Estudiar con fichas es una de las maneras más conocidas de dominar la información nueva. Sin embargo, esto comprende más que solo escribir un par de palabras en un pedazo de cartulina. Para que las fichas te funcionen, primero es importante que controles con atención la información que escribas en ellas. También es una buena idea que revises aplicaciones que te ayuden a crearlas y compartirlas. Si practicas buenos hábitos de estudio con ellas, esto también te ayudará a aprender el material.

Método 1
Método 1 de 3:
Crear fichas de apuntes individuales

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    Mantén el texto breve. Solo usa frases cortas, en lugar de oraciones completas. Usa abreviaturas para las palabras siempre que sea posible. Tendrás que revisar las fichas con rapidez, y sintetizar el texto garantizará que solo contengan las ideas más importantes. Elegir el texto para las fichas iniciará el proceso de aprendizaje.[1]
    • Por ejemplo, si vas a estudiar historia, podrías escribir, “EE. UU.” en lugar de “Estados Unidos”. Podrías crear una frase reducida como “CC-América-1492” para una oración como “Cristóbal Colón descubrió América en 1492”.[2]
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    Escribe con lápiz. Si escribes con lápiz, podrás modificar los apuntes mientras sigues estudiando. Asimismo, el lápiz no traspasará el papel o la ficha, lo que evitará que veas la información desde el otro lado. Si decides usar un bolígrafo, asegúrate de que la tinta no traspase la ficha.
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    Incluye la fecha o la fuente. En la parte superior de cada ficha, anota la fecha de los apuntes de la clase de los que has tomado la información, o el número de página de la fuente y su nombre abreviado. Necesitas una manera de identificar la información en la fuente original. Esto es de utilidad cuando vas a citarla o si decides organizar las fichas.[3]
    • Si vas a hacer fichas de apuntes para varias clases, usa algunas de colores diferentes o mantenlas en pilas aseguradas con bandas elásticas.[4]
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    Crea fichas con imágenes. No hay una regla que indique que estas solo deben contener texto. En el caso de los estudiantes visuales, dibujar una imagen rápida podría ser lo más útil. Haz una imagen básica y fácil de reconocer. Nombra las partes de la imagen si esto te ayuda a estudiar.
    • Por ejemplo, si asistes a una clase de biología, podrías crear el esbozo de una célula y señalar sus partes. Luego puedes colocar sus nombres en la parte posterior de la ficha. Si le das la vuelta, podrás aprender el material.
    • Si estudias un idioma extranjero, podrías dibujar la imagen de un objeto (como una flor) en un lado de la ficha y la traducción de su nombre en el otro.
    • También puedes crear fichas con imágenes fotocopiando las de un libro de texto o notas de diapositivas, y cortándolas al tamaño de una ficha. Si lo haces muchas veces, crearás una presentación que coincidirá con tus notas de texto.[5]
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    Agrega color. Para evitar el aburrimiento y hacer que tu memoria se involucre de forma más profunda, puedes aplicarles un esquema de colores a las fichas. Puedes escribir con colores, resaltadores o incluso marcadores de punta fina. Subraya la información importante con un color o asígnales colores específicos a determinados temas en las fichas a fin de organizarlas con más facilidad.[6]
    • Ten un plan cuando empieces a darles color; de lo contrario, estas pueden volverse desordenadas y causarte más dificultades para estudiar.
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    Coloca juegos de palabras. Si has ideado una manera rápida de recordar información, anótala en una ficha. Todo tipo de nemotécnico (o técnica para mejorar la memoria) es útil para estudiar. Mantén las cosas simples y solo coloca un dato importante en cada una.[7]
    • Un estudiante de historia podría colocar la pregunta “¿Cuáles son las 3 carabelas con las que Colón viajaría?” en un lado de la ficha, y responder “La Pinta, la Niña y la Santa María” en el otro. La rima es un recurso nemotécnico que ayuda a retener la información.
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    Lamínalas. Ve a una tienda de fotocopiado y solicita que laminen las fichas. También puedes usar una máquina de laminado casera y rápida, y hacerlo por tu cuenta. Por otro lado, puedes conseguir fundas plásticas pequeñas para colocárselas, las cuales puedes conseguir en las tiendas de suministros de oficina. El objetivo es protegerlas del daño causado por el agua, en especial si planeas usarlas por un largo periodo y si las vas a llevar contigo.
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    Usa un pedazo de papel. Si las fichas no te gustan por algún motivo, puedes usar el mismo concepto básico, pero con hojas de papel blancas y sin líneas. Dibuja una línea en el centro de la hoja. En la parte izquierda, puedes escribir una serie de preguntas acompañadas de sus respuestas en el lado derecho. Cuando estudies, solo cubre un lado de la hoja.[8]
    • Con este método, no podrás mezclar las hojas, pero sí el orden en el que estudies los pares de preguntas y respuestas.
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    Prueba una aplicación para crear fichas. Hay muchas aplicaciones que puedes descargar para crear y usar fichas con las cuales estudiar. Con frecuencia, podrás conseguir una versión gratuita con complementos por un costo adicional. Brainscape, iStudious y StudyBlue son buenas opciones. Será de utilidad que leas las reseñas en línea antes de descargar alguna aplicación.[9]
    • Brainscape es una aplicación que personaliza el estudio mostrando fichas futuras basadas en tu rendimiento previo durante las pruebas con ellas.[10]
    • StudyBlue es una aplicación interesante, ya que te permite intercambiar fichas sobre ciertos temas con estudiantes de todo el mundo. Esta es una buena manera de estudiar si quieres que te expliquen un concepto desde diversas perspectivas.[11]

Método 2
Método 2 de 3:
Usar las fichas con diferentes sistemas de estudio

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    Elige un formato para las fichas. Tienes que elegir un determinado método de estudio en una etapa temprana del proceso. Esto dependerá en gran medida del tema que vas a estudiar y tus preferencias personales. Una vez que elijas un formato, lo mejor es ceñirte a él o solo cambiarlo una vez como máximo.
    • Por ejemplo, si vas a estudiar datos históricos, podría ser de utilidad que crees preguntas para pruebas o fichas con términos de identificación. Si vas a estudiar un idioma extranjero, es probable que las fichas se enfoquen en la práctica del vocabulario o la estructuración de oraciones.
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    Toma apuntes de un tema específico. Este es probablemente el método de estudio con fichas más usado. Colocarás un tema en un lado y agregarás los apuntes sobre él en el otro lado. En ocasiones, a estas también se les llama fichas de “resumen” o “conceptos”.[12]
    • Si notas que colocas mucha información en la parte posterior, quizás debas dividir dicho tema en varias fichas.
    • Este sistema también se usa con mucha frecuencia para la memorización rápida de términos específicos. Coloca el término en un lado y la definición o la traducción en el otro.
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    Realiza el esquema de un ensayo con fichas. Las fichas también pueden ayudarte a escribir un ensayo largo o corto. Organízalas con los apuntes o los puntos clave en el orden en el que aparecerán en el ensayo. Cambia el orden de las fichas hasta alcanzar el que te parezca más coherente. Esto es mucho más fácil que volver a escribir secciones completas del ensayo. Cuando estés listo para escribir, tan solo ve de una ficha a la siguiente agregando información adicional u oraciones de transición según sea necesario.[13]
    • Una vez que establezcas su orden, escribe una nota breve sobre su ubicación final en la parte superior de cada una, para así mantener todo claro. Por ejemplo, todas las de introducción podrían tener escrito “Intro” en la esquina superior.
    • También debes tener un juego de fichas con la información de la fuente escrita. Añade una fuente por ficha. Incluye el título, el autor, la editorial, la fecha de publicación, etc. Usarás esta información para crear la bibliografía y las referencias.[14]
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    Toma apuntes sobre las fuentes específicas. Sin importar si vas a escribir un ensayo o prepararte para un examen sobre varias fuentes, puedes usar fichas para llevar un control de los materiales de investigación. Coloca el título y el autor en un lado, y algunos enunciados sobre el argumento, la evidencia, la metodología y otros aspectos en el otro lado.[15]
    • Según la meta final, también podrías incluir algunos puntos de crítica. Por ejemplo, “Crít. por tener una fuente poco fiable”.
    • Cuando tomes apuntes sobre las fuentes, incluye las citas cuando extraigas la información directamente del texto. De lo contrario, podrías plagiar por accidente si usas estos materiales cuando escribas en un momento posterior.
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    Crea pruebas de práctica. Ponte en el lugar del profesor y pregúntate ¿qué preguntas incluirías en un examen? ¿Qué temas debes cubrir y cuáles son los menos importantes? Crea una lista de las mejores preguntas que se te ocurran y transfiérelas a las fichas. Coloca una pregunta por ficha y deja el lado opuesto en blanco para colocar respuestas breves.[16]
    • Usa las fichas para crear una prueba de práctica realista. Elige al azar el número de fichas que coincida con la cantidad de preguntas del examen. Tómate el tiempo adecuado para terminar de responder. También es de utilidad que escribas las respuestas si es lo que tendrás que hacer en el examen verdadero. Cuando termines, dales la vuelta y revisa las respuestas.[17]
    • También podrías acudir al profesor luego de crear las fichas para pedirle que las revise. No todos los profesores lo harán, pero si lo hace, podría ser de mucha ayuda.[18]
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    Trata al estudio como un juego. Para que el estudio sea más emocionante, podría ser de utilidad que te vuelvas un poco competitivo. Algunas aplicaciones te permitirán participar en competencias de fichas con otros estudiantes o tus compañeros de clase. Esto es como tener un grupo de estudio que se reúne de forma virtual. Incluso puedes configurar las competencias para que sigan un temporizador. Quizlet es una de las aplicaciones más destacables en esta categoría.[19]
    • También puedes hacer que un amigo te tome una prueba con las fichas sosteniéndolas de una forma que solo te permita ver el término o concepto del área delantera. Esto creará cierta separación entre la respuesta y tú, y te desafiará a recordar más.

Método 3
Método 3 de 3:
Maximizar tu potencial de aprendizaje

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    Ten sesiones de estudio breves. Haz que las sesiones duren de 20 a 30 minutos. Tómate como mínimo un descanso de 10 minutos entre cada sesión. Si estudias por periodos largos sin tomar descansos, esto puede hacer que te confundas, por lo que los intervalos cortos son la clave para retener la información.[20]
    • Podría ser de utilidad que actives un temporizador cuando inicies cada sesión. Esto garantizará que tomes descansos.[21]
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    Elabora un cronograma de estudio y cíñete a él. Postergar y estudiar todo la noche anterior puede ser contraproducente cuando llegue el momento de rendir un examen. En lugar de ello, extiende las sesiones de estudio en algunos días o incluso semanas, si es posible. Revisa el cronograma de exámenes o los plazos de entrega de ensayos, y planifica de forma apropiada. Incluso unos minutos al día son mejores que ninguno en lo absoluto.
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    Lleva las fichas contigo. En los días previos a un examen, ten las fichas a la mano y estúdialas siempre que sea posible. Busca unos minutos en tu rutina cotidiana. Si estás viendo televisión, estudia durante los comerciales. La repetición y la exposición a la información marcará la diferencia al momento de retenerla.
    • Sé creativo y usa sujetapapeles para colgarlas alrededor de la habitación. Esto te permitirá estudiar mientras limpias.[22] También puedes perforar un agujero en una esquina del juego de fichas y colocarlas en un llavero para así llevarlas con facilidad.[23]
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    Mezcla el orden de las fichas. Tu mente se aburrirá si las revisas en el mismo orden una y otra vez. Mézclalas, colócalas sobre una mesa y revuélvelas, o colócalas en un frasco y retira una a la vez. La ficha que revises cada vez debe ser impredecible, tal como las preguntas de los exámenes.
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    Aparta o revisa las fichas que conozcas. Una vez que te familiarices con la información de una determinada ficha, colócala en una nueva pila con otras que ya hayas aprendido. Esto te permitirá dedicarles más tiempo a los temas o términos que aún no dominas.[24]
    • En el caso de las que ya has aprendido, revísalas y modifícalas de manera frecuente con nuevos términos o información adicional, para que siempre solidifiques estos conceptos en tu mente.
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    Trabaja con un grupo de estudio. Reúnete con un grupo de compañeros de clase y revisen las fichas juntos. Podrías notar que otras personas han cubierto áreas que has pasado por alto y viceversa. Enséñense el material para poner a prueba su nivel de conocimiento. Tómense pruebas usando las fichas como un banco de preguntas.[25]

Consejos

  • Organiza las fichas en orden de importancia. Coloca las que tienen la mayor cantidad de información (o la más importante) en su propia pila para revisarlas con más frecuencia.
  • No te desanimes si al principio no conoces el material de las fichas. Sigue estudiando y mejorarás con el tiempo.[26]
  • Elige un lugar cómodo y silencioso para estudiar. Necesitas un área con la menor cantidad posible de distracciones.
  • Podría ser de utilidad que las leas en voz alta en diversos puntos mientras estudias.[27]
  • Usa recursos nemotécnicos y otros trucos de memoria mientras estudias con ellas, de modo que puedas memorizar mejor.

Advertencias

  • No estudies hasta agotarte. Cuida bien de tu persona.
  • Ten en cuenta que el tiempo que dediques a crear las fichas no debe contar como tu único tiempo de estudio. También debes pasar un tiempo aprendiendo el material que contienen.

Acerca de este wikiHow

Emily Listmann, MA
Coescrito por:
Tutor de preparación para pruebas
Este artículo fue coescrito por Emily Listmann, MA. Emily Listmann es una tutora particular en San Carlos, California. Ha trabajado como maestra de estudios sociales, coordinadora de currículo y maestra de preparación para el SAT. Recibió su maestría en Educación en la Escuela de Postgrado en Educación de Stanford en 2014. Este artículo ha sido visto 1046 veces.
Categorías: Técnicas de estudio