Las llamas son animales domesticados de rebaño oriundos de las sierras de Sudamérica. Tradicionalmente se las utilizaba como animales de carga, aunque hay muchas personas que valoran la lana de llama. Esta se ha vuelto más común comercialmente en Norteamérica y Europa debido a su suavidad. En caso de que compres una llama, será necesario que comprendas la forma de satisfacer sus necesidades básicas, alimentarla y darle un espacio y un refugio adecuados. Una vez que hayas satisfecho estas necesidades, tu llama será un animal feliz y saludable.

Método 1
Método 1 de 4:
Satisfacer las necesidades de salud de la llama

  1. 1
    Asegúrate de que tenga un compañero. Debido a que las llamas son animales extremadamente sociables, es necesario que tengas por lo menos otra llama para su bienestar mental. Si una llama no se socializa, puede llegar a ser muy asustadiza o bien anormalmente agresiva y violenta. El tamaño ideal de un rebaño de llamas es de entre 4 y 6 animales. Después de superar esta cantidad, los animales empezarán a dividirse y formar rebaños nuevos. Las llamas hembras tienen una necesidad particularmente fuerte de formar rebaños.[1]
    • Los machos pueden ser problemáticos y alborotadores para el rebaño. En caso de que tengas un macho particularmente difícil de manejar, podría ser útil castrarlo para que se tranquilice.
    • En caso de que no puedas costear la compra de un rebaño de llamas al mismo tiempo, podrías comprar una llama y luego adquirir una llama rescatada, ya que esta será mucho más barata.
  2. 2
    Lleva a la llama al veterinario. Después de comprarla, debes pedirle a tu veterinario que la evalúe. En caso de que la llama aún no esté vacunada, también será necesario que se le administren las vacunas.[2] Asimismo, es probable que debas desparasitar a la llama en algún momento, aunque esto dependerá del lugar en donde vivas. También debes pedirle al veterinario que revise la salud general del animal de forma que puedas comprender mejor los suplementos dietéticos que debas brindarle, de ser el caso.[3]
    • Por lo general, las llamas son animales resistentes y no requieren una gran cantidad de cuidado veterinario, aunque es importante que el veterinario local conozca a tu animal por si acaso necesita atención médica en algún momento.
  3. 3
    Revisa la llama con regularidad. Debes visitarla todos los días y revisar su salud y bienestar generales. Fíjate si tiene alguna herida o algún problema con la lana, así como también debes revisar físicamente su grasa corporal de vez en cuando.
  4. 4
    Tantea a la llama. La lana puede ocultar el tamaño de la llama, por lo que debes tantearla con regularidad. Para ello, tan solo palpa el grosor de la espalda del animal en la base del cuello y apriétala suavemente. En caso de que su espalda tenga forma de U, la llama tiene el peso adecuado, mientras que, si tiene forma de V, quiere decir que está por debajo del peso ideal. En caso de que su espalda esté plana, la llama tiene sobrepeso.[4]
    Anuncio

Método 2
Método 2 de 4:
Acicalar a la llama

  1. 1
    Esquila a la llama con regularidad. En caso de que tu llama sea lanuda, será necesario esquilarla una vez al año, si no dos, como mínimo. Durante los meses de verano, la lana densa de una llama puede llegar a darle demasiado calor, ya que estos animales se han adaptado al frío y la humedad de las sierras de Sudamérica. Por tanto, debes esquilar a la llama durante la primavera y tener cuidado de que queden por lo menos 2,5 cm (1 pulgada) de fibra para protegerla contra los elementos.[5]
    • Las llamas clásicas (a diferencia de la variedad lanuda) no producen tanta la lana y rara vez se las debe esquilar.
    • En caso de que seas nuevo en cuanto a esquilar llamas, debes pedirle a un esquilador con experiencia que te muestre cómo hacerlo. Asimismo, quizás sea posible contratar a alguien para que lo haga por ti.
    • Esquilar demasiado la lana puede hacer que la llama sienta demasiado frío o se queme con el sol.
    • Después de esquilarla, puedes vender la lana de tu llama.
  2. 2
    Córtale las uñas a la llama. En su mayoría, las llamas nunca necesitarán que se les corten las uñas, ya que estas se desgastarán de manera natural con el ejercicio suficiente. Sin embargo, en caso de que el animal entre en contacto con una superficie dura, quizás sea necesario cortarle las uñas cada 2 a 3 meses. De ser necesario cortarle las uñas a la llama, debes emplear un par de cortaúñas grande para animales y tener cuidado de que las uñas estén alineadas con la parte inferior de la almohadilla.[6]
  3. 3
    Córtale los dientes a la llama de ser necesario. Los machos desarrollan un conjunto de dientes afilados "de pelea" que emplean contra otros machos y contra los intrusos. Puedes optar por pedirle al veterinario que les retire estos dientes y así evitar las lesiones a otros animales y a ti mismo, aunque quizás no sea necesario retirarle los dientes a la llama macho si es que la mantienes lejos de otros machos.[7]
    • Ten cuidado de conversar con tu veterinario en cuanto a retirarle los dientes a la llama.
    Anuncio

Método 3
Método 3 de 4:
Alimentar a la llama

  1. 1
    Deja que las llamas busquen su propia comida. Las llamas por naturaleza buscan su comida, y la mayor parte de sus necesidades nutricionales se verán satisfechas en las pasturas. En comparación con los caballos y el ganado, las llamas comen con una eficiencia excepcional y pueden desarrollarse bien en varios tipos de pasturas. Sin embargo, debido a que comen con tanta eficiencia, tienden a engordar si se les expone a tierras de pastura que sean particularmente saludables. Debes tantear con regularidad a la llama para así tener la certeza de que satisface sus necesidades nutricionales buscando su propia comida.[8]
    • Las llamas requieren una dieta que contenga entre un 10 y un 12 % de proteína. Por tanto, debes tener cuidado de hacerles pruebas al césped y al heno para así tener la certeza de que se satisfagan las necesidades de las llamas.
    • Debes tratar de no alimentar a las llamas con granos, ya que son susceptibles a atragantarse con ellos, además de que los granos pueden hacerlas engordar con facilidad.[9]
  2. 2
    Alimenta a tus llamas con heno de gramíneas. En caso de que en el lugar en donde vivas no haya tierras de pastura de buena calidad o de que nieve con regularidad, debes alimentar a tus llamas con heno de gramíneas. Lo ideal es alimentarlas con pasto ovillo. Si bien también es posible alimentarlas con alfalfa, esta nunca debe constituir más del 20 % de su dieta, ya que un exceso de alfalfa puede generar un desequilibrio de minerales.[10]
    • No alimentes a las llamas con paja, tréboles ni hierba timotea.
    • El heno de buena calidad, si bien podría costar un poco más a corto plazo, hará que tus animales se mantengan saludables y evitará las visitas costosas al veterinario.
  3. 3
    Dales suplementos minerales a tus llamas. En caso de que tus tierras de pastura no sean buenas o de que sea necesario alimentar a tus llamas con heno en el invierno, es probable que debas darles un suplemento mineral. Para ello, lo mejor es llenar un comedero hasta la mitad con un mineral comercial para llamas y colocarlo en las pasturas. Luego, las llamas consumirán los minerales en caso de que los necesiten. Estos suplementos pueden conseguirse en línea o en una tienda local de suministros para granjas.[11]
    • Los minerales son de particular importancia para las llamas preñadas y lactantes, ya que, sin ellos, pueden enfermar y, posiblemente, morir.
  4. 4
    Dales agua fresca a tus llamas. Debes brindarles una fuente de agua potable fresca. Lo ideal es un tanque de reserva con una fuente de agua dulce, el cual deberá estar a una altura suficiente como para que las llamas no puedan ingresar en el agua pero tampoco tanta que no les sea posible beberla. En caso de que la temperatura llegue a estar bajo cero, quizás debas considerar la posibilidad de comprar un calefactor para tanques de reserva de forma que evites que se forme hielo.[12]
    • Evita dejar que las llamas accedan a un arroyo, estanque u otra fuente de agua a la que puedan ingresar. A las llamas les encanta el agua y holgazanearán en ella durante los días más calurosos pero, por desgracia, esto puede echar a perder la lana y ocasionar infecciones fúngicas y bacterianas en la piel.[13]
    Anuncio

Método 4
Método 4 de 4:
Establecer un hábitat saludable

  1. 1
    Bríndales una cantidad suficiente de espacio. Antes de comprar la llama, debes tener cuidado de contar con la cantidad adecuada de tierras de pastura. Como regla general, debe haber de 3 a 4 llamas por cada media hectárea (1 acre), aunque, si únicamente tienes dos llamas, esto no quiere decir que apenas necesiten 1/4 de hectárea (medio acre) de pasturas. Es necesario asegurarte de que haya tierra suficiente para que las llamas pasten en tanto la otra mitad permanece en barbecho.[14]
    • Antes de colocar a las llamas en la tierra de pastura, considera la posibilidad de probar la calidad de los céspedes.
    • Si le das una cantidad suficiente de espacio a tus llamas, esto será útil para que permanezcan felices y saludables, ya que la superpoblación puede generar enfermedades desenfrenadas.
  2. 2
    Crea un refugio. En la mayor parte de los climas, un refugio de tres lados será suficiente para proteger a las llamas. Es necesario que las llamas estén abrigadas y secas durante el invierno y frescas durante el verano. Un establo podría no ser necesario para una llama, ya que su lana ayudará a mantenerla abrigada debido a que están acondicionadas por naturaleza para los climas más fríos. Sin embargo, en caso de que de por sí tengas un establo, puedes usarlo.[15]
    • El refugio debe medir por lo menos 2 m (7 pies) de altura y tener el ancho suficiente como para que puedan caber varias llamas.[16]
  3. 3
    Construye una cerca. Será necesario construir una cerca alrededor de las llamas en parte para que no se alejen pero, en su mayoría, para mantener a raya a los depredadores. Es posible que los perros, los coyotes y otros animales grandes ataquen a las llamas y las lastimen o las maten. Si quieres mantener a raya a estos animales no deseados, puedes rodear las pasturas con una cerca que no se pueda trepar. Con esta cerca resistente de alambre, les impedirás la entrada a otros animales y tus llamas se mantendrán dentro.[17]
    • Debes conseguir una cerca de este tipo que tenga entre 1 y 1,5 m (4 a 5 pies) de altura, como mínimo.
    • En caso de que de por sí cuentes con una cerca de madera, puedes tan solo envolver la cerca que no se pueda trepar a su alrededor. Con esto deberías mantener a raya a la mayor parte de los animales peligrosos.
    • Puedes conseguir una cerca que no se pueda trepar en una tienda local de suministros para granjas.
    Anuncio

Acerca de este wikiHow

Ryan Corrigan, LVT, VTS-EVN
Coescrito por:
Técnica veterinaria licenciada
Este artículo fue coescrito por Ryan Corrigan, LVT, VTS-EVN. Ryan Corrigan es una técnica veterinaria con licencia en California. Recibió su licenciatura en Ciencias en Tecnología Veterinaria en la Universidad de Purdue en 2010. También es miembro de la Academia de Técnicos de Enfermería Veterinaria Equina desde 2011. Este artículo ha sido visto 12 874 veces.
Categorías: Mascotas y animales
Anuncio