Imagina que ocurre lo peor y alguien te apunta con un arma. Existen muchas técnicas que puedes emplear para desarmar a un criminal; sin embargo, todas ellas son muy peligrosas. Primero, debes analizar la situación para determinar si existen otras maneras de reducir la amenaza. Asimismo, es una buena idea inscribirte en una clase profesional de defensa personal.

Método 1
Método 1 de 3:
Arrebatarle el arma al criminal

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    Ten en cuenta que tu objetivo en este tipo de situaciones es salvar tu vida. Si luchas con el criminal, esto puede aumentar de manera considerable las probabilidades de morir.
    • Si no te has sometido a un entrenamiento militar, policial o a uno de artes marciales de varias sesiones especializados en el tema de desarmar a un oponente, la manera más segura de enfrentar a una persona armada consiste en hacer lo que te pida, salvo que desee que ingreses a un vehículo con ella. En esta situación, tu vida estará en riesgo, ya que no se trata de una película y, por lo general, el atacante tendrá más experiencia que tú en este tipo de situaciones.
    • Ten en cuenta que, en este tipo de casos, el error más común que las posibles víctimas cometen es tener demasiada seguridad. El exceso de seguridad es la causa de la gran mayoría de las muertes. El segundo error más común es pelear contra el criminal. No obstante, hay ocasiones en las que podrías determinar que tienes que pelear. Por ejemplo, imagina que te encuentras en medio de un tiroteo en la escuela, en el cual es evidente que el objetivo del atacante es matar a la mayor cantidad posible de personas.
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    Toma su brazo sujetándolo de la muñeca. Si has determinado que tienes que desarmar al criminal o, de lo contrario, podría dispararte, voltea el arma para alejarla de ti. Esta técnica es muy peligrosa. No intentes realizarla si no has recibido un entrenamiento adecuado, salvo que sea totalmente necesario.
    • El objetivo consiste en cerciorarte de que el arma apunte lejos de tu cuerpo cuando la sujetes, y girarla.[1]
    • Debes mantener la energía que has generado; para ello, gira el brazo con el arma hacia la derecha y aléjate de la posición inicial en la que se encontraba el criminal. Luego lanza a la persona armada al suelo conforme gires a la derecha sosteniendo su brazo.
    • Tu mano debe permanecer en el brazo atacante y debe tomar el arma. Asimismo, puedes aproximarte a la persona y sujetar su brazo con tu pierna.
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    Sujeta el arma en su mano. Gira el arma hacia abajo y lesiona el dedo del criminal cuando lo hagas. Ten en cuenta que el dedo del criminal se encontrará en el gatillo.
    • Gira el arma hacia la derecha. Todas estas maniobras son peligrosas si el criminal tiene más fuerza que tú; además, posan el riesgo de hacer que el arma dispare y lastime a otras personas en el área.
    • Arrebata el arma de la mano herida del criminal. Dóblale la muñeca con la mano izquierda e inmovilízala con tu mano derecha, luego sujeta el arma y empújala hacia abajo. Esto es muy importante. Si no le sujetas la muñeca antes de voltear el arma para que apunte hacia abajo, correrás el riesgo de que pueda seguir controlándola.
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    Desarma a una persona que te apunte por la espalda. Voltea, aproxímate por debajo de su brazo y arrebátale el arma.
    • Podrías emplear alguna de las dos acciones indicadas a continuación. Puedes girar el arma en la mano del criminal y lesionar su dedo, o tan solo podrías arrebatarle el arma de la mano. Desplaza la mano izquierda hacia el lado en el que el atacante tenga el arma y, al mismo tiempo, desplaza tu cuerpo hacia el lado derecho del atacante.[2]
    • Antes de hacerlo, levanta las manos como si te rindieras y dile que no dispare. Luego de desplazar tu mano izquierda hacia el lado en el que el atacante tenga el arma, da un paso circular hacia la derecha en sentido antihorario entre los pies del atacante y gira el arma para que apunte hacia él.
    • Bloquea la mano derecha del atacante con tu muñeca y gira el arma para que apunte a su garganta, así lo arrojarás al suelo. Cada uno de estos movimientos tiene el objetivo de reubicar el arma antes de girarla en la mano de la persona.
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    Controla el arma. Debes ganar el control del arma para que el criminal no vuelva a apuntarte con ella. Esto ocurrirá con rapidez y el criminal intentará recuperar el control del arma.[3]
    • Arremete contra el criminal. Emplea tu peso para empujar el arma hacia adentro y hacia abajo. Debes tratar de empujar el arma hacia abajo y hacia adentro, así reducirás la capacidad del atacante de moverla. Sin importar la reacción del criminal, mueve los pies para seguir depositando tu peso en el arma.[4]
    • Tendrás que emplear los músculos de tu cadera y tu peso corporal para torcer la muñeca del atacante y derribarlo. Haz un solo movimiento que ejerza una gran tensión en la muñeca del atacante, lo que lo derribará y permitirá tener un control sólido del arma. Para quitarle el arma, puedes patearle la cabeza, la sección media del cuerpo o la ingle.[5]
    • También puedes llegar al hombro del atacante y tomar la culata del arma. Para lograrlo, introduce tu mano derecha apuntando con el pulgar hacia el suelo. Jala el arma con fuerza en tu dirección para reducir la ventaja del atacante y jálala un poco hacia arriba. Luego arrebata el arma.

Método 2
Método 2 de 3:
Evitar que disparen

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    Dale al atacante lo que pida. Podrías correr el menor peligro posible si haces lo que la persona armada te pida (como darle tus cosas), si esto no pone en peligro tu vida.
    • Por ejemplo, si un asaltante desea tu auto, tu billetera o tu bolso, debes entregárselos. No vale la pena arriesgar tu vida por ellos.[6] Arroja el objeto (bolso, llaves del auto, etc.) detrás de la persona; ella lo tomará y tú podrás escapar.
    • Ha habido casos en los que la persona le entregaba al atacante lo que este le pedía, y aun así el criminal le disparaba. No existe una técnica segura para este tipo de situaciones peligrosas y rápidas.
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    Cambia la dirección de la línea de disparo. El método más eficaz para protegerte consiste en eliminar el peligro más inmediato que corras. Si te apuntan con un arma, es evidente que esto será el peligro más inmediato que correrás.[7]
    • Debes apartarte de la línea de disparo. Para ello, puedes cambiar la dirección de la línea de disparo o puedes alejarte. Tu primer movimiento debe ser pequeño e imperceptible. Si haces un movimiento notorio para girar o alejarte de la línea de disparo, podrías hacer que el atacante te dispare.
    • Cambia la línea de disparo con la mano. Esto hará que el disparo pase cerca de menos puntos vitales. Mueve el arma de manera lateral en la línea más corta posible. Si te están apuntando con un arma en el pecho, muévela hacia la izquierda o la derecha. Asimismo, podrías empujar el arma hacia arriba.
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    Escapa. Esta es una posible opción, pero puede ser muy peligrosa, ya que el atacante podría dispararte.
    • Si vas a emplear esta técnica, arroja un objeto (como tu billetera) en una dirección y corre hacia la otra, así harás que el atacante se distraiga. Corre en zigzag o siguiendo otro patrón impredecible.[8]
    • Cabe recalcar que este es un movimiento muy peligroso. Nuevamente, toda la situación en sí es peligrosa. La mejor opción podría ser darle al atacante lo que desea. Si el criminal aún no te ha visto (como en el caso de un tirador activo), lo principal es correr y ocultarte (p. ej., detrás de una puerta), y solo debes luchar si te encuentran.
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    Expresa tus intenciones. Si estás listo para hacer un movimiento, indícale a la persona armada qué es lo que vas a hacer, antes de hacerlo.
    • Por ejemplo, antes de sacar tu billetera, puedes decir algo como “Voy a meter la mano en el bolsillo para sacar mi billetera y entregártela”.
    • Observa los rasgos del criminal conforme te muevas. Descubre un rasgo único sobre esta persona que permita que la policía pueda identificarla en un momento posterior.
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    Haz que el criminal se distraiga. Imagina que estás frente a un atacante que está decidido a matarte. Esto quiere decir que su objetivo no es robar, sino matar, tal como se ha visto en los tiroteos que han ocurrido anteriormente en las escuelas.
    • Si es posible, escapa. Aléjate del edificio o del área.
    • Si no puedes correr, debes ocultarte. Ocúltate detrás de una puerta y coloca tu teléfono en modo silencioso. Antes de comunicarte con los servicios de emergencias, debes cerciorarte de que la puerta esté fuertemente bloqueada.
    • Si el atacante te encuentra, lucha con él. Emplea armas improvisadas (como sillas, laptops, libros de texto, etc.) que puedas arrojarle o con los que puedas golpearlo. Esto es más eficaz si te encuentras en un grupo, pero también es de utilidad si estás solo.[9] El objetivo es derribar al criminal a como dé lugar.
    • Antes de hacerlo, reúnete con otras personas. Sujeta el arma del criminal y gírala con rapidez para alejarla de tu cuerpo. Sigue sujetando el arma cuando el criminal la jale para alejarla de ti, y deposita tu peso hacia adelante. Luego golpéalo en la cara o la garganta con mucha fuerza. Sujeta con la mano el extremo del arma por donde no sale la bala. Dale un rodillazo al criminal en la ingle. También puedes girar tus manos como si acelerarás una moto, lo que lesionará el dedo del criminal que se encuentre en el protector del gatillo.

Método 3
Método 3 de 3:
Despistar al criminal

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    Levanta las manos y actúa como una persona aterrada y pasiva. Si no desafías al atacante, existe la probabilidad de que no te lastime. Si planeas desarmarlo, también tendrás que comportarte de manera pasiva y complaciente al inicio, así lo despistarás.
    • Lo ideal es que solo hagas todo lo que te pida, sin intentar hacer algo peligroso.
    • Actúa de manera cooperativa y pasiva en la medida de lo posible. Di algo como “Hey, no te preocupes, no quiero tener problemas. ¿Qué es lo que buscas?”. Haz que el atacante tenga la impresión de que no eres peligroso.
    • Levanta los brazos a una altura mayor a la del arma, y no los mantengas quietos. Muévelos de un lado a otro de manera reiterada, así calmarás la visión periférica del atacante y ocultarás el movimiento defensivo. También debes mover las manos hacia adelante, así ocultarás el movimiento que vayas a hacer.
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    Acércate para que el arma esté al alcance de tu brazo. Emplea un movimiento rápido para primero desplazar tu cabeza y luego sujetar el arma.[10]
    • Aleja el arma de tu cuerpo. Gira la muñeca del criminal hacia adentro. Distráelo con un golpe, una patada o ambos movimientos.
    • Acércate por debajo del arma. Para ello, coloca tu mano libre en el percutor y conoce la dirección en la que el cañón apunta en todo momento. Sujeta el arma con ambas manos cuando patees, pisotees o le des un rodillazo al criminal. Para arrebatar el arma, sujétala con firmeza empleando ambas manos y tuerce la muñeca del criminal. Ahora tendrás el arma.
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    Da unos pasos hacia atrás cuando tengas el arma. Cuando tengas el arma, lo mejor que podría ocurrir es que puedas irte sin tener que disparar.
    • Escapa con el arma. Si el criminal sigue atacándote, es probable que no tengas más opción que dispararle. Para ello, debes revisar el arma con las manos y darle un pequeño golpe al fondo del cargador, así te cerciorarás de que esté colocado.
    • Grita, haz ruido e intenta llamar su atención. Con suerte, el criminal huirá. Nuevamente, el objetivo es no tener que disparar. Conoce las leyes de defensa personal. En muchos casos, si corres un riesgo inmediato de morir o de sufrir lesiones corporales graves, tienes derecho a defenderte.[11]
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    Mantén la calma. No debes demostrar que sientes pánico, ya que esto podría hacer que la persona armada también entre en pánico, lo cual es muy peligroso.
    • Debes conservar la ventaja psicológica. Haz contacto visual con la persona armada. Esto la obligará a considerarte un ser humano y podría hacer que tenga más dificultades para dispararte. No obstante, no lo mires de manera intimidante o desafiante.
    • Analiza el contexto. ¿Cuál es el motivo por el que la persona te apunta con un arma? Si se debe a que quiere robarte, es probable que no quiera matarte. Si te apuntan en un tiroteo masivo en el que la persona armada tiene como objetivo matar a la mayor cantidad posible de personas, este será un caso muy diferente. Si no sabes con certeza si el motivo es matarte, el criminal podría perdonarte la vida y quizás no tengas que quitarle el arma.
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    No te expongas a situaciones peligrosas. Existen maneras en las que puedes reducir la probabilidad de tener que emplear técnicas de defensa personal.
    • Si eres mujer o una persona con discapacidad, no camines sola, en particular durante la noche. Los criminales buscan aprovecharse de todo momento de vulnerabilidad. Ellos podrían considerarte como su objetivo si caminas ebrio por las calles. No exhibas tu dinero o tus joyas costosas.
    • Préstale atención a tu entorno. No camines con la cabeza hacia abajo o distrayéndote mientras hablas por teléfono. Presta atención a lo que ocurre a tu alrededor en todo momento. Usa calzado que te permita correr.
    • Podrías obtener un permiso para portar armas si la ley lo permite en tu estado o región, y si has recibido un entrenamiento adecuado. Solicita una escolta de seguridad en tu universidad, departamento o trabajo, si cuentas con esta opción. Puedes portar una macana o gas pimienta, si son legales en tu región.

Consejos

  • Practica lo más que puedas. Incluso las personas que han recibido un entrenamiento de combate podrían no contar con las habilidades requeridas para desarmar a una persona en una situación real. Antes de siquiera considerar el uso de estos movimientos, asiste a una clase para aprender a desarmar a un oponente armado y practica hasta poder realizar los movimientos por instinto.
  • Incluso si te sientes un poco inseguro, es mejor ir por lo seguro y darle al criminal lo que te pida. Ningún objeto que poseas vale más que tu vida.
  • Mantén la mirada en el arma, pero no le brindes toda tu atención. El criminal puede atacarte con otras partes del cuerpo o quizás con otras armas.
  • Un arma tiene más eficacia si se usa a una distancia corta. Esta distancia es una ventaja para la persona armada. Reduce esta distancia para que se convierta en una desventaja.

Advertencias

  • Es probable que tu única opción sea matar al atacante. Sin importar lo desagradable que sea, a veces es la opción más segura. No obstante, si puedes evitarla, HAZLO.
  • Si la policía se encuentra allí, deja que haga su trabajo. Ellos están capacitados para encargarse de este tipo de problemas. Si te mueves o intentas desarmar al atacante, podrías interferir con la línea de disparo de los policías o recibir un disparo del atacante.
  • Incluso en los casos extremos de defensa personal, si matas o lesionas gravemente a una persona, esto puede meterte en problemas con la ley e incluso podrían encarcelarte. Debes informar toda lesión que inflijas al atacante, así podrá recibir un tratamiento médico adecuado.
  • Ten en cuenta que el asaltante podría contar con otras armas, además de la que ha usado para atacarte.

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Categorías: Defensa personal