Todo el mundo desea tener unos pies atractivos. Sin importar si eres hombre o mujer, joven o viejo, sin duda alguna, preferirás tener unos pies atractivos, limpios y nítidos que unos pies nudosos, doloridos y descuidados. Los altos costos de las pedicuras en un salón pueden obligarte a cubrirte los pies con calcetines o zapatos cerrados durante muchos meses hasta que puedas darte el lujo de ir al salón. Afortunadamente, puedes seguir unos cuantos pasos sencillos para hacerte una pedicura en casa: preparar los materiales, limpiarte los pies y terminar de arreglarlos.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar los materiales

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    Haz un inventario de lo que ya tengas. Si los tratamientos caseros de spa ya son comunes para ti, quizás ya tengas a la mano algunos de los materiales que necesitarás. Busca en los armarios sales de Epsom, cortaúñas, una lima para las uñas, un moldeador de cutícula, una lima (o una piedra pómez), crema para las cutículas, separadores de dedos, quitaesmalte y esmalte para las uñas.
    • Aunque no todas estas herramientas son absolutamente necesarias, si las tienes todas, podrás hacerte una pedicura con acabado de salón, en lugar de una de pedicura de principiante.
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    Visita una tienda de productos de belleza. Si te falta alguno de los materiales anteriores, visita una tienda local de productos de belleza y cómpralos. Pregúntales a los empleados de la tienda qué herramientas son las mejores para usar en casa en comparación con las que se usan en un salón.
    • Algunos kits de manicura y pedicura están diseñados para los profesionales e incluirán herramientas que quizás no usarás. Compra únicamente lo básico que necesitarás para hacerte la pedicura en casa y déjales las herramientas de salón a los profesionales.
    • No asumas que lo más barato es mejor. Aunque quizás no necesites un kit profesional, tampoco querrás comprar uno demasiado frágil. Prueba la resistencia de las herramientas y asegúrate de que el metal tenga el grosor suficiente para resistir la flexión.
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    Toma una cubeta limpia y un poco de sales de Epsom. Compra una cubeta limpia, si fuera necesario, y sales de Epsom para remojar los pies. Aunque puedes usar muchas cosas en lugar de las sales de Epsom, como magnesio y otros productos especializados para remojar los pies, las sales de Epsom son económicas, relajantes y eficaces.[1]
    • De preferencia, usa una cubeta donde puedas introducir ambos pies al mismo tiempo. Aunque puedes sumergir un pie a la vez, el proceso será más cómodo y rápido si sumerges ambos pies al mismo tiempo.
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    Coloca algunas toallas. Antes de empezar a hacerte la pedicura, coloca una o dos toallas para atrapar el agua que se salpique y para secarte los pies después de remojarlos. Prepara una toalla de manos adicional y un paño viejo para limpiar las salpicaduras o los accidentes que ocurran con el esmalte.
    • Si es posible, hazte la pedicura sobre una superficie dura, como baldosas o linóleo, ya que estas son resistentes al agua. Si lo haces sobre una alfombra o madera, limpia de inmediato las salpicaduras.
    • Elige unas toallas que no te preocupe ensuciar o desgastar. Aunque quieras evitar que cualquiera de los materiales se derrame, esto sucede, y tanto el esmalte como el quitaesmalte manchan las telas.
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    Elige tu CD, libro o programa de televisión favorito. Durante una pedicura casera, tendrás de 10 a 30 minutos de inactividad, así que toma un libro, reproduce un poco de música o busca tu programa favorito en la televisión para mantener tu mente ocupada mientras remojas y limpias tus pies.
    • Si tienes dificultades para haces varias tareas a la vez, escucha música clásica para evitar cortarte demasiado las uñas o derramar los materiales.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Limpiarte los pies

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    Frota los callos endurecidos o las áreas de resequedad. Para hacerlo, puedes usar un cepillo corporal o una herramienta especializada, como una lima Ped Egg o una piedra pómez. Mantén el pie sobre el agua mientras lo frotas porque pueden caer algunos trozos de piel. Préstales más atención a los talones y a los lados de los dedos gordos, ya que en estas áreas es donde suelen esconderse los callos y la piel muerta.[2]
    • No te frotes hasta sentir dolor; el propósito es eliminar la piel muerta, no el tejido vivo. Si empiezas a sentir dolor o incomodidad, significa que ya has eliminado la piel muerta y debes continuar con la siguiente área.
    • Aunque quizás prefieras remojar los pies primero y frotarlos después, la mayoría de las herramientas para eliminar los callos se han diseñado para usarlas sobre la piel seca. Si decides remojar los pies primero, asegúrate de secarlos por completo antes de frotarlos.
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    Vierte agua caliente y sales en la cubeta. Puedes usar una cubeta de limpieza o un recipiente de hidromasaje para pies diseñado específicamente para este propósito; cualquiera de los dos funcionará bien. Llena la cubeta con agua caliente, vierte las sales y deja que se disuelvan.[3]
    • Si quieres crear una mezcla más relajante para sumergir los pies, puedes agregarle unas cuantas gotas de aceite de lavanda o de cedro, que se usan para estimular la relajación y pueden tener propiedades antibacterianas.
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    Coloca uno o ambos pies en la mezcla. Sumerge los pies (o uno a la vez, dependiendo del espacio) en la cubeta y programa un cronómetro de 5 a 10 minutos, según lo prefieras.[4]
    • Si sumerges un pie a la vez, asegúrate de terminar por completo el proceso de remojo y limpieza de un lado antes de continuar con el otro.
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    Córtate las uñas. Córtate las uñas en línea recta para evitar la aparición de uñas encarnadas. Aunque quizás sientas la tentación de seguir la curva natural de la uña, corres el riesgo de cortarla demasiado o provocar que crezca hacia dentro en lugar de hacia fuera.[5]
    • Asegúrate de que el cortaúñas tenga filo, ya que uno sin filo también puede provocar la aparición de uñas encarnadas. Si tienes dificultades para cortarte las uñas, afila el cortaúñas.
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    Limpia la mugre o la suciedad que quede debajo de los dedos. Cuando te cortes las uñas, quitarás una parte de la suciedad y la acumulación en ellas, pero es posible que aún quede un poco de mugre que debas quitar. Límpiate las uñas con agua jabonosa (o el agua del recipiente del remojo), hasta que ya no quede suciedad ni residuos, y las uñas luzcan limpias y de color claro.[6]
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    Lima los bordes de las uñas. Esto también reducirá el riesgo de que aparezcan uñas encarnadas y les dará un borde redondeado y liso a las uñas. No omitas este paso aunque te parezca insignificante. Los bordes irregulares y afilados pueden provocar incomodidad y hacer que la aplicación del esmalte sea más difícil.[7]
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    Aplícate loción en los pies recién limpiados. Sécate suavemente con una toalla y aplícate aceite o crema humectante en los pies, los tobillos y las pantorrillas. Este no es momento para aplicarte loción rápidamente; en lugar de eso, dedica el tiempo suficiente para darte un masaje en las piernas y en los pies.[8]
    • Si tienes los pies resecos por naturaleza, usa una loción más espesa o un aceite, como aceite de oliva. Esto sellará la humedad y evitará la formación de callos y la acumulación de piel muerta. Si tienes los pies grasosos o húmedos por naturaleza, será mejor que te apliques una loción más rala o un aceite más ligero, como aceite de coco.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Aplicarte crema y esmalte

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    Aplícate crema para las cutículas. Aplícate con toquecitos una crema en las cutículas de todos los dedos de los pies. Aplícala en un pie, luego en el otro, y déjala reposar de 2 a 5 minutos, o según lo indiquen las instrucciones de la marca que uses.
    • Este paso también es importante, ya que si no ablandas las cutículas con la crema antes de empujarlas, tanto las cutículas como las uñas podrían romperse o dañarse. Asegúrate de humectar bien las cutículas antes de presionarlas.
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    Empuja las cutículas con suavidad. Cuando la crema haya ablandado las cutículas, toma el moldeador y empieza a empujarlas con suavidad, hasta llevarlas al mismo nivel que la parte inferior de la uña.
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    Sécate las uñas. Retira los residuos de loción o de crema para cutículas porque ambas interferirán con la aplicación del esmalte. Si fuera necesario, sumerge un paño en la mezcla de sales de Epsom y límpiate las uñas para crear una superficie limpia y seca para aplicar el esmalte.
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    Aplícate un esmalte. Usa un separador de dedos o un paño para que la aplicación sea más fácil. Empezando en el centro de la uña, aplica el esmalte en trazos largos y suaves, de forma gradual hacia afuera, hasta cubrir toda la uña. Continúa con la uña siguiente y deja que todas las uñas se sequen por completo antes de aplicarte una segunda capa.[9]
    • Sigue este procedimiento en cada uña, sin importar su tamaño. Esta técnica te permitirá aplicar el esmalte de manera uniforme por todas partes, y evitará que queden rayas y grumos.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Marta Nagorska

    Marta Nagorska

    Artista de uñas
    Marta Nagorska es una especialista en uñas y bloguera de arte de uñas con sede en Londres, Reino Unido. Tiene un blog, Furious Filer, donde da tutoriales sobre el cuidado de las uñas y arte de uñas avanzado. Ha estado practicando el arte de las uñas por más de 5 años y se graduó de Northampton College con una distinción con un título en técnica de uñas y manicurista en el 2017. Ha sido galardonada con el primer lugar en el Concurso de arte de uñas OPI.
    Marta Nagorska
    Marta Nagorska
    Artista de uñas

    Para hacerte una pedicura francesa: aplícate esmalte blanco en la punta de cada uña. Usa una brocha redonda humedecida con quitaesmalte para limpiar la punta interior de la uña y lograr que la línea blanca luzca bien redondeada. Aplícate un rosa transparente encima para que el blanco no luzca muy fuerte, y continúa con un esmalte de acabado para que el esmalte sea más duradero.

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    Deja que las uñas se sequen. Después de aplicarte todas las capas, sécate las uñas con una luz diseñada específicamente para este propósito, usa un secador de cabello o usa el método más común: dejarlas secar al aire de 10 a 20 minutos o hasta que el esmalte ya no se sienta pegajoso cuando lo toques.
    • El secado adecuado será la diferencia entre un esmalte duradero y uno que se descame o se descascare en pocos días. Si no dejas secar el esmalte por completo entre cada capa o antes de aplicar el esmalte de acabado, quedará susceptible a las manchas y los rasguños.
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    Aplícate un esmalte de acabado. Aplícate un acabado transparente para evitar que el color se descascare. Si tus uñas tienden a romperse, aplícate una segunda capa cuando se haya secado la primera. Aplica una tira delgada para sellar las puntas de las uñas y evitar que se descascaren si se rozan con los zapatos o en el suelo.[10]
    • Elige un esmalte de acabado transparente y ligero, ya que uno muy espeso solo les agregará volumen a las uñas y aumentará la probabilidad de que el esmalte se corra. Si agregas una segunda capa de esmalte de acabado, hazlo con trazos largos y delgados, y limpia el exceso de la brocha antes de aplicarlo.
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    Mantén la pedicura. Para que la pedicura sea más duradera, lávate y huméctate los pies con frecuencia. Usa una herramienta de limpieza y un limpiador suaves para evitar que el esmalte se descascare. Evita también los remojos con sal hasta la siguiente pedicura, ya que la sal puede rasgar el esmalte.
    • Si tomas una ducha todos los días, lávate los pies y aplícate una crema humectante. Aunque no te duches a diario, debes limpiarte y humectarte los pies todas las noches.
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Consejos

  • Usa un esmalte de buena calidad para que la pedicura sea más duradera.
  • Desinfecta las herramientas entre cada uso para evitar las infecciones o la proliferación de bacterias.
  • Hazte una pedicura 1 o 2 veces al mes para mantener los dedos frescos y los pies suaves.
  • Durante el verano, cuando los pies quedan expuestos al sol, la arena y el agua, quizás debas aumentar la frecuencia de las pedicuras en el mes.
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Advertencias

  • Nunca compartas las herramientas que usas para las uñas sin desinfectarlas por completo.
  • Aplícate el esmalte y el quitaesmalte en un área bien ventilada para evitar inhalar productos químicos que podrían ser dañinos.
  • Si es posible, evita comprar herramientas usadas, ya que no puedes saber cuál es su origen con seguridad.
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Cosas que necesitarás

  • un recipiente para sumergir los pies
  • sales de Epsom u otro producto para remojar los pies
  • herramienta para quitar los callos
  • cortaúñas
  • lima
  • toallas y paños
  • separador de dedos
  • esmalte para las uñas
  • quitaesmalte
  • herramientas y crema para las cutículas
  • crema humectante

Acerca de este wikiHow

Marta Nagorska
Coescrito por:
Artista de uñas
Este artículo fue coescrito por Marta Nagorska. Marta Nagorska es una especialista en uñas y bloguera de arte de uñas con sede en Londres, Reino Unido. Tiene un blog, Furious Filer, donde da tutoriales sobre el cuidado de las uñas y arte de uñas avanzado. Ha estado practicando el arte de las uñas por más de 5 años y se graduó de Northampton College con una distinción con un título en técnica de uñas y manicurista en el 2017. Ha sido galardonada con el primer lugar en el Concurso de arte de uñas OPI. Este artículo ha sido visto 3727 veces.
Categorías: Cuidado de las uñas
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