Los gatos pueden ser gráciles, distantes y misteriosos, pero también pueden ser total y absolutamente graciosos. Sus pequeñas peculiaridades pueden hacer reír a cualquier amante gatuno. Al pasar algún tiempo divirtiéndote con tu gato, aprenderás a reconocer sus pequeñas manías cómicas y verás su toda su personalidad. Divertirte con él será excelente para que ambos estrechen su vínculo afectivo y eliminará el aburrimiento y el estrés. Te divertirás al igual que él e incluso podrías empezar a preguntarte si no es él el que se ríe de ti.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Crear un ambiente divertido para el gato

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    Asegúrate de que el gato tenga un lugar o más que sean de él. Puede ser su cama o la esquina de una habitación que sea solo para él. Sin embargo, como todo dueño de gato sabe, este animal se apoderará de otros lugares, que podrían ser tu sillón favorito, computadora o almohada. Jugar “El que se fue a Sevilla, perdió su silla” con un gato puede ser un poco frustrante, pero ¡es parte de la diversion de tener uno!
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    Cómprale un poste para rascar. Estos postes se hacen de diversos materiales ásperos (cartón, cuerda, alfombra, etc.) que los gatos pueden rascar y disfrutar. Se venden en todas las tiendas de productos para mascotas.
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    Compra o construye un “árbol” para gato para que tu mascota juegue.[1] Estos árboles tienen muchas secciones y niveles, áreas donde el gato puede rascar, donde se pueden colgar juguetes, túneles o cajas para que pueda trepar, etc. Los encontrarás en las tiendas de productos para mascotas.
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    Pon envases de hierba para gatos dentro de casa. La hierba para gatos hará que tu mascota tenga un poco de naturaleza dentro de casa.[2] Tu mascota podrá comer este tipo de planta sin ningún problema y la encontrarás en las tiendas de productos para mascotas. Disfrutarás ver a tu gato tratando de comerla.
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    Dale acceso a una ventana, si puedes. A los gatos les encanta mirar aves, ardillas y demás animales, y mirar la actividad exterior en general. Una ventana puede ser una gran fuente de entretenimiento, en especial si tienes un gato que está permanentemente dentro de casa.
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    Prueba con lugares seguros para que un gato de interiores pase un rato en exteriores. Un espacio al aire libre cerrado puede ser divertido para que tu gato casero disfrute de los exteriores. Por ejemplo, si tu casa tiene un área rodeada por una malla, como un porche o jardín de invierno, puedes dejar que tu mascota entre.[3]
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    Saca a pasear a tu gato con una correa.[4] Las correas para gato se venden en las tiendas de productos para mascotas. Tienen un arnés pequeño con el que se puede pasear a un gato casi al igual que un perro. No todos los gatos cooperarán con la correa, así que podría tomarte un tiempo adiestrarlo para que camine con la correa. Lo más fácil es empezar mientras es joven para que se acostumbre.
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    Deja que juegue en exteriores, si es seguro hacerlo. Los gatos en exteriores pueden divertirse abalanzándose sobre cosas, escondiéndose, escabulléndose y cazando criaturas pequeñas.
    • Si quieres empezar a traer un gato de exteriores dentro de casa, hazlo lentamente. Haz que pase más tiempo dentro de casa gradualmente. También tendrás que tener paciencia mientras se acostumbra a usar la caja de arena, el poste para rascar y demás cosas de interiores.[5]
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    Juega con tu mascota frecuentemente. Los gatos son animales activos, pero normalmente juegan en sesiones cortas de 5 a 15 minutos.[6] [7] Es excelente que los gatos jueguen frecuentemente, así que procura tener sesiones de juego cortas en diferentes momentos del día.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Jugar con tu gato

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    Cómprale algunos juguetes especiales para él. A muchos gatos les gusta tener sus propios juguetes. Escoge unos que le permitan poner en práctica su instinto de caza natural, por ejemplo, cosas que pueda perseguir, atrapar o a las que pueda abalanzarse. Los gatos tienen personalidades individuales, así que puedes probar algunos juguetes diferentes para encontrar lo que le gusta al tuyo. También puedes cambiárselos de vez en cuando (a diario o después de unos días) para evitar que se aburra.[8] Algunos buenos juguetes son:
    • Las varitas que tienen algo en la punta.
    • Las pelotas de goma o cualquier juguete suave o que rebote. A los gatos les gusta golpear cosas con sus patas.[9]
    • Juguetes de hierba gatera.
    • Cosas que se arruguen, como envoltura de burbujas o bolsas de papel.
    • Los punteros láser pueden ser divertidos, pero también pueden frustrarlo.[10]
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    Juega al escondite con tu gato. Escóndete de él y trata de llamar su atención para que te encuentre o deja que se esconda en algo mientras lo buscas. Las bolsas y cajas son excelentes para este juego.[11] De hecho, podrá jugar con una solo si la dejas en el suelo por ahí.
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    Dale un poco de hierba gatera. La hierba gatera es un miembro de la familia de la menta. Por razones no del todo conocidas, muchos gatos reaccionan de manera entusiasta ante esta hierba: se dan vueltas, tienen un comportamiento altamente estimulado o parecen muy contentos.[12] Puedes dársela de manera segura de diversas maneras. Prueba lo siguiente:
    • Compra un juguete relleno de hierba gatera.
    • Haz tu propio juguete de hierba gatera. Rellena un huevo de plástico de Pascua con un poco de hierba gatera en hebras (la venden en las tiendas de productos para mascotas) y mira cómo se divierte oliéndolo y golpeándolo.[13]
    • Espolvorea un poco de hierba gatera en hebras sobre una de sus cosas, como un juguete o su poste para rascar.
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    Atráelo con bocadillos. Toma un rollo de papel toalla y métele un poco de tiras de papel con algunos bocadillos y quizá un poco de hierba gatera. Míralo tratando de sacar todos los bocadillos de dentro.[14]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Llevar un control del nivel de actividad y la salud del gato

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    Juega con tu gato con frecuencia, pero conoce sus límites. Cada gato querrá jugar de determinadas maneras y en determinados momentos, así que presta atención a sus preferencias. Seguir unos cuantos consejos puede ayudarte a mantenerlo contento e interesado:
    • No dejes que gane siempre ni que pierda siempre.[15]
    • No lo obligues a jugar contigo. Si no parece interesado en algo, prueba otras cosas. Si todavía no está interesado, espera y tratar de jugar en otro momento.[16]
    • Detén el juego si tu gato se pone inusualmente agresivo.[17] Quizá tenga que calmarse por un rato o quizá quiera jugar de otra manera.
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    Diviértete con él, pero asegúrate de que no le duela. Si observas signos que indican que no quiere comer o le cuesta jugar, no lo obligues. Quizá tengas que contactar a un veterinario si observas signos de dolor, tales como los siguientes:
    • Si duda antes de saltar.
    • Si sube las escaleras o traspasa otros obstáculos lentamente.
    • Si no aterriza correctamente después de saltar.
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    Haz que tu casa sea segura para gatos. Si tienes un gato de interiores o uno de exteriores que pasa tiempo dentro de casa, entonces querrás que juegue libremente sin riesgo alguno.[18] Por ejemplo:
    • Guarda los productos de limpieza y demás químicos en envases bien cerrados alejados del alcance del animal.
    • Ciertas plantas de interiores comunes (como la hiedra y el muérdago) son tóxicas para los gatos, así que mantenlas alejadas.
    • A veces, a los gatos les gusta meterse a lugares pequeños u oscuros, tales como armarios y clósets. Asegúrate de que no se quede atrapado dentro, en especial si tiene la costumbre de meterse.
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    Haz que el área de exteriores sea segura para gatos. Si tienes un gato que pasa todo el tiempo o parte de él fuera de casa, puedes divertirte viéndolo abalanzarse, cazar y esconderse. Puedes darle juguetes o dejar que juegue con cosas que encuentre fuera. Solo asegúrate de ponerle una placa en caso de que se pierda y asegúrate de que esté protegido de cualquier cosa peligrosa (plantas venenosas, depredadores, autos, etc.).[19]
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 15 489 veces.
Categorías: Gatos
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