Declarar tu sexualidad ante tu mamá puede ser muy estresante, y es normal sentir nervios con respecto a su reacción. Elabora un plan con anticipación para definir qué quieres decirle en la conversación. Dale tiempo para que pueda procesar sus emociones y hacer preguntas. Quizás sea difícil, pero, con suerte, la conversación los ayudará a comprenderse más. Por más que no te entienda de inmediato, es importante que te enorgullezcas por tener el valor de confesarle la verdad y ser sincero con respecto a quien eres.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elaborar un plan

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    Escoge un lugar tranquilo y relajado para tener la conversación. Lo ideal es que encuentres un sitio donde nadie los interrumpa ni tengas que preocuparte por la presencia de otras personas. En vez de escoger una cafetería o un restaurante, la sala de estar o la mesa de la cocina pueden ser lugares más propicios para tener una conversación abierta.[1]
    • Incluso puedes invitar a tu mamá a dar una caminata. Vayan a un lugar tranquilo y calmo, en vez de escoger un camino o una calle concurridos.
    • Si quieres hablar en tu casa, pero no quieres que tus hermanos o tu padre estén cerca, programa la conversación para un momento en que el resto esté en otro lugar. Incluso puedes decirle a tu mamá que quieres hablar en privado para que te ayude a encontrar un momento en que puedan estar a solas.
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    Escribe lo que quieres decir para no olvidar nada. Si te sientes nervioso, escribe una carta dirigida a tu mamá. Cuando llegue el momento de tener la conversación, podrás usarla como referencia. También puedes escribir puntos de enumeración acerca de los temas más importantes que quieres abordar. En el momento, es posible que te sientas muy nervioso, por lo que podrías olvidar lo que quieres decir.[2]
    • Por ejemplo, quizás quieras contarle cuándo te has dado cuenta de que eres gay, cómo lo has vivido y por qué has decidido compartir tu secreto con ella.
    • Si tu familia desaprueba la homosexualidad, quizás puedas decirle a tu mamá que has nacido así y que es parte de tu identidad, no una elección.
    • Puedes terminar la carta o lista con un deseo para la relación. Por ejemplo, quizás esperes que puedan tener una relación abierta y que te acepte tal como eres, o necesites ayuda para hablar con tu otro progenitor. Esto depende de ti en función del tipo de relación que tengas con tu mamá. Por lo tanto, tómate un tiempo para pensarlo bien.
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    Prioriza tu seguridad si te preocupa la reacción de tu mamá. Si temes que pueda tener una reacción violenta al confesarle que eres gay, es importante que tengas un plan establecido. En este tipo de situación, lo mejor es tener la conversación en un lugar público o pedirle a alguien que te acompañe para proporcionarte apoyo emocional.[3]
    • Como mínimo, ten preparado un plan de escape para tener un lugar adonde ir si reacciona con violencia, tanto física como verbal.

    Advertencia: si sientes que podría lastimarte físicamente o echarte de la casa, quizás no sea el mejor momento para hablar con tu mamá. En algunos casos, es mejor esperar hasta lograr una independencia financiera y vivir por cuenta propia antes de poder declarar tu sexualidad. Si tienes alguna preocupación, consulta con un profesional acerca de la situación en tu casa.[4]

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    Habla con tu sistema de apoyo o con un profesional de la salud mental en primer lugar. Si algunas personas cercanas saben que eres gay, pídeles que te apoyen. Declarar tu sexualidad ante cualquier persona puede ser abrumador, incluyendo a tu mamá. Habla acerca de tus miedos, pide consejos y busca apoyo cuando sientas que la preocupación se apodera de ti.[5]
    • Esto no será posible si tu mamá es la primera persona a quien quieres confesarle la verdad. En cualquier caso, siempre es mejor consultar con un consejero o terapista con anticipación para contar con su apoyo.
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    Dile a tu mamá que quieres hablar de algo importante. En vez de tomar por sorpresa a tu mamá con una conversación tan importante, procura decirle que hay algo de lo que quieres hablar con anticipación. Por ejemplo, puedes decírselo durante la mañana del día en que planeas hablar con ella o incluso algunos días antes. Sin embargo, ten en cuenta que una vez que se lo digas, es posible que no quiera esperar mucho para hablar contigo.[6]
    • Por ejemplo, puedes decirle algo así como: “Má, hay algo de lo que quiero hablar contigo. ¿Podemos estar los dos a solas esta tarde?”.
    • También puedes decirle: “Hay algo que he querido compartir contigo, pero quiero que sea en privado y a solas. ¿Cuándo podemos hablar?”.
    • Si te pregunta de qué quieres hablar, puedes decirle: “Acerca de mí, pero prefiero esperar a que podamos sentarnos a hablar más del tema”.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Tener la conversación

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    Comparte tu camino de autodescubrimiento con sinceridad. Ten cerca las notas o carta que hayas escrito. Haz un esfuerzo por concentrarte en tus sentimientos y experiencias personales. Si tu mamá te interrumpe, puedes decirle con amabilidad: “Sé que tienes muchas preguntas y sientes muchas cosas en este momento, pero necesito decírtelo”.[7]
    • Está bien si te emocionas, te apresuras u olvidas algo. Por más que no puedas decir todo según lo planeado, enorgullécete por confesar la verdad.
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    Permite que te haga preguntas y dile que estás dispuesto a responder sus dudas. Después de declarar tu sexualidad, puedes decirle algo así como: “Sé que tienes mucho que procesar. He pasado mucho tiempo pensando en mí mismo. ¿Quieres hacerme alguna pregunta? Haré lo mejor por responder”. Por más que parezca enojada, triste o confundida, asume el compromiso de sentarte con ella, por más que sea incómodo.[8]
    • En el mejor de los casos, tu mamá te apoyará y demostrará afecto. De todas formas, ¡es posible que tenga preguntas! Asegúrate de darle tiempo.
    • Si dice que necesita un tiempo para procesar la información, puedes decirle: “Te comprendo. Avísame cuando te sientas lista para que podamos seguir hablando”.

    Consejo: si dice algo así como que ya no sabe quién eres, puedes responderle: “Soy la misma persona que siempre he sido, solo que ahora me conoces mejor que antes”.

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    Responde sus comentarios y preguntas con calma y seguridad. Por más difícil que sea, evita ponerte a la defensiva, enojarte o iniciar una discusión. Quizás algunas cosas que te resultan obvias no lo sean para tu mamá. Por ejemplo, si te pregunta: “¿Es mi culpa?”, posiblemente quieras decirle a grito que ser gay no es malo. En caso de ser posible, responde con calma algo así como: “Siempre has sido una excelente mamá y ser gay es parte de quien soy. No es producto de algo que hayas hecho o dejado de hacer”.[9]
    • Quizás sientas que has cambiado los roles con tu mamá, y este es un fenómeno común cuando un hijo declara su sexualidad ante sus padres.
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    Establece límites con respecto a las personas con quienes puede compartir tu confesión. Solo tú tienes el derecho a decidir cuándo y cómo decirles a los demás que eres gay. Por lo tanto, asegúrate de hablar con tu mamá para que mantenga la conversación en privado hasta que sientas que es momento de que los demás sepan. Si no estás listo para que tus abuelos, primos u otros familiares sepan que eres gay, pídele a tu mamá que guarde tu secreto.[10]
    • Por ejemplo, puedes decirle: “Son pocas las personas que saben que soy gay. Es algo en lo que aún estoy trabajando. Valoraría que guardes el secreto hasta que me sienta listo”.
    • Si quieres que te ayude a hablar con alguien más, puedes decirle: “Aún no le he contado a papá y estoy muy nervioso. ¿Cómo crees que puedo abordar la situación?”.
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    ¡Siente orgullo de ti mismo por tener una conversación difícil con tu mamá! Sin importar su reacción, has hecho algo muy difícil que requiere mucho valor. Es un paso muy grande en tu viaje y en asumir tu propia identidad sexual.[11]
    • Si la conversación no ha salido bien o esperabas otro resultado, está bien y es normal que te sientas molesto. Recurre a tu sistema de apoyo y recuerda que muchos padres necesitan tiempo (semanas e incluso meses) antes de adaptarse a esta información nueva.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Dar un seguimiento

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    Mantén las líneas de comunicación abiertas. Aproximadamente una semana después de tener la conversación inicial con tu mamá, pregúntale si tiene más preguntas o reflexiones que quiera compartir contigo. Demuéstrale que sigues siendo parte de su familia y que te interesa cultivar el vínculo.[12]
    • Por ejemplo, puedes decirle: “Ha pasado una semana desde que hemos hablado y quisiera saber si tienes alguna pregunta. ¿Hay algo de lo que quieras hablar?”.
    • Si tienes dudas con respecto a los sentimientos de tu mamá, puedes decirle: “Sé que no hemos hablado mucho desde aquella conversación. Me gustaría saber qué piensas”.
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    Dale tiempo para procesar las noticias. Recuerda que has tenido mucho tiempo para pensar y procesar la información, pero, para tu mamá, es algo completamente nuevo. Incluso puedes decírselo si crees que podría ser útil. Es posible que necesite algunas semanas e incluso meses antes de adaptarse al cambio.[13]
    • Incluso las mamás que responden mal al principio ante estas noticias pueden cambiar de opinión. Mientras tanto, busca consuelo en tus amigos y sistema de apoyo.
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    Comprende que este es un proceso para tu mamá y procura mostrar empatía. Seguramente tu mamá experimente una gran variedad de emociones fuertes, por más que esté feliz y te apoye por completo. En vez de pretender que se adapte rápidamente, dale el espacio necesario para organizar sus pensamientos y sentimientos.[14]
    • Quizás tu mamá se sienta culpable por no haber notado que eres gay o por el hecho de que no has podido hablar con ella antes.
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    Ofrécele material LGTBIQ+ para que aprenda más. Leer acerca de otras familias similares a las tuyas podría ser muy útil para tu mamá. Existen muchos recursos en internet para padres, amigos y familiares de personas que pertenecen a la comunidad LGTBIQ+. También es posible que tengas un amigo gay cuyos padres hayan atravesado la misma conversación. En este caso, puedes contactarlos para que tu mamá pueda hablar con ellos.[15]
    • Si tu mamá está dispuesta e interesada, invítala a las marchas y los desfiles del orgullo para incluirla en tu vida. ¡Quizás se convierta en una gran defensora de la causa!
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Consejos

  • Una buena idea es practicar frente al espejo con anticipación si te sientes muy nervioso con respecto a qué decir.
  • Si tu mamá responde mal, pide una cita con un terapeuta que pueda apoyarte y ayudarte a lidiar con el rechazo o la confusión. Con el tiempo, quizás puedas invitar a tu mamá a las sesiones si crees que podría ser útil.
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Acerca de este wikiHow

Deb Schneider, LCSW, PPSC
Coescrito por:
Trabajadora social clínica licenciada
Este artículo fue coescrito por Deb Schneider, LCSW, PPSC. Deb Schneider es trabajadora social clínica licenciada en un consultorio privado en Oakland, CA, y Gerente de Programa para la Iniciativa de Salud Weiland en la Universidad de Stanford. Con más de 15 años de experiencia, se especializa en crear espacios seguros, respetuosos con las identidades marginadas, a nivel de preparatoria y de universidad. Deb tiene una licenciatura en sociología y estudios de la mujer de la Universidad de Clark y una maestría en Trabajo Social (MSW) con Concentración en Salud de la Universidad de California, Berkeley School of Social Welfare. Este artículo ha sido visto 30 660 veces.
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