¿Quieres adquirir un perro pero tienes miedo de que a tu gato no le agrade? ¿Tienes un gato y un perro pero los dos no dejan de pelear? Si bien muchos gatos y perros no se llevan bien de un momento a otro, existen métodos para ayudarles a adaptarse a la vida dentro del mismo lugar. Al tomarte tu tiempo y entender las necesidades de ambas mascotas, puedes crear un hogar feliz y pacífico tanto para tu gato como para tu perro.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Presentar a un perro y un gato por primera vez

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    Prepárate para la presentación. Ya sea que lleves a un perro o a un gato a un hogar donde ya hay una de estas mascotas o que ya tengas a ambos en casa y quieras que se lleven bien, necesitarás crear una buena base para el desarrollo de su relación. Al principio, asegúrate de que tu casa tenga un espacio amplio para que ambas mascotas tengan su propio lugar lejos la una de la otra. Necesitarás mantenerlas separadas durante varios días, así que necesitarás disponer de varias habitaciones en tu casa.
    • Asimismo, asegúrate de que el perro siga tus órdenes. Deberás actualizar su entrenamiento de obediencia en caso de que no preste atención a tus órdenes.[1] No permitas que el primer encuentro de tus mascotas sea malo debido a un cachorro entusiasta y agresivo.
    • Si vas a llevar a un perro nuevo a tu casa o tienes un cachorro joven que aún no sabe de órdenes, necesitarás ser más cuidadoso cuando se lo presentes a un gato.
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    Hazlo gradualmente. NO permitas que tu perro persiga a tu gato por toda la casa. Al principio, mantén a las mascotas separadas y espera de 3 a 4 días para hacer una presentación formal cara a cara.[2] Los animales necesitan tiempo para conocer los olores de ambos así como los hogares nuevos antes de estén listo para conocerse.
    • Los gatos y los perros son muchos más propensos a pelear o a enfadarse si tratas de forzarlos a estar juntos de un momento a otro. Mantenlos en habitaciones separadas sin que se vean hasta que ambos estén calmados.
    • Comienza a mezclar los olores de los animales al acariciar al gato y luego hacer lo mismo con el perro y viceversa (en habitaciones separadas, por supuesto).
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    Alterna las habitaciones donde mantengas a los animales. Esto tiene por finalidad olfatear los lugares donde han estado sin necesidad de que estén presentes en la misma habitación. Los olores son una forma muy importante que utilizan los animales para conocerse. Deja que tus mascotas se olfateen entre sí antes de que lleguen a conocerse cara a cara.
    • Frota a tu perro con una toalla y luego ponla debajo del tazón de comida de tu gato. Esto le permitirá a tu gato conocer el olor del perro y aceptarlo.
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    Deja que el gato y el perro se olfateen por debajo de la puerta que los separa.[3] Esto les ayudará a relacionar los nuevos olores que olfatean con un animal específico, incluso si no pueden verse realmente.
    • Aliméntalos en lados separados de la misma puerta.[4] Esto los obligará a adaptarse al olor del otro animal.
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    Espera hasta que tu gato parezca relajado y listo para hacer la presentación.[5] Si el gato tiene miedo y corre a ocultarse cada vez que el perro se acerca a la puerta de su habitación, necesitarás darle más tiempo. Cuando el gato se adapte al olor y a los sonidos del perro, podría ser momento de presentarlos.
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    Sujeta a tu gato en tus brazos hasta que esté calmado y relajado. Luego pídele a un familiar o amigo que lleve lentamente a tu perro sujeto de una correa. Acerca gradualmente al perro, esperando hasta que ambos animales se calmen a cada paso antes de estar completamente cerca. No dejes que tengan un contacto físico, solamente permite que se acostumbren a su presencia.
    • Asegúrate de sujetar al gato únicamente si está feliz de estar entre tus brazos.
    • Usa mangas largas para proteger tus brazos de los rasguños.
    • Otra opción es tener al gato en una caja mientras llevas al perro sujeto en una correa.[6] Esto evitará que haya contacto entre ellos cuando se conozcan por primera vez.
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    Demuéstrales a tus mascotas cantidades equitativas de amor mientras las presentas. Los animales, al igual que las personas, se ponen celosas cuando el “chico nuevo” recibe más atención. Demuéstrales a ambas mascotas que las amas y que no les temes.
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    Separa nuevamente a tus mascotas. No las obligues a interactuar por demasiado tiempo, ya que eso las agotará hasta el punto de originar un conflicto. Asegúrate de que el primer encuentro sea uno bueno al mantenerlo breve y agradable.
    • Aumenta gradualmente la duración de estas sesiones.[7]
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    Sigue propiciando las interacciones de tus mascotas hasta que se sientan relajadas al estar una frente a la otra. Una vez que el gato parezca suficientemente cómodo, déjalo suelto en la habitación mientras mantienes al perro atado a la correa.[8] Al cabo de varias semanas, tu perro debe estar entrenado a no perseguir al gato, de modo que también puedes dejarlo suelo.
    • También puedes utilizar feromonas que puedes conseguir en una veterinaria con la finalidad de ayudarles a mantenerse calmados y relajados. Pregúntale a tu veterinario si cree que el uso de hormonas sintéticas podría ayudar a tus mascotas durante su periodo de adaptación.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Hacer que tus mascotas se acostumbren a vivir juntas

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    Separa a tus mascotas cuando no estés en casa o junto a ellas. Hazlo por un tiempo para evitar que se hagan daño entre sí.
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    Redirige los comportamientos negativos que tu perro tiene con tu gato. Esto incluye el juego brusco y los ladridos.[9] Bríndale a tu cachorro otra actividad o realiza un entrenamiento de obediencia en lugar de permitir que se enfoque en el gato.
    • Evita regañar a tu perro en estas circunstancias. Mantén la situación con un tono positivo y tu perro será más propenso a tener relaciones positivas con tu gato en el futuro.[10]
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    Recompensa y elogia a tu perro por tener un buen comportamiento cerca de tu gato. Esto puede incluir un comportamiento amistoso con el gato o simplemente ignorarlo. Hazlo de esta manera para lograr que el perro se sienta a gusto tratando bien al gato cada vez que entre a la habitación en lugar de comportarse de manera agresiva o prestarle demasiada atención.
    • Di “Oh, mira Fido, ¡el gatito está aquí! ¡Genial!” y demuestra que estás muy feliz. Luego dale al perro un pequeño bocadillo a modo de entrenamiento. Pronto, tu perro aprenderá a relacionar las sensaciones agradables con la presencia del gato.
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    Dale a tu gato un lugar donde siempre pueda estar fuera del alcance del perro. Esto puede incluir una estructura alta o una puerta de seguridad para bebés colocada a través de una entrada, lo que sea que le permita a tu gato escapar. Por lo general, los gatos atacan a los perros cuando se les arrincona sin posibilidad de escapatoria.
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    Ten expectativas realistas. Si alguna de tus mascotas nunca ha vivido con un animal, no sabrá inmediatamente cómo lidiar con la situación. Además, hasta el momento de la presentación no sabrás si tu perro verá al gato como un juguete, una presa o una curiosidad. Del mismo modo, no sabrás si tu gato lo verá como una curiosidad o una amenaza.[11] Entender que el periodo de aclimatación entre ambas mascotas podría tomar mucho tiempo te ayudará a perseverar con el proceso de hacer que se lleven bien.
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Consejos

  • Evita elegir favoritos. A veces, las peleas se producen a causa de los celos. Si el perro nota que el gato recibe más atención, podría responder de manera negativa.
  • Es útil presentar a los animales cuando son más jóvenes.[12] Los animales jóvenes se adaptan con más facilidad a la idea de vivir con otro tipo de animal. No obstante, los cachorros jóvenes no siempre son conscientes de su propia fuerza y les encanta jugar, de modo que podrían herir accidentalmente a un gatito.[13]
  • Deberás presentarlos poco a poco, no coloques al gato frente al perro tan pronto como lo obtengas. Cerciórate de que se lleven bien antes de dejarlos juntos en un espacio abierto y sin supervisión.
  • En ocasiones, simplemente no se llevarán bien. Si este es el caso, tan solo mantenlos separados siempre que sea posible, y bríndales el mismo nivel de atención.
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Advertencias

  • Hasta que tus mascotas socialicen de manera relativamente bien, no las dejes solas en casa. No querrás correr el riesgo de alguna de ellas salga herida mientras estás ausente. Es fácil y mucho más seguro encerrar a tu gato o a tu perro en una habitación mientras estás fuera.
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Acerca de este wikiHow

Dominik Feichtner
Coescrito por:
Entrenador de perros y conductista
Este artículo fue coescrito por Dominik Feichtner. Dominik Feichtner es un entrenador de perros y conductista profesional, así como el propietario de The Dog Behaviorist NYC en Nueva York, Nueva York. Con más de ocho años de experiencia trabajando con perros, Dominik se especializa en obediencia general, modificación de comportamiento y entrenamiento de cachorros. Su compromiso con un enfoque equilibrado y de sentido común lo llevó a ser reconocido como uno de los "Mejores entrenadores de perros en Brooklyn" y uno de los "Mejores entrenadores de perros en Nueva York" por Pooch and Harmony en 2020. Este artículo ha sido visto 178 428 veces.
Categorías: Gatos | Perros
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