Decirle a alguien que tienes pensamientos suicidas puede ser algo difícil, especialmente porque el suicidio con frecuencia es estigmatizado y puede ser un tema tabú. Sin embargo, conversar con una persona en la que confíes es un paso importante para procesar tus pensamientos suicidas y evitar tomar acciones drásticas. Busca tiempo para conversar con un amigo adulto en el que confíes, un familiar o una persona en una posición de autoridad. Esta persona puede ser un profesional de la salud mental, un sacerdote o un maestro. Dile directamente que tienes ganas de suicidarte y busca terapia o asesoramiento como una ruta para disminuir tus pensamientos suicidas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Encontrar a alguien en quien confíes

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    Decide hablar con un amigo en el que confíes o un confidente personal. Aunque es necesario que le digas a alguien que consideras suicidarte, hacerlo no es una tarea fácil. Cuando consideres a quién decirle, escoge una persona en las que confíes y quien responda a la información que compartas con ella de una forma calmada, compasiva y sin juzgamiento. Esa persona puede ser un amigo, un familiar, un compañero de trabajo o un profesional de la salud mental.[1]
    • Algunas personas pueden responder juzgándote o diciéndote que simplemente lidies con tus ganas de suicidarte. Si alguien te dice eso, ignora el consejo y busca una persona diferente en quien confiar.
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    Elige un adulto en el que confíes para conversar al respecto si eres un adolescente. Si te sientes cómodo hablando al respecto con tus padres, quizá sean la mejor opción. Otra cosa que puedes hacer es hablar con un familiar en el que confíes, como una tía, un tío o uno de tus abuelos.[2] Si no eres cercano a ninguno de tus familiares, conversa con un adulto en el que confíes, como un consejero escolar o un miembro de tu organización religiosa.
    • Si eres un adolescente, quizá sientas que debas contárselo a otro adolescente. Sin embargo, los amigos de tu edad quizá no puedan manejar la situación de manera efectiva. En lugar de eso, conversa con un adulto en el que confíes.
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    Llama a una línea telefónica de prevención de suicidios si consideras suicidarte inmediatamente. Las líneas de prevención de suicidios existen para las personas que sienten que no tienen a nadie más a quien decirles sobre sus pensamientos suicidas o que consideran suicidarse inmediatamente. Si piensas seriamente en suicidarte dentro de un periodo de tiempo corto, por ejemplo dentro de una hora, y no hay nadie alrededor, llama a una línea gratuita de prevención de suicidios.[3]
    • Llama a la línea de prevención de suicidios de tu país.
    • Si no puedes llamar a una línea de prevención de suicidios por cualquier razón, busca líneas de prevención de crisis o servicios de mensajería de texto similares.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Explicar tus pensamientos suicidas

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    Hazle saber a alguien que te gustaría tener una conversación seria. La conversación será más efectiva si le haces saber a tu confidente con anticipación que te gustaría conversar con él sobre un tema serio y personal.[4] En lugar de eso, puedes decirle a la persona lo siguiente: "Hay algo personal de lo que quisiera conversar contigo y es muy importante. ¿Podemos conversar en privado después de la cena?".
    • Si la persona no habla contigo o no parece interesada en ayudarte, busca otra persona.
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    Dile a tu confidente que piensas en el suicidio. Esa conversación puede ser difícil, pero no es el momento adecuado para usar eufemismos o frases vagas. No digas cosas como: “Se acabó” o “Ya no puedo lidiar con todo esto”. En lugar de eso, usa lenguaje directo como: “Quizá esto te resulte difícil de escuchar, pero pienso en suicidarme con frecuencia. Es difícil resistirse a estos pensamientos. Me gustaría confiarte estos impulsos”.[5]
    • Asimismo, dile a la persona si tienes un plan específico sobre cómo te suicidarías.
    • Quizá tengas miedo de molestar a tu confidente. No obstante, debes comprender que si te suicidas, esa persona y muchas otras más se sentirán muy tristes.
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    Continúa la conversación si la persona reacciona con sorpresa. Oír que un hijo, un amigo o un familiar tiene pensamientos suicidas puede ser impactante o difícil de oír. Lo ideal es que tu confidente reaccione brindándote apoyo y empatía. Sin embargo, quizá al principio reaccione con sorpresa o decepción. Si lo hace, no te rindas con la persona como confidente. Continúa explicándole tus pensamientos e impulsos de querer suicidarte. Pregúntale a tu confidente cómo se siente sobre esta información y conversa sobre sus sentimientos si es necesario.[6]
    • Si la persona en la que confías reacciona con sorpresa o consternación, dile algo como: “Comprendo que esto es demasiado para ti”. Si necesitas tomarte un tiempo para procesar la información, lo comprenderé. Sin embargo, aun así quisiera conversar contigo sobre este problema en el futuro”.
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    Deja que tu confidente consiga ayuda adicional. Para ayudarte, tu confidente quizá tenga que hablar sobre tus pensamientos suicidas con otras personas (como un profesional de la salud mental). Durante la conversación, explícale que está bien si tu confidente habla sobre tus pensamientos suicidas con otras personas.[7]
    • Di algo como los siguiente: “Si es demasiado para soportarlo por tu cuenta y necesitas decírselo a otra personas, lo comprenderé”.
    • Otra cosa que puedes hacer es decirle: "Si quieres decirle a un consejero o un terapeuta que quiero suicidarme, no hay problema".
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    Escribe tus pensamientos si no te sientes cómodo hablando de ellos. Decirle a alguien que consideras suicidarte puede ser increíblemente difícil y agotador emocionalmente. Si no crees estar listo para la tarea, pon tus pensamientos suicidas en palabras.[8] Dale la carta al confidente que hayas escogido y, si es posible, siéntate con él mientras la lea.
    • Por ejemplo, escríbele a tus padres una carta que comience con un par de oraciones como: "Mamá y papá, tengo un problema grave que quiero contarles, pero no tengo el valor de decirlo en voz alta. Pienso en suicidarme con frecuencia y me preocupa que pueda convertir esos pensamientos en acciones".

Parte 3
Parte 3 de 3:
Encontrar recursos para el futuro

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    Construye un plan de seguridad con las personas en las que confíes. Un plan de seguridad es un conjunto de pasos específicos con los que puedas actuar en cualquier momento en el que sientas ganas de suicidarte. Un paso principal en tu plan de seguridad de prevención de suicidios debe ser llamar a tu doctor o consejero. Además, haz una lista de amigos y familiares a los que puedas llamar cuando tengas pensamientos suicidas.[9]
    • Evita pasar tiempo solo si tienes pensamientos suicidas. Sin importar la hora del día o la noche, si piensas en terminar con tu propia vida, pasa tiempo alrededor de otras personas hasta que tus pensamientos suicidas disminuyan.[10]
    • Asegúrate de confirmar previamente que tus amigos y familiares estén disponibles para llamarlos cuando tengas ganas de suicidarte.
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    Busca un terapeuta o psiquiatra. Si tienes pensamientos recurrentes de suicidarte, especialmente si están acompañados de depresión, trastorno bipolar o cualquier otro trastorno mental, es importante que acudas a un profesional de la salud mental. Un terapeuta podrá sugerirte procesos de pensamiento alternativos, hábitos mentales que puedan ayudarte a pensar menos en el suicidio y prescribirte medicación según sea necesario.[11]
    • Ten en cuenta que la terapia no es “una solución rápida” para los pensamientos suicidas. Puede tomarte meses o años superar completamente estos pensamientos y dejar de pensar en el suicidio.
    • Los pensamientos suicidas también pueden ser el resultado de otro problema de salud o un medicamento que tomes. Por lo tanto, asegúrate de darle a tu terapeuta o psiquiatra una vista general de tu situación.
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    Establece un sistema de apoyo de familiares y amigos en los que confíes. Un sistema de apoyo de salud mental es un recurso invaluable para procesar pensamientos suicidas y evitar comportamientos de este tipo. Tu sistema de apoyo debe incluir varios individuos a los que puedas confiar tus pensamientos y sentimientos y quienes estén disponibles en cualquier momento en caso de que tengas sentimientos suicidas fuertes.[12] El sistema de apoyo puede incluir:
    • padres y familiares
    • tu terapeuta o consejero
    • miembros de tu iglesia u otra organización religiosa
    • un grupo de apoyo para personas, que lidie con pensamientos suicidas
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    Evita automedicarte. Usar medicamentos en exceso (de manera ilícita o con prescripción), alcohol u otras sustancias como una forma de sentirte mejor y controlar tu dolor se llama automedicación.[13] Si te das cuenta de que te vuelves dependiente de una o más sustancias, busca ayuda inmediatamente. Conversa con tu doctor o terapeuta y hazles saber lo que sucede.

Consejos

  • Prométete no actuar de manera suicida o tener pensamientos de este tipo. Incluso los peores impulsos suicidas son tan solo temporales. Si te das tiempo, los pensamientos suicidas pasarán.
  • Si te preocupa que una promesa mental no sea lo suficientemente fuerte, escribe algo. Busca un bloc de notas y escribe lo siguiente: “Prometo que no haré nada drástico esta semana”. Luego, pega la nota en un lugar visible alrededor de la casa.[14]

Advertencias

  • Nunca reprimas los pensamientos suicidas. No se irán por sí solos sin importar cuánto desees que se vayan. Si tienes sentimientos suicidas, debes contárselos a alguien inmediatamente.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 5323 veces.
Categorías: Salud emocional