Las sandías (Citrullus lanatus), llamadas también melones de agua o patillas, crecen en enredaderas de hojas grandes y lobuladas. Les encanta el calor, y una vez que se asientan pueden crecer muy rápidamente sin necesidad de dedicarles mucha atención. En el presente artículo te explicaremos cómo plantarlas y cultivarlas.

Método 1
Método 1 de 3:
Antes de plantar

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    Escoge la variedad de sandía que vas a plantar. El peso de las sandías puede variar desde poco más de 1 kilo hasta más de 30 kilos, y la pulpa es de color rojo o de color amarillo. Hay variedades grandes de forma cilíndrica (Jubilee, Charleston Grey y Congo) y variedades más pequeñas de forma esférica (Sugar Baby y Ice Box).
    • Decide si quieres sembrarlas en semillas o transplantarlas.[1] Las semillas de sandía requieren temperaturas de más de 21 °C (70 °F) para germinar. Si vives en una zona fría, lo mejor es sembrarlas en un espacio interior cerrado pocas semanas antes de la última helada para que cuando llegue la época de cultivo, los primeros tallos ya hayan salido. Si no te es posible, puedes plantar las semillas directamente en la tierra bastante tiempo después de la última helada, cuando la temperatura se estabilice por encima de los 21 °C (70 °F).
    • En los viveros se pueden comprar semillas de sandía al comienzo de la primavera.
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    Elige el lugar donde quieres cultivar las sandías. Las sandías necesitan un mínimo de 6 horas de sol al día. Producen largas enredaderas que se arrastran por el suelo ocupando mucho espacio, así que prepárate para asignarle a cada una de ellas un espacio de alrededor de 1 x 2 metros, a menos que hayas optado por una variedad de sandías miniatura.
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    Labra el terreno. Usa una herramienta de labrado para remover la tierra y deshacer los terrones más grandes. Extirpa cualquier materia vegetal que encuentres o incorpórala muy dentro de la tierra.
    • A las sandías les gustan los suelos húmedos, fértiles y bien drenados. Para comprobar si tu suelo tiene un buen drenaje, observa cómo queda después de un aguacero. Si encuentras charcos, el drenado es insuficiente.
    • Para enriquecer más el suelo, esparce composta mezclándola con la tierra de las capas superiores.[2]
    • Las sandías crecen mejor en suelos con niveles de pH de 6,0 a 6,8. Averigua cuál es el pH de tu suelo para determinar si es el adecuado para cultivar sandías. Si no lo es, puedes modificar su pH añadiéndole compuestos de venta en los viveros.

Método 2
Método 2 de 3:
Plantar las enredaderas de sandía

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    Crea montículos. Usa un tractor o azadón para crear montículos o lomas de tierra en los que plantar las semillas. Deja espacios entre ellos de poco más de 1/2 y 2 metros (2 a 6 pies) aproximadamente, según la cantidad de espacio que dispongas. Amontonar la tierra en espacios individuales para las plantas es útil, porque así te aseguras de que la tierra esté lo suficientemente suelta para permitir el crecimiento de las raíces, facilitar la entrada de oxígeno a las plantas y evitar que el exceso de humedad al drenarse entre en contacto directo con las raíces. Por otra parte, de esta forma se conserva la humedad en temporadas secas.
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    Siembra las semillas. Forma una superficie plana y ligeramente cóncava en la parte superior del montículo, y después haz 3 o 4 agujeros de unos 3 cm (1 pulgada) de profundidad con alguna herramienta o con el dedo. Pon entre 1 y 4 semillas dentro de cada hoyo, y luego apila tierra encima del hoyo para taparlo y presiona la tierra un poco, lo suficiente para que no se evapore la humedad alrededor de la semilla.
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    Espera a que aparezcan los primeros brotes. Tras germinar las semillas, se supone que las plantas empezarán a emerger al cabo de aproximadamente 7 a 10 días, dependiendo de la temperatura del suelo y de la profundidad a la que se plantaron las semillas. Conserva húmeda la tierra durante el período de germinación. Riégala a una corta distancia para que el agua llegue a las raíces en ciernes.
    • Cuando salgan los primeros tallos, extirpa todos menos los dos más fuertes para darles espacio para crecer.
    • No dejes que la tierra se seque, riégala por lo menos 1 vez al día.
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    Recubre cada montículo con mantillo cuando las plantas hayan alcanzado una altura de 10 cm (4 pulgadas). El recubrimiento puede ser un mantillo de agujas de pino, césped tejido o composta. Trata de aplicarlo muy cerca de las plantas: así impides el crecimiento de las malas hierbas, facilitas la retención de la humedad y evitas que la tierra se caliente demasiado por la acción directa del sol sobre las raíces poco profundas.
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    Riega menos cuando empiecen a florecer. En cuanto notes que aparecen las primeras floraciones, riega las plantas aproximadamente cada 3 días si están secas. No riegues en exceso, pues las sandías necesitan poca agua.
    • Mantén el follaje y los frutos secos. Puedes poner los frutos sobre un trozo de madera limpia, una piedra lisa y grande, un ladrillo, etc.
    • En días de mucho calor, es posible que las hojas se marchiten, incluso si el suelo está húmedo. Si las hojas siguen caídas en la noche del día siguiente, riega las plantas con abundante agua.
    • Las sandías se ponen más dulces si suspendes el regado durante la última semana antes de la cosecha. Sin embargo, no lo hagas si notas que las plantas se marchitan. Después de la cosecha, vuelve a regar como antes para no echar a perder la siguiente cosecha.
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    Deshierba con regularidad. Asegúrate sobre todo de extirpar la maleza que encuentres alrededor de la base y en el camino que vaya a seguir la enredadera.

Método 3
Método 3 de 3:
Cosechar las sandías

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    Asegúrate de que estén maduras. En condiciones idóneas, las sandías llegan a su punto de máxima dulzura al cabo de unos 4 meses de crecimiento en tiempo cálido. Si las cortas antes de madurar, las sandías tendrán menos sabor.
    • Para comprobar si una sandía está bien madura, dale un golpe con algo plano. Si se produce un sonido sordo, significa que está madura. Fíjate también en la parte de abajo: si el color ha pasado de blanco a amarillo pálido, la sandía estará madura.
    • El zarcillo rizado que se forma cerca del tallo de la sandía también debe mantenerse seco cuando llegue la hora de la cosecha.[3]
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    Corta las sandías de la enredadera. Usa un cuchillo afilado o tijeras de poda para cortar las sandías de la enredadera limpiamente, a poca distancia del fruto. Una vez cosechadas, las sandías se pueden conservar durante unos 10 días.[4]

Consejos

  • Calcula que cada enredadera dará entre 2 y 5 sandías.

Advertencias

  • Mucho cuidado con el escarabajo del pepino: es una plaga a la que le encantan las sandías. Otras plagas incluyen los áfidos y los ácaros.
  • No siembres las semillas hasta que las temperaturas alcancen un mínimo de 15 °C (60 °F) constantes. La temperatura ideal de la tierra es de 24 °C (75 °F). Si hace falta, puedes dejar que las semillas germinen dentro de macetas al comienzo.
  • Los fertilizantes pueden quemar las sandías. Si usas uno comercial, mézclalo bien antes de aplicarlo y echa pocas cantidades.
  • Las sandías se estropean fácilmente con la escarcha.
  • No esperes demasiado tiempo para cosechar las sandías, sino se pasarán.
  • El moho velloso y el moho polvoriento pueden ser un problema para las sandías. Ten en cuenta que el escarabajo del pepino transmite bacterias que provocan marchitez bacteriana, así que mantenlo bajo control.

Cosas que necesitarás

  • Herramientas de jardinería
  • Semillas de sandía o brotes de sandía (si vas a transplantarlos desde un espacio interior cerrado).

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Categorías: Cultivo de frutas
Resumen del artículoX

Si quieres cultivar sandías, escoge un lugar en tu jardín que reciba por lo menos 6 horas de sol al día y asegúrate de que cada planta tenga una parcela de 1 a 2 metros (4 a 6 pies) para crecer. Con un tractor o una azada, haz montículos de tierra y luego haz varios hoyos de unos 3 cm (1 pulgada) de profundidad en la tierra. Pon de 1 a 4 semillas en cada hoyo, rastrilla la tierra encima de las semillas para que esté plana y compáctala ligeramente. Riega la tierra todos los días y échales mantillo a las plantas cuando los retoños alcancen los 10 cm (4 pulgadas) de altura. Cuando las plantas empiecen a echar flor, riégalas menos (1 vez cada 3 días). Si quieres consejos de nuestro experto en jardinería para cosechar las sandías, ¡sigue leyendo!