Si tus esfuerzos por impresionar a tus suegros o incluso por llevarte bien con ellos han fallado, quizás busques opciones para no alejarlos de tu vida por completo. Si bien es muy poco probable que puedas evitarlos todo el tiempo, puedes establecer límites razonables al tener una comunicación abierta y sincera, tanto con tus suegros como con tu cónyuge. Si realmente necesitas tomarte un respiro de ellos, puedes aprovechar algunos trucos a corto plazo para evitarlos por un tiempo.

Método 1
Método 1 de 3:
Evitar una visita específica

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    Sé honesto (siempre que puedas) en vez de inventar excusas. Fingir una enfermedad para evitar una visita a tus suegros puede ser muy tentador, pero usa este tipo de tácticas de forma esporádica. La verdad siempre tiene una forma de salir a la luz y, cuando ocurra, tendrás que lidiar con una relación incluso más incómoda con tus suegros. En cambio, siempre que puedas, proporciona una explicación sincera por no poder ser parte de una visita.[1]
    • Si estás muy enfermo, dilo. Si tienes mucho trabajo, puedes decir algo así como "Lo siento, pero estoy inundado de trabajo y no puedo visitarlos este fin de semana".
    • Ten mucho cuidado al fingir una enfermedad o inventar otra excusa si tienes hijos pequeños. A los niños les encanta revelar secretos y podrían decir algo así como "Abuela, de hecho, mamá no está enferma".
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    Organiza una cita en conflicto a la que no puedas faltar para evitar la visita. Pide una cita para el tratamiento de conducto la semana en que tus suegros planeen la visita. No es necesario que sepan que hay muchas otras opciones de horarios. También puedes organizar una reunión con un viejo amigo de la escuela secundaria el día que tengas que visitar a tus suegros.
    • Comenzar un proyecto de mejora del hogar puede ser una buena manera de evitar una o dos visitas, siempre y cuando tus suegros no sean del tipo que insiste con ayudar.
    • Este podría ser un movimiento desesperado, pero, en algunas jurisdicciones, puedes ofrecerte como voluntario para un servicio de jurado.
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    "Divide y conquistarás" al visitar a ambas familias al mismo tiempo. Dicho de manera simple, visita a tu familia mientras tu cónyuge visita a la suya. Llámalo una necesidad debido a las agendas ocupadas, que probablemente no esté tan lejos de la realidad. Es mejor usar esta táctica solo de vez en cuando, dado que podrías despertar sospechas y terminar empeorando la relación con ambas familias.
    • Si las visitas simultáneas no son prácticas debido al costo, sé claro con ambos padres que alternarás las visitas en un cronograma bastante rígido "para ser justo con todos".
    • Si tienes hijos, puedes alternar a quién visitan o dividirlos para las visitas. Nuevamente, es mejor usar esta táctica de forma estratégica y solo de manera ocasional.
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    Sal a caminar o haz un recado durante una visita si necesitas un respiro. Si la visita se descarrila, anuncia con educación que saldrás a caminar. Puedes decir que necesitas aire fresco o que quieres caminar para aliviar las molestias estomacales causadas por comer mucho. Usa el tiempo para recuperar la compostura y prepararte para el resto de la visita.[2]
    • En especial si la visita es en tu casa, también puedes decir que necesitas ocuparte de un recado (como comprar más leche) y tomarte un tiempo al hacerlo. Incluso puedes asegurarte estratégicamente de no tener mucha leche con anticipación.

Método 2
Método 2 de 3:
Establecer límites para el tiempo compartido

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    Establece plazos claros para las visitas con anticipación. Si realmente necesitas limitar el tiempo con tus suegros, jamás dejes nada abierto cuando se trata de las visitas. No digas "Seguro, vengan a la ciudad por algunos días" o "Los visitaremos por algunas horas el domingo". Sé específico. Por ejemplo, puedes decir "Nos encantaría que se queden en casa del viernes a la noche hasta el sábado a la tarde" o "Podemos ir de 2 a 4 el domingo por la tarde".[3]
    • Si te presionan porque quieren que la visita sea más larga, proporciona razones honestas, pero respetuosas por las que no puede ser. Por ejemplo, puedes decir "Lo siento, pero ambos tendremos mucho trabajo en la semana y Lucas tiene una prueba importante en la escuela el lunes".
    • Organiza otra cosa para hacer al final de la visita para que no se pueda extender más. Por ejemplo, organiza una cena con un viejo amigo.
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    Insiste con quedarte en un hotel cuando se trate de una visita nocturna. Por más que tengan una habitación adicional y todos los hoteles en la zona sean costosos, deja en claro desde el principio que no te quedarás en la casa de tus suegros. Si te quedas, tendrás muy poco control sobre la cantidad de tiempo que pases con ellos.[4]
    • Explica la decisión en función de tu nivel de comodidad. Por ejemplo, puedes decir "Simplemente estamos más cómodos quedándonos en un hotel, y creemos que todos podremos dormir mejor de esa forma".
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    Insiste con que se queden en un hotel cuando su visita sea nocturna. Esto puede ser un poco difícil, en especial si tienes lugar en tu casa. Sin embargo, en caso de ser posible, jamás hagas que sea una opción desde el principio. Por ejemplo, cuando los invites, di algo así como "¿Podemos ayudarlos a encontrar un hotel cercano?".[5]
    • No te sientas obligado a pagarles el hotel, pero considéralo si fuese necesario (por ejemplo, si sabes que tienen problemas de dinero).
    • Si alguna vez se han quedado en tu casa, pero ahora sabes que es mejor que no lo vuelvan a hacer, sé honesto y educado. Por ejemplo, puedes decir "Las cosas funcionan mejor de esta forma, y todos descansaremos mejor y estaremos más felices durante el tiempo que compartamos".
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    Trátalos como huéspedes en tu casa. Esto significa ser educado y respetuoso, y cubrir sus necesidades y comodidades (dentro de lo razonable). Sin embargo, también significa que puedes solicitar y esperar que actúen como huéspedes en tu casa. Es decir, como cualquier huésped, puedes esperar que no entren en tu habitación u otras áreas que consideres fuera de los límites.[6]
    • Sé directo según sea necesario. Por ejemplo, puedes decir "Queremos que estén cómodos aquí, pero les pedimos que no entren en la habitación y el taller de Daniel en el sótano. De todas formas, ¡todo está muy desordenado!".

Método 3
Método 3 de 3:
Comunicarte con tu cónyuge

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    Prioriza las necesidades de tu matrimonio. Existen dos lados en esta moneda. Por un lado, sé honesto con tu cónyuge si sientes que se pone del lado de sus padres en detrimento de la relación. Por otro lado, asegúrate de no poner tu deseo de limitar o evitar el tiempo con tus suegros por encima de la salud de tu relación.[7]
    • Los matrimonios pueden y se desmoronan debido a problemas con suegros, así que asegúrate de comunicarte de forma libre y regular acerca de cualquier preocupación que tengas. No tengas miedo de proponer terapia para parejas si sientes que podría ayudar.
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    Participa en discusiones orientadas a las soluciones con respecto a tus suegros. Desahogarte con tu cónyuge por las cosas terribles que tus suegros hacen o dicen puede ser tentador. Sin embargo, ten en cuenta que son los padres de tu cónyuge, por lo que posiblemente se ponga a la defensiva ante las críticas. En cambio, enfócate en describir tus sentimientos y pedir ayuda para encontrar soluciones que beneficien a todos.[8]
    • En vez de decir "Tu mamá pone en duda cada decisión que tomo con respecto a los niños", di algo así como "Siento que no soy respetado como padre cuando todas mis decisiones son cuestionadas por tu madre".
    • Una vez que expreses tus sentimientos, trabaja para encontrar soluciones. Puedes decir "Me gustaría mucho que nos sentemos a hablar con ella acerca de nuestras diferencias sobre la crianza de los hijos".
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    Llega a un acuerdo para aceptar y evitar visitas. En la mayoría de los casos, tu cónyuge posiblemente no eliminará a sus padres de su vida por completo, y hacer que lo visiten sin ti todas las veces podría causar fricción en el matrimonio. Lo más probable es que tengas que trabajar con tu pareja para encontrar un medio satisfactorio de visitas con tus suegros.[9]
    • Por ejemplo, en vez de pasar Pascuas y Navidad con tus suegros todos los años, tal vez puedas pasar una sola fiesta con ellos y hacer un viaje solo con tu cónyuge (e hijos, en caso de tener) para la otra.
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    Presenta un frente unificado con tu cónyuge en todo momento. Si tú y tu pareja no están de acuerdo, tus suegros podrían (de forma intencional o no) abrir una brecha entre ustedes. Es por ello que es importante hablar acerca de tus preocupaciones con tu cónyuge y encontrar soluciones que ambos acepten. Una vez que acuerden un plan de acción, anima a tu cónyuge a respetarlo, por más que le resulte incómodo.[10]
    • Por ejemplo, quizás sea muy difícil para tu cónyuge decirles a sus padres que no pasarán Pascuas juntos. Asegúrate de darle a tu cónyuge mucho ánimo con anticipación y hablen sobre cómo abordarán la conversación con tus suegros.

Consejos

  • Procura tener una buena o al menos razonable relación con tus suegros, pero no sientas que tienen que ser como tus segundos padres. De acuerdo a un estudio reciente, los hombres que tienen una relación muy cercana con sus suegros tienen un 20 % menos de probabilidades de divorciarse, mientras que las mujeres que lo hacen tienen un 20 % más de probabilidad. Por lo tanto, quizás el mejor consejo sea buscar el nivel de relación que mejor funcione para tu situación.[11]

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Categorías: Familia política