Escribir una autoevaluación puede ser estresante y, en ocasiones, intimidante, pero puede ser fundamental para ayudarte a lograr tus metas profesionales y además contribuye a tu organización. Independientemente de que te pidan que escribas unas o de que quieras hacerla como parte de tu plan de desarrollo personal, valdrá la pena. Para escribir una autoevaluación eficaz, necesitarás reflexionar sobre tus logros, sustentar tus declaraciones por medio de pruebas y fijarte nuevas metas profesionales.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Reflexionar sobre tus logros

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    Reserva un tiempo. Se necesita tiempo para crear una autoevaluación exhaustiva y útil, así que asegúrate de reservar el tiempo suficiente para que puedas completar el proceso. Si apresuras las cosas, lo más probable es que omitas logros importantes u oportunidades de desarrollo, lo que hará que el producto terminado sea menos productivo debido a que no refleja realmente tu progreso profesional.[1]
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    Analiza tus metas. Tu autoevaluación debe reflejar el hecho de que estás cumpliendo tanto tus metas como las de la empresa a largo plazo. Y lo que es más importante, para demostrarle a tu organización que eres un empleado eficaz, deberás mostrar que te estás esforzando por cumplir las metas de la empresa.[2]
    • Completar una autoevaluación te permitirá saber si estás rumbo a cumplir tus expectativas profesionales ya que podrás ver si todo el trabajo duro que realizas se relaciona con tus metas.
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    Cataloga tus logros. Con base en tus metas, crea un inventario de todo el trabajo que has hecho en el último año. Incluye cosas tales como proyectos completados, comités en los que has servido e informes que has redactado. Esta lista debe incluir todo, desde registros de clientes que ganaste hasta el comité que presidiste.[3]
    • Analiza tus materiales de trabajo (p.ej., correos electrónicos e informes) para tener ejemplos de tu trabajo y respaldar tus logros.[4]
    • Mientras anotas tus logros, piensa en cómo encajan con tus metas y utiliza eso para desarrollar tu redacción. Por ejemplo, si tu meta es aumentar las ventas y has estado llamando a clientes potenciales, puedes decir que “iniciaste las ventas” o “incrementaste los puntos de venta” en lugar de decir que “hiciste simples llamadas”.
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    Mantén el enfoque en ti. Debido a que esto es una autoevaluación, deberás incluir únicamente tus logros, no los de todo tu equipo. Demuestra la forma en que contribuiste a alguna tarea en equipo, incluyendo tus cualidades como un miembro del equipo.
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    Explica tus dificultades. Todos los trabajadores tienen sus debilidades e identificarlas de manera honesta es la única forma de superarlas. Debes reflexionar sobre tus dificultades con la finalidad de fijarte nuevas metas y elegir oportunidades de desarrollo útiles.[5]
    • Piensa en las ocasiones en las que has quedado rezagado en tu trabajo, en que necesitaste ayuda o en que no estuviste seguro de haber completado una tarea correctamente.
    • Proporciona ejemplos. Al igual que con tus éxitos, incluye ejemplos concretos que sustenten tu necesidad de tener oportunidades para el desarrollo profesional.[6]
    • Si tienes dificultades para identificar tus debilidades, habla con un colega de confianza, un mentor o tu supervisor.
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    Explica tus iniciativas de crecimiento. Lleva un registro de tus actividades para el desarrollo profesional desde el año pasado y relaciónalas con tus metas y debilidades pasadas. Demuestra la forma en que tuviste éxito para superar tus dificultades y lo mucho que te esforzaste para convertirte en el tipo de empleado que desea tu organización.
    • Incluye actividades de crecimiento profesional que hayas completado en tu propio tiempo, así como aquellas que hiciste como parte de tu trabajo.
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    Categoriza tus comentarios. Los comentarios que hayas recibido durante el último año serán fundamentales para sustentar tus logros y ayudarte a identificar las áreas de desarrollo. Si es posible, no olvides incluir los comentarios de tu supervisor, tus colegas y los clientes.
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    Resalta. Demuéstrale a tu organización las cualidades únicas que aportas. Por ejemplo, si tienes una formación académica variada o eres bilingüe, incluye esas características en tu autoevaluación con la finalidad de demostrar la forma en que contribuyes a la cultura de la empresa.[7]
    • ¿Qué te diferencia como empleado? Pregúntate qué características aportas en el trabajo y que están por encima de la descripción laboral. Como esta evaluación se enfoca en tu desempeño, incluye detalles que demuestren el tipo de contribución individual que aportas.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Utilizar pruebas para sustentar tus declaraciones

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    Respalda tus logros. Crea una lista de logros y una del trabajo que has realizado como parte de dicho logro. Una vez que tengas una perspectiva general del trabajo que hayas realizado, escribe una explicación breve utilizando verbos de acción.[8]
    • Los verbos de acción demuestran lo que hiciste en términos concretos. Por ejemplo, indica que evaluaste los resultados de una encuesta, capacitaste a un empleado recién contratado o iniciaste un proyecto nuevo.
    • Sé honesto. Si bien tu objetivo es expresar tus logros de una manera que te haga ver bien, asegúrate de hacerlo con precisión. Por ejemplo, no registres tu trabajo independiente como una experiencia de gestión ya que tú mismo fuiste tu propio administrador.
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    Cuantifica tus resultados. Respalda tus logros con ejemplos cuantificables, tales como estadísticas, porcentajes o cálculos totales.[9] Por ejemplo, di “Aumente mi clientela en un 20 %” o “Reduje los informes de errores en un 15 %”. También puedes utilizar cálculos directos como “Complete cinco encuestas” o “Tengo en promedio unos cuatro clientes al día”.
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    Proporciona datos cualitativos. Prepara una lista de ejemplos cualitativos para sustentar tus logros, sobre todo en áreas en que fuiste incapaz de brindar cifras.[10] Los ejemplos cualitativos demuestran que adoptaste medidas, pero que no puedes mostrar datos numéricos. Por ejemplo, puedes decir “Aumente mi clientela al crear una nueva aplicación web”.
    • Los ejemplos cualitativos son un gran respaldo cuando es importante adoptar alguna medida, independientemente de su éxito. Por ejemplo, si estás a cargo de un programa para evitar el consumo de alcohol en adolescentes, cualquier medida que adoptes será de utilidad, incluso si solo evitar que uno de ellos deje de beber.
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    Incluye tus comentarios. Vincula tus comentarios positivos con tus logros con la finalidad de demostrar que los demás han observado tus éxitos en el centro laboral. Incluye únicamente comentarios que sustenten claramente un logro de modo que tu autoevaluación sea precisa y útil.[11]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Fijarte nuevas metas profesionales

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    Revisa los resultados. Échale un vistazo a la autoevaluación prestando una especial atención a lo bien que lograste tus metas del año anterior, así como aquellas relacionadas con tu organización. Identifica los vacíos donde es necesario una mayor mejoría y luego analiza las dificultades que identificaste, lo que te mostrará las áreas en las que necesitas mejorar.[12]
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    Fíjate tus nuevas metas iniciales. Con base en los vacíos y las dificultades que identificaste, desarrolla nuevas metas profesionales para el próximo año. Opta por dos nuevas metas y recuerda que seguirás trabajando con rumbo a las metas de tu organización.[13]
    • A medida que te fijas metas, recuerda que necesitarás respaldar tus logros y tener la capacidad para adoptar iniciativas de crecimiento. Escribe tus metas de una manera que te permita cumplir con dichas demandas.
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    Analiza la autoevaluación. Programa una reunión con tu supervisor para revisar tus resultados. Prepárate para explicar la información que incluiste. Muéstrale tus nuevas metas iniciales y explícale la razón por la que elegiste este enfoque para el próximo año.[14]
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    Solicita comentarios. Después de que tu supervisor haya revisado los resultados de tu autoevaluación, pídele que te indique las áreas en las que necesitas mejorar y aquellas en las que demostraste tener éxito. Pregúntale qué es lo que piensa de tus nuevas metas iniciales y permítele que te ayude a reformularlas.[15]
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    Sugiere algunas iniciativas de crecimiento profesional. Analiza tus dificultades pasadas con la ayuda de tu supervisor y ofrece ideas para el crecimiento profesional del próximo año. Escucha las sugerencias de tu supervisor y mantén tu disponibilidad a seguir sus ideas. Demuéstrale que abordas tus debilidades y persigues el éxito.
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    Finaliza tus nuevas metas. Con base en los comentarios que recibiste de tu supervisor, finaliza tus nuevas metas y actualiza la autoevaluación para que refleje los cambios.[16]

Consejos

  • Planifica tu siguiente evaluación con tu administrador al establecer metas específicas y determinar la forma en que evaluarás dichas metas (métricas). Acuerda con anticipación la forma en que te calificarán dependiendo de los resultados. De esa manera, tanto tú como tus superiores estarán en la misma página en términos de metas.
  • Después de completar tu evaluación, actualiza tu currículum.
  • Programa reuniones trimestrales con tu supervisor para analizar las mejoras y el establecimiento de metas, las cuales te servirán en la siguiente autoevaluación.
  • Sé honesto cuando hables de tus logros, fortalezas y debilidades.

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