Si alguna vez has caminado descalzo por el suelo del bosque, de seguro has sentido el musgo blando y húmedo debajo de tus pies. El musgo es ideal para los patios y los jardines, puesto que ayuda a retener la humedad y nunca requiere que lo podes como el césped. También puedes esparcir una mezcla de musgo en tu cerca, cimientos o piedras para darles un aura de magia forestal. Para cultivar musgo, lo único que necesitas es un poco de trabajo por anticipado y luego podrá cuidarse por sí solo durante muchos años.

Método 1
Método 1 de 2:
Plantar musgo en tu jardín

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    Recolecta tiras de musgo de tu jardín o un vivero. Si ya tienes musgo en el césped, utiliza una espátula para raspar suavemente por debajo de la capa de musgo y levantarlo del suelo. Si no tienes musgo, ve a un vivero y pregunta sobre sus opciones de musgo.[1]
    • Puedes elegir el musgo acrocárpico o el musgo que desarrolla hebras largas que parecen cabello.
    • También puedes recolectar el musgo pleurocárpico, un musgo muy corto que crece en un patrón horizontal corto.
    • El musgo no tiene un sistema radicular, así que no debes preocuparte por alterar nada debajo del suelo.
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    Selecciona una zona húmeda de tu jardín con un drenaje mínimo. El musgo no es muy exigente, pero tiende a desarrollarse mejor en condiciones húmedas. Elige una zona de tu jardín que tienda a inundarse con las lluvias pesadas, como una zona al pie de una colina.[2]
    • El musgo ayuda a mejorar el drenaje del jardín.
    • Dado que el musgo no posee un sistema radicular, puede crecer fácilmente sobre un suelo rocoso que de otro modo el pasto no podría cubrir.
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    Opta por una zona con bastante sombra. A la mayoría de las especies de musgo no les va bien bajo la luz solar directa porque necesitan mucha humedad. Echa un vistazo a tu jardín y busca una zona que no reciba mucha luz solar directa, como una zona debajo de un árbol o cerca del costado de tu casa.[3]
    • Existen algunas especies de musgo que crecen bien bajo la luz solar directa, pero son muy raras.
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    Verifica si el suelo tiene un pH entre 5 y 6. Utiliza tiras de prueba de suelo para averiguar cuál es su pH. El musgo prefiere los suelos ácidos con un pH entre 5 y 6, así que es posible que debas aumentar o reducir el pH según los resultados que obtengas.[4]
    • Si vas a plantar en la tierra o sobre una superficie plana, asegúrate de que la superficie sea lisa y plana por completo. A diferencia del pasto, el musgo mostrará pequeñas hendiduras y agujeros en el suelo o la zona donde sea plantado.
    • Para subir el pH, añade piedra caliza al suelo.[5]
    • Para reducir el pH, añade azufre, sulfato de aluminio, sulfato de hierro o mantillo.[6]
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    Presiona las tiras de musgo en el suelo. Rastrilla las hojas o los desechos y retíralos de la zona, luego nivela con suavidad la tierra de modo que quede casi plana. Coloca cada selección de musgo en la zona con una mano firme. Presiona hacia abajo para incrustar las tiras de musgo en la superficie del suelo.[7]
    • Puedes presionar parte del musgo sobre piedras, pero asegúrate de que la mayor parte del musgo esté en el suelo.
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    Riega el musgo a diario por las primeras 3 semanas para estimular el crecimiento. Rocía el musgo con un cabezal de rociador o una manguera con una boquilla muy fina, puesto que la presión de agua directa del agua puede dañarlo. Como alternativa, puedes utilizar un sistema de irrigación suave para regarlo de forma continua.[8]
    • Si el musgo empieza a verse de color verde oscuro o irregular, es probable que esté recibiendo demasiada agua.
    • Puedes disminuir el riego después de un mes, pero el musgo debe mantenerse húmedo siempre que sea posible.
    • Sabrás que el musgo se ha establecido cuando puedas tirar de él con suavidad y no se mueva.
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    Retira la maleza alrededor del musgo para ayudarlo a desarrollarse. La maleza, en especial el pasto, puede robar la humedad de alrededor del musgo y dejarlo con un aspecto seco y quebradizo. Si notas que brota maleza alrededor del musgo, arráncala de raíz. Vigila la parcela de musgo durante todo el año para asegurarte de que tenga suficiente espacio para crecer y desarrollarse.[9]
    • El musgo no puede matar el pasto o la maleza, solo cubre la tierra en la que habrían crecido.
    • El musgo puede propagarse muy rápido en tu jardín o césped, sobre todo si tienes una zona de tierra grande sin nada en ella. Si el musgo se sale de control, puedes levantar un poco con las manos para evitar que crezca.

Método 2
Método 2 de 2:
Cultivar musgo en superficies alternativas

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    Recolecta el musgo del exterior o de un vivero. Utiliza una espátula para raspar el musgo del suelo o de una superficie vertical, como una pared o una cerca. Trata de buscar el musgo pleurocárpico o el musgo que es muy corto y crece en un patrón horizontal.[10]
    • El otro tipo de musgo tiene hebras largas y no crece bien en superficies alternativas.
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    Vierte 2 tazas (500 ml) de agua y 2 tazas (500 ml) de suero de leche en una licuadora. El suero de leche es ácido y pegajoso, lo que lo convierte en la base ideal para el musgo. Vierte cantidades iguales de agua y suero de leche en una licuadora para empezar tu batido de musgo.[11]
    • También puedes utilizar yogur natural si no tienes suero de leche.
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    Llena la licuadora con musgo desmenuzado. Agarra unos cuantos puñados de musgo saludable y desmenúzalo en la licuadora hasta llenarla. El musgo puede estar húmedo o seco. No es necesario que la cantidad de musgo que utilices sea exacta, pero en caso de duda, más es mejor.[12]
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    Licúa los ingredientes hasta obtener una mezcla espesa. Pulsa la licuadora 4 o 5 veces hasta que los ingredientes se vean bien combinados. Trata de lograr una consistencia similar a la de una malteada o un batido.[13]
    • Evita licuar demasiado la mezcla. Si los trozos de musgo son muy pequeños, es posible que no quieran arraigarse y volver a crecer.
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    Vierte la mezcla en superficies como el ladrillo, la piedra, las macetas o las cercas. Dado que el suero de leche es pegajoso, mantendrá el musgo contra cualquier superficie vertical que elijas. Elige superficies con sombra que sean fáciles de regar. Esparce la mezcla de musgo con un trapo o un pincel sobre las cercas, los lados de las macetas, las piedras o los ladrillos o incluso en los costados de tu casa.[14]
    • Si deseas un trabajo súper sofisticado, haz un patrón o deletrea palabras con el musgo.
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    Riega el musgo a diario durante las próximas 2 o 3 semanas para establecerlo. A medida que el musgo empieza a crecer y arraigarse, necesita mantenerse muy húmedo. Riégalo suavemente con una regadera durante las próximas semanas hasta que tenga un aspecto saludable y verde. Mantenlo lejos de la luz solar para que se mantenga fresco durante todo el día.[15]
    • También puedes rociar el musgo con una botella de espray si eso te resulta más fácil.

Consejos

  • Dado que el musgo recibe sus nutrientes del aire en vez de la tierra, puede mantenerse fácilmente y no requiere alimento ni fertilizante.
  • Al plantar el musgo, pon una tabla u otro objeto duro por encima de él y aplica presión.

Cosas que necesitarás

Plantar musgo en tu jardín

  • una espátula
  • tiras de prueba de pH
  • un rastrillo

Cultivar musgo en superficies verticales

  • una espátula
  • una licuadora
  • agua
  • suero de leche

Acerca de este wikiHow

Maggie Moran
Coescrito por:
Especialista del hogar y jardinería
Este artículo fue coescrito por Maggie Moran. Maggie Moran es profesional en jardinería en Pensilvania. Este artículo ha sido visto 202 279 veces.
Categorías: Siembra y cultivos