Tienes que escaparte de algún lugar. Tal vez sea una reunión o quizás una clase en la escuela. Sea lo que sea, un dolor de estómago podría ayudarte. Nadie puede probar que no tienes los síntomas de un dolor de estómago. Simplemente demuestra los síntomas y las personas tendrán que creerte, siempre y cuando hagas bien tu parte.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Demostrar síntomas de dolor de estómago

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    Habla acerca de tus síntomas. Habla acerca de cuánto te duele el estómago. Luego, di que has tenido diarrea y has vomitado. La otra persona no podrá probar que has tenido estos síntomas a menos que haya estado lo suficientemente cerca para observar tus acciones.[1]
    • Si vas a hablar con tus padres, podrías decir “He tenido diarrea, y he vomitado. Me siento realmente enfermo”.
    • Si vas a hablar con alguien que no es tan cercano, podrías decir “He tenido problemas de estómago hoy día. Mi siento realmente mal”.
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    Evita comer o beber. Cuando tratas de demostrar que tienes un dolor de estómago, devorarte un plato de huevos y tocino no ayudará a tu causa. En su lugar, puedes decir que no quieres comer porque te duele el estómago.[2]
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    Pon las manos sobre tu estómago. Cuando tienes un dolor de estómago, por lo general no puedes resistir colocar las manos encima de este o sobarlo suavemente. Es un intento inconsciente de aliviar el dolor. Cuando quieras fingir un dolor de estómago, trata de sobarte el vientre como si te doliera.
    • También puedes añadir algunos quejidos ligeros de vez en cuando. Sin embargo, si estás en el trabajo, quejarte podría ser demasiado.
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    Corre hacia el baño. Si bien no puedes fingir cosas como la diarrea o el vómito, puedes fingir ir al baño. Aprieta tu estómago o cúbrete la boca, y luego corre hacia el baño. Trata de hacer ruidos de arcadas o incluso usar un teléfono para reproducir ruidos falsos. Ve al baño varias veces en un periodo corto, como entre 2 a 3 en el transcurso de una hora.[3]
    • En el trabajo, simplemente correr al baño de vez en cuando debe ser suficiente.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Fingir otros síntomas

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    Finge una fiebre. Por lo general, una fiebre estará acompañada de un dolor de estómago, así que puedes tratar de fingirla para que tu acto sea más verosímil. Por ejemplo, puedes calentar tu temperatura corporal al colocar una toalla tibia sobre tu cara o cubrirte completamente la cabeza con una manta durante unos minutos.[4]
    • También puedes calentar un termómetro al colocarlo en agua tibia o tomar una bebida caliente antes de que te tomen la temperatura en la boca.
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    Trata de añadir escalofríos. Por lo general, cuando tienes un dolor de estómago, es posible que tengas escalofríos que acompañen los problemas estomacales, particularmente si has vomitado. Podrías tratar de temblar o esconderte debajo de una manta como si no pudieras calentarte.
    • Si estás en la calle en algún lugar, trata de ponerte un suéter o frotarte los brazos como si no pudieras calentarte.
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    Actúa como si no tuvieras energía. Un problema estomacal realmente puede agotarte, así que tienes que verte de esa manera. Actúa como si casi no pudieras moverte y que levantarte fuera agotador. Tendrás que mantener tu actuación debido a que, si de repente tienes una descarga de energía, las demás personas podrían sospechar.[5]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Hacer que tu historia sea creíble

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    Cíñete a una historia. Si dices que te duele el estómago en un área, no dejes que el dolor se mueva. Si empiezas a cambiar tu historia, las personas pensarán que no dices la verdad.[6]
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    Pregunta si hay algo para el dolor de estómago. Una manera de hacer más creíble tu historia es tratar de recibir medicamentos. Podrías decir “¿Hay algo para el dolor de estómago? No me siento muy bien. Siento que voy a vomitar”.
    • En el trabajo, podrías tomar pastillas para el dolor de estómago de venta libre o preguntarles a tus compañeros de trabajo si tienen algunas.
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    Gana tiempo. Algunas veces, solo tienes que ganar el tiempo suficiente para terminar lo que no quieres hacer. Es decir, tal vez solo tengas que detenerte lo suficiente para perder el autobús o evitar el comienzo de una cena aburrida. Luego, estarás libre en casa.[7]
    • Sin embargo, no te precipites. Es posible que todavía tengas que hacer lo que querías para salir, pero simplemente llegarás tarde.
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    No te excedas. Un dolor de estómago es una cosa. Puede sacarte de la escuela o el trabajo. Sin embargo, no querrás que algo falso sea tan serio como para que te envíen al hospital. Por ejemplo, los dolores agudos en el abdomen inferior derecho pueden indicar apendicitis, lo que definitivamente te hará ganar un viaje al hospital.[8]

Consejos

  • Ten cuidado con respecto a tu mejoría. No te despiertes la mañana siguiente como si nada hubiera pasado. Di que te sientes mucho mejor pero no bien.
  • Si alguien te pregunta “¿Me estás mintiendo?”, simplemente di “¿Por qué lo haría?”.

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