La conciencia situacional es una parte importante del entrenamiento de los miembros del ejército y las fuerzas del orden, pero puede ser igual de importante para cualquiera que quiera asegurarse de estar un paso adelante de las situaciones peligrosas, antes de que se produzcan. La conciencia situacional es la capacidad de identificar y procesar posibles peligros en el entorno. En pocas palabras, es la capacidad de comprender lo que está sucediendo alrededor con una actitud defensiva. Incrementarla puede darte la oportunidad de escapar o atenuar el peligro que representan las personas o los escenarios que podrían causarte daño a ti o a los que te rodean. Tener una mayor conciencia situacional no significa buscar problemas, sino todo lo contrario. La forma más eficaz de ganar una pelea es evitarla por completo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Evaluar el entorno

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    Evalúa el entorno en busca de amenazas. El primer paso para incrementar la conciencia situacional es evaluar el entorno en su totalidad. Observa alrededor y toma en cuenta el tipo de situación en la que te encuentras. Cada entorno requerirán un nivel de atención diferente para mantener una conciencia situacional alta.[1]
    • Tómate unos minutos para concentrarte en cada uno de los sentidos, de modo que puedas percibir mejor el entorno. Presta atención a lo que ves, hueles, oyes y sientes.[2]
    • Un entorno urbano presenta peligros y distracciones muy diferentes a los de un entorno rural.
    • Al identificar el tipo de entorno en el que te encuentras podrás prepararte mejor para estar alerta ante posibles riesgos.
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    Toma en cuenta lo que debería ser normal en la situación en la que te encuentras. La línea de base ambiental es lo que has experimentado en entornos y situaciones similares. Determina qué sonidos, comportamientos y panoramas deben considerarse normales en la situación actual, de modo que tengas un marco de referencia con el que comparar un comportamiento inusual.[3]
    • La línea de base ambiental en una zona boscosa suele ser bastante silenciosa y usualmente solo se ve interrumpida por sonidos de insectos, aves y viento que pasa entre los árboles. También puede estar poco iluminada y suele estar poco poblada por otras personas.
    • La línea de base ambiental en una concurrida calle urbana podría incluir sonidos y un panorama de múltiples vehículos y multitudes de personas hablando a un volumen normal para el nivel de ruido ambiental.
    • Las líneas de base ambiental se basan en experiencias propias. Establecerlas requerirá que pienses lúcidamente en los entornos con los que estás familiarizado, para poder distinguir situaciones o comportamientos que son inusuales.
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    Identifica y calcula el nivel de peligrosidad de los elementos que te rodean. Una vez hayas establecido cuál crees que es la línea de base ambiental del entorno, mira alrededor para identificar y tomar en cuenta cualquier posible fuente de situaciones peligrosas.[4]
    • Busca personas que se comporten de una manera que esté fuera de lo común. Básate en experiencias pasadas y compáralas con las del entorno.
    • Identifica individuos que puedan estar provistos de armas situacionales, que son objetos que pueden no ser considerados como armas, pero que podrían herirte o herir a los que te rodean de manera grave. Algunos ejemplos comunes podrían ser bates de béisbol o cadenas.
    • Busca marcas de armas en la ropa de las personas. Cuando una persona lleva un arma oculta, suele dejar sobre la ropa lo que usualmente se denomina "marca" o la silueta de las partes del arma. Mira cerca de la cintura de los sospechosos para intentar determinar si llevan un arma oculta.
    • Busca bolsos, maletas u objetos similares que no deberían dejarse solos en zonas concurridas, pero que efectivamente estén así. Dejar bolsos abandonados en lugares públicos es un método habitual de entrega de explosivos.
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    Usa la imaginación para planificar diferentes situaciones. Aunque no siempre es bueno dejar volar la imaginación ante situaciones posiblemente peligrosas, puedes utilizarla para establecer escenarios en la mente y planificar formas de abordarlos.[5]
    • Si observas que un grupo de individuos sospechosos se dirige hacia ti, piensa en lo que podrías hacer si intentan atacarte o atacar a los que te rodean.
    • Busca formas de salir del entorno actual si necesitas irte rápidamente.
    • Imagina que alguien saca un arma o te ataca en la situación actual. ¿Qué puedes hacer ahora para reducir la probabilidad de que ocurra? ¿Qué harás si ocurre de todos modos?

Parte 2
Parte 2 de 3:
Controlar la concentración y la atención

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    No asumas que un comportamiento inusual no supone una amenaza. Como la mayoría de personas vive una vida bastante segura, tendemos a creer que las cosas van a salir bien. Las personas suelen esperar antes de reaccionar a un comportamiento inusual debido a que no están dispuestas a reconocerlo como una amenaza. El "sesgo de normalidad" es el acto de ignorar posibles amenazas debido a que parece poco probable que se produzca una situación peligrosa.[6]
    • Toma en serio los indicios de peligro. No te digas que lo que ves "debe ser normal".
    • Aborda cada situación como si pudiera ser peligrosa. Esto te ayudará a superar el sesgo de normalidad.
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    No te distraigas. Cuando te concentras tanto en una cosa que estás muy distraído como para identificar las amenazas potenciales que te rodean, estás experimentando el denominado "bloqueo de enfoque". Es algo perfectamente normal, pero puede obstaculizar o reducir significativamente la conciencia situacional.[7]
    • Un ejemplo común de un bloqueo de enfoque que provoca una situación peligrosa es mirar el teléfono en lugar de la carretera mientras conduces.
    • En un sendero, podrías estar tan distraído con el panorama y los sonidos que tienes delante que no te das cuenta de que hay una serpiente cerca de tus pies, en la maleza.
    • Cuando te sorprendas experimentando el bloqueo de enfoque, vuelve a centrar la atención en el entorno y en cualquier amenaza potencial que te rodee.
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    Presta atención al tiempo. El paso del tiempo es una parte importante de la conciencia situacional. Estar al tanto del tiempo puede ayudarte a identificar tendencias en el comportamiento de las personas, las cuales de otro modo no te habrían parecido inusuales. También puede ayudarte a prevenir la fatiga al saber cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que comiste o descansaste.[8]
    • Si observas que alguien da vueltas alrededor de una zona, en intervalos regulares, es posible que esté esperando a que ocurra algo. No hay nada propiamente peligroso en ello, pero es un elemento que podría ayudarte a evitar situaciones peligrosas si es que lo notas.
    • Controla el tiempo que ha pasado desde la última vez que viste a las personas con las que estás. Por ejemplo, esperar a tu hijo fuera de un baño público es una situación en la que te conviene controlar el tiempo que ha pasado desde que lo viste.
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    Lucha contra la autocomplacencia. En el ejército, una frase común que se usa durante el entrenamiento es "La autocomplacencia mata". Esta se produce cuando te sientes tan cómodo en la situación actual que ya no trabajas para identificar activamente las posibles amenazas que te rodean.[9]
    • Si sientes que tu mente se desvía o te sorprendes experimentando un bloqueo de enfoque, vuelve a concentrarte en el presente y en la situación que estás viviendo.
    • Recuerda que las situaciones peligrosas pueden ocurrir en cualquier lugar, incluso en entornos en los que te sientes muy cómodo, como en casa o en un restaurante al que vas con frecuencia.
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    No dejes que el cansancio se apodere de ti. Dificultará enormemente la atención y la concentración. Cuando tienes hambre, estás deshidratado o cansado, te distraes. La reducción de los niveles de azúcar en la sangre, causada por períodos prolongados sin comer, puede dejarte tan aturdido como la falta de sueño.[10]
    • Cuídate bien de ti durmiendo lo suficiente, y comiendo bien y con frecuencia.
    • Fíjate en los signos de fatiga a medida que se vayan produciendo. Puede que te cueste más prestar atención a las cosas, que notes que tienes un temperamento más impaciente o que tu visión sea ligeramente borrosa.
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    Usa la visión periférica para identificar amenazas. A veces, puedes atraer la atención sin querer si miras directamente a una posible amenaza. En ciertos casos extremos, una posible amenaza puede convertirse en una real si esta interpreta que tu mirada la involucra de alguna manera. Por eso, practica mirar desde los lados de tu visión.[11]
    • Algunos individuos pueden acercarse a ti o incluso volverse hostiles si notan que los miras directamente.
    • Usar la visión periférica significa que cualquier individuo peligroso que se encuentre alrededor no sabrá a qué estás mirando exactamente, lo que te da una ligera ventaja táctica.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Estar atento en situaciones peligrosas

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    Intenta predecir los acontecimientos que se avecinan a tu alrededor. Al establecer una línea de base situacional, creas una idea de cómo es que una situación normal debería ser, sonar y oler en el lugar donde te encuentras. Usa esa línea de base para predecir los acontecimientos que se producirán alrededor, de modo que no te tomen por sorpresa.[12]
    • Si ves que un camión entra en un estacionamiento cercano a ti, puedes prever que posiblemente escucharás el sonido de sus puertas abriéndose y cerrándose, o el pitido de la alarma de seguridad.
    • Si conduces detrás de un autobús escolar, puedes prever que en algún momento éste puede detenerse delante de ti para dejar bajar a los niños.
    • Si notas personas que se comportan de forma agresiva entre sí, puedes prever que podrían pelearse, lo que puede ser una señal de que debes abandonar la zona.
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    Confía en tus instintos. A veces, ya has identificado en tu mente la línea de base situacional, has evaluado las posibles amenazas que te rodean, tienes una estrategia para huir de cualquier cosa que pueda ocurrir, pero aun así no puedes evitar la sensación de que algo va mal. Confía en esa sensación.[13]
    • Puede que no seas consciente de cómo es que el cuerpo interpreta los estímulos que te rodean, pero el humano ha evolucionado para sentir el peligro. Si te sientes inquieto, pero no tienes razones objetivas para estarlo, confía en esa sensación.
    • En un caso clásico de "más vale prevenir que lamentar", confiar en lo que tu instinto dice sobre una situación y marcharte puede resultar innecesario, pero es mejor equivocarte cien veces que haber acertado una vez sin actuar.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Saul Jaeger, MS

    Saul Jaeger, MS

    Capitán de policía, Departamento de policía de Mountain View
    Saul Jaeger es oficial de policía y capitán del Departamento de Policía de California (MVPD). Saul tiene más de 17 años de experiencia como oficial de patrulla, oficial de capacitación de campo, oficial de tráfico, detective, negociador de rehenes y como sargento de la unidad de tráfico y oficial de información pública para el MVPD. En el MVPD, además de dirigir la División de Operaciones de Campo, Saul también dirigió el Centro de Comunicaciones (despacho) y el Equipo de Negociación de Crisis. Obtuvo una maestría en Administración de Servicios de Emergencia en la Universidad Estatal de California, Long Beach en 2008 y una Licenciatura en Administración de Justicia en la Universidad de Phoenix en 2006. También obtuvo un Certificado LEAD de Innovación Corporativa en la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford en 2018.
    Saul Jaeger, MS
    Saul Jaeger, MS
    Capitán de policía, Departamento de policía de Mountain View

    Nuestro experto señala. Si vas caminando por la calle y ves que alguien se acerca a ti y sientes que algo va mal, confía en ese instinto. No lo ignores debido a que no quieres ofender a la otra persona, o podrías acabar poniéndote en peligro. No es lógico, pero sucede todo el tiempo.

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    Posiciónate para identificar fácilmente las amenazas. El lugar en el que te posiciones puede ser extremadamente importante para tu capacidad de mantener la conciencia situacional. Por ejemplo, si te encuentras en un entorno abarrotado de personas a las que vigilar, puedes colocarte de espaldas a una pared para poder ver a cualquiera que se acerque.[14]
    • Cada situación puede requerir un posicionamiento diferente, pero siempre intenta situarte en un lugar en el que puedas identificar cualquier posible amenaza a medida que se acerque.
    • Posicionarte cerca de las salidas puede facilitarle una huida rápida de una situación en el momento en que se produzca.
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    Identifica inmediatamente los factores de peligro de quienes entren en tu espacio personal. En las abarrotadas calles urbanas, es más frecuente que la gente entre en tu espacio personal en comparación a una tienda de comestibles o un parque. Usualmente, se considera que el espacio personal es un círculo alrededor de ti, a la distancia de un brazo. Si alguien entra en esa zona (lo suficientemente cerca como para entrar en contacto contigo), identifica rápidamente cualquier posible amenaza que esta persona pueda suponer.[15]
    • Busca indicios de un arma, ya sea en las manos o en el cuerpo, si es que puedes ver una.
    • Mira el rostro de la persona para ver si está concentrada en ti o si simplemente pasa por ahí.
    • Fíjate en dónde están sus manos y qué hacen con ellas. Si va a atacarte, es probable que tenga las manos cerradas en forma de puño o que lleve un arma.

Acerca de este wikiHow

Saul Jaeger, MS
Coescrito por:
Capitán de policía, Departamento de policía de Mountain View
Este artículo fue coescrito por Saul Jaeger, MS. Saul Jaeger es oficial de policía y capitán del Departamento de Policía de California (MVPD). Saul tiene más de 17 años de experiencia como oficial de patrulla, oficial de capacitación de campo, oficial de tráfico, detective, negociador de rehenes y como sargento de la unidad de tráfico y oficial de información pública para el MVPD. En el MVPD, además de dirigir la División de Operaciones de Campo, Saul también dirigió el Centro de Comunicaciones (despacho) y el Equipo de Negociación de Crisis. Obtuvo una maestría en Administración de Servicios de Emergencia en la Universidad Estatal de California, Long Beach en 2008 y una Licenciatura en Administración de Justicia en la Universidad de Phoenix en 2006. También obtuvo un Certificado LEAD de Innovación Corporativa en la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford en 2018. Este artículo ha sido visto 1130 veces.
Categorías: Defensa personal