Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011.
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Contarle a alguien que te autolesionas puede ser un poco atemorizante, pero es una actitud de valentía de la cual debes sentirte orgulloso. Al principio, quizás no obtengas la reacción que esperas, pero poder hablar del tema es un paso esencial para poder recuperarte. Reflexiona con anticipación antes de compartir tus problemas y emociones para que la conversación sea más llevadera.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Escoger a la persona correcta
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1Evalúa quién te ha acompañado siempre en los momentos difíciles. Habla con alguien que te haya ayudado y comprendido en el pasado.[1]
- Quizás un amigo que te ha apoyado en el pasado ya no pueda hacerlo nuevamente. A veces, un amigo puede sentirse tan impactado al conocer la verdad que podría ser incapaz de reaccionar de la forma en que esperas que lo haga.
- Sin embargo, entiende que el hecho de que te haya apoyado en el pasado no quiere decir que vuelva a reaccionar de la misma forma, dado que podría estar conmocionado.
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2Escoge a una persona de tu confianza. Esta es la parte más importante. Es necesario que tengas la seguridad de que puedes contar con esta persona y que te sientes lo suficientemente cómodo como para confiarle tu problema.[2]
- De todas formas, ten en cuenta que el hecho de que haya guardado tus secretos en el pasado no significa que haga lo mismo en este caso. Por lo general, las personas se asustan al enterarse que un amigo se autolesiona y quizás se sientan obligadas a hablar con alguien más para poder ayudarte.
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3Determina cuál es tu objetivo al contar tu problema. Si lo que necesitas es desahogarte, escoge a un amigo de confianza. Si crees que necesitas ayuda médica, pide una cita con un profesional. Evaluar qué es lo que esperas obtener a partir de la conversación te ayudará a decidir con quién hablar.[3]
- Si eres adolescente, considera la idea de hablar con un adulto de confianza antes de conversar con tus amigos. Por ejemplo, puedes hablar con alguno de tus padres, con el consejero de la escuela o con un profesor. De esta forma, contarás con una red de apoyo antes de hablar con tus amigos.
- Si actualmente haces terapia por otro asunto, habla con tu terapeuta en primer lugar. El profesional te ayudará a identificar la mejor forma de hablar con tus amigos y familiares. Si no haces terapia, quizás sea el momento de hacerlo, dado que es mejor atravesar este proceso junto a un profesional que tenga experiencia con este problema en particular.
- Puedes hablar con un cura o un pastor en el caso de que tus problemas estén relacionados con la fe.
- Antes de hablar con tu médico, piensa en los servicios que podría ofrecerte. De esta forma, estarás más preparado para decidir si quieres aceptar recomendaciones de terapia individual o grupal, recibir la visita de un enfermero en tu casa o hablar acerca de los posibles medicamentos en el caso de que sufras ansiedad o depresión.
- Si este problema ha perjudicado tu rendimiento en la escuela, habla con un consejero escolar o un profesor.
- Si eres menor de edad y hablas con un profesional o un profesor, ten en cuenta que esta persona estará obligada a reportar la autolesión. Puedes simplemente preguntarles cuál es la política con relación a compartir la información que les proporciones.
Parte 2
Parte 2 de 3:Escoger el lugar, el momento y el método apropiados
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1Practica frente al espejo. Contar que te autolesionas puede ser aterrador y difícil. Ensayar la conversación con anticipación puede ayudarte a transmitir mejor tu mensaje a la hora de hablar con un amigo para sentirte más poderoso y seguro.[4]
- Practicar en casa también puede ayudarte a planificar qué es lo que quieres decir y las respuestas ante sus posibles reacciones. Piensa en cómo puede reaccionar tu amigo y evalúa cómo puedes responderle.
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2Habla en persona y a solas. Conversar con alguien cara a cara puede ser más difícil, pero también permite desahogarte en tiempo real. Además, los problemas emocionales serios merecen este tipo de atención personal. Las lágrimas y los abrazos compartidos pueden ser terapéuticos.[5]
- Hablar con alguien personalmente puede transmitir una sensación de empoderamiento.
- Quizás la reacción inicial no sea la que esperas. Por lo tanto, prepárate para el enojo, la tristeza o la conmoción.
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3Escoge un lugar donde te sientas cómodo. Este es un asunto muy serio, y mereces estar en un lugar cómodo y privado al revelar el problema.[6]
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4Escribe una carta o un correo electrónico. Si bien este método hace que la persona se enfrente con esta noticia impactante sin tener la posibilidad de responder de manera inmediata, con frecuencia esta demora es todo lo que tú y la otra persona pueden necesitar. De esta forma, puedes escoger exactamente qué es lo que quieres decir y cómo quieres transmitirlo sin interrupciones. Además, la otra persona tendrá tiempo para procesar la información.[7]
- Llama o visita a la persona después de enviarle la carta o el correo electrónico, dado que es posible que esté preocupada por ti. Esperar tus noticias puede generarle una gran ansiedad a tu amigo. Termina la carta diciendo que lo llamarás en dos días o le enviarás un correo cuando la otra persona esté lista para hablar.[8]
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5Llama a alguien. Hablar por teléfono con un amigo o una persona de confianza te permitirá tener una conversación en tiempo real sin tener que enfrentar la reacción inicial de la otra persona.[9]
- Al escoger este método, no podrás observar la comunicación no verbal. Por lo tanto, ten cuidado para evitar malentendidos.
- Si la otra persona vive muy lejos, quizás se sienta impotente por no poder ayudarte. Sugiérele otras formas de ayudarte a la distancia.
- Llamar a una línea de ayuda también puede ser una buena opción para comenzar a abrirte y obtener la fortaleza, la valentía y la confianza necesarias para hablar con tus conocidos.
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6Muéstrale tus cicatrices a alguien de confianza. Si no encuentras las palabras correctas para iniciar la conversación, muéstrale a la otra persona lo que has estado haciendo con tu propio cuerpo para dar en puntapié inicial y poder conversar acerca del tema.
- Procura que la otra persona se enfoque en el significado detrás del comportamiento, y no en las cicatrices en sí.
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7Escribe, dibuja o haz pinturas relacionadas con el problema. Liberar tus sentimientos a través de las actividades creativas no solo te ayudará a expresarte y obtener cierto alivio, sino que también es una forma de transmitirles a las personas qué es lo que sientes.
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8Nunca hables del problema cuando estés enojado. Decir “Tú tienes la culpa de que me haya lastimado” desviará el propósito de la conversación (tus necesidades) y hará que la persona se ponga a la defensiva. De esta forma, podrían terminar discutiendo y frustrando una conversación muy importante.[10]
- Por más que tus emociones surjan de problemas interpersonales que tengas con esta persona, la elección de lastimarte es tuya. Culpar a los demás al estar enojado no será beneficioso para ninguno de los dos.
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9Prepárate para responder preguntas. Es posible que la persona tenga una cantidad interminable de preguntas. Asegúrate de escoger un momento en el que no tengan obligaciones para contar con el tiempo necesario para hablar.[11]
- Si no crees estar listo para responder alguna pregunta, díselo. No te sientas presionado por responder todas sus dudas.
- Prepárate para ciertas preguntas como: ¿Por qué lo has hecho? ¿Quieres matarte? ¿Cómo es que esto te ayuda? ¿Te he hecho algo? ¿Por qué no dejas de hacerlo?
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10No recurras al alcohol para animarte a hablar. Quizás te veas tentado a beber alcohol para obtener una valentía falsa y reducir las inhibiciones con esta persona. Sin embargo, ten en cuenta que las bebidas pueden intensificar tus reacciones emocionales, generando una inestabilidad en una situación que ya de por sí es muy difícil.
Parte 3
Parte 3 de 3:Contarle a alguien
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1Habla acerca de tus motivos. El problema en sí no son los cortes, sino las emociones subyacentes con las que lidias a través de la autolesión. Descubrir la raíz del comportamiento puede ayudarte y proporcionarte una mayor confianza para seguir adelante.[12]
- Sé completamente sincero a la hora de hablar acerca de tus sentimientos y tus motivos. Es muy importante que la persona comprenda tus sentimientos para recibir el apoyo que necesitas.
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2No compartas fotos o detalles gráficos. Si bien lo ideal es que la persona te comprenda, no querrás que se asuste o desconecte. Ten en cuenta que esta es una noticia muy difícil de procesar.[13]
- Al hablar con tu médico o terapeuta, es posible que tengas que ser más específico y proporcionar más detalles en cuanto a estas prácticas de autolesión. El profesional necesitará esta información para ayudarte a lidiar con el problema.
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3Explícale por qué le has confiado tu problema. Algunas personas admiten que se lastiman porque se sienten solas y aisladas, y no quieren atravesar este momento en soledad. Otras temen que su comportamiento empeore y admiten que necesitan ayuda. Al contarle por qué lo has elegido, tu amigo podrá comprender mejor tus sentimientos.[14]
- Quizás tus vacaciones se aproximen o quieras tener intimidad con una persona, pero tengas miedo de mostrar tus cicatrices por primera vez.
- Quizás alguien ha descubierto tu problema y te amenace con contarles a tus padres, por lo que prefieres hablar con esta persona en primer lugar.
- Tal vez no le hayas contado antes porque has tenido miedo de ser juzgado o perder la única forma de lidiar con este problema.
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4Muéstrale que te aceptas. Tu amigo podrá comprender mejor la situación si percibe que eres consciente de tus prácticas, los motivos de tu comportamiento, y las razones por las cuales has decidido contarle.
- No te disculpes ni te martirices. Al final de cuentas, no estás contándole tu problema para molestarlo y no te estás dañando para afligirlo.
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5Prepárate para observar reacciones de conmoción, enojo o tristeza. Al confesar tus prácticas, el primer instinto de la otra persona podría ser el enojo, la conmoción, el miedo, la culpa o la tristeza. Recuerda que estas reacciones son normales en una persona que se preocupa por ti.[15]
- Las primeras reacciones no siempre indican qué tanto te apoyará la otra persona. Quizás tu amigo no reaccione del todo bien, pero esto no tiene que ver contigo, sino con sus emociones y su capacidad de lidiar con los problemas.
- Ten en cuenta que tu confidente podría precisar algo de tiempo para poder procesar la información.
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6Comprende que la persona te pedirá que abandones este comportamiento. Quizás te pida que dejes de lastimarte en un intento por protegerte y cuidarte. Es muy probable que sienta que está haciendo lo correcto al pedirte esto.[16]
- Quizás te amenace con terminar la amistad o con dejar de hablarte hasta que dejes de lastimarte. Tu amigo podría decidir ponerle un punto final a la relación o incluso recurrir al hostigamiento.
- Dile que sus exigencias no te ayudan y que solo te hacen sentir más presionado. En cambio, pídele que te apoye al acompañarte durante el proceso.
- Explícales a tus amigos o familiares que el cambio no sucederá de la noche a la mañana, y que el proceso de recuperación es lento y complicado, por lo cual necesitarás su apoyo. Recuérdales que, así como recién están comenzando a descubrir tu comportamiento, tú también estás aprendiendo más acerca de ti mismo.
- Si estás viendo a un médico o terapeuta, asegúrate de que tu amigo lo sepa para que se quede tranquilo de que estás recibiendo la ayuda necesaria.
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7Prepárate para las ideas erróneas. Quizás tu amigo automáticamente suponga que tienes tendencias suicidas, que representas un riesgo para los demás, que solo quieres llamar la atención o que podrías abandonar este comportamiento si así lo quisieras.[17]
- Incluso podría sugerirte que te estás lastimando como parte de una moda actual.
- Sé paciente y comprensivo con la confusión de tu amigo. En caso de ser necesario, proporciónale los recursos necesarios para que comprenda más acerca de la autolesión.
- Explícale que lastimarte no es lo mismo que ser suicida, sino que es un mecanismo de afrontamiento.
- Dile que tu intención no es llamar la atención. De hecho, la mayoría de las personas prefieren ocultar sus cicatrices durante mucho tiempo antes de poder hablar acerca del asunto.
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8Domina la conversación. Si tu amigo comienza a gritarte o amenazarte, dile amablemente que esto no te ayuda. El problema es tuyo y lo resolverás de la mejor manera posible. Si fuera necesario, termina la conversación.
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9Mantén la conversación enfocada en ti. Cada persona reaccionará de manera distinta a tu confesión. Quizás tus padres sientan que es su culpa o tus amigos sientan un cargo de consciencia por no haber notado tu comportamiento.[18]
- Comprende que será difícil para la otra persona escuchar tu confesión, pero recuérdale amablemente que necesitas hablar de tus sentimientos en este momento.
- Asegúrate de que la persona en cuestión sepa que has decidido hablar con ella porque sientes la confianza necesaria y no porque quieras culparla.
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10Proporciónale los recursos necesarios. Prepara una lista de páginas web y libros para que la otra persona lea, en el caso de tener miedo de no haber entendido la situación. De esta forma, contará con las herramientas necesarias para poder ayudarte.[19]
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11Explícale cómo puede ayudarte. Pídele ayuda si necesitas encontrar otras estrategias para lidiar con el problema. Si quieres que se sienten a tu lado cuando tengas la necesidad de lastimarte, díselo. Pídele que te acompañe a las consultas con el médico.[20]
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12Enfrenta tus sentimientos después de la conversación. Siéntete orgulloso por haber tenido la fortaleza y la valentía de haber hablado con alguien acerca de tu problema. Tómate un tiempo para reflexionar.
- Quizás sientas alivio y felicidad una vez que logres compartir tu secreto. Esta sensación puede ser el impulso necesario para hablar más acerca del problema con un profesional (consejero o médico). No es necesario que siempre te sientas bien al hablar del tema, pero este es un buen paso en dirección a la recuperación.
- Tal vez estés enojado o decepcionado con tu amigo si no reacciona de la forma en que esperas. Si esto sucede, recuerda que es un reflejo de sus propios problemas emocionales y habilidad para lidiar con este tipo de situaciones. Si su reacción genera un efecto negativo en tu vida, podrías sufrir una recaída y volver a lastimarte. En cambio, recuerda que tu amigo acaba de recibir una noticia impactante, y necesita tiempo para adaptarse a la nueva información. Las personas suelen arrepentirse de sus primeras reacciones ante este tipo de noticias.
- Si aún no lo has hecho, ahora es el momento ideal para buscar ayuda profesional. Hablar acerca de tus problemas con alguien cercano es el primer paso, pero si tienes muchos problemas emocionales que abordar y resolver, lo mejor es que lo hagas con alguien que tenga la experiencia y la capacitación necesarias con este tipo de problemas.
Advertencias
- Si bien la autolesión no indica un comportamiento suicida, asegúrate de contactar al servicio de emergencias o al 911 en el caso de que experimentes pensamientos suicidas o quieras lastimarte gravemente. También puedes comunicarte con la Línea de Prevención al Suicidio correspondiente a tu país.
- Este comportamiento puede causar más daños y complicaciones, pudiendo llevar incluso a la muerte.
Referencias
- ↑ http://www.pandys.org/articles/disclosingselfinjury.html
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