El jugo de limón es muy útil para la cocina, la limpieza o incluso como bebida. Puedes utilizarlo para aliviar la tos y la irritación de garganta o para hacer limonada. La mejor parte de este jugo versátil es que puedes preparar fácilmente en casa una tanda fresca con algunos limones maduros. Lo único que tienes que hacer es cortarlos y exprimirlos hasta que se sequen. Aunque el jugo recién exprimido no dura mucho tiempo, puedes mezclarlo con azúcar hervida para obtener un jarabe fácil de conservar y utilizar en la cocina. Una vez que pruebes lo que has preparado, nunca más necesitarás comprar jugo de limón en el supermercado.

Ingredientes

Exprimir jugo de limón

  • 6 limones
  • 6 cucharaditas de azúcar (opcional)
  • 6 tazas (1,5 litros) de agua (opcional)

Crear un jarabe de limón fácil de conservar

  • 6 limones
  • 1 cucharada de ralladura de limón
  • 5 tazas (1,2 litros) de agua
  • 2 tazas (400 g) de azúcar

Método 1
Método 1 de 3:
Exprimir jugo de limón

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    Corta los limones por la mitad a lo largo con un cuchillo afilado. La mayor parte de las personas cortan a lo ancho de un limón. En vez de eso, haz un corte vertical en el centro de cada limón. Así es más fácil exprimir las mitades de limón, lo que te permitirá sacarles un poco más de jugo. Para preparar una tanda básica de jugo de limón, corta 6 limones.[1]

    Cada limón producirá de 1/4 a 1/3 de taza (60 a 80 ml) de jugo.

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    Exprime el jugo de limón en un bol si lo preparas a mano. Coloca el bol en la encimera y exprime las mitades de limón una a la vez. La mayor parte del jugo saldrá después de una presión ligera. Una vez que el jugo deje de fluir, aplica más presión para extraer el líquido restante. Para terminar, pincha la parte cortada del limón con un tenedor y gíralo para retirar el jugo restante.[2]
    • Filtra las semillas sujetando un colador sobre el bol mientras exprimes cada mitad de limón. De lo contrario, será necesario escoger las semillas y los restos de pulpa que caen en el bol.
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    Utiliza un exprimidor de cítricos como alternativa. Coloca el limón con el lado cortado hacia abajo. Junta los mangos para sacar el jugo. Si tienes un exprimidor redondo, presiona el extremo cortado del limón sobre la punta de plástico en el centro. Gira el limón de un lado a otro mientras lo presionas hacia abajo.[3]
    • El exprimidor de cítricos con mango es el más fácil de utilizar. El exprimidor giratorio puede dejar caer la piel blanca en el jugo, así que fíltralo sobre un colador si deseas quitarla.
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    Coloca el limón en un exprimidor eléctrico si no te importa la pulpa en el jugo. El exprimidor eléctrico es similar al giratorio manual. Presiona el extremo cortado del limón sobre la punta del centro y luego enciende el exprimidor. La punta girará para sacar la mayor cantidad posible de jugo. El único inconveniente es que también corta la piel blanca que tal vez no desees en tu jugo.[4]
    • Si necesitas retirar la piel blanca, pasa el jugo por un colador.
    • Algunas licuadoras y batidoras fijas vienen con accesorios para exprimir. Conecta el accesorio a tu dispositivo si deseas una forma rápida de producir jugo de limón.
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    Añade agua o azúcar al jugo si sabe muy ácido. El jugo estará listo cuando termines de exprimir los limones, sobre todo si estos son grandes, jugosos y no muy ácidos. Prueba el jugo para ver si está como lo deseas. Si está muy fuerte, mézclalo con 1 cucharadita de azúcar por cada limón utilizado. También podrías añadir hasta 1 taza (250 ml) de agua por limón para diluir el jugo.[5]
    • El azúcar y el agua permiten tomar el jugo o utilizarlo en la cocina más fácilmente, sobre todo si su sabor es muy ácido. Ten presente que las variedades más jugosas, como los limones Meyer, ya tienen un sabor dulce y único que podría arruinarse si piensas utilizar el jugo para darle sabor a la comida.
    • Para evitar alterar mucho el sabor del jugo, añade el azúcar o el agua en cantidades pequeñas. Prueba el jugo cada vez.
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    Guarda el jugo en el refrigerador hasta por 3 días. Viértelo en un recipiente resellable etiquetado con la fecha de almacenamiento. Después de ese periodo, se pondrá amargo. Así que congélalo si no piensas utilizarlo de inmediato. Una vez congelado, el jugo mantendrá su calidad hasta por 4 meses.[6]
    • El jugo de limón no se echa a perder. Es apto para su consumo después de 3 días en el refrigerador, pero no sabrá muy bien. También dura de manera indefinida en el congelador, pero pierde calidad con el paso del tiempo.
    • Para descongelar el jugo, déjalo reposar a temperatura ambiente hasta por 1 hora. También puedes calentarlo en el microondas a baja potencia.

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer un jarabe de limón fácil de conservar

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    Exprime 6 limones en un vaso pequeño o un bol. Congela los limones, caliéntalos en el microondas y hazlos rodar para sacar más jugo. Después de cortarlos por la mitad a lo largo, exprime la mayor cantidad de jugo que puedas. Utiliza un tenedor o un exprimidor de cítricos para aprovechar al máximo cada limón. Obtendrás 1 3/4 tazas (400 ml) de jugo fresco.[7]
    • Corta más limones si necesitas más jugo. Cada limón producirá de 1/4 a 1/3 de taza (60 a 80 ml) de jugo.
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    Ralla una cáscara de limón fresco para añadirla a una olla. Necesitarás 1 cucharada de ralladura de limón. Es fácil de hacer frotando la cáscara de una de las mitades de limón sobre un rallador, un rallador fino u otra herramienta. Mantenla separada del jugo de limón. Ponla en una olla apta para la estufa.[8]
    • La ralladura es la piel externa del limón. Evita añadir la piel blanca que está por debajo. La piel blanca es más amarga y afecta el sabor del jugo.
    • La ralladura no es necesaria. Añade un sabor a limón más fuerte, pero puedes omitirla si no puedes obtenerla.
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    Combina agua y azúcar con la ralladura de limón. Vierte 1 taza (250 ml) de agua en la olla con la ralladura de limón. Luego, añade tazas (400 g) de azúcar. Si prefieres tu jugo de limón más dulce, añade 1/4 de taza (50 g) de azúcar adicional.[9]
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    Calienta la olla a fuego medio hasta que el agua empiece a hervir a fuego lento. Enciende la estufa y espera a que el agua se caliente. Cuando empiece a hervir a fuego lento, alcanzará 85 °C (185 °F). También empezará a echar humo y liberará burbujas cada segundo.[10]
    • Si no deseas exprimir los limones con anticipación, aprovecha el tiempo que pasa mientras esperas a que el agua se caliente. Pero asegúrate de vigilar la olla para evitar que se desborde.
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    Cocina y revuelve el agua por 4 minutos hasta disolver el azúcar. Revuelve suavemente el agua con una cuchara o una espátula. Observa que el azúcar desaparezca en el agua. Cuando ya no lo veas, reserva la olla.[11]
    • Recuerda apagar la estufa después de retirar la olla del fuego.
    • La mezcla se transformará en un jarabe con sabor a limón que podrás utilizar para dar sabor a las bebidas o congelar para hacer limonada.
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    Vierte el jugo de limón en la olla. Añade el jugo de limón fresco y revuelve el líquido para combinarlo. Verifica que esté bien mezclado y luego pruébalo una vez que se enfríe. El jarabe de limón ya está listo. Si deseas preparar limonada, también añade 4 tazas (1 litro) de agua tibia.[12]
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    Pon a enfriar el jugo en el refrigerador o el congelador. Viértelo en un recipiente resellable etiquetado con la fecha de almacenamiento si no planeas utilizarlo de inmediato. Durará 3 días en el refrigerador antes que empiece a perder su sabor. Para un método de almacenamiento alternativo, congélalo hasta por 4 meses.[13]
    • Básicamente, este tipo de jugo es limonada con un jarabe casero. Es mejor para tomarlo que para cocinar.
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    Toma o utiliza el jugo una vez que se haya enfriado. Después de añadir el agua adicional, puedes disfrutar el jugo como una bebida refrescante dentro de 30 minutos. Si prefieres el jarabe de limón recién salido de la estufa, utilízalo apenas lo necesites para una receta. Por ejemplo, puedes rociarlo sobre un pastel, añadirlo a un pescado salteado o añadirlo a batidos y otras bebidas.[14]
    • El jugo de limón con frecuencia se utiliza al marinar pescado o carne. El ácido permite que la comida absorba más sabor.

Método 3
Método 3 de 3:
Seleccionar y almacenar limones

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    Elige variedades pesadas de limones para sacarles más jugo. Los limones Meyer producen una gran cantidad de jugo, pero las variedades Fino, Lapithkiotiki o Primofiori son algunas otras buenas opciones. Dado que los limones Meyer son muy dulces, podrías elegir otro tipo si prefieres un sabor ácido. Estas variedades son más pequeñas que los limones regulares de los supermercados, pero se sienten pesadas para su tamaño. Agarra los limones para probar su peso. Reserva los más pesados para hacer jugo.
    • Los limones Lisboa y Eureka son los que más se encuentran en los supermercados todo el año. Son más grandes y más pálidos que los limones Meyer, pero también son muy ácidos. Añade azúcar y agua al jugo de limón si deseas un sabor más dulce.
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    Elige limones que se sientan suaves pero no blandos. Sujeta los limones y exprímelos con suavidad entre tus dedos. Los limones suaves ya contienen mucho jugo y estarán listos para su uso apenas los traigas a casa. También deben tener una cáscara lisa con un color amarillo intenso.
    • Si los sientes blandos, significa que ya se han echado a perder y debes evitarlos. Asimismo, evita los limones duros o que se vean marchitos.
    • Los limones con cáscara clara o verde tienden a ser más ácidos. Puedes utilizarlos si deseas, pero los limones maduros suelen ser mejores para hacer jugo.
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    Congela los limones hasta que sea el momento de exprimirlos. Colócalos en una bolsa de plástico resellable. Saca la mayor cantidad posible de aire de la bolsa antes de cerrarla y almacenarla. Los limones serán mucho más fáciles de exprimir después de pasar cierto tiempo en el congelador. También es una buena forma de guardar algunos limones jugosos para utilizarlos cada vez que los necesites durante todo el año.
    • Los limones no se echan a perder en el congelador. En vez de eso, se secan con el paso del tiempo. Utilízalos dentro de 3 meses para disfrutar una calidad óptima.
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    Descongela los limones colocándolos en el microondas por 30 segundos. Una vez que sea hora de utilizarlos, sácalos de la bolsa y colócalos en el microondas. Caliéntalos a una potencia baja hasta que alcancen la temperatura ambiente. Asegúrate de que se sientan suaves al tacto antes de intentar exprimirlos.
    • También podrías colocarlos en un recipiente con agua tibia hasta que se sientan suaves al tacto.
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    Presiona y haz rodar los limones sobre una tabla de cortar para sacar más jugo. Ponlos sobre una superficie plana y luego presiónalos con firmeza. Muévelos como si estuvieras empujando un rodillo. Haz rodar cada limón por 1 o 2 minutos hasta sentirlos muy suaves y flexibles. Eso significa que las membranas al interior de los limones se han roto y liberado su jugo.[15]
    • Para evitar que el jugo de limón caiga en la tabla de cortar, cúbrela con un papel toalla o haz rodar los limones en una encimera cubierta.
    • Si no quieres hacer rodar los limones, también podrías pincharlos varias veces con un cuchillo afilado o pelarlos. Sin embargo, estas opciones causan más desorden que hacerlos rodar.
    • Si tienes un exprimidor de cítricos, no es necesario hacer rodar los limones. El exprimidor es lo suficientemente eficaz para extraer todo el jugo sin ayuda adicional.

Consejos

  • Sin importar el uso que le vayas a dar al jugo de limón, ajusta la cantidad de jugo o azúcar a tu gusto. Por ejemplo, añade más jugo para aumentar la acidez o añade más azúcar para darle dulzor.
  • Si deseas preparar limonada saborizada, mezcla distintos ingredientes con el jugo. Por ejemplo, añade algunas bayas frescas o hierbas como la menta.[16]
  • Puedes exprimir otros tipos de cítricos, como las limas, de la misma manera.
  • El jugo de lima fresco con frecuencia es un buen sustituto del jugo de limón en las recetas. El vinagre o el vino también son útiles si no necesitas el sabor del limón.[17]

Advertencias

  • Manipula los cuchillos con cuidado sobre una superficie estable para evitar cortarte. El jugo de limón provoca mucho ardor en la piel rota, así que ponte guantes si tienes alguna herida reciente.

Cosas que necesitarás

Exprimir jugo de limón

  • una tabla de cortar
  • un cuchillo afilado
  • un bol o un vaso
  • una cuchara
  • un recipiente de almacenamiento resellable

Crear un jarabe de limón fácil de conservar

  • una tabla de cortar
  • un cuchillo afilado
  • un bol o un vaso
  • una estufa
  • una olla
  • una cuchara
  • un recipiente de almacenamiento resellable

Seleccionar y almacenar limones

  • una bolsa para congelador
  • una tabla de cortar
  • papel toalla

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Categorías: Jugos | Recetas
Resumen del artículoX

Para hacer jugo de limón, debes tener aproximadamente 1 limón por cada 60 mililitros (¼ de taza) de jugo que quieras preparar. Comienza cortando los limones por la mitad a lo largo con un cuchillo. Coloca un colador sobre un tazón y exprime las mitades con las manos para sacar el jugo. El colador atrapará las semillas y los pedazos de pulpa. Exprime todo el jugo que puedas a mano. Luego, pincha la parte cortada del limón con un tenedor y gíralo para exprimir el jugo sobrante. Si el jugo de limón tiene un sabor demasiado ácido, podrías mezclar 1 cucharadita (o 4 gramos) de azúcar por cada limón que hayas usado. Como alternativa, agrega agua para diluir el jugo de limón. Transfiere el jugo a un recipiente sellable y guárdalo en el refrigerador hasta por 3 días o en el congelador por hasta 4 meses. Para aprender a hacer jugo de limón endulzado, ¡sigue leyendo!