con ustedes un rato. No hemos hablado en mucho tiempo y me gustaría hacerles saber lo que me está pasando”. Tus padres valorarán el gesto y es posible que se les haga más fácil mantener el diálogo abierto.
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    Tantea el terreno. Si crees que un tema es muy sensible o sabes que tus padres reaccionarán mal, entra con cuidado en esa conversación. Formúlales preguntas exploratorias para tener una perspectiva de su respuesta o para referirte indirectamente sobre lo que quieres hablar.[8]
    • Por ejemplo, si tienes que hablar con tus padres sobre ser sexualmente activo, di algo como “Mamá, Lisa ha estado un año con su novio y parece que la relación va muy en serio. ¿Crees que una relación puede ser seria en onceavo grado?”. Al usar tu amiga para darle un contexto a una situación, puedes hacerte una idea sobre cómo podrían reaccionar tus padres. Debes tener cuidado de no ser muy evidente, ya que pueden averiguar por qué lo preguntas y preguntarte por tu situación.
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    Debes saber el resultado que esperas. Es imposible marcar el curso de una conversación si no sabes el destino. Pregúntate qué quieres conseguir con ese diálogo para que sepas qué herramientas puedes usar.[9]

Parte 3
Parte 3 de 5:
Hablar para que tus padres te escuchen

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    Asegúrate de que tu mensaje sea claro y directo. Hazles saber claramente lo que piensas, cómo te sientes y lo que quieres. Es fácil ponerte nervioso y divagar o titubear. Prepárate para la conversación con el fin de aliviar tus nervios y da ejemplos detallados hasta que estés seguro de que tus padres comprendan lo que dices.[10]
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    Debes ser honesto. No exageres ni mientas. Puede ser difícil ocultar tus emociones si el tema es sumamente sensible. Habla con sinceridad y asegúrate de que tus padres no ignoren nada de lo que digas. Si has mentido en el pasado o si por lo general eres muy exagerado, es posible que a tus padres les tome un poco de tiempo creer, pero debes ser persistente.[11]
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    Comprende el punto de vista de tus padres. Anticipa la reacción de tus padres. ¿Han hablado de temas parecidos? Si sabes que no reaccionarán bien o que no estarán de acuerdo, hazles saber que sabes cómo son. Si les muestras que tienes sus sentimientos en mente, a lo mejor sea más probable que se abran a tu perspectiva.[12]
    • Por ejemplo, si a tus padres les preocupa que tengas un celular, puedes decirles algo como “Mamá, papá, sé que no quieren que tenga un celular. Sé que cuesta mucho dinero, que se requiere mucha responsabilidad y que creen que no es necesario para los niños de mi edad. Sé que ven a las chicas de mi salón con sus celulares y que creen que es una pérdida de dinero porque solo juegan juegos o usan Instagram. ¿Y si ahorro para comprarme un celular con un plan prepago para asegurarles que solo usaré mi dinero? También pueden revisar los juegos y aplicaciones que descargue, porque quiero usarlo para las veces en que, por ejemplo, el partido de vóleibol empiece tarde o cuando estén en el teléfono conversando con la abuela”.
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    No discutas ni te quejes. Debes ser respetuoso y maduro al usar un tono adecuado. No seas sarcástico ni mordaz cuando escuches algo con lo que no estés de acuerdo. Si hablas con tus padres de la manera en la que quieres que te hablen, lo más probable es que tomen la conversación en serio.[13]
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    Considera hablar con tu mamá o tu papá. Es mejor conversar de un tema con determinados padres. A lo mejor hables más con tu papá sobre la escuela o con tu mamá sobre tus citas. Asegúrate de tener la conversación adecuada con la persona correcta.[14]
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    Encuentra el momento y lugar adecuados. Asegúrate de que tus padres te presten atención por completo cuando les hables. Evita los lugares públicos o cuando solo tengan un poco de tiempo para que conversen. Permíteles que puedan asimilar todo lo que les dices y no hagas que sientan que los tomas por sorpresa al hablar de algo importante en un momento inadecuado.[15]
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    Escúchalos cuando hablen. No te distraigas al pensar en lo siguiente que quieres decir. Asimila lo que tus padres te digan y respóndeles de forma apropiada. Es fácil insistir en algo cuando no consigues la respuesta que quieres de inmediato.[16]
    • Puedes incluso repetir lo que tus padres te digan para asegurarles que los comprendes y hacerles saber que los estás escuchando atentamente.
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    Conversen de ida y vuelta. No querrás tener una conversación unilateral, así que pregúntales si crees que no estás transmitiendo tu mensaje. No los interrumpas ni alces la voz. Sin embargo, si tus padres se molestan, diles algo parecido a “Comprendo que estén molestos. No estoy ignorando sus sentimientos, pero quiero ser más constructivo. Debemos hablar después”.[17]

Parte 4
Parte 4 de 5:
Plantear temas difíciles

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    Anticipa el resultado. Es probable que quieras que con la conversación logres una de estas cosas o una combinación de algunas de ellas:[18]
    • que tus padres te escuchen y comprendan lo que dices sin juzgar nada ni hacer ningún comentario;
    • que tus padres te apoyen o te den permiso para que hagas algo;
    • que te den un consejo o te ayuden;
    • que te guíen un poco, en especial si tienes problemas;
    • que sean justos y no te humillen.
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    Identifica cómo te sientes. Puede ser difícil, en especial si tienes que hablar del sexo o si tienes que abrirte de una manera que no lo habías hecho antes. Es natural que te sientas incómodo o ansioso cuando hables de temas difíciles con tus padres. Reconoce lo que sientes y debes hacérselo saber a tus padres para que puedas quitarte un peso de encima.[19]
    • Por ejemplo, si te preocupa que tus padres se decepcionen, entonces debes hacérselo saber de inmediato. Di algo como “Mamá, sé que me has hablado antes de esto y te decepcionará lo que voy a decirte, pero sé que escucharás todo y que me brindarás lo que busco”.
    • Si tus padres son muy sensibles y esperas una respuesta muy dura, hazles saber que has tomado eso en cuenta y que aun así te has armado de valor para acercárteles. Debes ser proactivo y calmar la situación con optimismo. Di “Papá, sé que esto te va a enfadar mucho, pero para mí es importante decírtelo, porque sé que me amas y respetas, y que a veces te molestas porque quieres lo mejor para mí”.
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    Escoge el momento y lugar adecuados. Si tus padres ya están pasando por un mal día, entonces pueden ser más propensos a darte una respuesta negativa. A menos que sea una emergencia, espera el momento adecuado para acercarte a tus padres. Espera hasta que estén con un estado de ánimo dispuesto a escuchar y que su día esté relativamente libre de estrés.[20]
    • Por ejemplo, pregunta “¿Podemos hablar ahora o no es un buen momento?”. Puede ser el momento perfecto al pasar por un largo trayecto en el auto o en una caminata; sin embargo, si nunca encuentras estas oportunidades, puedes simplemente preparar el momento adecuado.
    • Asegúrate de saber lo que quieres decir de antemano o de anotar los puntos claves para asegurarte de no olvidarte de nada. No querrás estar desprevenido ni tener una conversación para la que no estés preparado.

Parte 5
Parte 5 de 5:
Encontrar alternativas

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    Escoge tus batallas. Uno no siempre consigue lo que quiere, así que no seas terco si tus padres te dicen algo que no quieres escuchar. Si les has hablado con respeto y los has escuchado, estarán más dispuestos a escuchar lo que tengas que decir la próxima vez.[21]
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    Conversa con otros adultos de confianza. A veces los padres pueden estar lidiando con sus propios problemas. Si uno de tus padres sufre de una adicción o problema de salud mental, conversa con otros adultos de confianza. Ya sean profesores, parientes o tutores, existen muchas personas a las que puedes recurrir.[22]
    • Antes de hablar con cualquier persona con la que no hayas establecido una relación, pídeles a tus amigos que te ayuden.
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    Compórtate con madurez. Si decides no hablar con tus padres, lidia con tus problemas con madurez. No evites ningún problema, en especial si tiene que ver con tu salud o seguridad. Si quieres hablar con tus padres u otra persona, hazlo directamente y con respeto.[23]

Consejos

  • Las mañanas pueden ser estresantes, ya que tus padres pueden estar apurados para no salir a la hora punta o pueden estar preocupados por el trabajo. Conversa con ellos de forma agradable si quieres hablar con ellos en la mañana.
  • Las palabras simples cuentan. Un “Gracias” o un simple “Hola, ¿cómo te fue hoy?” pueden ser de gran ayuda.
  • Está bien que no estés de acuerdo en algunas cosas, siempre y cuando respetes lo que tengan que decir.
  • La preparación de la cena puede ser un momento excelente para que conversen, ya que es posible que todos tengan algo que hacer. Eso hace que todos estén en un lugar sin que se concentren en ti por completo.
  • Ten confianza y no sientas miedo.
  • Lee libros, blogs o foros sobre una comunicación más abierta con los padres.

Advertencias

  • Mientras más esperes para hablar de temas difíciles, más estrés le agregarás a tu vida. Si tus padres descubren que les has estado ocultando algo, es posible que te sea muy difícil entablar la conversación que querías.
  • Si tú y tus padres no han desarrollado buenas habilidades de comunicación, les podría tomar un poco de tiempo sentirse cómodos para hablar abiertamente contigo.
  • Debes tener paciencia cuando hables con ellos, en especial de temas sensibles. No querrás ofuscar su juicio.

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