Si quieres entrar en el mundo de la fabricación de jabones, pero tienes mucho miedo de trabajar con lejía, considera la posibilidad de hacer una barra nueva de jabón utilizando barras usadas. Esta es una excelente forma de aprender los aspectos básicos de la fabricación de jabones, así como de experimentar con adiciones, tales como harina de avena y aceites esenciales. También puedes emplear este método para recuperar trozos mal hechos de jabón casero. Este proceso se llama molido manual y el resultado se conoce como jabón “hecho a mano”.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar la base

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    Escoge un jabón. Puedes utilizar cualquier tipo de jabón que desees, pero uno que no tenga olor y sea natural (p.ej. el jabón de Castilla puro) funcionará mejor. De esta manera, podrás tener más opciones de personalización en el futuro. Utiliza aproximadamente unos 340 g (12 oz) de jabón.
    • El jabón hecho a mano tendrá una textura granulada después de que esté curado. Es decir, no será tan suave como una barra de jabón convencional.
    • Si vas a utilizar varios pedazos de jabón, procura que sean de la misma fragancia o podrías terminar con una que no sea muy agradable.
    • Puedes utilizar unos de diferentes colores, pero ten en cuenta que no siempre logran mezclarse para formar un color nuevo. En ocasiones, puedes terminar con un jabón con motas.
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    Ralla o corta el jabón en pedazos pequeños. La manera más sencilla de hacerlo es con un rallador, pero también puedes utilizar un cuchillo para picar el jabón. Solo recuerda que mientras más pequeños sean los trozos, más rápido se derretirá.
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    Coloca el jabón en baño María. Vierte agua en una cacerola hasta cubrir entre 2,5 y 5 cm (1 a 2 pulgadas). Luego, coloca un recipiente resistente al calor en la parte superior y asegúrate de que la parte inferior no entre en contacto con la superficie del agua. A continuación, echa los trozos de jabón rallado en el recipiente.
    • Si tienes una olla de cocción lenta, úsala.
    • También puedes derretir el jabón directamente en una cacerola sin la necesidad de emplear el recipiente, pero asegúrate de que esta sea pequeña para evitar que el jabón se queme.[1]
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    Vierte un poco de agua sobre el jabón. Vierte unos 250 ml (9 oz) de agua por cada 340 g (12 oz) de jabón[2] para que logres ablandarlo. No obstante, evita agregar demasiada o impedirás que el jabón se seque adecuadamente.
    • Si quieres algo un poco más especial, utiliza té o leche.[3] También puedes utilizar leche de cabra o suero de leche.
    • Si vas a utilizar un jabón nuevo mediante un proceso en frío, probablemente no necesites utilizar tanto líquido, o nada en lo absoluto.[4]
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    Comienza a calentar el jabón y revuelve aproximadamente cada 5 minutos. Enciende la estufa en un calor medio-alto y deja que el agua hierva. Revuelve la mezcla aproximadamente cada 5 minutos utilizando una cuchara o una espátula de goma. Asegúrate de raspar el fondo y los lados del recipiente.[5]
    • Si vas a utilizar una olla de cocción lenta, ponle una tapa y configúrala a fuego alto.[6] De todas formas, será necesario que abras la tapa y revuelvas el contenido cada cierto tiempo para evitar que el jabón se queme.
    • Si vas a calentar el jabón en una olla, hazlo a fuego lento.[7]
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    Sigue cocinando y revolviendo el jabón hasta que se ablande. El jabón hecho a mano nunca se derretirá por completo a diferencia del hecho mediante el proceso de fundido y vertido. Por el contrario, tendrá una textura granulada, similar a la harina de avena o al puré de papa. Ten paciencia, ya que este proceso puede tardar de una a dos horas.[8]
    • En algún punto, el jabón ya no cambiará su textura. Si el jabón sigue teniendo la misma apariencia al cabo de un tiempo, significa que ya no se derretirá más.[9] You are ready for the next step.
    • Si el jabón comienza a quemarse, baja el fuego y agrega un poco de agua fría.[10]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Añadir complementos a la mezcla

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    Deja que el jabón se enfríe hasta llegar a una temperatura de entre 66 y 71 °C (150 y 160 °F).[11] No es necesario que añadas los complementos descritos en esta sección, pero ten en cuenta que pueden darle un toque más lujoso al jabón. Tampoco necesitas añadir todos los complementos; ¡solo elige entre uno o dos (máximo tres) que te parezcan más llamativos!
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    Vierte algunos aceites de fragancia o aceites esenciales para darle un aroma más agradable al jabón. Utiliza aproximadamente 15 ml (1/2 oz) del aceite por cada 340 g (12 oz) de jabón.[12] Si el jabón ya tiene un aroma, puedes omitir este paso o utilizar una fragancia similar. Por ejemplo, si el jabón base está perfumado con lavanda, puedes agregar unas gotas extras de aceite de lavanda.
    • No es necesario que uses tanto aceite esencial como aceite con fragancia, ya que el primero es mucho más potente.
    • No utilices aceite con fragancia para la fabricación de velas, pues no es seguro para la piel.
    • También puedes utilizar especias para añadir fragancia, pero ten en cuenta que le darán un poco de color al jabón. Utiliza de una a dos cucharadas de especias, como canela molida.[13]
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    Mezcla algunos aceites nutritivos para darle un toque más lujoso al jabón. Si quieres darle un toque sofisticado al jabón, añade unas cuantas gotas de aceites nutritivos como el de vitamina E, jojoba, almendra, etc. Puedes utilizar cualquier producto que puedas aplicarte en la piel. No obstante, no te dejes llevar mucho en este punto, ¡pues una gran cantidad de aceite puede afectar el proceso de curado!
    • Otro producto nutritivo que puedes añadir es la miel. No solo le brindará al jabón un aroma agradable y una mayor humedad, sino que también le dará un bonito color dorado. Utiliza entre ¼ y ½ taza (de 90 a 175 g) de miel.[14]
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    Añade algunas gotas de tinta para la fabricación de jabones. Como este tinte es translúcido, solo es recomendable usarlo para los jabones blancos. Puedes comprarlo en internet o en una tienda de artesanías. Añade entre una y dos gotas, y luego revuelve bien hasta que ya no queden vetas. Si el color no tiene la profundidad suficiente para tu gusto, agrega otra gota.
    • El tinte para jabones es muy fuerte, así que mezcla únicamente de una a dos gotas a la vez hasta que obtengas el color deseado.
    • Utiliza únicamente tintes para la fabricación de jabones. Evita utilizar como sustituto un tinte para velas, pues no será seguro para la piel. El colorante alimentario tampoco es adecuado.
    • Puedes añadir tinte para darle vida a un color existente. Por ejemplo, si el jabón es de color celeste, puedes utilizar un tinte azul para profundizar el color base.
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    Aumenta la textura del jabón utilizando extractos naturales y exfoliantes. Estos complementos son excelentes para las personas que tienen piel opaca o seca. Los exfoliantes tratan con suavidad la piel seca dándole una textura suave y sedosa. Entre las buenas opciones están la sal marina, la harina de avena y los brotes secos de lavanda. A continuación, estas son las cantidades recomendadas por cada 340 g (12 oz) de jabón:[15]
    • De ¾ a 1 taza (de 90 a 120 g) de exfoliantes como harina de avena, harina de almendra, granos de café, etc.
    • 1 taza (50 g) de hierbas con bajo contenido de aceite volátil, como la manzanilla, caléndula y lavanda. Pueden estar secas o frescas.
    • De 1 a 2 cucharadas de hierbas con alto contenido de aceite volátil, como el romero. Pueden estar secas o frescas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Verter el jabón

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    Prepara el molde. Compra un molde de plástico especialmente diseñado para la fabricación de jabón. Si quieres hacer un jabón más elaborado, pero tienes un molde simple, coloca un sello de goma para la fabricación de jabón en la parte inferior, con el lado del diseño hacia arriba. Si deseas, rocía un poco de espray para cocina antiadherente en el interior del molde; aunque también puedes aplicar un poco de vaselina para lograr el mismo resultado.[16]
    • Puedes comprar estos moldes y sellos en internet y en tiendas de artesanías.
    • También puedes utilizar una bandeja de silicona para cubos de hielo o incluso un molde para horno.
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    Coloca el jabón en el molde. Debido al espesor del jabón, no podrás verterlo en el interior del molde. Por consiguiente, deberás usar una cuchara de madera o una espátula de goma. Luego, aplana la parte posterior del molde utilizando la cuchara o la espátula.
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    Deja caer el molde de jabón. Sujeta el molde entre 15 y 30 cm (6 a 12 pulgadas) por encima del mostrador y déjalo caer. Esto hará que el jabón se asiente completamente en el molde y liberará todas las burbujas de aire existentes.[17] Probablemente necesites hacerlo unas cuantas veces.
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    Espera uno o dos días para que el jabón se seque antes de sacarlo del molde. Una vez que esté seco, retíralo cuidadosamente del molde. Si has utilizado uno largo y rectangular, puedes cortar el jabón en porciones de 2,5 cm (1 pulgada) de grosor.[18]
    • Si tienes prisa, coloca el jabón en la congeladora durante una o dos horas para luego retirarlo del molde.[19]
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    Si es necesario, espera a que el jabón se cure. Dependiendo del tipo de jabón que hayas utilizado, es posible que el que hayas hecho se sienta un poco suave y pegajoso. Si este es el caso, colócalo en un estante de enfriamiento hecho de alambre y deja que se seque durante dos a cuatro semanas.[20] Si has utilizado un jabón comercial, quizás no sea necesario realizar este paso, pero si has usado uno hecho mediante un proceso en frío o caliente, probablemente sí debas hacerlo.
    • Algunos tipos de jabones hechos a mano (por lo general, hechos con jabones comerciales) solo necesitan secarse durante dos días.[21]
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Consejos

  • Otra forma sencilla de reutilizar los trozos de jabón es abriendo una esponja de baño nueva e introduciéndolos en su interior. Cuando la esponja se humedezca, formará espuma y hará que los restos de jabón salgan, lo que te permitirá usarlos con facilidad.
  • También puedes colocar los trozos de jabón en el agua y esperar un rato a que se asienten hasta que se ablanden y se vuelvan flexibles. Luego apriétalos con las manos hasta que se adhieran entre sí. Deja que esta nueva “barra” se asiente un poco hasta que adquiera firmeza.
  • El jabón hecho a mano siempre tendrá una textura granulada. Su superficie nunca será tan lisa como aquellos fabricados mediante un proceso en frío, caliente o fundido y vertido.
  • Abre una ventana o enciende el ventilador, en especial si el jabón que estás haciendo tiene fragancia.
  • Algunas tiendas en internet venden “bases para jabones hechos a mano”. Dichas bases tienden a derretirse para lograr una consistencia más suave, como si se tratara de una masa para pastel.
  • No deseches el último pedazo de la barra de jabón. Cuando estés listo para empezar a usar una nueva barra, asegúrate de que la vieja esté húmeda y pégala a la nueva. Esta se integrará después de la primera lavada.
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Cosas que necesitarás

  • 340 g (12 oz) de jabón
  • 255 ml (9 oz) de agua
  • rallador de queso
  • baño María
  • molde para jabones
  • tintes para jabón, fragancias, etc. (opcional)
  • hierbas, especias, etc. (opcional)
  • cuchara de madera o espátula de goma

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