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El jabón de avena es excelente para calmar y evitar la piel seca y áspera. Además, puede aliviar el escozor y otros problemas de la piel.[1] Este puede ser costoso si lo compras, pero es fácil y barato de hacer. La manera más rápida y sencilla de elaborar jabón de avena es utilizar una base de derretir y verter, pero también es posible hacerlo desde cero.
Pasos
Método 1
Método 1 de 2:Derretir y mezclar la avena y la base de jabón
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1Reúne tus materiales. Esta es una receta mucho más simple que hacer el jabón desde cero. Tendrás que derretir una base de jabón pre-elaborada y modificarla con tus propios ingredientes. Estos son los materiales que necesitarás:[2] [3]
- 0,5 kg (1 libra) de base de jabón de tu elección (propicio para suspensiones);
- 120 ml (4 oz) de copos de avena (puedes agregar más o menos cantidad de acuerdo a tus gustos);
- 1,5 cucharaditas de aceite de almendras (opcional);
- 60 ml (2 oz) de almendras tostadas (opcional);
- 1 a 2 cucharadas de miel (opcional);
- una olla o un recipiente resistente al calor para derretir el jabón;
- un bol grande o una taza medidora para mezclar;
- una batidora manual o una cucharada para mezclar;
- un molde o una bandeja de jabón que mida más o menos 23 x 10 cm (9 x 4 pulgadas);
- papel encerado o sulfurizado (opcional).
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2Escoge una base de jabón. Las tiendas de manualidades tienen muchas opciones de bases: las de leche de cabra, manteca de karité y aceite de oliva son opciones populares.[4] Lo más importante es escoger una fórmula de suspensión que garantice que la avena no se hundan en el fondo del jabón durante el proceso de enfriamiento.
- Las personas que hacen manualidades a menudo llaman jabón de “de derretir y verter” a las bases, pues lo único que se tiene que hacer es derretirla, agregar los ingredientes, verterla en un molde y luego dejarla enfriar.
- Si no consigues fácilmente una base, puedes comprar una barra normal de jabón y simplemente derretirla, agregar la avena y dejarla enfriar. Cualquier barra de jabón servirá, aunque una que tenga ingredientes de mejor calidad hará que tu piel se sienta mejor.
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3Prepara tu molde. Puedes utilizar cualquiera que te guste para esta receta. Si vas a hacer una barra de jabón de tamaño regular, podrás arreglártelas con una bandeja para hornear de 22 X 10 cm, pero en realidad puedes utilizar la forma que quieras.
- Si vas a utilizar recipientes de metal o de plástico que no estén elaborados específicamente para jabón, asegúrate de cubrirlos con papel encerado o sulfurizado antes de verterlo adentro. Este paso hará que sea mucho más fácil retirar el jabón una vez que esté frío.
- Algunos artesanos que elaboran jabones incluso cubren sus moldes profesionales, lo que ayuda a que no se pegue en las esquinas de los que tienen forma rectangular o cuadrada. Si vas a utilizar moldes con formas más detalladas, será mejor que no los cubras porque, de lo contrario, el diseño será menos claro.
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4Muele la avena. Viértela en un molino de café o un procesador de alimentos, o tritúrala con un mortero o un rodillo. Tu objetivo es obtener un polvo uniforme y fino a partir de la avena. A este producto se le llama avena coloidal y es excelente para calmar la piel.[5]
- Si vas a utilizar un procesador de alimentos, es probable que te tome entre 5 y 10 minutos convertir la avena en un polvo fino.[6]
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5Agrega almendras a la mezcla de avena (opcional). Agrégalas a la avena molida y tritura los ingredientes juntos hasta que queden convertidos en un polvo fino. Ten cuidado de no excederte con las almendras, de lo contrario terminarás convirtiéndolas en mantequilla.
- Si vas a utilizar un procesador de alimentos, probablemente te tome entre 5 a 10 minutos más moler las almendras hasta convertirlas en un polvo fino.
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6Derrite la base de jabón. Una forma de hacerlo es colocándola directamente en una cacerola a fuego lento. Otra opción es ponerla en un bol grande resistente al calor y ponerlo dentro de una cacerola que tenga unos centímetros de agua hirviendo a fuego lento (es decir, una olla de baño María).
- También puedes derretir la base en el microondas. En esta opción, tendrás que ponerla en un recipiente resistente al calor (de cerámica o vidrio) y luego calentarla en el microondas en intervalos de tiempo cortos (probablemente de un minuto primero y luego de entre 15 y 30 segundos), hasta que esté completamente derretida.
- En cualquiera de las tres opciones, no olvides revolver el jabón constantemente para asegurarte de que esté completamente derretido y no se queme. Si vas a utilizar el microondas, saca el jabón y revuélvelo entre cada intervalo.
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7Vierte el jabón derretido en un recipiente grande. Este puede ser un bol para mezclar amplio y resistente al calor o taza medidora.
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8Incorpora la avena y los demás ingredientes opcionales mientras revuelves. Vierte la avena (o la mezcla de almendras y avena) en la mezcla de jabón derretido mientras lo revuelves, asegurándote de que esté bien mezclado y que no queden grumos.
- Si también vas a agregar miel y aceite de almendras a la mezcla, agrega estos ingredientes húmedos al jabón derretido antes de añadir la avena sola o la combinación de almendras con avena. Hacerlo garantizará que los líquidos queden distribuidos de manera uniforme.
- Este es el punto en el que puedes agregar cualquier otro ingrediente que te gustaría añadir a la mezcla. Algunos ingredientes que a los artesanos les gusta agregar a sus barras de jabón con frecuencia son el aceite de vitamina E, los aceites esenciales (los aromas de flores de lavanda y de naranja son populares) y las semillas de amapola (solas, sin la avena).
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9Vierte el jabón en su molde. Si vas a utilizar una bandeja para hornear, un recipiente de plástico, una caja de cartón o un molde de forma rectangular, no te olvides de cubrirlos para que sea más fácil retirar el jabón después.
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10Deja que el jabón se enfríe. El jabón se enfriará y se endurecerá en 2 horas a temperatura ambiente. Por otro lado, si lo deseas, puedes colocarlo dentro del refrigerador para acelerar el proceso de enfriamiento.
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11Retira el jabón del molde. Quítalo con cuidado del molde, la cacerola o el recipiente. Si es posible, corta el jabón en barras. Utiliza un cuchillo afilado para hacer buenos cortes.
- Incluso podrías marcar la barra de jabón antes de cortarla, solo para asegurarte de que los bloques queden bien uniformes. Si tienes una regla de metal, puedes utilizarla para trazar líneas sobre la barra de jabón con tu cuchillo.
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12¡Disfruta! Tu jabón estará listo para utilizarse. En general, será mejor que utilices un jabón casero antes de que pase un año. Si vives en un clima más caluroso, este periodo de tiempo podría reducirse a 6 meses.
- Si vas a regalar el jabón y quieres que se vea mucho más elegante, envuélvelo en papel pergamino y anúdalo con una cuerda.[7]
Método 2
Método 2 de 2:Hacer jabón de avena desde cero (proceso frío)
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1Reúne tus ingredientes. Como harías el jabón desde cero, tendrás que utilizar lejía (es decir, hidróxido de sodio), que se puede comprar en la mayoría de ferreterías. Necesitarás los siguientes materiales:[8]
- 180 ml (6 oz) de agua destilada;
- 66,5 ml (2,25 oz) de lejía pura (es decir, hidróxido de sodio);
- 300 ml (10 oz) de aceite de oliva;
- 180 ml (6 oz) de aceite de coco;
- 1 cucharada (0,45 oz) de aceite de ricino;
- avena.
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2Reúne tus herramientas. Ten en cuenta que la lejía reaccionará con el aluminio antiadherente, el hierro fundido, el estaño y la madera. Por lo tanto, no utilices cacerolas, sartenes, recipientes o utensilios hechos de estos materiales. Estos son los implementos que necesitarás:[9]
- gafas de seguridad;
- guantes gruesos y largos de goma;
- una mascarilla facial;
- una balanza que pueda pesar artículos de hasta 7 g (0,25 oz);
- un termómetro digital de alimentos;
- 2 jarras medidoras resistentes al calor con capacidad para 4 tazas (32 oz);
- un bol de plástico, cerámica o vidrio;
- una cuchara de plástico o silicona para revolver;
- un recipiente o un molde para jabón (una caja de cartón cubierta también servirá);
- una bolsa de plástico, film plástico o papel encerado o sulfurizado (para cubrir el molde);
- un cuchillo.
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3Prepara tu molde. Esta receta rinde más o menos 1 kg (2 libras) de jabón. El número de barras que obtengas dependerá del tamaño de tu molde. Si no tienes uno, utiliza una caja de cartón o un recipiente de plástico.
- Ya sea que utilices un molde en sí, un recipiente de plástico o una caja, recúbrelos con un poco de film plástico, o papel encerado o sulfurizado para poder retirar el jabón con mayor facilidad una vez que se haya enfriado.
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4Protégete. Ponte tus gafas protectoras, tus guantes de goma y tu mascarilla facial. También debes utilizar ropa que te cubra la piel además del equipo de protección, pues la lejía te quemará la piel. No tomes este consejo a la ligera: las quemaduras de lejía pueden provocarte lesiones graves y permanentes.[10]
- Si te cae lejía en la piel, quita cualquier material sólido y enjuágalo con agua o una solución salina durante 15 a 30 minutos, pero recuerda proteger tus ojos.[11] Si te cae en los ojos, enjuágalos con mucha agua durante al menos 15 minutos.[12]
- Inhalar lejía puede provocar dificultades respiratorias. Muchos artesanos solo utilizan guantes y gafas, pero en realidad también se debe usar una mascarilla.[13]
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5Pesa y vierte 7 g (2,25 oz) de lejía en un bol. Utiliza uno de plástico, cerámica o vidrio. Cuando estés vertiendo la lejía en el bol, cuida de no inhalar el polvo o de que no te llegue a la piel.
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6Pesa y vierte 177 ml (6 oz) de agua en una taza medidora de vidrio. Podrás encontrar agua destilada en una tienda de alimentos en general o saludables, o una farmacia de tu área.
- También puedes hacer tu propia agua destilada si hierves agua de grifo en un recipiente cerrado que esté conectado a otro. El vapor se elevará de un recipiente y se condensará en el otro, lo que formará el agua destilada.[14]
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7Vierte lentamente la lejía en el agua y revuélvela. Al agregarla al agua se generarán calor y gases, así que ten mucho cuidado mientras lo hagas. Una vez que toda la lejía esté en el agua, revuélvela hasta que se disuelva.
- NUNCA debes agregarle agua a la lejía. Hacerlo provocará una reacción fuerte que hará que la solución salga del recipiente en una erupción, lo que podría lastimarte.
- Si quieres reducir el tiempo de enfriamiento de la solución de agua y lejía (¡recuerda que generará calor!), puedes comenzar el proceso con agua fría destilada.
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8Pesa los aceites y derrítelos hasta que se mezclen. Agrega los aceites de coco (177 ml o 6 oz), de oliva (295 ml o 10 oz) y de ricino (1 cucharada o 0,45 oz) a una taza medidora resistente al calor.
- Coloca la taza en una cacerola con agua hirviendo a fuego lento o ponla en el microondas en intervalos de 30 segundos hasta que los aceites se hayan derretido hasta combinarse.
- Solo calienta los aceites hasta el punto en que empiecen a derretirse. No es bueno que se calienten demasiado; de lo contrario, esto desacelerará el proceso, pues los aceites y la lejía deberán tener la misma temperatura al momento de combinarlos.
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9Mezcla el agua con la lejía y los aceites cuando lleguen a temperaturas similares. Ambos deben estar a 11 °C (20 °F) de diferencia cuando los combines. Lo más probable es que para este momento tengan una temperatura de entre 32 y 43 °C (90 y 110 °F).[15]
- Antes de combinarlos, utiliza el termómetro digital para estar seguro de que sea así.
- Asegúrate de combinar los aceites y el agua con lejía mientras estén calientes, de lo contrario no se mezclarán tan bien. Es preferible que la temperatura esté cerca de 43 °C (110 °F).
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10Vierte la lejía en la mezcla de aceite. Hazlo lentamente mientras continúas revolviendo. Mide la temperatura de la mezcla en este momento para saber en qué punto está.
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11Revuelve la mezcla rápidamente. Puedes hacerlo con una batidora manual de acero inoxidable o una batidora eléctrica de mano. Esta última tardará mucho menos tiempo que la primera, pero ambas servirán. Sabrás que la mezcla está lista cuando esté espesa y turbia.
- Debe ser posible sacar la batidora eléctrica o manual de la mezcla. La parte que caiga de ella debe aparecer en la superficie de la mezcla y no desaparecer dentro.
- Otra opción es verificar la temperatura de la mezcla para asegurarte de que esté lista para usar. Si la temperatura se ha elevado en un par de grados centígrados desde la última vez que la verificaste (es decir, cuando combinaste los aceites y el agua con lejía), será porque has estado haciendo lo correcto.[16]
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12Agrega la avena. Una vez que el agua con lejía se haya combinado bien con los aceites, puedes agregarle ingredientes adicionales al jabón. En este caso, le añadirás avena. Puedes agregar la cantidad que quieras, dependiendo de tus gustos.
- Si quieres obtener los mejores resultados para calmar la piel, utiliza avena coloidal, que es simplemente avena triturada hasta que queda convertida en polvo.
- Puedes prepararla tú mismo simplemente triturando la avena normal para hacer gachas hasta formar un polvo uniforme y fino, con la ayuda de un molinillo de café.[17] Si no tienes esta herramienta, puedes triturar la avena manualmente con la ayuda de un mortero o aplastarla con un rodillo.
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13Vierte la mezcla de jabón en un molde y guárdala. Una vez que toda esté adentro, cúbrela con film plástico, luego, guárdala en un lugar frío y seco por unos cuantos días.
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14Revisa el jabón. Después de 2 días, ponte guantes, gafas y mascarilla, y revisa el jabón, que debe verse sólido y bastante uniforme. En este momento podrás sacarlo del recipiente y cortarlo.
- Asegúrate de ponerte un equipo de protección porque, para este momento, la lejía no se habrá neutralizado por completo y aún podría lastimarte.
- Si tu jabón tiene grumos, corteza, líquido o polvo flotando en la superficie, tendrás que desecharlo y volver a empezar. Sin embargo, si has seguido esta receta a pie y juntillas, no tendrás este problema.
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15Cura el jabón. Después de cortarlo, deja que el jabón se asiente y se seque al menos durante 3 a 4 semanas. Algunos expertos recomiendan curar el jabón por más tiempo, hasta por 6 semanas.[18] Tendrás que darles la vuelta a tus barras de jabón una vez al día para garantizar que se sequen de manera pareja por ambos lados.
- Dejar que el jabón “se cure” le dará tiempo suficiente de endurecerse, secarse y volverse más suave pues su pH disminuye con el tiempo.
- Un jabón que no se haya curado apropiadamente se sentirá más suave, viscoso y fuerte que si estuviera bien curado.[19]
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16¡Disfruta! Tu jabón estará listo para utilizarse. Lo mejor es terminarlo antes de que pase un año de su fabricación. Si vives en un lugar caliente, probablemente tendrás que acabarlo antes, dentro de los primeros 6 meses después de su fabricación.[20]
Consejos
- Es mejor utilizar avena molida y fina (es decir, avena coloidal) en tu jabón que hojuelas grandes. La avena coloidal es más beneficiosa para tu piel, mientras que las hojuelas grandes podrían rasparte.
- Puedes hacer un jabón líquido de avena rápidamente si combinas avena coloidal (molida) con tu jabón líquido favorito. Solo asegúrate de agitarlo bien antes de utilizarlo para que la avena no se quede hundida en el fondo.
- Los aceites esenciales son una forma excelente de darle variedad a tus recetas.[21] [22] Si vas a hacer el jabón desde cero, usa una calculadora de lejía para asegurarte de que no sea necesario adaptar tu receta al momento de agregar los aceites esenciales.[23]
- Hacer jabón con el método del proceso frío implica un tiempo de preparación más largo, pero también un mayor tiempo de espera hasta que el jabón quede listo, pues tiene que curarse por 3 a 4 semanas como mínimo.[24]
- Hacer jabón con el proceso caliente toma más tiempo durante la preparación (varias horas para cocinar), pero el jabón estará listo para usarse más rápido. Si utilizas una olla de cocción lenta, es posible utilizar el jabón inmediatamente después de que se haya enfriado.[25]
- Podrás conseguir la mayoría de los materiales necesarios para hacer jabón en las tiendas de alimentos o de manualidades, o las farmacias de tu área. Por otro lado, la lejía pura se encuentra en las ferreterías. Tan solo asegúrate de que esta sea 100% hidróxido de sodio puro y que no contenga ningún otro químico.[26]
Advertencias
- Si eres un niño, siempre cuenta con la supervisión de un adulto cuando utilices la estufa y los utensilios cortantes.
- Nunca está de más enfatizar cuán importante es tomar precauciones para trabajar con lejía. Ponte ropa protectora, gafas de seguridad, guantes y una mascarilla; de lo contrario corres el riesgo de lastimarte gravemente o algo peor.
- Si vas a hacer tu propio jabón desde cero con lejía, cerciórate de utilizar una receta comprobada en lugar de experimentar por tu cuenta. Por ejemplo, no es posible sustituir diferentes aceites en la mezcla de aceites de una receta de jabón pues su composición química podría requerir una mayor o menor cantidad de lejía.[27]
- Si no sabes bien la cantidad de lejía que debes utilizar en una preparación de jabón casero, utiliza una receta comprobada o al menos una calculadora de lejía.[28]
Referencias
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- ↑ http://chasingdelicious.com/homemade-oatmeal-almond-soap/
- ↑ http://www.essentiallyeclectic.com/2013/05/sweet-almond-honey-oatmeal-goats-milk.html
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- ↑ http://www.dermnetnz.org/treatments/oatmeal.html
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- ↑ http://www.atsdr.cdc.gov/MMG/MMG.asp?id=246&tid=45
- ↑ https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/002487.htm
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- ↑ http://www.webmd.com/balance/stress-management/tc/aromatherapy-essential-oils-therapy-topic-overview
- ↑ http://www.aromaweb.com/essentialoils/default.asp
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- ↑ http://www.orthogonalthought.com/blog/index.php/2008/06/handmade-soap-using-a-slow-cooker-hot-process/
- ↑ http://www.orthogonalthought.com/blog/index.php/2008/05/homemade-natural-soap-basic-recipe/
- ↑ http://www.orthogonalthought.com/blog/index.php/2012/08/make-natural-soap-at-home-faqs/
- ↑ https://www.thesage.com/calcs/LyeCalc.html
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