Los jerbos son excelentes compañeros y más fáciles de cuidar y más baratos que muchos otros tipos de mascotas. Ellos pueden entretenerse entre sí por horas, ¡y a ti también! Sin importar si son tus primeras mascotas o si quieres desarrollar un vínculo más fuerte con los jerbos que tienes, este proceso será sencillo siempre y cuando sigas algunas pautas generales.

Método 1
Método 1 de 2:
Ganarte su confianza

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    Ten paciencia. Al igual que las personas, los jerbos crean relaciones basadas en la confianza. Dado que son animales de presa en la naturaleza, ¡son muy cautelosos con los animales más grandes (como tú)![1] No los toques ni los cargues hasta que se acostumbren a su nuevo hogar y a ti.
    • El tiempo que tarden en acostumbrarse a un entorno y un dueño nuevos variará de unas horas a unos días.
    • Ellos te "dirán" cuando estén listos para una mayor interacción. Si se ocultan o se alejan de ti, es porque no están listos para que los toques o los sostengas.
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    Coloca su jaula en un área central de la casa o la habitación. Para socializarlos, los jerbos deben estar cerca de personas la mayor parte del tiempo.[2] ¡No los dejes fuera de su jaula para que deambulen con libertad hasta que puedas sostenerlos![3]
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    Siéntate cerca de su jaula y háblales o cántales. Si no se acercan a tu mano, dedica un tiempo cada día a sentarte cerca de su jaula y hablarles para que puedan observar tus movimientos y acostumbrarse a tu voz.
    • No tienes que hablarles directamente, sino que habla o canta en voz alta (no muy fuerte), de modo que se sientan cómodos con tu voz.
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    Lávate las manos. Los jerbos tienen un sentido del olfato muy fuerte y lo usan para familiarizarse con las personas. Si te lavas bien las manos antes de interactuar con ellos, esto garantizará que te huelan a ti y no a lo que hayas tocado más temprano durante el día.
    • Esto es importante en especial si tienes otras mascotas, como perros y gatos. Estos animales serían depredadores en la naturaleza.
    • Usa un jabón sin perfume, para no ocultar tu propio aroma.
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    Ofréceles una golosina de tu mano. Domesticar a los jerbos requiere una serie de pasos. Hacer que coman de tu mano es la mejor manera de animarlos a acercarse a ti y acostumbrarse a tu aroma. Coloca la palma sobre el suelo con una golosina en el centro y mantén la mano quieta.
    • Si no comen de tu mano de inmediato, no hay ningún problema. Coloca la comida en el suelo, cerca de ellos, y aléjate. Con el tiempo, asociarán tu mano con las golosinas.
    • Las mejores golosinas son los alimentos que por lo general no estén presentes en la comida para jerbos, como las almendras, las pecanas o las nueces de nogal.
    • Al igual que las personas, los jerbos tienen niveles diferentes de adaptación social. Algunos podrían ir hacia ti con rapidez, mientras que otros serán más asustadizos. No te lo tomes como algo personal.
    • En ocasiones, los jerbos recaerán en su comportamiento previo y podrías tener que empezar en una etapa anterior para volver a desarrollar la confianza. No te frustres y vuelve a intentarlo.
    • Ofrécele una segunda golosina si no se sienten tentados por una. Coloca una en el suelo y una en tu mano para animarlos a ir hacia una de ellas.
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    Coloca la mano extendida y deja que salte hacia ella. Esta es la mejor manera de sostener a un jerbo, y le parecerá mucho menos amenazante que tratar de cargarlo.[4]
    • Podrías requerir un par de ocasiones para que se sienta cómodo en tu mano. Ten paciencia y sé amable.
    • Cuando salte hacia tu palma por primera vez, levanta el brazo de forma lenta hacia tu pecho para que no se asuste.
    • Si no te deja tocarlo, forma un puño con la mano y mantenla cerca del jerbo, y primero deja que se acostumbre a tu olor.[5]
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    Usa ambas manos para “levantar” al jerbo si tienes que cargarlo. Es mejor dejar que se te acerque, pero si tienes que cargarlo, encoge las manos y coloca una en cada lado del animal. Júntalas con lentitud de modo que tenga que subirse a ellas. Este método le indica qué ocurre y permite que decida dejar que lo cargues.[6]

Método 2
Método 2 de 2:
Jugar con los jerbos

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    Reserva un tiempo de juego a diario. Los jerbos necesitan atención constante para mantenerse socializados. Si dejas de jugar con ellos, no querrán jugar contigo de nuevo. Debes pasar suficiente tiempo con ellos todos los días, tanto para cuidarlos como brindarles un tiempo de recreación.[7]
    • Nunca los dejes fuera de su jaula sin supervisión. ¡Los jerbos son muy buenos escondiéndose!
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    Prepara un entorno seguro en el cual jugar. Los jerbos necesitan un tiempo de juego fuera de su jaula todos los días. Siempre que abras la jaula, asegúrate de estar en un área cerrada con pocos escondites para que el animal no pueda escapar. Verifica que todas las ventanas y las puertas estén cerradas antes de abrir la jaula, y asegúrate de que no haya cables eléctricos a su alcance.[8]
    • Lo mejor es no dejarlos fuera de su jaula hasta que puedas sostenerlos.
    • Si encuentran un escondite, lo mejor es esperar a que salgan por su cuenta en lugar de sostenerlos a la fuerza.
    • Un excelente lugar para dejar que jueguen es una piscina para niños vacía.
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    Abre la jaula y deja que investigue. Luego del periodo de presentación inicial, deja que el jerbo entre a tu entorno a su propio ritmo. Si no puedes tocarlo en el segundo día, déjalo suelto en una bañera vacía.[9] Coloca su jaula en la bañera, siéntate en el lado opuesto y abre la puerta de la jaula.
    • ¡No lo saques de la jaula a la fuerza! Tan solo abre la puerta y siéntate cerca de ella.[10]
    • Asegúrate de que la bañera esté limpia, sin residuos de jabón o detergente.[11]
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    Agrega algunos juguetes. Puedes comprar juguetes seguros o hacer los tuyos. Las cajas de pañuelos de cartón, los cartones de huevos y los rollos de papel higiénico vacíos son “juguetes” grandiosos que puedes encontrar en tu casa con facilidad. También podría gustarle caminar a través de bloques de madera con agujeros perforados y correr en ruedas.[12]
    • Compra una rueda sólida, no una con varillas o agujeros. Su cola o sus patas podrían atorarse en un agujero y hacer que se lesione.
    • No le des papeles toalla con aroma o toallas con texto.
    • Los jerbos necesitan mordisquear, así que busca juguetes de madera sin tratar ni pintar, en lugar de los de plástico o los pintados.
    • Usa rollos vacíos de papel toalla o papel higiénico para hacer un túnel divertido para que los jerbos puedan correr a través de él.
    • Haz un túnel con un tubo de PVC.
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    Acarícialo con suavidad en la cabeza o el lomo. Los jerbos suelen ser inquietos, pero necesitan acostumbrarse a que los toques para desarrollar un vínculo cercano contigo.[13] Espera a que se te acerque y acaríciale la cabeza o el lomo con suavidad.
    • ¡Procura no usar demasiada fuerza! Los jerbos son pequeños y podrían asustarse con facilidad hasta que se acostumbren a ti.
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    ¡Dale un regalo! Envuelve una golosina con algunos pañuelos y papel para darle un regalo especial al jerbo. ¡Debes usar pañuelos blancos limpios sin lociones ni aromas agregados![14]
    • Coloca las golosinas en el medio, dobla los pañuelos a la mitad y enróllalos como un burrito.
    • Ata el extremo de la envoltura de pañuelos formando un nudo suelto y coloca un rollo de papel higiénico en su interior.
    • Coloca un pañuelo en cada lado del rollo, de modo que la golosina esté en el centro.
    • Coloca el rollo en una hoja de papel blanco y enróllala como un burrito.
    • Gira los extremos como una envoltura de caramelo y dáselo al jerbo.
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    Enséñale a dar un salto hacia atrás. Sostén una golosina en los dedos un poco lejos de su alcance. Cuando se mueva hacia ella, elévala un poco por encima de su cabeza, en dirección al lomo. Los jerbos entusiastas darán un salto hacia atrás para conseguirla.
    • Si es muy inteligente, podría solo darse la vuelta en el suelo para conseguir la golosina. Sostenla más cerca de su cabeza la próxima vez.
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    Entrénalo para que salte hacia arriba para tomar las golosinas. Los jerbos pueden saltar a una distancia de 45 cm (18 pulgadas) y a una altura de 15 cm (6 pulgadas), e incluso pueden cambiar la dirección en pleno salto.[15] Sostén una golosina en los dedos a lo alto para animarlo a saltar. Sostén una golosina a varios centímetros o pulgadas de altura para animar al animal a dar un salto largo.
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    Enséñale a correr a través de un laberinto. Crea un laberinto con bloques u otros objetos ligeros, y coloca una o dos golosinas al final. Coloca al jerbo con cuidado al inicio y observa cómo trata de conseguir la golosina.
    • Empieza con un laberinto en línea recta y aumenta la dificultad cuando el animal se acostumbre.

Consejos

  • Vuelve a llenar sus tazones de comida y agua a diario. Asegúrate de que los jerbos siempre tengan agua fresca.
  • Siempre cerciórate de que tengan material de cama limpio.
  • Algunos jerbos no deben tener jaulas de metal, ya que pueden mordisquearlas. En su lugar, consígueles un acuario de aproximadamente 40 a 55 L (de 10 a 15 galones).
  • Debes esparcir comida para que la busquen, así fomentarás un comportamiento más natural, pero asegúrate de quitar la comida antigua a diario.
  • Déjalos solos los primeros días para que puedan sentirse cómodos en su nuevo hogar.
  • No reproduzcas música intensa o a volumen alto, ya que puede lastimar las orejas del animal, puesto que los jerbos pueden escuchar muy bien.

Advertencias

  • Siempre supervísalos cuando estén fuera de su jaula.
  • Nunca los dejes fuera de su jaula al aire libre.
  • Nunca sujetes a un jerbo de la cola, ¡en ninguna circunstancia! Su cola es muy frágil y la usan para mantener el equilibrio.[16]
  • No lo castigues por lo que consideres un “mal” comportamiento, como mordisquear tu ropa o tus dedos. Estos son comportamientos naturales y no deben asociarse con las reacciones negativas. Usa una camiseta vieja cuando juegues con él si le gusta mordisquear tu ropa.[17]
  • Nunca le soples la cara.[18]

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 1564 veces.
Categorías: Mascotas y animales