Todos los gatitos nacen ciegos, sordos, no pueden controlar la temperatura de su cuerpo y dependen de su madre para todo. Cuando nacen a su debido tiempo, necesitan una gran cantidad de cuidados. Sin embargo, cuando son prematuros, necesitan aún más cuidados. Si por alguna razón las crías recién nacidas se separan de su madre, con dedicación y paciencia, resulta posible criar a los gatitos prematuros o recién nacidos para que vivan vidas largas y saludables.

Parte 1
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Hacer que los gatitos se sientan cómodos

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    Seca a los gatitos con una toalla tibia y seca. Una buena mamá gata lamerá a su recién nacido para eliminar las membranas del nacimiento. Esto ayuda a secar a los gatitos y a estimular su respiración, la cual es importante en el caso de los gatitos prematuros. Si la madre no puede realizar esta tarea, seca con mucho cuidado a cada gatito de uno en uno con una toalla suave, tibia y seca. Frota a los gatitos con movimientos circulares parecidos a las lamidas de su madre y no te detengas hasta que su pelaje esté seco.[1]
    • Mantén juntos a todos los gatitos, ya que su calor corporal ayudará a protegerlos contra el frío.
    • Los gatitos prematuros tienen una gran relación entre superficie y volumen y, por lo tanto, están propensos a enfriarse con rapidez. Esto es desastroso debido a que ellos no pueden controlar su propia temperatura corporal y, si tienen frío, pronto dejarán de comer, quedarán moribundos y finalmente morirán.
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    Coloca a los gatitos en un refugio provisional que esté tibio y seco. Los gatitos prematuros querrán acurrucarse el uno con el otro para mantenerse calientes. Consigue una caja que sea lo suficientemente grande para que quepan todos y fórrala con toallas y con una almohadilla térmica o compresa caliente.[2]
    • Asegúrate de que la almohadilla térmica no entre en contacto directo con los gatitos o si no su piel delicada podría quemarse. Colócala debajo de una capa de toallas, de modo que los gatitos puedan sentir el calor sin correr el riesgo de lesionarse.
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    Deja al cordón umbilical de los gatitos intacto. No hay necesidad de cortar el cordón umbilical de un gatito o de eliminar los residuos de la placenta que cuelgan del ombligo de cada gatito. No toques el cordón umbilical ni la placenta. Estos se secarán, se encogerán y se caerán dentro de los primeros 7 a 10 días de vida.
    • Cortar la placenta puede causar una hemorragia, una hernia o incluso una infección en el ombligo, lo cual podría resultar mortal para los gatitos.
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    Mantén la temperatura de la habitación entre 29 y 32° C (85 y 90° F). Los gatitos no pueden alejarse del calor ni acercarse a él. Por lo tanto, es de vital importancia que les proveas la temperatura correcta. Durante las primeras 3 semanas de vida, los gatitos recién nacidos deberían tener una temperatura corporal de entre 35 y 37° C (96 y 100° F). Para alcanzar esta temperatura, mantén la temperatura ambiente entre 29 y 32° C (85 y 90° F).
    • Baja la temperatura a 27° C (80° F) durante la segunda o tercera semana de vida. Para este tiempo, los gatitos tendrán más control sobre su temperatura corporal.[3]
    • En lugar de calentar tu casa completa a esta temperatura, calienta una habitación y desígnala como la habitación de los gatitos.
    • Asimismo, provee calor adicional en el refugio. Puedes hacerlo con una almohadilla térmica o con una botella de agua caliente envuelta con una toalla. Llena la botella con agua hirviendo, pero asegúrate de que los gatitos no tengan contacto directo con la botella de agua caliente, ya que podrían quemarse con ella.[4]
    • Es posible sobrecalentar a los gatitos. Si esto sucede, sus oídos tendrán un color rojo y se sentirán más calientes de lo normal al tacto. Los gatitos que están calientes se mostrarán incómodos y lo harán evidente con maullidos. Si son capaces de moverse, no permanecerán quietos, ya que buscarán un lugar más fresco.

Parte 2
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Alimentar a los gatitos

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    Considera buscar la ayuda de un veterinario o de un albergue de animales en tu localidad. Alimentar a los gatitos con un biberón por ti solo es una tarea exigente. Recuerda alimentar a los gatitos cada 1 o 2 horas durante la primera semana de vida. Esto resulta necesario para darles a los gatitos la mejor oportunidad de sobrevivir.[5]
    • No temas pedir la ayuda de un veterinario o de un albergue de animales en tu localidad. Ellos podrán brindarles a los gatitos una mamá gata sustituta o podrán ponerte en contacto con voluntarios que tengan experiencia con la alimentación de los gatitos con un biberón. Algunas organizaciones incluso podrían darte provisiones gratis para ayudarte a cuidar de tus gatitos.
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    Consigue leche apta para gatitos si los gatitos no tienen una madre disponible. Los gatitos jóvenes solamente pueden digerir la leche de su madre. Si la mamá gata ha abandonado a sus gatitos, deberás alimentarlos con un sustituto de la leche de su madre. La leche de vaca no es adecuada porque contiene lactosa, la cual no puede ser digerida por muchos gatos, causándoles así diarrea.[6] En una situación de emergencia, es poco probable que la leche de cabra cause daño y, además, evitará que los recién nacidos se deshidraten.[7]
    • La fórmula que reemplaza la leche de la madre se encuentra disponible en Internet o en el consultorio del veterinario de tu localidad. Estas fórmulas son una réplica exacta de una mezcla balanceada de grasas, proteínas y vitaminas encontradas en la leche de la madre. Estas vienen en polvo y se rehidratan con agua hervida, tal como sucede con los sustitos de leche humana.
    • Siempre alimenta a los gatitos con comida fresca, ya que un alto contenido de grasas promueve el crecimiento de bacterias, las cuales contaminan rápidamente la comida.
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    Prepara tanto el ambiente como la comida de los gatitos. Asegúrate de que los gatitos tengan una temperatura corporal adecuada. Recuerda que los gatitos con frío no podrán digerir la leche y esta se cuajará en su estómago y los hará sentirse enfermos. Prepara una cantidad suficiente de suplemento para alimentar a los gatitos y viértelo en un biberón limpio y esterilizado. Existen alimentadores especiales para gatos prematuros, los cuales tienen la ventaja de ser pequeños y fáciles de usar con gatitos pequeños sin desperdiciar leche.[8]
    • Los gatitos prematuros tienen mucho en común con los animales de sangre fría. Si la habitación tiene una baja temperatura, ellos no podrán generar una temperatura lo suficientemente alta para que las enzimas de digestión funcionen.
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    Coloca a los gatitos boca abajo si los alimentarás por ti mismo. Colócalos boca abajo, en una manera similar en la que ellos se colocarían si fueran a amamantarse de su madre. Para ayudar a los gatitos a encontrar el chupón, coloca una gota de leche en la punta del biberón y acercarlo a sus labios. Si aun así los gatitos no maman, intenta acariciarles la cabeza y el lomo para animarlos a alimentarse. Cuando el gatito empiece a hacer un sonido de succión, intenta ofrecerle el chupón nuevamente.[9]
    • Permíteles amamantarse hasta que su barriga tenga una forma redonda, pero no hinchada ni tensa. Puedes verificar esto al sentir con tus manos si sus barriguitas son más anchas que su caja torácica. Si este es el caso, entonces su estómago está lleno y se han alimentado lo suficiente por ahora. Muchos gatitos se quedarán dormidos con el chupón en la boca cuando su barriguita esté llena. Si esto sucede, retira el chupón de su boca con mucho cuidado y vuelve a colocarlos en su tibio refugio.
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    Haz que los gatitos eructen después de alimentarse con fórmula. Debes hacer que los gatitos eructen después de alimentarse con fórmula, de modo que tendrás que hacerlo por ti mismo. Para hacer que los gatitos eructen, colócalos en tu hombro sobre su estómago y dales suaves golpecitos en el lomo. Sigue dando los golpecitos hasta que sientas o escuches un eructo.[10]
    • Asegúrate de usar una toalla húmeda para limpiar cualquier rastro de fórmula que expulsen los gatitos al eructar.
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    De ser posible, asegúrate de que los gatitos obtengan el calostro de su madre. Poco después de haber dado a luz, la mamá gata produce una leche especial llamada calostro, la cual es rica en anticuerpos. Estos son complejos inmunes que protegen a los gatitos contra enfermedades que la madre pueda contraer, tal como sucede con las vacunas. El calostro fortalece a los gatitos y podría aumentar sus probabilidades de sobrevivir.[11]
    • El calostro también es rico en vitaminas y minerales que los gatitos necesitan para un crecimiento y desarrollo normales.
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    De ser necesario, ayuda a cada gatito a obtener la leche de su madre. Los gatitos fuertes se sujetarán del pezón cuando se les coloque cerca de él y luego empezarán a succionar. Por otro lado, los gatitos débiles podrían necesitar algo de ayuda. Para ayudarlos, intenta extraer una gota de leche o calostro del pezón y haz que su boca toque la leche para que puedan probarla. De esa manera, los alentarás a sujetarse del pezón.[12]
    • Los pezones traseros son los que producen más leche. Cuando extraigas el calostro, elige un pezón trasero y, con mucho cuidado, coloca el dedo índice y el pulgar de tu mano dominante detrás del pezón. Con un movimiento suave de presión y con un leve tirón, mueve el dedo índice y el pulgar a lo largo del pezón. Realiza esta acción repetidamente y, la mayoría de veces, la madre liberará leche.
    • Asegúrate de que los gatitos se alimenten a menudo. Los gatitos prematuros dependen completamente de la leche de su madre para nutrirse. Estos se alimentan en pocas cantidades y a menudo. Asimismo, los recién nacidos se alimentan con más frecuencia, es decir, cada 1 o 2 horas.

Parte 3
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Garantizar la salud de los gatitos

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    Sigue un horario saludable de alimentación. Los gatitos prematuros tienen estómagos pequeños que solo pueden retener un pequeño volumen de leche por cada vez que los alimentes. Por ello, deberás alimentarlos a menudo para que obtengan la nutrición que necesitan. Esto quiere decir que alimentarás a cada gatito durante 5 o 10 minutos cada 1 o 2 horas, tanto en la noche como en el día. Para tener éxito al criar a los gatitos, no existen atajos. Recuerda que debes alimentar a cada uno de ellos cada 1 o 2 horas durante su primera semana de vida. Esta es una muestra de un horario de alimentación:[13]
    • Gatitos de 1 a 3 días de vida: aliméntalos con 2,5 ml de un sustituto de leche cada 1 o 2 horas.
    • Gatitos de 4 a 7 días de vida: aliméntalos con 2,5 o 5 ml cada 2 horas.
    • Gatitos de 6 a 10 días de vida: aliméntalos con 5 o 7,5 ml cada 2 o 3 horas.
    • Gatitos de 11 a 14 días de vida: aliméntalos con 10 o 12,5 ml cada 3 horas.
    • Gatitos de 15 a 21 días de vida: aliméntalos con 10 ml cada 3 horas.
    • Gatitos de 21 días a 6 semanas: aliméntalos con 12,5 o 25 ml cada 6 u 8 horas además de una dieta normal.
      • Sabrás que los gatitos aún tienen hambre porque llorarán y estarán inquietos en busca del chupón.
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    Utiliza una jeringa con los gatitos que tienen problemas para alimentarse. Algunos gatitos prematuros tienen un reflejo de succión bastante débil, por lo que no les resultará fácil succionar del chupón. Si este es el caso, abre su boca con mucho cuidado colocando la punta de tu dedo entre su labio superior e inferior. Con ayuda de una jeringa llena del sustituto de la leche, deja caer una gota de leche por vez sobre su lengua. Sigue vertiendo las gotas y con esto activarás el reflejo de los gatitos para tragar.
    • El tiempo y la paciencia son cruciales, ya que no puedes apresurar este proceso. Nunca viertas más de dos gotas por vez, ya que los volúmenes grandes de leche podrían pasar por su garganta antes de que los gatitos tengan la oportunidad de tragarlas. Esto podría causar que los gatitos se ahoguen.[14]
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    Estimula a los gatitos para que vacíen su vejiga o sus intestinos. Los gatitos con pocos días de vida no pueden vaciar su vejiga o sus intestinos por sí mismos hasta su segunda o tercera semana de vida. Por el contrario, ellos esperan hasta que su madre les lama el ano y el área genital, lo cual los estimula para defecar y orinar. Deberás estimular este reflejo con ayuda de bolas de algodón húmedo. Realiza el siguiente proceso:[15]
    • Usa una bola de algodón humedecida con agua tibia para limpiar la parte trasera de los gatitos.
    • Mientras limpias la parte trasera de los gatitos, espera a que estos ensucien el algodón.
    • Luego de que los gatitos hayan orinado o defecado, bota la bola de algodón a la basura.
    • De ser necesario, utiliza otra bola de algodón húmedo.
    • Seca la parte trasera de los gatitos con una toalla limpia y seca antes de volver a colocarlos en el refugio.
    • Repite este proceso entre 3 y 4 veces por día y no olvides lavarte las manos después de cada vez. Se espera que los gatitos defequen una vez por día y que orinen cada vez que utilices esta técnica. Si los gatitos no orinan cada vez, entonces es posible que no estén bien hidratados.[16]
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    Mantén limpio el ambiente de los gatitos. Los gatitos podrían enfermarse si se les expone a gérmenes y esto podría ser una gran amenaza a su supervivencia. Recuerda siempre lavarte las manos con agua y jabón antes de tocarlos. También es una buena idea tener una camiseta limpia a la mano para colocarla sobre el resto de tus prendas diarias antes de tomarlos en tus manos, de modo que reduzcas el riesgo de contaminación que proviene del mundo exterior.[17]
    • Esteriliza todos los biberones y chupones entre cada uso para disminuir el riesgo de infección. Para lograrlo, utiliza un producto esterilizador diseñado para biberones de bebés humanos, tal como la solución Milton. De lo contrario, si tienes acceso a un esterilizador de vapor, úsalo, ya que este funcionará igual de bien.
    • Cambia la ropa de cama de los gatitos todos los días. Es posible que los gatitos ensucien su ropa de cama o que vomiten en algunas ocasiones, de modo que es una buena idea cambiarla cada día.

Consejos

  • El periodo de gestación de una gata es de aproximadamente 63 o 69 días, de modo que los gatitos que nacen antes de los 63 días se consideran prematuros.[18] Los gatitos prematuros suelen pesar menos de 95 gramos (3.3 onzas), tienen un pelaje escaso y se ven más pequeños que los gatitos recién nacidos normales.[19]

Advertencias

  • Criar a gatitos prematuros es un trabajo arduo, pero también resulta ser muy gratificante. Haz tu mejor esfuerzo, pero trata de no estar decepcionado si pierdes a un gatito en el camino. Si te preocupa tu habilidad de cuidar gatitos prematuros recién nacidos, comunícate con un veterinario o un albergue de animales en tu localidad para que te brinden ayuda.
  • No sumerjas a los gatitos recién nacidos en agua. Si los gatitos se ensucian, usa un paño humedecido con agua tibia y sécalos con una toalla seca y limpia de inmediato.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 33 307 veces.
Categorías: Gatitos