¿Sientes tu cuerpo tenso y dolorido por la mañana cuando te despiertas o después de un día de trabajo? No necesitas ahorrar para pagarle a un masajista profesional que alivie la tensión en tu cuerpo y mejore la circulación. Por el contrario, puedes dedicar unos pocos minutos al día a darte masajes y sentirás cómo consigues volver a sentir tu cuerpo equilibrado y armónico. Si quieres conocer varias técnicas para darte masajes a ti mismo, sigue las indicaciones de este artículo.

Método 1
Método 1 de 3:
Prepara tu cuerpo para recibir un masaje

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    Toma un baño caliente. Esto aflojará tus músculos y los dejará listos para un masaje. Si echas un poco de sal de Epson comenzarás a aliviar las contracturas desde ese mismo momento.</ref>
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    Sécate con una toalla tibia. Coloca la toalla en el secador mientras tomas el baño para calentarla. Cuando salgas de la ducha, sentirás el placer de secarte con una toalla a temperatura.
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    Puedes quedar con alguna ropa puesta. Si bien el masaje sobre la piel es más efectivo que el masaje con ropa, si no tienes la privacidad suficiente en tu casa, puedes dejarte alguna ropa puesta.
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    Aplica aceite de masajes para humectar tu cuerpo. El aceite de masajes calentará tu cuerpo y ayudará a que sea más efectivo. Cualquier aceite para masajes, loción o o bálsamo ayudará a desatar los nudos y a relajar tus músculos. Para aplicar el aceite, coloca unas gotas en la palma de tu mano y frota tus manos durante por lo menos quince segundos, hasta sentir el aceite calentándose.

Método 2
Método 2 de 3:
Masajea la parte superior de tu cuerpo

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    Masajea tu cuello y hombros. Masajearte tu cuello y tus hombros te ayudará a aliviar los dolores de cabeza. Utiliza tu mano izquierda para masajear tu hombro izquierdo y tu mano izquierda para masajear tu hombro derecho. Suave pero firmemente, dibuja pequeños círculos con tus dedos, comenzando en la base del cráneo y acercándote a los hombros. Cuando sientas un nudo, trabájalo en pequeños círculos en el sentido de las agujas del reloj y también en el sentido contrario. Aquí tienes algunas técnicas que puedes probar:
    • Coloca tus manos en puño y suavemente frota tu columna dibujando círculos.
    • Coloca las puntas de tus dedos en tus orejas y suavemente deslízalas hasta que tus manos se reencuentren en el mentón.
    • Después de haber trabajado los nudos, estira los músculos de tus hombros, abrazándote.
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    Masajea tu abdomen. Este masaje es perfecto para dolores menstruales y también puede mejorar tu digestión. Coloca la superficie de una mano sobre tu abdomen y suavemente golpéalo circularmente. Luego, utiliza los dedos y tus pulgares de ambas manos para amasar tu abdomen. Con suavidad, utiliza tus dedos para golpetear tu bajo vientre circularmente. Si deseas, puedes golpetear a los costados de tu abdomen, girar sobre un lado y luego al otro para llegar mejor a estos rincones.
    • Estando de pie, flexiona tus rodillas hacia la izquierda, mientras masajes el lado derecho de tu abdomen.
    • Aplica presión en diferentes partes de tu abdomen con tus dedos, y suéltala después de algunos segundos.
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    Masajea tu espalda con una pelota. Toma una pelota de cualquier tamaño, desde una pelota de tenis a una de básquetbol, y aplástala entre una pared y tu espalda. Mueve tu cuerpo hacia adelante y hacia atrás en movimientos circulares para aliviar la presión de tu espalda. Coloca la pelota en diferentes partes de tu espalda, desde tu baja espalda hasta la parte superior, para aliviar la tensión de distintas partes de tu cuerpo.
    • Para mayor variedad, puedes alternar entre pelotas de diferentes tamaños durante la misma sesión de masajes.
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    Masajea la parte inferior de tu espalda con un rodillo de goma espuma. Puedes hacerlo con ropa puesta. Un rodillo de goma espuma sería lo ideal, pero puedes enrollar una sábana, una toalla o una colchoneta de estiramiento. Coloca el rodillo en el suelo y acuéstate boca arriba sobre el rodillo. Coloca tu espalda sobre el rodillo para que tus hombros y trasero toquen el suelo, pero puedas mantenerte perpendicular al rodillo.
    • Utiliza tus pies para moverte hacia arriba y abajo del rodillo lentamente, sintiendo el rodillo moverse por tus vértebras.
    • Suavemente, muévete sobre el rodillo hasta encontrar un punto dolorido. Luego, muévete sobre esa zona durante por lo menos 30 segundos. Te dolerá un poco, pero liberará la tensión en la zona luego.
    • Para trabajar áreas más pequeñas de tu espalda, utiliza un palo de amasar en vez de una sábana.

Método 3
Método 3 de 3:
Masajea tus brazos y piernas

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    Masajea tus brazos. Para masajear tus brazos, comienza dándote suaves golpes con la mano opuesta sobre el brazo, desde las muñecas hasta lo hombros. Sigue dándote estos golpes suaves hasta que tu brazo comience a calentarse. Luego, comienza a hacer pequeños círculos sobre tu antebrazo y la parte superior de tu brazo.
    • Alterna entre los golpes y los masajes circulares hasta sentir tus brazos relajados y en temperatura.
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    Masajea tus manos. Con cuidado, aprieta tu mano presionándola con la palma y los dedos de la otra mano. Luego, aprieta cada uno de tus dedos y recorre con el pulgar de la otra mano las articulaciones de los dedos circularmente. Sostén los dedos desde la base y tira hacia arriba, sintiendo que lo estiras hacia arriba. Utiliza tu pulgar para mover los tendones de parte inferior de tus manos.
    • Utiliza tu pulgar para colocar presión sobre tus manos y muñecas, moviéndolo circularmente.
    • Para completar el masaje, da unos golpecitos sobre la palma de tu mano desde los dedos hasta la muñeca. Si estás utilizando aceite, frótate las manos con él para que tus manos lo absorban. (También puedes hacerlo aunque no tengas aceite)
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    Masajea tus piernas. Desliza tus dedos sobre tus piernas, comenzando por tus pies y llegando hasta la cintura. Desliza tus dedos a través de tus pantorrillas, muslos y los tendones de tu pierna. Comienza con movimientos suaves y luego busca profundidad en círculos más firmes con toda la palma de tu mano. Puedes apretar tus músculos con una de tus manos, masajearte con los puños o presionándolos con tus codos.
    • Prueba la técnica del tambor. Utiliza un lado de tu mano para hacer golpes como si con tu mano pudieras cortar tu pierna en rodajas. Los calambres o dolores se aliviarán de inmediato con esta técnica.
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    Masajea tus pies. Para masajearte los pies, utiliza tus pulgares, dibujando círculos en la planta del pie y debajo de los dedos de tus pies. También puedes comenzar por los tobillos y frotar los pulgares hacia afuera, llegando hasta los dedos. Puedes sostener tu pie con una mano mientras con la otra aflojas los dedos del pie que estás sujetando. Aprieta cada dedo y tira de él suavemente. Coloca tu pulgar en cada una de las articulaciones y muévelo en círculos. Puedes probar estas otras técnicas también:
    • Masajea las plantas de tus pies haciendo círculos con ambos pulgares, o poniendo tus manos en puño y pasándolas por las plantas de tus pies.
    • Utiliza las yemas de tus dedos para relajar tus tobillos.
    • Aprieta el tendón de Aquiles varias veces.
    • Concluye el masaje con unos golpes leves a tu pie.

Consejos

  • Una música suave creará un ambiente de relajación para tu automasaje.
  • Utiliza tus dedos para acariciarte suavemente, casi hasta sentir cosquillas.
  • La aromaterapia puede ser un complemento ideal para el auto-masaje.

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