Se sabe que los gatos domésticos, especialmente los más jóvenes, adoran jugar. Este comportamiento es una imitación de la cacería, y es importante ayudarles a aprender a acechar, capturar y matar a su presa. Asimismo, los gatos suelen jugar a pelearse entre sí y con los humanos. De esta manera, ponen en práctica las habilidades necesarias para la cacería y el combate. Además, esta actividad puede ayudar reducir el miedo que asocian con atacar a otros animales.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar una cuerda y un juguete

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    Activa el instinto cazador de tu gato. Haz que tu gato aceche una cuerda, un juguete a cuerda o un juguete peludo o con plumas atado a una cuerda. Uno de los juguetes más sencillos que puedes hacer, y también uno de los más efectivos, es una cuerda con un objeto peludo en un extremo. Utiliza un peluche viejo que no te moleste que el gato muerda. Intenta conseguir objetos que sean más pequeños que el animal, aproximadamente del tamaño de su presa natural (aves y roedores pequeños). Si no tienes un peluche, puedes utilizar solo una cuerda y arrastrarla; es muy probable que tu mascota intente “cazar” el extremo.
    • Es útil que el juguete haga algún tipo de ruido para atraer la atención de tu mascota, ya sea que se trate de un chillido, repiqueteo o chasquido. Los gatos tienen muy buen oído, así que incluso una cuerda deslizándose sobre el piso podría ser suficiente para llamar su atención.
    • Para los gatos, jugar también es una forma de entrenar sus habilidades de cacería. A menudo, jugar y cazar van de la mano, y estos animales utilizan sus garras para golpear cualquier cosa que llame su atención.
    • Es muy fácil para los gatos utilizar su imaginación, pero a veces debes activarla. Una cuerda que yace en el piso sin moverse no es un juguete similar a una presa. Sin embargo, cuando la tomas y alejas del animal, incitas su instinto cazador.
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    Ata una cuerda al juguete. Crea un nudo de lazo en un pedazo de cuerda y colócala alrededor del cuello del juguete para sujetarlo. También puedes atarlo a la cola, abdomen o pierna. La idea es que puedas sacudirlo de modo que parezca que está vivo.
    • Una vez que ates el juguete, asegúrate de que pueda quedarse de pie por su cuenta. Un peluche viejo no engañará a tu gato por mucho tiempo; tiene que poder permanecer en posición vertical por sí solo.
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    Ata la cuerda a una vara. Simplemente puedes sostener la cuerda con la mano para mover el juguete, pero si creas más distancia entre tu mano y el peluche, podrías ayudar a que tu gato olvide que eres tú quien controla el juguete. Ata el extremo suelto de la cuerda a una vara resistente pero cómoda.
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    Provoca a tu mascota. Para llamar la atención de tu gato, agita el peluche colgado de la cuerda de modo que no lo pueda ignorar y luego colócalo de pie frente a él. Espera a que el gato se lance y jala el peluche. Proporciónale un momento entretenido tanto dejando que atrape el juguete como dejando que casi lo atrape. Procura que el juego tenga cierto nivel de dificultad pero que de todos modos sea posible “ganar”. Lo importante es capturar la atención del animal con movimientos repentinos y luego mantener el juguete quieto un momento para permitir que pueda “acechar” a la presa.
    • Cuando un gato atrapa algo entre sus garras, no lo suelta. Es ahí donde empieza la diversión. Una vez que atrape a la “presa”, es tu trabajo hacer que esta escape de sus garras dando tirones suaves y fuertes a la cuerda.
    • Haz que tu gato corra por todo el lugar. Guíalo con el juguete. Asegúrate de emplear los muebles como obstáculo y hazlo saltar tan alto como pueda. También hazlo correr en círculos.
    • Si juegas de esta manera a menudo, tu gato podría llegar a sujetar la cuerda con suficiente fuerza como para que lo arrastres.
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    Permite que tu gato juegue cuando quiera. Dale a tu mascota la oportunidad de evaluar la situación y no lo interrumpas. Cuando esté listo para lanzarse, lo hará. Cuando se aburra de jugar, dejará de hacerlo. Intenta no mirarlo mientras “pelea” con un juguete y no lo obligues a jugar con uno en particular.
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Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar otros métodos

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    Utiliza un puntero láser para provocar a tu gato. Apunta el láser hacia el piso o pared cerca de tu gato. Mueve la luz para atraer su atención y luego mantenla quieta para crear suspenso. Empieza a mover la luz lentamente una vez más y quizá tu gato comience a acecharla como si fuera una presa. No muevas el láser demasiado rápido o quizá tu mascota se desanime. Espera a que se lance para cambiarlo de lugar rápidamente.
    • Puedes conseguir un puntero de láser en Internet, en tiendas de mascotas y en la mayoría de tiendas de artefactos de tecnología.
    • Ten cuidado de no apuntar el láser directamente a los ojos de tu mascota. Una vez que hayas llamado su atención, intenta no dirigirlo a algún lugar peligroso. Recuerda que estará tan concentrado en el punto que podría golpearse directamente con una silla o pared.
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    Arroja papeles o envolturas. Utiliza un material que haga suficiente bulla como para atraer la atención de tu gato, pero no tanta que lo asuste. Haz una bola con el papel y sacúdelo lentamente hasta que le llame la atención al gato. Luego, tíralo a una distancia corta para que lo persiga. Esto también podría funcionar con comida o juguetes.
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    Utiliza tu mano para jugar a las peleas con el gato. Con cuidado, “lucha” con tu mascota como si tu mano fuera otro gato. Déjalo frotar su cabeza contra tu palma y déjalo golpearte con su pata. Pero ten cuidado: si bien los gatos no suelen utilizar sus garras al pelear, sí pueden mordisquear o morderte la mano.
    • Evita utilizar ambas manos al jugar, ya que el gato podría sentir que lo superas en número y huir. A propósito de ello, esta es una buena forma de deshacerte de un gato juguetón cuando ya no quieres continuar.
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    Utiliza una pelota normal de tenis de mesa. Quizá te parezca aburrido, pero a muchos gatos les encanta golpearlas velozmente y jugar con ellas. Rueda la pelota hacia tu mascota o haz que pase por su lado para llamar su atención. Si sus ojos siguen su movimiento, significa que la ve como una posible “presa”. Es probable que un gato más viejo no se moleste en moverse si le lanzas la pelota.
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    Utiliza la menta gatuna o nébeda. Puedes darle a tu gato un ramito fresco o seco de esta hierba o un juguete de la misma. Muchos gatos adoran el olor de la menta gatuna, mientras que otros parecen embriagarse de manera visible al tener contacto con ella. Podrían contemplar el vacío, tropezarse y rodar en el piso por el placer.
    • Ten en cuenta que cada gato puede reaccionar de manera distinta a la hierba. Quizá tu mascota la adore, la ignore o incluso podría volverse adicta. Dale cantidades pequeñas y observa cómo reacciona.
    • También puedes considerar conseguir el producto en aerosol en una tienda de mascotas y rociarlo en los juguetes de tu gato. Luego de aplicarlo, déjalo secar. Una vez que estén listos, dale los juguetes lentamente.
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    Utiliza un huevo de plástico lleno de arroz. Puedes llenar un huevo sorpresa o un huevo de Pascua de plástico con arroz y utilizarlo para jugar con tu gato. Incluso puedes hacer un pequeño agujero en uno de los extremos, pasar un cordón y atarlo en la punta. El sonido del arroz cuando el contenedor se sacude puede atraer la atención del gato y la cuerda te ayudará a hacer que parezca que este se mueve por su cuenta.
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    Cepilla a tu gato con un cepillo especial para animales. Puedes cepillar su barbilla, cola y lomo, así como su barriga. Cepilla también el área bajo la cola y a cada lado, pero no su trasero. Haz una prueba, pero ten en cuenta que no a todos los gatos les agrada que los cepillen. Asimismo, algunos podrían evitar que les toques la barriga. No lo cepilles muy fuerte, ya que las cerdas podrían lastimarlo.
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Método 3
Método 3 de 3:
Darle a tu gato una caja o bolsa

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    Permite que tu gato juegue con una caja o una bolsa. Si no tienes tiempo libre para jugar con tu gato, puedes proporcionarle incontables horas de diversión con una caja de cartón o una bolsa de compras. Si bien los gatos son depredadores en su hábitat natural, no son el último eslabón en la cadena alimenticia y les encanta esconderse en espacios pequeños.
    • Si eliges utilizar una caja, esta debe ser lo suficientemente grande como para que tu mascota quepa dentro pero no tan alta que no pueda salir de ella. Puedes colocarla derecha o de costado, asegurándote de que tu gato pueda entrar.
    • Asimismo, puedes utilizar cualquier tipo de bolsa donde quepa tu gato, pero ten cuidado con las bolsas plásticas donde tu gato pueda quedar atrapado y asfixiarse. En general, las de papel y las de lona son las más seguras, ya que permiten el paso de oxígeno.
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    Coloca la caja o bolsa en un lugar donde el gato pueda encontrarla. Asegúrate de sea un espacio donde tu mascota se sienta cómoda, como la sala de estar, el dormitorio o cualquier lugar donde pase bastante tiempo. Intenta colocar un premio, un juguete o una ramita de menta gatuna en el contenedor para incentivarlo a que entre. Asimismo, colocar un papel arrugado y ruidoso dentro puede proporcionarle algo que investigar al gato.
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    Permite que el gato haga uso de la caja o bolsa a su manera. Puedes cargarlo y colocarlo adentro, pero si se sale, no lo fuerces. Evita inclinar la caja o bolsa mientras tu mascota está adentro o podrías hacer que asocie un susto con dicho contenedor. Por otro lado, es posible que pase hasta horas descansando allí y llegue a asociarlo con un lugar seguro.
    • Nunca hagas que tu gato se sienta atrapado o acorralado. Evita introducir alguna parte de tu cuerpo en el contenedor o quedarte cerca de la salida, sobre todo si el animal es asustadizo.
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    Respeta el espacio de tu mascota. Algunos gatos adoran esconderse en la despensa o en un cajón, bajo la cama o las sábanas, o en la superficie de algunos muebles y árboles para gatos. Quizá le guste estar dentro de una caja o bolsa que le des, pero también es posible que regrese a su propio “lugar seguro”.
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Consejos

  • A un gato no necesariamente le gustará todo lo que le ofrezcas, así que no te rindas si no se entretiene con el primer juguete que le das.
  • Recuerda que existe una diferencia entre jugar y ser territorial. Si tu gato es muy agresivo, da por terminada la batalla.
  • Aprende a discernir en qué momento tiene ganas de jugar. A continuación, encontrarás dos ejemplos de situaciones que indican que tu gato está de humor para cazar o jugar:
    • Cuando tu gato menea la cola no significa que está feliz, sino que algo ha atraído su atención.
    • Cuando tu gato tiene las pupilas dilatadas significa que su instinto de cazador está activado. Las pupilas dilatadas posibilitan un mayor ingreso de luz a los ojos, lo que le permite ver en la oscuridad.
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Advertencias

  • Los gatos pueden ponerse violentos al jugar. Esto no significa que tu mascota te va a atacar, pero si sacará sus garras para tomar cualquier objeto con el que esté jugando. Esta es simplemente la manera en que los gatos juegan entre sí, aunque parezca que están peleando.
  • Diviértete mientras juegas con tu gato, pero siempre mantente alerta y ten cuidado.
  • No golpees a tu gato con un juguete, ya sea que se trate de una vara, una cuerda o un peluche.
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Cosas que necesitarás

  • animal de peluche o juguete del tamaño de una presa
  • vara con una cuerda sujeta a uno de los extremos
  • menta gatuna o nébeda
  • una caja o bolsa
  • tu gato

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Categorías: Gatos
Resumen del artículoX

Para jugar con un gato, arruga un papel o envoltorio en forma de bola y agítalo lentamente hasta que el animal lo siga con los ojos. Luego, tíralo a una distancia corta para que el gato vaya tras él. Si tienes un peluche pequeño o un juguete con plumas, átale un cordel y anuda el cordel a un palito. Mueve el juguete en frente del gato y luego aléjalo cuando salte hacia él. Otra opción es poner un bocadillo o un juguete en una caja de cartón o bolsa de supermercado y dejar que el gato juegue con él como quiera. Si quieres más consejos, por ejemplo, para activar el instinto natural del gato para jugar, ¡sigue leyendo!

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