Hay personas se lastiman a sí mismas para lidiar con el estrés emocional, la angustia o el trauma que surge del estrés postraumático; el abuso sexual, físico o emocional; o la baja autoestima. Si tu ser querido se corta, podría infligirse dolor para tratar de tranquilizarse, distraerse y no pensar en el dolor emocional, o expresar su necesidad de ayuda.[1] [2] Podrías alarmarte mucho si descubres que un ser querido realiza estos comportamientos, pero ten en cuenta que el propósito de las personas que se lastiman de esta forma no es suicidarse.[3] Si te preocupa, habrá muchas medidas que podrás adoptar para ayudarla.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Abordar la situación

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    Conversa con la persona. Indícale que en verdad te preocupas y que no quieres juzgarla. Si la juzgas, esto podría hacer que deje de confiar en ti. Podrás abordarla de manera abierta si le dices algo como “He notado que tienes algunas marcas en los brazos, y me preocupa que puedas estar cortándote” o “¿Te gustaría hablar conmigo sobre ello?”. Las frases como estas le indicarán que estás al tanto de la situación, pero que estás listo para ayudarla en lugar de juzgarla.[4]
    • Déjale en claro que no está sola y que estás allí para ayudarla si lo necesita.
    • Exprésale tu gratitud por confiarte esta información, ya que es muy personal. Será más probable que se sincere si sabe que en verdad te preocupas por ella.
    • Centra la conversación en el futuro al preguntarle cómo podrás ayudarla, y no en el motivo por el que haya actuado de esa forma.
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    Ayúdala a identificar sus desencadenantes. Estos consisten en todo aquello que le cause la necesidad de cortarse. Será vital que identifiques estos elementos, así podrá pedir ayuda cuando note que afronta una situación que podría elevar las probabilidades de cortarse.[5]
    • Los desencadenantes son diferentes en cada persona, por lo que será muy importante que converses con ella a fin de identificar lo que suela incitarla a cortarse. Pregúntale qué la ha llevado a cortarse en el pasado. ¿En dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? ¿En qué estaba pensando?
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    Enséñale métodos para afrontar la situación. Enséñale nuevas maneras de lidiar con el estrés, como ejercitarse durante 30 minutos por un mínimo de 3 días a la semana, dar una caminata agradable por la naturaleza, adoptar un pasatiempo, fingir que “se lastima” al golpearse con una banda elástica o dibujar con un marcador, o pasar tiempo con sus amigos.[6]
    • Recuérdale que cada persona afronta la situación de manera diferente o que, para ellas, algunos métodos son más eficaces que otros. Por lo tanto, podría tener que experimentar un poco a fin de identificar lo que le funciona mejor.
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    No hagas promesas que no puedas cumplir. Identifica tus limitaciones. Si no podrás estar junto a ella todo el tiempo que dure el problema, será mejor que otras personas se encarguen de ayudarla o que le indiques que solo podrás estar a su lado de forma temporal. No le digas algo como “Siempre estaré aquí” o “Nunca me iré”, en especial si no estás seguro de poder cumplirlo. Si no sabes con certeza cuánto podrás ofrecerle, podrías decirle “Haré lo que pueda para ayudar”.[7]
    • Las personas que se cortan ya sufrirán de angustia emocional en sus vidas, y su progreso podría verse perjudicado por las personas que no puedan apoyarlas a largo plazo. Si todos las abandonan, esto solo reforzaría sus miedos. Ten en cuenta que las acciones siempre son más eficaces que las palabras.
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    Mantente tranquilo. Es normal que te sorprendas al descubrir que alguien que conoces se lastima a sí mismo, pero será importante que guardes la calma. Tu primera reacción podría ser espantarte, lo cual no la ayudará en lo absoluto. No uses frases sentenciosas como “¿Por qué lo haces?”, “No deberías hacerlo” o “Nunca podría hacerme algo así”. Este tipo de frases negativas pueden hacer que la persona se sienta peor o avergonzada, y pueden incentivarla a cortarse con más frecuencia (en lugar de reducir estos incidentes).[8]
    • Lo primero que deberás hacer es respirar profundo. Esta es una situación que podrás controlar. La paciencia y los cuidados serán los únicos factores que mejorarán esta situación.
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    Conoce los motivos por los que se corte. Podrás investigar por tu cuenta y obtener la mayor cantidad de información posible de ella sobre la razón por la que se lastime. Podría lastimarse a sí misma para ejercer autocontrol o aliviar las heridas emocionales. Si conoces las motivaciones de su comportamiento, podrías sentir más empatía por ella. Estos son algunos de los motivos comunes por los que las personas se cortan a sí mismas:[9]
    • Algunas personas lo hacen debido a que consideran que el dolor psicológico es peor que el físico. Al generarse dolor físico, ellas dejan de prestar atención a las sensaciones de ansiedad, estrés o depresión.[10]
    • Otras se cortan porque han recibido críticas o un abuso excesivos, y se castigan por ello.
    • Este comportamiento puede captar la atención de la persona y permitirle escapar por un momento de una realidad depresiva o angustiante.
    • Otras se hacen daño porque aprenden el comportamiento de alguien más y lo consideran como un mecanismo de defensa aceptable.
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    Dale tu apoyo. Quizás puedas lidiar con la situación por tu cuenta, o tal vez no. Deberás estar listo para la probabilidad de que necesites solicitar ayuda profesional. También tendrás que prepararte para estar al lado de la persona por un largo tiempo. Darle tu apoyo será un compromiso a largo plazo.
    • No obstante, evita involucrarte tanto como para descuidar tu persona y tus propias necesidades.[11]
    • No le insistas en que detenga dicho comportamiento de inmediato, ya que es poco probable que esto ocurra. Escúchala y deja que se exprese.
    • Sé empático con ella al ponerte en sus zapatos y comprender sus dificultades.
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    Ten paciencia. Este proceso tomará tiempo y, por lo tanto, no ocurrirá de la noche a la mañana. No esperes que despierte un día y considere que la vida es preciosa; ya que esto no sucederá. Será menos probable que esto ocurra si sabe que tienes expectativas que no cumplirá. En lugar de ello, no la presiones e indícale que estás seguro de que tendrá éxito en su debido momento.
    • Valida sus sentimientos en torno al problema incluso si no estás de acuerdo con su comportamiento. No le des sermones sobre lo que debería sentir; en lugar de ello, escucha lo que te intente decir. Incluso si han pasado semanas o meses, deberás apoyarla de forma constante y permanecer a su lado sin importar lo que ocurra.[12]
    • Por ejemplo, si te indica que se corta porque tiene una autoestima muy baja, podrías decirle algo como “Debe haber sido muy difícil decirlo, gracias por habérmelo contado. A veces también me siento triste y sé que puede ser muy doloroso; estoy de acuerdo”.
    • Si quieres animarla, dile “Estoy orgulloso de lo mucho que te estás esforzando”. Si sufre una recaída (lo que podría ocurrir), no deberás juzgarla. Dile algo como “A veces todos nos topamos con obstáculos. Estoy aquí para apoyarte y decirte que te quiero”.

Parte 2
Parte 2 de 2:
Obtener ayuda para ella

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    Solicita ayuda médica, si fuese necesario. Infligirse cortes puede ser peligroso a nivel físico y emocional. Esto puede ser peligroso para la salud física, ya que la herida puede infectarse con facilidad.[13] En ocasiones, las personas que se cortan a sí mismas tendrán que infligirse heridas más grandes y profundas a fin de saciar su necesidad de sentir dolor. Si no se detiene este comportamiento, la persona podría necesitar que la hospitalicen para tratar las heridas.
    • A nivel emocional, esto puede generar muchos otros problemas psicológicos, como una baja autoestima o depresión.[14] Este comportamiento puede volverse un hábito, lo que puede intensificar las intervenciones de tratamiento más adelante. Mientras más espere el paciente para recibir ayuda, más difícil será eliminar dicho hábito.
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    Ayúdala a encontrar un terapeuta o consejero. Muchas de estas personas se rehúsan a solicitar ayuda profesional y, en ocasiones, ni siquiera están dispuestas a reconocer que tienen un problema. Sin embargo, no deberás ignorar la realidad del problema, sé persistente. No intentes obligarla, pero anímala de forma afectuosa a conversar con un profesional. Recuérdale que no hay nada vergonzoso en torno a ello, ya que millones de personas acuden a terapeutas o consejeros. Indícale que los terapeutas podrán enseñarle mecanismos de defensa cuya eficacia se haya comprobado.[15] [16] No deberá enfocarse en que necesita ayuda, sino en mejorar.
    • Menciónale que los terapeutas han recibido una formación específica para ayudar a las personas con emociones muy difíciles y crear un entorno totalmente libre de prejuicios en el que pueda sentirse segura y afrontar los problemas graves.
    • Busca profesionales y grupos de apoyo en tu área que tengan experiencia en el tratamiento del daño autoinfligido. Recomiéndale estas opciones a la persona que estés ayudando. Un grupo de apoyo o un especialista que comprenda bien el comportamiento podrán contribuir con los esfuerzos de recuperación que hayas iniciado en la vida de tu amigo o ser querido.
    • Los grupos de apoyo podrán ayudar mejor a las personas con este problema, ya que así sentirán que no están solas y sabrán que ningún miembro las juzgará, ya que todos estarán en un predicamento similar. No obstante, deberás supervisar con mucha atención su progreso y participación en la terapia grupal, ya que a veces estas terapias pueden agravar el comportamiento en lugar de mejorarlo.[17]
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    Ayuda a solucionar los conflictos subyacentes. No suele haber una sola causa subyacente para este comportamiento, pero podría ser de utilidad que intentes identificar y tratar todas las que podrías descubrir.[18] Luego de identificar los factores que induzcan el estrés, deberás abordarlos de manera directa, lo que podría reducir estos comportamientos. Podrás abordar el conflicto con alguno de los siguientes métodos:
    • Conversa con la persona de manera más abierta y frecuente. Escúchala con empatía para identificar el problema subyacente y relacionarte con él.
    • Intenta reconocer los pensamientos de la persona y analiza sus palabras, como “Me siento satisfecha cuando me corto y me hace sentir cómoda”. Aborda estos pensamientos y ayuda a la persona a reemplazarlos con otros más apropiados, como “Hacerme daño es peligroso y, si bien alivia mi problema de forma temporal, no es una solución saludable o a largo plazo”.
    • Idea mejores estrategias para afrontar la situación y ayúdala a identificarlas y usarlas. No obstante, estas variarán según la persona y el motivo por el que se corte. Algunas podrían beneficiarse si se rodean de más personas o si se mantienen más ocupadas, mientras que otras podrían tener que permanecer tranquilas y a solas. ¿Qué es lo que le ayudaría a tu ser querido? Reflexiona sobre su personalidad o pregúntaselo de forma directa.
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    Pasa un buen momento con esta persona que confía en ti. Ella necesitará apoyo emocional y podría beneficiarse si tiene a alguien como tú para ayudarla a expresar sus sentimientos con actividades más saludables. Se ha demostrado que el apoyo social reduce el estrés, lo que a su vez podrá aliviar su angustia emocional.[19] Haz que practique pasatiempos que creas que pueda disfrutar. Programa una excursión en un parque natural cercano o vayan a pescar. Haz todo lo posible (dentro de los límites de lo razonable) por distraerla y hacer que deje de cortarse.
    • No tendrás que ser un profesional de la salud mental para hacer sentir mejor a una persona que se corte. Tan solo deberás escucharla con paciencia, ser considerado y no juzgarla incluso si consideras que su hábito es incomprensible. Estas personas no necesitarán tu opinión, solo que las escuches.
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    Ayúdala a aprender algunas técnicas beneficiosas. La resolución de problemas, los mecanismos de defensa y la mejora de las habilidades comunicativas serán métodos vitales para poder reducir las ocasiones en las que se corte. Consulta con un terapeuta para ayudarla a aprender estas técnicas.[20]
    • El material de los recursos en línea confiables también será de utilidad. Podrás ayudarla a aplicarlos en situaciones reales. Por lo general, el hábito de cortarse desaparecerá cuando haya aprendido y practicado con eficacia las estrategias para afrontar el estrés y las habilidades para la resolución de problemas. Puedes brindarle esta página web como un recurso.
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    Distráela para que no piense en cortarse. Con frecuencia, el objetivo principal de estos comportamientos es evitar concentrarse en el dolor o el estrés, y obtener placer. Podrás ayudarla a identificar otras técnicas de distracción más eficaces que dicho comportamiento y hacer que las practique. Esto puede hacer que se corte menos. Estas son algunas técnicas que podría usar:[21] [22]
    • Ejercitarse. Esto será muy útil para mantener un buen estado de ánimo y menores niveles de estrés.
    • Escribir un diario. Así podrá anotar los pensamientos estresantes.
    • Rodearse de seres queridos que la hagan asumir la responsabilidad de sus acciones.
    • Indicarle que se desahogue de alguna otra manera física. Podría apretar un cubo de hielo, golpear una almohada, romper papel, aplastar una sandía en pedazos o escribirse palabras en el cuerpo con un marcador.
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    Supervisa su círculo social. Los círculos sociales son muy importantes, en especial para los adolescentes. Con frecuencia, las personas aprenden a cortarse a sí mismas al ver a un amigo hacerlo, y luego repiten dicho comportamiento. Asimismo, podría revisar o estar expuesta a una página web que embellezca o fomente la autoflagelación, o contemplar representaciones de la misma en las noticias, la música u otros medios. Tendrás que conversar con ella para indicarle que analice de manera crítica estas influencias y la forma en la que pueden diferir de la realidad.[23]
    • Si tiene compañeros que influyen de forma negativa, anímala con sutileza a cambiar de círculo social, ya que esto suele ayudar a reducir y, básicamente, ponerle fin al comportamiento de cortarse.

Advertencias

  • Si alguien se ha infligido una herida y crees que podría requerir atención médica, no dudes en llamar al 911 de inmediato.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 34 707 veces.
Categorías: Salud emocional