Cómo hacer un altar budista sencillo

Elige un lugar firme sobre el que colocar el altar. Hay personas que utilizan toda una habitación con este fin. Puede ser una mesa o una estantería, pero asegúrate de que quede por encima del nivel de la cabeza como mínimo, en referencia al uso habitual de la habitación en la que lo coloques.

Coloca una tarima o una estantería donde puedas apoyar los objetos. Una buena opción básica para empezar es una estantería de madera con tres niveles escalonados. Esta será la superficie principal del altar, así que puedes esmerarte un poco en elegir la opción más adecuada.^[1]

Coloca los objetos sobre el altar. Primero tendrás que colocar una imagen de Buda. Puedes colocar tantas como quieras. Irá en el nivel más alto del altar. Colocar a Buda por debajo de otras imágenes en la misma habitación se considera inapropiado.^[2] En lugar de una imagen de Buda, es perfectamente válido colocar un mantra escrito en una hoja de papel o algo similar, y, según la tradición Jōdo Shinshū (Tierra Pura) y el budismo nichiren, es preferible. Algunas escuelas budistas aconsejan ciertas disposiciones estándar para colocar las imágenes de sus miembros laicos, en Japón suelen optar por trípticos con el buda principal rodeado de los bodhisattvas, los guardianes del Dharma o los maestros del linaje. Esto no es necesario, ya que incluso siguiendo los estándares japoneses y del budismo chino y taiwanés, es una opción menos frecuente en el caso de los altares caseros.

Si no puedes conseguir una imagen de Buda, puedes usar en su lugar una fotografía de las reliquias de Buda, una estupa, un libro sagrado budista, una hoja de Bodhi o una fotografía de las huellas del pie de Buda.

En el segundo nivel, puedes colocar una imagen de un maestro budista como, por ejemplo, el Dalai Lama, o una pequeña estatua del Bùdài chino (el Buda que ríe), considerado una manifestación del Maitreya. Considera también la posibilidad de colocar dos imágenes que funcionen como guardianes: los típicos perros leones que colocan las entradas de los monasterios del sur de Asia o dos dharmapalas o vidyarajas con los que te sientas familiarizados (los budistas chinos, los budistas japoneses y los budistas tibetanos utilizan palas ligeramente diferentes, y para los practicantes del budismo tibetano o shingon es probable que haya motivos específicos para elegir con cuidado unas u otras imágenes).

Coloca ofrendas en el nivel inferior, o, si lo prefieres, un escrito con una ley budista sagrada o un cuenco con agua.^[3]

Algunas de las ofrendas más tradicionales son: las velas, las flores, el incienso, la fruta y la comida. Sin embargo, lo que importa no es lo que ofreces sino ofrecerlo con honestidad y con un corazón puro.^[4] Dado que los budistas monásticos no tienen permitido comer después del almuerzo, los alimentos, la fruta y los lácteos ofrecidos tradicionalmente (y por motivos simbólicos) se colocan en el altar por la mañana o poco antes del almuerzo. Sin embargo, las ofrendas de agua, bebidas no lácteas, velas, flores e incienso se pueden hacer a otras horas del día.

Coloca una estupa pequeña en la superficie de soporte del altar, si quieres. Puedes hacer una estupa sencilla con un pequeño montón de piedras. No es necesario salir a comprar una estupa dorada cara, ya que este tipo de lujos se aleja de los propósitos del budismo.

Es tradición cambiar el agua ofrecida todas las mañanas, pero nunca debes desechar el agua que retires. Utilízala para regar una planta u otro fin útil. Para este propósito debes usar una taza o un cuenco distinto (preferiblemente de cristal o vidrio, ya que la transparencia del agua representa la claridad de la mente). Algunas escuelas budistas utilizan dos cuencos de agua: el de beber y el de lavarse. No es en absoluto incorrecto dejar las flores en el altar incluso una vez que hayan empezado a marchitarse. Las flores sirven para recordarte que el cuerpo es perecedero.