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¿Te sientes frustrado porque tus hijos ya son grandes y tienen la edad para independizarse, pero siguen viviendo contigo? ¿Parece que tu casa se está convirtiendo en un hotel gratuito? Si ha llegado el momento de que uno o varios de tus hijos alcen el vuelo, pero se rehúsan a extender las alas, aquí verás lo que puedes hacer.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Reconocer si tu hijo se aprovecha de ti
Parte 1
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1Evalúa la situación de la forma más objetiva que puedas. Como padre, quizás tengas sentimientos encontrados sobre obligar a tu hijo a mudarse. Por un lado, es posible que disfrutes de su compañía, no quieres que tenga dificultades o no quieres sentir que lo has “echado”. Por otro lado, podrías sentir que tu hijo no está cumpliendo con sus obligaciones y, si no intervienes, quizás nunca adquiera independencia. Es muy importante que analices todos estos sentimientos antes de hablar con tu hijo.
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2Haz una lista de los motivos por los que quieres que tu hijo se mude. Sé honesto. Confronta todas las formas en que te hace sentir incómodo que tu hijo viva contigo y no permitas que el sentimiento de culpa evite que lo digas. Algunos motivos son evidentes, como el hecho de que no respete tu privacidad o tus pertenencias. Algunos motivos son sutiles, personales y vergonzosos, como escuchar a tu hijo con su(s) amante(s) o el hecho de que termines lavándole la ropa.
- Determina si existe un verdadero motivo por el que tu hijo no pueda vivir solo. Algunas veces, los padres se niegan a desalojar a un hijo si creen que simplemente no tiene los recursos para vivir de una forma independiente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, tendrá la capacidad suficiente para ser independiente, pero tendrá que bajar un poco de categoría, ya que quizás tenga que mudarse a un apartamento básico con compañeros de cuarto. Si crees que este es el caso, reconoce que permites que tu hijo se quede porque te preocupa su comodidad y no una circunstancia real.
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3No metas las narices entre sus cosas. Ya es lo suficientemente malo que tu hijo no se sienta capaz de vivir solo, como para que sus padres demuestren que no le tienen confianza. No invadas su privacidad revisando sus pertenencias. Todos son adultos, así que pregúntale lo que quieras saber.Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 3:Abordar la necesidad de mudarse
Parte 2
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1Presenta un frente unificado. Es común que uno de los padres quiera que un hijo se mude y al otro no le agrade la idea. Sin embargo, antes de animar a tu hijo a independizarse, ambos deben estar de acuerdo. Mira el artículo Cómo transigir con tu pareja.
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2Pregúntale a tu hijo si quiere mudarse. Es una pregunta sencilla, pero revelará mucha información sobre los motivos por los que aún vive en casa. Por lo general, su respuesta será una frase como “Sí, claro, pero…” acompañada de una serie de motivos por los que simplemente no puede irse por el momento. Analiza sus motivos de una forma objetiva, teniendo en cuenta que es probable que existan otros motivos (reales) que tu hijo no ha expresado, como el hecho de que le gusta que le laves la ropa o usar tu automóvil sin tener que pagar cuotas ni seguros, etc. Debes comparar uno a uno los motivos expresados (que, en muchos casos, no en todos, son excusas) con los hechos:
- “Estoy buscando trabajo”. ¿Eso es verdad? ¿Con qué frecuencia revisa los clasificados y los sitios de empleo? Mientras tanto, ¿se ha ofrecido como voluntario para crear contactos y llenar los espacios de su currículum? ¿Busca “un” trabajo o “el” trabajo perfecto? ¿No está dispuesto a recibir un salario mínimo hasta encontrar algo mejor?
- “No puedo pagar un lugar para vivir”. ¿No puede pagar un lugar o no puede pagar un lugar tan cómodo como tu casa? Es posible que no pueda pagar un lugar para vivir en tu vecindario y hay un motivo: vivir en un lindo vecindario es una de las recompensas del éxito en una carrera. Mira a tu alrededor y pregúntate: ¿Dónde viven los otros adultos jóvenes? ¿Tu hijo piensa que “no merece” vivir allí? ¿Tú piensas que tu hijo “no merece” vivir allí?
- “Quiero ahorrar para comprar una casa, un auto, ir a la escuela de posgrado, etc.” Es probable que este sea el motivo más válido para quedarse viviendo en casa, pero únicamente si es responsable al respecto. ¿Cuánto ha ahorrado en realidad? ¿Cuál es su meta final? ¿Ahorra de forma constante o solo cuando no salen buenas películas o videojuegos en la semana? Si puede comprobar que el ahorro es una de sus prioridades, no hay problema, pero no te dejes llevar por lo que diga. Si ese es el motivo por el que vive en casa y recibe viajes gratuitos, tienes derecho a ver sus recibos de pago y los estados de su cuenta bancaria, de la misma forma que las oficinas de apoyo financiero deben ver los formularios de impuestos antes de brindar la ayuda financiera. Por lo tanto, debes emplear algunas estrategias para establecer una nueva relación entre adultos.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Establecer una fecha límite
Parte 3
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1Si decides que tu hijo está listo para mudarse, establece una fecha límite. Infórmale que, cuando llegue la fecha, deberá empezar a pagar un alquiler, además de los requisitos relacionados: pagar una parte del agua, la factura de electricidad, los costos de calefacción, de servicio, etc. Si se ve obligado a colaborar, es posible que la idea de independizarse le parezca más factible.
- Pídele a tu hijo que cree un plan. Por ejemplo, que consiga un empleo, que guarde los cheques de pago, que busque un apartamento, etc.
- Lleva algunas cajas y consigue un calendario. Empieza a marcar los días de una forma muy visible.
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2Cuando la fecha se aproxime, empieza a revisar lo que tu hijo no se llevará. Por ejemplo, los muebles, la ropa de cama, etc.
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3Si sobrepasa la fecha límite, ponte serio. Exígele los pagos parciales y entrégale las facturas. Si no hace los pagos, empieza a desconectarle los servicios, el cable, el teléfono, etc.
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4Si inventa otra excusa para no mudarse, cóbrale el alquiler de su cuarto. Es posible que no se sienta muy cómodo con tener que pagar por una habitación. Esto será una molestia y querrá mudarse rápidamente.Anuncio
Consejos
- En cuanto tu hijo se gradúe de la educación superior, considera pedirle que “ayude un poco” con la mudanza. Necesitará un compañero de cuarto y se le ayudará con el alquiler de una forma gradual hasta que ya no se le brinde ayuda después de los primeros meses. De esta forma, sentirá que le hace falta dinero y trabajará un poco más. No se sentirá tan agobiado, y aprenderá a organizarse y a mantenerse. En resumidas cuentas, le dirás “fuera de aquí, pero con amor”.
- Una medida más extrema es mudarte. Algunos padres se retiran a un lugar distante y más relajado donde sus hijos adultos no se divierten mucho o donde no se permite el ingreso a personas que no se han jubilado. También podrías reducir el tamaño de la casa, y explicarle a tu hijo que necesitas ahorrar dinero para jubilarte y que no hay suficiente espacio para él en la casa o el apartamento reducido.
- Por otro lado, debes recordar que compraste tu casa con tu esfuerzo y dinero. No es obligatorio que “resuelvas” algo con tus hijos adultos. Si simplemente quieres disfrutar de tu hogar sin tus hijos, tienes el derecho de hacerlo. Simplemente es recomendable que todos muestren un poco de compasión hacia los demás para mantener una buena relación familiar.
- Antes de decidir poner de patitas en la calle a tus hijos adultos, escucha sus puntos de vista y hazles saber las razones de tu opinión. Los verdaderos adultos están dispuestos a escuchar a los otros adultos para solucionar los problemas. Es posible que junto con tus hijos puedas encontrar la solución.
- Puedes imitar algo muy bueno que hacen algunos padres: reciben un pago de alquiler de sus hijos adultos, toman una parte para cubrir los gastos de la casa, pero depositan la mayor parte en una cuenta especial. Cuando el hijo decide mudarse voluntariamente o los padres le piden que se mude, le entregan el dinero reservado. De esta forma, le ayudan con el pago inicial o las tarifas de la mudanza, como el pago del primer y el último mes de alquiler, etc. Por lo general, esto funciona mejor si el hijo no tiene idea de los planes de sus padres, sino hasta que le entregan el regalo en efectivo. Es mejor si cree que es su obligación pagar el alquiler y que esperas el dinero a tiempo cada mes; al fin y al cabo, todos los propietarios esperan lo mismo.
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Advertencias
- Asegúrate de que tu hijo no padezca alguna enfermedad mental, como depresión, porque esto podría debilitarlo. De ser así, quizás debas buscarle ayuda. Aunque cuando un hijo alcanza la mayoría de edad (ya no es menor), tus obligaciones con él se terminan, negar que existe una enfermedad en esta situación sería algo irresponsable y quizás dañino para tu hijo.
- Antes de llegar a cambiar las cerraduras, sacar sus pertenencias, etc., debes conocer las leyes sobre el desalojo de inquilinos de la región donde vivas. Aunque se trate de familiares y no paguen un alquiler, en muchos lugares existen leyes de desalojo que podrían ser aplicables y deben cumplirse.
- No olvides que la situación económica es muy difícil en estos días. Los empleos podrían ser escasos y mal remunerados, pero los costos de vivienda y de vida son muy altos. Ten expectativas razonables.
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