Cuando la vejiga de una mujer se sale fuera de su lugar y cae en la vagina se dice que se ha “prolapsado”. Anatómicamente, la vejiga reposa entre el hueso púbico (en el frente) y el útero (la parte posterior) y encima de la vagina. Un prolapso de vejiga (o cistocele) puede producirse cuando los músculos de la pared vaginal se debilitan y no pueden soportar los órganos pélvicos de la manera adecuada. En esta situación, la vejiga sobresale hacia la vagina. Alrededor del 11 % de las mujeres necesitarán un cirugía que corrija el prolapso de órganos pélvicos.[1] Debido a que los cistoceles pueden causar malestar e incontinencia, es importante diagnosticarlos y tratar los síntomas con la mayor rapidez y eficacia posible.[2]

Parte 1
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Reconocer los síntomas de un prolapso de vejiga

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    Busca la presencia de un bulto de tejido en tu vagina. En los casos graves, podrías sentir que tu vejiga desciende hacia tu vagina. Al sentarte, podría parecer que lo haces sobre una pelota o un huevo, sensación que podría desaparecer cuando te paras o te recuestas. Este es el síntoma más evidente de un cistocele y deberás acudir a un médico o ginecólogo cuanto antes.[3]
    • A esta sensación generalmente se le considera una señal de un caso grave de vejiga prolapsada.
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    Observa la presencia de un dolor o malestar pélvico. Si sientes dolor, presión o malestar en la parte baja del abdomen, la zona pélvica o la vagina, debes acudir a un médico. Cualquier tipo de condición podría causar estos síntomas, incluso un prolapso de vejiga.[4]
    • Si tienes un cistocele, este dolor, presión o malestar podría aumentar al momento de toser, estornudar, realizar esfuerzo o al ejercer presión en los músculos del suelo pélvico. Si este es el caso, asegúrate de decírselo a tu médico.
    • Si tienes un prolapso de vejiga, también podrías sentir que algo se cae de tu vagina.
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    Considera los síntomas urinarios. Si tiendes a filtrar orina cuando toses, estornudas o realizas esfuerzo, tienes lo que se conoce como “incontinencia por estrés”. Las mujeres que han dado a luz son especialmente susceptibles y un prolapso de vejiga puede ser una causa significativa. Acude a tu médico para solucionar el problema.[5]
    • También determina si has experimentado algún cambio al orinar, como por ejemplo una dificultad para empezar a hacerlo, un vaciado incompleto de la vejiga (también conocido como retención urinaria) y un aumento en la frecuencia y urgencia urinaria.
    • Ten en cuenta si has tenido infecciones frecuentes a la vejiga o infecciones del tracto urinario (ITU). Con “frecuente” se hace referencia a tener más de una ITU en menos de seis meses. Las mujeres con cistocele a menudo contraen infecciones frecuentes en la vejiga, de modo que vale la pena prestar atención a la frecuencia de las ITU.
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    Toma en serio el dolor durante las relaciones sexuales. El dolor durante las relaciones sexuales se llama “dispareunia” y pueden producirse a causa de una serie de condiciones físicas, entre las que se encuentran un prolapso de vejiga. Si sufres dispareunia, debes acudir al médico o ginecólogo lo más pronto posible.[6] [7]
    • Si el dolor durante las relaciones sexuales es un nuevo desarrollo para ti y recientemente has dado a luz a un bebé por parto natural, entonces una causa particularmente probable sea un prolapso de vejiga. En este caso, no pierdas el tiempo en acudir al médico.
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    Presta atención a un dolor en la espalda. Algunas mujeres que sufren de cistocele también experimentan dolor, presión o malestar en el área baja de la espalda. El dolor en la espalda es un síntoma muy general que podría significar muchas cosas (o ninguna en lo absoluto), pero es recomendable programar una cita con tu médico. Esto es especialmente el caso si experimentas cualquiera de los demás síntomas.[8]
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    Ten en cuenta que algunas mujeres no presentan síntomas en lo absoluto. Si tu caso de prolapso de vejiga es leve, es posible que no notes ninguno de los síntomas mencionados anteriormente. Algunos cistoceles se detectan por primera vez durante los exámenes ginecológicos de rutina.
    • No obstante, si exhibes o experimentas alguno de los síntomas descritos anteriormente, debes consultar con tu médico o ginecólogo.
    • Si no experimentas síntomas, generalmente no habrá necesidad de un tratamiento.
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Parte 2
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Entender las causas de un prolapso de la vejiga

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    Ten en cuenta que el embarazo y el parto son la causa más común de un prolapso en la vejiga. Durante el embarazo y el parto, los músculos de la pelvis y los tejidos de apoyo se tensan y estiran. Debido a que estos músculos mantienen tu vejiga en su lugar, un gran esfuerzo o debilidad en ellos puede hacer que la vejiga se deslice hacia abajo en dirección a la vagina.[9] [10]
    • Las mujeres que han estado embarazadas, sobre todo si han tenido partos naturales múltiples, corren un mayor riesgo de desarrollar cistoceles. Incluso las mujeres que han dado a luz por cesárea están en riesgo.
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    Reconoce el papel de la menopausia. Las mujeres posmenopáusicas corren un riesgo significativo de sufrir un prolapso de la vejiga debido a la disminución en los niveles de estrógeno, la hormona sexual femenina. El estrógeno es en parte responsable de mantener la fuerza, tonificación y resistencia de los músculos vaginales. Como resultado, los niveles bajos de esta hormona presentes en la transición hacia la menopausia hacen que estos músculos se hagan más delgados y menos elásticos, lo que conlleva a un debilitamiento general.[11]
    • Ten en cuenta que esta caída en los niveles de estrógeno se produce aun cuando ingresas a la menopausia por medios artificiales, como con la extirpación quirúrgica del útero (histerectomía) o los ovarios. Estas cirugías no solo causan daño en la zona pélvica, sino también cambios en los niveles de estrógeno. Por lo tanto, si bien podrías ser más joven que la mayoría de las mujeres menopáusicas y sanas, aún corres el riesgo de sufrir un cistocele.
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    Considera el hecho de que la distención muscular puede ser un factor. En ocasiones, el esfuerzo intenso o el levantamiento de pesas pueden desencadenar un prolapso. Cuando sufres una distención en los músculos del suelo pélvico, corres el riesgo de sufrir un prolapso de la vejiga (sobre todo si los músculos de tu pared vaginal ya se han debilitado a causa de la menopausia o el parto). Los tipos de distención muscular que pueden causar un cistocele son los siguientes:
    • Levantar objetos muy pesados (incluso a los niños)
    • Una tos crónica e intensa
    • Estreñimiento y esfuerzo durante la defecación
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    Considera tu peso. Si sufres de sobrepeso u obesidad, corres un mayor riesgo de sufrir un prolapso de la vejiga. El peso adicional ejerce una tensión adicional en los músculos del suelo pélvico.[12]
    • El sobrepeso u obesidad de una persona se determina mediante el uso del índice de masa corporal (IMC), un indicador de la grasa corporal. El IMC se calcula mediante el peso de una persona en kilogramos (kg) dividido entre el cuadrado de la altura en metros (m). Un IMC de entre 25 y 29,9 se considera sobrepeso mientras que un IMC superior a 30 se considera obesidad.[13]
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Parte 3
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Diagnosticar un prolapso de vejiga

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    Haz una cita con un médico. Si crees que podrías tener un prolapso de vejiga, saca una cita con tu médico o ginecólogo.
    • Prepárate para darle a tu médico la mayor información posible, incluyendo un historial médico y una descripción detallada de tus síntomas.
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    Sométete a un examen pélvico. Como primer paso, tu médico probablemente realice un examen ginecológico rutinario. En este examen, el cistocele se detecta al introducir un espéculo (una herramienta que sirve para inspeccionar los orificios del cuerpo) contra la pared vaginal posterior (trasera) mientras estás recostada con las rodillas dobladas y los tobillos apoyados en los estribos de la camilla. El médico probablemente te pida que “pujes” (como lo haces al dar a luz a un niño o al defecar) o que tosas. Si hay un cistocele, tu médico verá o sentirá una masa blanda sobresaliendo hacia la pared vaginal anterior (frontal) al momento de hacer un esfuerzo.[14]
    • Una vejiga que ha terminado en la vagina se considera como un diagnóstico positivo de un prolapso de la vejiga.[15]
    • En algunos casos, además de realizar el examen pélvico estándar, tu médico podría examinarte de pie. Puede ser útil evaluar un prolapso desde diferentes posiciones.
    • Si tu médico nota un prolapso en la pared posterior de la vagina, probablemente también realice un examen rectal. Esto le ayudará a determinar la fuerza de tus músculos.
    • No necesitas prepararte para este examen de ninguna forma y esta no tomará mucho tiempo. Podrías sentir un malestar ligero durante un examen pélvico, pero para la mayoría de las mujeres solo es un examen rutinario, muy similar a realizarse pruebas de Papanicolaou.
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    Sométete a más pruebas en caso de que experimentes un sangrado, incontinencia o disfunción sexual. Lo más probable es que tu médico recomiende pruebas conocidas como cistometría o urodinámica.
    • Un estudio cistométrico mide lo llena que está tu vejiga cuando sientes por primera vez la necesidad de orinar, cuando se siente “llena” y cuando en verdad está completamente llena.[16]
    • Tu médico te pedirá que orines en un recipiente conectado a una computadora, la cual se encargará de tomar algunas medidas. Luego deberás recostarte en una camilla y el médico introducirá un catéter delgado y flexible en tu vejiga.
    • La urodinámica es un conjunto de pruebas. Incluye la micción medida (flujo de orina), que cronometrará la cantidad de tiempo que te toma para empezar a orinar, el tiempo que te toma terminar de orinar y la cantidad de orina que produces. También incluye a la cistometría, tal como se mencionó anteriormente. Asimismo, incluirá una prueba de la fase de micción o vaciado.
    • En la mayoría de las pruebas urodinámicas, tu médico colocará un catéter delgado y flexible en la vejiga, el cual permanecerá en su lugar mientras orinas. Un sensor especial recopilará información para que tu médico pueda interpretarla.
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    Habla con tu médico acerca de las pruebas adicionales. En algunos casos, normalmente cuando tu prolapso es más grave, tu médico podría recomendarte pruebas adicionales, las cuales son:
    • Uronálisis. En un uronálisis, se analizará tu orina en busca de signos de infección (como una ITU). El médico también analizará tu vejiga para ver si se vacía por completo. Para hacerlo, introducirá un catéter (tubo) en la uretra de una mujer para extraer y medir la cantidad de orina restante después de miccionar, el residuo posmiccional (RPM). Un RPM de más de 50 a 100 ml es el diagnóstico para una retención urinaria, uno de los síntomas de un prolapso de la vejiga.[17]
    • Ultrasonido con RPM. Una prueba de ultrasonido envía ondas sonoras que rebotan en la vejiga y vuelven a la máquina de ultrasonido, produciendo en el proceso una imagen de la vejiga. Esta imagen también muestra la cantidad de orina restante después de la orina o micción.[18]
    • Cistouretrograma miccional (CUGM). Esta es una prueba donde un médico toma radiografías durante la micción para visualizar la vejiga y evaluar los problemas. Un CUGM muestra la forma de la vejiga y analiza el flujo de orina para determinar los bloqueos potenciales. La prueba también puede servir para diagnosticar la incontinencia urinaria por estrés enmascarada por un cistocele. Es importante realizar este diagnóstico dual, pues el paciente también necesitará un tratamiento de la incontinencia así como la reparación de un cistocele (si es necesario realizar una cirugía).[19] [20]
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    Solicita un diagnóstico específico. Una vez que el médico confirme la presencia de un prolapso de la vejiga, deberás solicitar un diagnóstico más detallado. Los cistoceles se dividen en categorías de acuerdo con su gravedad. El mejor tratamiento dependerá del tipo de cistocele que tengas, así como los síntomas que tengas. Un prolapso de vejiga puede encajar en uno de los siguientes “grados”:[21] [22]
    • Los prolapsos de grado 1 son leves. Si tienes un cistocele de grado 1, significa que solo parte de tu vejiga desciende hacia tu vagina. Podrías exhibir síntomas leves tales como un malestar ligero y una filtración de orina, pero algunas mujeres no presentan ningún síntoma. El tratamiento podría consistir en ejercicios de Kegel, descanso y abstinencia de levantar peso o realizar esfuerzo. Si estás en la etapa posmenopáusica, la terapia de reemplazo también es algo que deberás tomar en cuenta.
    • Los prolapsos de grado 2 son moderados. Si tienes un cistocele de grado 2, significa que toda la vejiga desciende hacia la vagina. Podría llegar a tocar la abertura vaginal. Los síntomas tales como el malestar y la incontinencia urinaria se vuelven moderados. Probablemente sea necesario realizar una cirugía para reparar el cistocele, pero es posible que puedas aliviar los síntomas adecuadamente utilizando un pesario vaginal (un dispositivo pequeño de plástico o silicona que se coloca en el interior de la vagina para mantener a las paredes en su lugar).
    • Los prolapsos de grado 3 son graves. Si tienes un cistocele de grado 3, significa que parte de la vejiga sobresale realmente a través de la abertura vaginal. Los síntomas tales como el malestar y la incontinencia urinaria se agravan. En este caso, será necesario realizar una cirugía de reparación del cistocele o el uso de un pesario al igual que con un cistocele de grado 2.
    • Los prolapsos de grado 4 son totales. Si tienes un cistocele de grado 4, significa que toda la vejiga desciende a través de la abertura vaginal. En estos casos, podrías experimentar otros problemas graves, entre los que se encuentran los prolapsos uterinos y rectales.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Tratar un prolapso de vejiga

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    Determina si necesitas un tratamiento. Un prolapso de vejiga de grado 1 generalmente no requiere un tratamiento médico siempre y cuando no presente dolor o malestar. Consulta con tu médico para ver si recomienda un tratamiento médico o prefiere optar por un método de “ver y esperar”. Si tus síntomas no te molestas mucho, lo más probable es que tu médico recomiende un tratamiento básico que incluya a los ejercicios de Kegel y la fisioterapia.[23]
    • Ten en cuenta que tu médico podría recomendarte que te abstengas de ciertas actividades, tales como el levantamiento de pesas u otras actividades que ejerzan tensión en tus músculos pélvicos. No obstante, sigue siendo saludable ejercitarte con regularidad.[24]
    • También debes saber que la forma en que tus síntomas afectan tu calidad de vida es un factor clave al momento de decidir un tratamiento. Por ejemplo, podrías tener un prolapso grave pero no presentar síntomas mayores. En este caso, podrías hablar con tu médico acerca de opciones de tratamiento más suaves. Por otro lado, podrías tener un prolapso leve, pero los síntomas te causan un malestar o incomodidad significativos. Podrías hablar con tu médico acerca de un tratamiento más agresivo.
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    Practica los ejercicios de Kegel. Los ejercicios de Kegel se realizan al contraer los músculos del suelo pélvico (como si trataras de detener el flujo de orina), conteniéndolos por un periodo breve para luego liberarlos. Estos ejercicios no requieren ningún equipo especial y pueden realizarse en cualquier parte (ya sea mientras se está en una cola, en un escritorio o al relajarse en el sofá); además, realizarlos con regularidad puede fortalecer tus músculos. En los casos leves, pueden impedir que la vejiga prolapsada descienda más. Para realizarlos, deberás hacer lo siguiente:[25]
    • Contrae o aprieta los músculos del suelo pélvico. Estos son los músculos que se utilizan para detener el flujo de orina al miccionar.
    • Mantén la contracción durante cinco segundos y luego relájate por otros cinco.
    • Trata de mantener la contracción durante diez segundos seguidos.
    • Tu objetivo es realizar de tres a cuatro series de 10 repeticiones al día.
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    Utiliza un pesario. Se trata de un dispositivo de silicona pequeño que, al introducirse en la vagina, mantiene la vejiga (y los demás órganos de la pelvis) en su lugar. Algunos están hechos para que puedas introducirlos por tu cuenta mientras que otros deberán ser colocados por un médico. Los pesarios vienen en una variedad de formas y tamaños, así que un profesional en medicina podrá ayudarte a elegir el más adecuado para ti.
    • Los pesarios pueden ser incómodos y algunas mujeres tienen problemas para evitar que se caigan. También podrían causar una ulceración vaginal (si no tienen el tamaño correcto) e infección (si no los retiras y limpias cada mes). Probablemente necesites una crema tópica de estrógeno para evitar el daño a tus paredes vaginales.
    • Pese a estas desventajas, un pesario puede ser una alternativa valiosa, en especial si deseas posponer o no la cirugía no es una buena opción para ti. Habla con tu médico y sopesa los pros y contras para tu caso en particular.
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    Prueba la terapia de reemplazo de estrógeno. Debido a que un nivel reducido de estrógeno suele ser el responsable de un debilitamiento en los músculos vaginales, tu médico podría sugerirte una terapia de estrógeno. Podría recetarte esta hormona en forma de pastilla, crema vaginal o anillo introducido en la vagina con la finalidad de fortalecer los músculos débiles del suelo pélvico. La crema no se absorbe muy bien, por lo que sus efectos son muy fuertes en el área donde se aplica.
    • La terapia de estrógeno tiene sus riesgos. Las mujeres con ciertos tipos de cáncer no deben consumir esta hormona y deberás discutir los peligros y beneficios potenciales con tu médico. En general, los tratamientos de estrógeno por vía tópica son menos riesgosos que los tratamientos de estrógeno por vía “sistémica”.
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    Sométete a una cirugía. Si los demás tratamientos no funcionan o si tu cistocele es muy grave (grado 3 o 4), tu médico podría recomendarte una intervención quirúrgica. La cirugía funciona mejor en algunas mujeres que en otras. Por ejemplo, si planeas tener hijos en el futuro, quizás quieras postergar la cirugía hasta después de constituir tu familia con el fin de evitar que el prolapso vuelva a ocurrir después del parto. Las mujeres de mayor edad también podrían tener un mayor riesgo asociado con la cirugía.[26]
    • Un tratamiento quirúrgico común para el prolapso es la vaginoplastía. Un cirujano se encargará de levantar tu vejiga para colocarla en su lugar, y luego podría apretar y reforzar los músculos vaginales para asegurarse de que todo se mantenga en el lugar debido. Existen otros procedimientos quirúrgicos que puedes considerar y tu médico te recomendará el que crea mejor para tu situación en particular.[27]
    • Un cirujano te explicará el procedimiento, todos sus riesgos y ventajas, y las posibles complicaciones antes de realizar la cirugía. Entre las posibles complicaciones están una ITU, incontinencia, sangrado, infección y, en algunos casos raros, un daño en la retracción urinaria que requiera cirugía para repararla adecuadamente. También existe una posibilidad de que tras la cirugía las mujeres experimenten irritación o dolor durante las relaciones sexuales a causa de una sutura o tejido cicatricial en su interior.[28]
    • Dependiendo de las características específicas de tu caso, podrías necesitar anestesia local, regional o general. Muchas mujeres pueden volver a casa al cabo de uno a tres días después de la operación y la mayoría de los pacientes pueden retomar sus actividades normales al cabo de unas semanas.[29]
    • Si también has sufrido un prolapso en el útero, tu médico podría recomendarte una histerectomía para extirparlo. Este procedimiento puede llevarse a cabo en conjunto con la cirugía. Si el cistocele está acompañado de una incontinencia urinaria por estrés, podría ser necesario realizar un procedimiento de suspensión uretral simultánea.
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Consejos

  • Si bien los cistoceles pueden ser dolorosos, incómodos y problemáticos, tienen tratamiento y casi nunca son mortales. Si crees que tienes un prolapso de vejiga, no entres en pánico; solo asegúrate de sacar una cita con tu médico y desarrollar junto con él un tratamiento adecuado para ti. Hay muchas razones que garantizan una recuperación completa.
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  1. http://www.health.harvard.edu/family_health_guide/what-to-do-about-pelvic-organ-prolapse
  2. http://my.clevelandclinic.org/health/diseases_conditions/hic_Cystocele_Fallen_Bladder
  3. http://www.health.harvard.edu/family_health_guide/what-to-do-about-pelvic-organ-prolapse
  4. http://www.cdc.gov/healthyweight/assessing/bmi/adult_bmi/index.html
  5. http://www.merckmanuals.com/professional/gynecology-and-obstetrics/pelvic-relaxation-syndromes/cystoceles-urethroceles-enteroceles-and-rectoceles
  6. http://www.niddk.nih.gov/health-information/health-topics/urologic-disease/cystocele/Pages/facts.aspx
  7. https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/003904.htm
  8. http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/overactive-bladder/basics/tests-diagnosis/con-20027632
  9. http://www.niddk.nih.gov/health-information/health-topics/urologic-disease/cystocele/Pages/facts.aspx
  10. http://emedicine.medscape.com/article/1848220-overview
  11. http://www.niddk.nih.gov/health-information/health-topics/urologic-disease/cystocele/Pages/facts.aspx
  12. http://www.niddk.nih.gov/health-information/health-topics/urologic-disease/cystocele/Pages/facts.aspx
  13. http://www.obgynplano.com/1137/prolapsed-bladder-what-is-cystocele-cystocele-repair-surgery-plano-texas/
  14. http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/pelvic-organ-prolapse/care-at-mayo-clinic/treatment/con-20036092
  15. http://www.betterhealth.vic.gov.au/bhcv2/bhcarticles.nsf/pages/Cystocele
  16. http://www.health.harvard.edu/family_health_guide/what-to-do-about-pelvic-organ-prolapse
  17. http://www.acog.org/Patients/FAQs/Surgery-for-Pelvic-Organ-Prolapse
  18. http://www.betterhealth.vic.gov.au/bhcv2/bhcarticles.nsf/pages/Cystocele
  19. http://www.health.harvard.edu/family_health_guide/what-to-do-about-pelvic-organ-prolapse
  20. http://www.health.harvard.edu/family_health_guide/what-to-do-about-pelvic-organ-prolapse

Acerca de este wikiHow

Lacy Windham, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Lacy Windham, MD. La Dra. Windham es ginecóloga y obstetra certificada por el colegio oficial en Tennessee. Asistió a la escuela de medicina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis y completó su residencia en la Escuela de Medicina Eastern Virginia en 2010, donde fue galardonada con el premio "Residente más destacado en medicina fetal materna", y el premio "Residente más destacado en oncología" y el premio "Residente más destacado en general". Este artículo ha sido visto 196 145 veces.
Categorías: Salud urinaria
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