Este artículo fue coescrito por Emily Listmann, MA. Emily Listmann es una tutora particular en San Carlos, California. Ha trabajado como maestra de estudios sociales, coordinadora de currículo y maestra de preparación para el SAT. Recibió su maestría en Educación en la Escuela de Postgrado en Educación de Stanford en 2014.
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La comprensión lectora abarca mucho más que únicamente la capacidad de leer las palabras de la forma correcta, ya que ayuda a los lectores a interactuar con distintos textos y poner en práctica sus lecciones en situaciones de la vida real. Asimismo, puede incrementar el nivel de confianza y ayudar a que los estudiantes practiquen la metacognición, que es cuando piensan en lo que están pensando. Puedes ayudar a tus estudiantes de muchas formas, desde desglosar las partes de una historia hasta interactuar con ellos mediante preguntas razonadas acerca del texto.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Explicar cómo funciona un texto
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1Define los componentes de una historia de forma que los estudiantes puedan identificarlos. Podrías elaborar un afiche grande y colgarlo en la parte delantera del aula de forma que todos puedan verlo o bien repartir hojas de ejercicios individuales con un desglose de los términos y definiciones importantes (esto dependerá de la edad de tus estudiantes). Cuando tus estudiantes lean, pídeles que identifiquen tantas partes distintas de la historia como les sea posible. Estos son algunos términos que debes incluir:[1]
- Los personajes: ¿quiénes son las personas en la historia?
- El escenario: ¿en dónde se lleva a cabo la historia?
- La trama: ¿qué ocurre en la historia?
- El conflicto: ¿qué es lo que los personajes intentan hacer o superar?
- La resolución: ¿de qué forma se resuelve el conflicto?
- Tu enfoque sobre la enseñanza de estos componentes será diferente según la edad de tus estudiantes. En el caso de los estudiantes más jóvenes que aún estén en la primaria, puedes pedirles que escriban a qué o a quiénes identifican como los personajes principales, el lugar en donde se lleve a cabo la historia, lo que ocurra en ella y la forma como se resuelva el conflicto. En el caso de los estudiantes mayores que estén en la secundaria o la universidad, puedes pedirles que redacten un resumen de 500 palabras de los puntos principales del texto.
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2Diles a los estudiantes cuáles son sus objetivos para la lectura de un determinado texto. Infórmales a qué deben prestar atención al leer, independientemente de que sea tan solo poder resumir el texto o si deberían estar aprendiendo algo nuevo. Verbaliza este objetivo y también toma nota de él en la parte delantera del aula para que así los estudiantes puedan consultarlo en el momento en que lo necesiten.[2]
- Por ejemplo, podrías decir: "Al leer, intenten determinar la forma como nuestro protagonista decide resolver la situación. ¿Ustedes hubieran hecho algo de forma diferente?".
- Si les verbalizas a los estudiantes cuál es su objetivo, esto les será útil para abordar textos nuevos con una mentalidad parecida y se tornará en un hábito que los preparará para recibir información nueva.
- Si bien esto podría no preocuparles mucho a los estudiantes mayores que estén en la secundaria o la universidad, a los estudiantes más jóvenes podría serles de gran ayuda saber a qué prestar atención al empezar a leer.
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3Pídeles a los estudiantes que presten atención a las imágenes y los títulos. Antes de empezar a leer algo nuevo, ya sea que vayas a hacerlo junto con tus estudiantes o que vayan a hacer una lectura independiente, siempre debes empezar por señalar el título del texto y las imágenes que lo acompañen, ya sea en la portada o en las páginas. De forma similar, en caso de que haya varios capítulos, puedes hacer una pausa al iniciar cada uno de ellos para leer el título.
- Con frecuencia, los títulos y las imágenes pueden brindarnos pistas en cuanto a lo que el texto nos dirá. Pueden serles útiles a los estudiantes para enfocar su atención.
- Pregúntales a los estudiantes de qué forma cambiarían los títulos o las ilustraciones si ellos fueran el autor. Esto les es de ayuda para considerar lo que realmente comunican esos aspectos de un texto.
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4Ayuda a que los estudiantes identifiquen las partes del texto que no comprendan. Independientemente de que sea el vocabulario, un punto de la trama o una pregunta sobre un personaje, la capacidad para decir lo que no comprenden constituye una gran parte de ayudar a tus estudiantes a superar sus problemas con la comprensión.[3]
- Estimula a tus estudiantes a hacerte preguntas directamente o bien a tomar nota de las preguntas que tengan sobre el texto. Es posible que no sepan las razones por las cuales un personaje en particular se comporte de una determinada forma o que no sepan el significado de alguna palabra. Si precisas el problema, puedes mostrarles la forma de encontrar la respuesta.
- Estas son algunas preguntas útiles que tus estudiantes pueden hacer: (1) ¿Por qué el autor incluyó esta sección? (2) ¿Por qué este personaje realizó esta acción en particular? (3) Me pregunto por qué…
- En caso de que trabajes con estudiantes de primaria, puedes pedirles que te muestren las partes en las que tengan problemas con la comprensión y luego ayudar a que aprendan la forma de articular ese problema, ya que es posible que aún no cuenten con el vocabulario para ello.
- En caso de que trabajes con estudiantes mayores en la secundaria o la universidad, debes estimularlos a reunirse contigo después de clases o durante el horario en el que estés en tu oficina para poder conversar sobre cualquier problema que tengan con la comprensión lectora.
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5Enséñales a tus estudiantes a usar pistas de contexto para responder a las preguntas. En caso de que tus estudiantes tengan problemas con el vocabulario, puedes enseñarles a determinar cuál es el significado probable de la palabra mediante las oraciones que la rodeen. De forma similar, en caso de que malinterpreten la trama del texto, puedes pedirles que vuelvan a leer el título y las primeras líneas de forma que presten atención al escenario de la historia.[4]
- Por ejemplo, imagina que un estudiante no comprende la palabra "irritado" pero sabe que, en la misma oración, el autor escribió que había gritos y discusiones. Por tanto, a partir de esa información, el estudiante puede deducir que lo más probable es que "irritado" quiera decir enojado o fastidiado.
- En el caso de los estudiantes más jóvenes, puedes emplear un texto específico que esté diseñado para resaltar las pistas de contexto como un ejemplo de la forma como tus estudiantes pueden hacer lo mismo con otras cosas que lean. Dedica todo un periodo de clase a trabajar en este ejemplo y pedir a los estudiantes que identifiquen cosas como el tono de un texto, el escenario, la trama y otras palabras de vocabulario que podrían serles útiles para interpretar el texto de una mejor manera.
- Asimismo, en caso de que trabajes con estudiantes de la secundaria, podrías enseñarles sobre el uso de otros recursos como una ayuda para establecer conexiones (por ejemplo, hacer pausas al leer para buscar algo en la computadora o en sus teléfonos celulares, en caso de que esté permitido que los usen en clase).
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6Ayuda a que tus estudiantes establezcan una conexión entre las lecturas y sus vidas. Pregúntales cómo los hizo sentir la historia o cómo se sentirían si fueran uno de los personajes en ella. Pregúntales si les recuerda a alguna situación en su propia vida o en otra historia que hayan leído y pídeles que compartan cuál fue esa situación y la forma como consideran que está vinculada al texto.
- Asimismo, pedirles a tus estudiantes que piensen en sus opiniones sobre la historia es importante para ayudarlos con el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.
- En caso de que trabajes con estudiantes de primaria, debes enfocarte más en el aspecto de los sentimientos de una situación, en tanto que, en el caso de los estudiantes de la secundaria, podrías empezar a hablar sobre las implicancias éticas de un texto para generar una conversación más profunda. Puedes pedirles a tus estudiantes mayores que escriban una reacción al texto en la que expliquen la forma como se hayan sentido y como consideren que el autor logró que se sintieran así.
Método 2
Método 2 de 3:Practicar la lectura activa
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1Comparte "pensamientos en voz alta" con tus estudiantes más jóvenes durante el tiempo de lectura. En caso de que vayas a leerles a tus estudiantes o de que todos vayan a turnarse para leer un texto compartido, debes estimular las preguntas y "curiosidades" en el proceso. Por ejemplo, después de leer una oración sobre una acción que haya realizado un personaje, puedes hacer una pausa para decir "Me pregunto por qué nuestro protagonista tomó la decisión de hacer eso y no otra cosa".
- Los "pensamientos en voz alta" les enseñarán a los estudiantes a hacer pausas y preguntas al leer, y no solamente a enfocarse en terminar el texto lo más rápido posible.
- Como una excelente forma de estimular los "pensamientos en voz alta", puedes llevar a cabo un seminario socrático. Este constituye una discusión dirigida por los estudiantes en la que ellos comparten ideas y preguntas y explayan las ideas y preguntas de los demás.
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2Enséñales a los estudiantes a tomar notas y recordar los detalles importantes. En caso de que esté permitido que los estudiantes hagan marcas en sus libros, debes enseñarles a encerrar en un círculo los nombres de los personajes importantes, colocar marcas de verificación junto a los puntos importantes de la trama o incluso resaltar o subrayar las partes que consideren importantes. Como otra opción, también puedes estimularlos a tomar notas en una hoja de papel.
- Marcar los detalles en el texto o tomar nota de ellos puede ser útil para que esa información se quede grabada en su mente, sobre todo si los estudiantes tienen dificultades para recordar los detalles.
- En caso de que trabajes con estudiantes de primaria, quizás debas enfocarte en enseñar a tomar notas simples (por ejemplo, nombrar a los personajes principales o cómo organizar la información por capítulo).
- En el caso de los estudiantes mayores, puedes profundizar en la toma de notas ayudándolos a crear guías de estudio e incluso pidiéndoles que escriban un diario sobre sus reacciones a un texto aparte de tomar notas en general.
- En caso de que tengas estudiantes que piensen de manera visual, puedes estimularlos a elaborar mapas conceptuales de forma que puedan organizar de manera visual los distintos elementos del material. Por ejemplo, podrían elaborar un mapa conceptual en el que se muestren las relaciones entre distintos personajes o puntos de la trama.
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3Pídeles a tus estudiantes que resuman lo que lean de manera verbal. Pídeles que se enfoquen en identificar los personajes principales, el conflicto y la resolución de la historia. Si los estudiantes saben que hablarán sobre la historia más adelante, esto los estimula a prestar atención a los puntos de la trama al leer. Asimismo, si pueden sintetizar la información y repetirla, esto demuestra que el lector comprende el texto.[5]
- También puedes pedirles a los estudiantes que trabajen en grupos después de leer un texto y conversen sobre lo que consideren que haya sido el punto principal de la historia, lo que opinaron sobre los personajes y las preguntas que tenían al leer.
- En el caso de los estudiantes más jóvenes que estén en la primaria, puedes pedirles que elaboren un resumen de entre 5 y 6 oraciones de un texto.
- En el caso de los estudiantes mayores, podrías pedirles que preparen un resumen verbal de 5 minutos para presentarlo ante la clase o en un grupo pequeño.
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4Emplea preguntas "gruesas" y "delgadas" para mejorar la comprensión lectora. Las preguntas "delgadas" reflejan los componentes principales de una historia (quién, qué, dónde y cuándo), mientras que las preguntas "gruesas" ayudan a que los estudiantes profundicen más. Puedes hacer algunas de las siguientes preguntas "gruesas":[6]
- ¿Qué tal si…?
- ¿Por qué ocurrió ____?
- ¿Qué opinan sobre esto?
- ¿Qué podría ocurrir en el futuro?
- ¿Cómo se sienten?
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5Elabora organizadores gráficos como una forma de ayudar a los estudiantes mayores a organizar la información. Los organizadores gráficos son algo que los estudiantes pueden elaborar a medida que leen un texto para ayudarse a organizar la información conforme vayan leyendo. Es posible usarlos para trazar la línea de tiempo de una historia o comprender las emociones o los procesos de toma de decisiones de los personajes. Busca distintos formatos en línea y lleva a cabo una sesión de clase para enseñarles a los estudiantes a usar los organizadores gráficos.[7]
- Entre algunos tipos populares de organizadores gráficos, se encuentran los diagramas de Venn, los diagramas de flujo, los cuadros de resumen y los organizadores cíclicos.
- Los organizadores gráficos son excelentes debido a que es posible que cada estudiante tenga una manera distinta en la que necesite escribir las cosas. De ser posible, ayuda a tus estudiantes a determinar el estilo que les funcione mejor.
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6Cuelga cuadros sinópticos visuales en el aula. Estos constituyen afiches que hacen énfasis en distintos aspectos de la lectura y son excelentes para colgarlos en el aula de forma que los estudiantes puedan consultarlos al leer independientemente. Por ejemplo, puedes elaborar un cuadro sinóptico sobre las pistas de contexto, sobre deletrear palabras, sobre visualizar textos y sobre resumir información.[8]
- Puedes consultar en Pinterest o en sitios web dedicados a recursos para los profesores como una forma de obtener ideas para tus propios cuadros sinópticos. Hay muchos de los que puedes elegir.
- Asimismo, puedes hacer énfasis en un cuadro sinóptico distinto todas las semanas para así ayudar a que tus estudiantes se enfoquen en distintos aspectos de la comprensión lectora.
- Independientemente de la edad de tus estudiantes, los cuadros visuales pueden serles de ayuda.
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7Pídeles a tus estudiantes que elaboren una "película mental" del texto. Pídeles que visualicen la acción (o lo que se describa en el texto) al leer y que luego reproduzcan la película en su mente al terminar. Esto puede serles útil para solidificar su comprensión del material.
- Asimismo, puedes pedirles que dibujen un guion gráfico simple o actúen un poco de la "película" como una forma de ayudar a reforzar su visualización.
Método 3
Método 3 de 3:Asignar tareas y evaluar el progreso
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1Asígnales a tus estudiantes tareas pequeñas de lectura y preguntas que deban responder. Asígnales tareas a tus estudiantes que reflejen las lecciones que aprendan en el aula según aquello en lo que estén trabajando en clase. Por ejemplo, en caso de que estén aprendiendo sobre las pistas de contexto, puedes asignarles una pequeña tarea de lectura y una hoja de ejercicios que contenga preguntas sobre las pistas de contexto que haya en el texto. Al entregar la tarea, pídeles a los estudiantes que trabajen en grupos pequeños para hablar sobre las pistas que hayan encontrado.[9]
- En el caso de los estudiantes mayores, puedes pedirles que lean varios libros a lo largo de un semestre y escriban reacciones de 500 palabras a cada uno en las que detallen de qué forma consideraron que se elaboró el texto y lo que los hizo pensar en respuesta a él.
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2Pídeles a tus estudiantes que lleven un diario en el que escriban reacciones a los textos. Los estudiantes de todas las edades pueden trabajar en esto. Puede constituir un diario físico o electrónico, según como prefieras. Pídeles que escriban una reacción a los textos que les asignes en la que detallen las razones por las cuales consideren que los personajes tomaron las decisiones que tomaron, lo que identificaron como los principales puntos de la trama y la forma como consideren que la historia podría haberse desarrollado de forma diferente si es que las personas hubieran tomado decisiones distintas.[10]
- Pídeles a los estudiantes que entreguen los diarios entre 3 y 4 veces en el transcurso del semestre o del año en el que tengas clase con ellos. De este modo, no solo rendirán cuentas, sino que también podrán desarrollar sus propios hábitos de trabajo.
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3Investiga sobre herramientas de evaluación para los estudiantes de distintas edades. Si vives en los EE. UU., existen algunos exámenes ordenados por los estados mediante los cuales podrías obtener buena información sobre el nivel de habilidad de los estudiantes, aunque también es posible conseguir excelentes recursos en línea para usarlos en el transcurso del plan de estudios como una forma de consultar con los estudiantes y ver cómo van progresando. Ten cuidado de evaluarlos en temas que ya hayan cubierto en clase, desde la consciencia fonémica hasta la comprensión de la forma como se estructura un texto.[11]
- En caso de que observes que a un estudiante no le va bien en los exámenes de evaluación o las tareas de la clase, es posible que necesite un poco de ayuda adicional. Podrías ofrecerle crédito adicional u oportunidades de tiempo de enseñanza individual de forma que pueda enfocarse en las áreas en las que podría mejorar.
Consejos
- No olvides que cada persona aprende de una forma distinta. En el caso de algunos niños, es posible que la comprensión lectora les sea fácil en tanto que a otros les tome un tiempo. Debes tener paciencia y ayudar a todos tus estudiantes valiéndote de tus recursos.
Referencias
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ https://www.thecurriculumcorner.com/thecurriculumcorner456/close-reading-asking-thick-thin-questions/
- ↑ http://www.readingrockets.org/article/seven-strategies-teach-students-text-comprehension
- ↑ https://www.weareteachers.com/anchor-charts-that-teach-reading-comprehension/
- ↑ https://www.scholastic.com/teachers/blog-posts/genia-connell/17-18/Easy-and-Effective-Week-by-Week-Homework-for-Reading-Comprehension/