Tal vez te has dado cuenta de que tu amigo actúa diferente o está más tranquilo de lo normal. Si algo despierta tus sospechas, sigue tu instinto y averigua lo que sucede. Si vas a preguntarle a un amigo si todo está bien, asegúrate de elegir un buen momento para hablar. Ten en cuenta cómo abordar la conversación de una manera útil y cómo mostrar tu apoyo. Finalmente, anímalo a buscar ayuda externa si es necesario.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Abordar tus preocupaciones

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    Adopta un enfoque amigable pero que demuestre interés. Cuando hables con tu amigo, sé cálido, abierto y amable. Demuestra que estás preocupado y que quieres ayudarlo y apoyarlo. Si bien puedes optar por abordar la conversación de manera casual, asegúrate de que sepa que te importa.[1]
    • Dile “Estoy preocupado por ti y quiero saber si estás bien”.
    • Las señales no verbales pueden ayudar a comunicar tu preocupación. Siéntate frente a él y haz contacto visual cuando le hables. Si sientes que es apropiado, puedes colocar una mano sobre su hombro para hacerle saber que te importa.
    • Considera la posibilidad de abrirte primero sobre lo que haces. Esto podría hacer que tu amigo se sienta más cómodo compartiendo sus propios sentimientos.
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    Pregúntale cómo está. Una vez que ambos parezcan listos para hablar, empieza a hacerle algunas preguntas. Puedes empezar simplemente preguntándole “¿Estás bien?”. Ten en cuenta que hay muchas maneras de saber cómo está tu amigo. Pregúntale “¿Cómo has estado últimamente?”. También puedes preguntarle “¿Cómo te va? ¿Quieres hablar?”.[2]
    • Empezar la conversación puede ser la parte más difícil. Simplemente háblale y permite que responda como desee hacerlo.
    • En ocasiones, las personas podrían tener una respuesta genérica si únicamente dices “¿Cómo estás?”. Si hacen eso, intenta preguntar de nuevo para demostrarles que en verdad quieres hablar.
    • También podrías hacer preguntas más directas como “¿Cómo te has sentido emocionalmente?” o “¿Cómo ha sido el año pasado para ti?”.
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    Menciona algo específico. Si hay algo que te preocupa o te causa incertidumbre, habla sobre ello. Especialmente si tu amigo está sorprendido o de alguna manera está a la defensiva ante tus preguntas, expláyate un poco más. Habla sobre lo que has notado y por qué te preocupa.[3]
    • Por ejemplo, di algo como “He notado que pasas mucho tiempo a solas últimamente. ¿Estás bien?”.
    • También puedes decirle “Has estado bastante reservado. ¿Hay algo que esté pasando?”.
    • Trata de limitarte a hacer observaciones objetivas sin agregar suposiciones o acusaciones.
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    Evita la confrontación. Date cuenta de si la persona no quiere hablar acerca del tema o si se pone rápidamente a la defensiva. No querrás causar una pelea o una discusión. Si la persona no responde tus preguntas, no hables más del tema. Repite que estás preocupado y que estás ahí para él.[4]
    • Si la persona se pone a la defensiva, pregúntale “¿Hay alguien más con quien desees hablar?” o “Te dejaré solo, pero por favor no dudes en llamarme si quieres hablar”.
    • Comprende que tal vez tome un par de conversaciones hasta que tu amigo se abra acerca de lo esté sucediendo. Trata de no forzar el tema en tu primera o segunda conversación.
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    Habla acerca del suicidio. Si tu amigo tiene tendencias suicidas, mantén la calma y quédate a su lado. Habla con él acerca del suicidio y obtén ayuda si es necesario. Es posible que te diga cómo se siente o qué quiere hacer. Si estás preocupado, pregúntale “¿Estás pensando en hacerte daño o en quitarte la vida?”.[5]
    • Si la persona tiene miedo de pedir ayuda, dile que llame a una línea de crisis de suicidio (como el 1-800-SUICIDE, si vive en Estados Unidos) o a los servicios de emergencia.
    • Después de la llamada, ofrécele ayuda para encontrar un profesional de la salud mental o sigue cualquier sugerencia que haya hecho el operador en la línea.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Responder a sus problemas

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    Muestra disponibilidad para escucharlo. No basta con solo preguntarle si está bien. La parte importante viene a continuación, cuando le demuestras que estás disponible para escucharlo y apoyarlo. Asegúrate de tener tiempo para escucharlo si decide abrirse. Inclínate y haz contacto visual con frecuencia. Asiente con la cabeza y haz comentarios para que sepa que le estás prestando atención. Reflexiona acerca de lo que dice para demostrarle que comprendes el contexto y los sentimientos que expresa.[6]
    • Por ejemplo, puedes decir: “Siento tanto que eso te haga sentir triste y enojado”.
    • Evita decir que sabes cómo se siente. Lo mejor es simplemente estar ahí para él y empatizar lo mejor que puedas con lo que está experimentando.
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    Evita juzgarlo. Incluso si no estás de acuerdo con la persona, no se lo digas inmediatamente o empieces una discusión. No lo culpes por su experiencia, incluso si crees que sus problemas son su culpa. Ten en cuenta que le preguntaste si algo estaba mal. Cualquiera que sea tu opinión, guárdatela para ti, al menos por ese día.[7]
    • Por ejemplo, si tu amigo admite que tiene un problema con las drogas, no lo regañes por consumirlas. Escúchalo y demuéstrale tu apoyo por admitir su problema.
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    Reconoce su experiencia. Cuando escuches a tu amigo abrirse, reconoce su experiencia y cómo lo hace sentir. Si está pasando por un momento difícil, reconoce esa dificultad. Demuéstrale que estás escuchando y simpatizas con sus sentimientos.[8]
    • Intenta simplemente escuchar y empatizar un poco antes de ofrecerle algún consejo. Puedes preguntarle “¿Qué piensas hacer al respecto?”. Ayudarlo a formular sus propias soluciones puede hacer que se sienta más fuerte.
    • Si no sabes qué decir, considera decir “Parece que esto es difícil para ti” o simplemente “Realmente es una lástima”.
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    Aliéntalo a tomar una acción. Si su situación necesita acción, anímalo a dar los siguientes pasos. Puedes alentarlo a ver a un terapeuta, buscar una instalación de rehabilitación o hablar con sus familiares y amigos. Tal vez podrías alentarlo a tomar algunos medicamentos o tomarse un tiempo libre del trabajo o la escuela.[9]
    • Dile: “Gracias por abrirte conmigo. Creo que es mejor considerar hablar con un profesional u obtener ayuda”.
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    Mantente en contacto. Ponte en contacto con tu amigo para ver cómo está. Hazle saber que no te has olvidado de él. Envíale un mensaje de texto, llámalo por teléfono o visítalo. Hazle saber que estás ahí para apoyarlo y ayudarlo cuando lo necesite.[10]
    • Continúa preguntándole “¿Cómo estás?” para no perderlo de vista.
    • Pregúntale “¿Con qué te puedo ayudar?”.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Prepararte para hablar

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    Ten una conversación privada. Escoge el lugar adecuado para hablar con tu amigo. Si le preguntas frente a las personas, es posible que se avergüence y no te responda con honestidad. Por ejemplo, si están tomando un café o almorzando, es posible que tu amigo no quiera que otras personas escuchen su respuesta, incluso si son personas que no conoce. Si quieres hablar, escoge un momento cuando estén a solas. Tengan la conversación en privado donde no haya oídos indiscretos.[11]
    • Hablen en el carro, durante un paseo o en otro lugar privado.
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    Elimina cualquier distracción. No le preguntes a tu amigo cuando esté en la mitad de un trabajo, usando su teléfono, hablando con alguien o cuando su mente esté pensando en otra cosa, como el examen del día siguiente. Lo ideal es que tu amigo tenga algo de tiempo para hablar sin interrupciones ni distracciones.[12]
    • Por ejemplo, si estás en la casa de tu amigo y sus padres o hermanos lo interrumpen frecuentemente, ve a algún lugar donde no ocurran interrupciones.
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    Siéntete preparado para hablar. Debes sentirte preparado para escuchar, hablar y apoyar a tu amigo. No te distraigas con cualquier cosa y separa tiempo para tu amigo. No tengas otras cosas en tu mente o cosas que te puedan distraer, como estar a la espera de una llamada telefónica. Dedícale a tu amigo algo de tiempo que tengas libre.[13]
    • Recuerda que no puedes solucionar los problemas de alguien. Si la persona no está lista para hablar o no quiere, siéntete preparado para cambiar de tema.
    • Si crees que puedes ponerte nervioso al hablar acerca de algo personal, puedes anotar algunos puntos que quieras tratar.

Consejos

  • Si sientes que tu amigo se encuentra en peligro, considera la posibilidad de contarle a su familia. Esto podría dañar tu relación con él, así que determina si es necesario para su seguridad dadas las circunstancias.

Acerca de este wikiHow

Lena Dicken, Psy.D
Coescrito por:
Psicologa clínica
Este artículo fue coescrito por Lena Dicken, Psy.D. La Dra. Lena Dicken es una psicóloga clínica que reside en Santa Mónica, California. Con más de ocho años de experiencia, la Dra. Dicken se especializa en terapia contra la ansiedad, depresión, transiciones de vida y problemas de relaciones. Utiliza un enfoque integrador que combina terapias psicodinámicas, cognitivo-conductuales, y basadas en la atención plena. Tiene una licenciatura en medicina integrativa de la Universidad de Hawái en Manoa, una maestría en psicología de consejería de la Universidad Argosy de Los Ángeles y un doctorado en psicología clínica de la Escuela de Psicología Profesional de Chicago en Westwood. Su trabajo ha aparecido en GOOP, The Chalkboard Magazine, así como en numerosos artículos y podcasts. Es una psicóloga licenciada en el estado de California. Este artículo ha sido visto 59 579 veces.
Resumen del artículoX

Si sientes que algo anda mal con un amigo o un ser querido, preguntarle si está bien puede hacerle saber que estás ahí para ayudar y dar lugar a una conversación sobre lo que está mal. Espera el momento en que los dos puedan estar solos sin distracciones. Luego, pregúntale algo como: “¿Estás bien? Últimamente pareces algo distraído” o “¿Cómo estás? ¿Quieres hablar de algo?” Prueba a preguntarle dos veces si te da una respuesta genérica la primera vez para demostrar que realmente te importa y estás dispuesto a escuchar. Si se abre contigo, debes estar presente y escuchar atentamente lo que te diga. No sientas que debes ofrecer soluciones a sus problemas ni darle tu opinión sobre lo que está sucediendo. Solo escuchar, reconocer sus sentimientos y hacerle saber que estás dispuesto a ayudar puede marcar una gran diferencia. Si alguna vez has enfrentado una lucha similar, compartir tu propia experiencia puede ser muy útil y puede mostrarle que no está solo. Si tu amigo o ser querido no está listo para abrirse, no lo presiones. Respeta su decisión y hazle saber que estás ahí si alguna vez quiere hablar sobre algo. Para más consejos de nuestro coautor, incluyendo cómo preguntarle a alguien si tiene tendencias suicidas, sigue leyendo.