Este artículo fue coescrito por Jay Reid, LPCC. Jay Reid es un consejero clínico profesional con licencia (LPCC, por sus siglas en inglés) con práctica privada en San Francisco, CA. Se especializa en ayudar a los clientes que han sobrevivido a un padre o pareja narcisista. El tratamiento se enfoca en ayudar a los clientes a identificar y desafiar las creencias autodestructivas como resultado del abuso narcisista. Jay tiene una licenciatura en psicología de la Universidad de Pennsylvania y una maestría en psicología clínica de la Universidad de Penn State.
El abuso físico puede presentarse de distintas formas y afecta tanto a niños como a adultos. Las acciones como golpear, patear, abofetear, azotar, pegar y otras formas de lesiones se consideran abuso físico. En muchos países, abusar físicamente de alguien es ilegal. Si lidias con el abuso físico en casa, la escuela o el trabajo, busca ayuda de inmediato. También puedes ponerte en contacto con los demás si sientes nervios por hablar con la policía u otro servicio de apoyo. Para lidiar con el trauma del abuso físico, no tengas miedo de buscar consejería y terapia profesional.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Buscar ayuda inmediata
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1Aléjate del abusador. Si te encuentras en una situación de peligro inmediato, comienza por alejarte del abusador. Esto podría significar marcharte de tu casa e ir a un lugar seguro con tu celular, como a una cafetería cercana o la casa de un amigo. Tal vez tengas que marcharte de tu lugar de trabajo o escuela si tu abusador está allí. Encuentra un lugar seguro para ir y poder llamar para pedir ayuda.
- Si no puedes alejarte de tu abusador, busca un momento en que esté fuera o lejos y pide ayuda. Por ejemplo, si tu esposo abusa físicamente de ti, escoge un momento en que esté en el trabajo para pedir ayuda.
- Si planeas ir a una cafetería o tienda en vez de la casa de un amigo o familiar, comunícate de inmediato y hazle saber dónde estás para hacer los arreglos.
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2Llama a una línea de ayuda. Existen muchas líneas de ayuda disponibles para las personas que lidian con el abuso físico y la violencia doméstica.[1] Estas líneas de ayuda cuentan con personas experimentadas que mantendrán la llamada confidencial. Pueden indicarte las direcciones de refugios donde puedes ir para alejarte del abusador y otros servicios a los que puedes acceder para obtener ayuda. Las líneas de ayuda generalmente están disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana, todos los días del año.[2]
- En Estados Unidos y Canadá, llama a la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica al 1-800-799-7233. También puedes llamar al 1-800-4-A-CHILD para obtener ayuda.
- En el Reino Unido, llama a Women’s Aid UK al 0808 2000 247.
- En Australia, llama al 1800RESPECT (1800 737 732).
- Puedes encontrar una lista completa de líneas de ayuda globales y centros de crisis en la página web del Directorio Internacional de Agencias de Violencia Doméstica.
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3Llama al servicio de emergencias. También puedes obtener ayuda inmediata si llamas al servicio de emergencias para ponerte en contacto con la policía. Cuando el operador responda tu llamada, descríbele la situación y proporciónale tu ubicación. Explícale que experimentas abuso físico y necesitas ayuda.[3]
- Dependiendo de la situación, el operador podría indicarte que te quedes donde estés o que vayas a un lugar seguro en tu casa. También podría sugerirte que vayas a un refugio u otro lugar cercano que sea seguro hasta que la ayuda llegue.
- En caso de ser posible, usa este tiempo para recordar todo lo ocurrido durante el incidente de abuso. Dile al operador o escríbelo, en caso de ser posible. Esto podría hacer que te resulte más sencillo informar el incidente a la policía.
Método 2
Método 2 de 3:Ponerte en contacto con los demás
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1Pídeles ayuda a tus amigos o familiares. Quizás te resulte difícil contactar a una línea de ayuda o a la policía, en especial si tienes miedo al abusador. Si contactar a la policía te parece un paso demasiado grande, comienza por pedirles ayuda a tus amigos y familiares. Ponte en contacto con un familiar de confianza o un amigo con el que te sientas cómodo para hablar. Explícale a esta persona que lidias con una situación de abuso físico y que necesitas ayuda.[4]
- No supongas que la persona estará muy ocupada o desinteresada en ayudarte, o que le serás una carga de algún modo. Las palabras y acciones de tu abusador podrían haber hecho que te sientas inútil o no querido, pero tú y tu seguridad son importantes, y tus amigos y familiares estarán para ayudarte.
- Por ejemplo, puedes decirle a un amigo "No sé bien cómo lidiar con el abuso físico en casa. Necesito ayuda". También puedes decirle a un familiar "Estoy sufriendo abuso físico en casa. Quiero salir de esta situación. ¿Puedes ayudarme?".
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2Habla con un mentor o profesor. Quizás te sientas más cómodo al hablar con un mentor en tu comunidad o un profesor en tu escuela sobre el abuso físico. Ponte en contacto con un mentor o profesor para pedir ayuda con el abuso físico que experimentas. Pídele a esta persona de hablar en privado para contarle en confianza.[5]
- Por ejemplo, puedes decirle a tu mentor "Sufro abuso físico en casa. Necesito ayuda".
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3Habla con tu médico. Habla con tu médico de cabecera sobre el abuso físico, en especial si ha comenzado a notar las lesiones durante las consultas. Dile que necesitas ayuda y que quieres alejarte de tu abusador. Esta persona te proporcionará recursos para lograrlo.
- Por ejemplo, puedes decirle a tu médico "Estoy sufriendo abuso físico en la escuela. ¿Puedes ayudarme a abordar este problema?".
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4Haz un plan. Independientemente de que les pidas ayuda a tus familiares, amigos, un mentor o tu médico, tú y esta persona deben trabajar juntos para crear un plan de escape detallado y específico. Esto implica identificar un lugar seguro donde quedarte, un buen momento para marcharte, reunir documentos importantes y papeles, reservar algo de dinero, etc. Puedes encontrar más consejos útiles para crear un plan de escape en la página web de la Línea Nacional de Ayuda para la Violencia Doméstica (http://www.thehotline.org/help/path-to-safety/#leaving) o al comunicarte con una línea de ayuda, tu médico, terapeuta o refugio.
Método 3
Método 3 de 3:Obtener consejería y terapia profesional
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1Busca a un terapeuta o consejero en tu zona. Los sobrevivientes del abuso físico pueden beneficiarse de la terapia profesional y la consejería. Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudarte a lidiar con sentimientos de ira, dolor, depresión y miedo debido al abuso físico. Busca a un terapeuta que haya trabajado con víctimas del abuso físico en el pasado y que tenga experiencia en esta área.[6]
- Pídele a tu médico de cabecera referencias de un terapeuta. También puedes buscar a un terapeuta en línea.
- Ten en cuenta que no es necesario que esperes a salir de la relación antes de buscar consejería. Tu terapeuta puede ayudarte mientras te preparas para marcharte y ayudarte a desarrollar un plan de acción seguro.
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2Pide una consulta. Comienza por programar una consulta con el terapeuta o consejero. Reúnete con él y evalúa si te sientes cómodo para hablarle del abuso físico. Habla de los tratamientos que podrías probar para abordar la situación. Pregúntale qué puede ofrecerte mientras te recuperas del trauma.
- Por ejemplo, quizás te sugiera que asistas a un grupo de apoyo para sobrevivientes del abuso. También podría sugerirte una terapia de juego de roles y una terapia de juego, en especial si eres un niño que ha experimentado abuso.
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3Asiste a las sesiones de manera regular. Ten sesiones programadas con el terapeuta o consejero. Procura tener las sesiones a la misma hora todas las semanas. Limítate a un cronograma regular para las sesiones para estar motivado para asistir y sentir que progresas.[7]
- Puedes comenzar yendo a terapia una vez por semana (o más) o dos veces por mes. El terapeuta te sugerirá un cronograma que te ayude a lidiar con tus experiencias de abuso físico.
- Siéntete libre de tomar notas durante la sesión y asegúrate de hacer cualquier lectura o "tarea" que tu terapeuta te recomiende.
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4Aborda los efectos duraderos del abuso físico en terapia. Ir a terapia puede ayudarte a lidiar con los efectos duraderos del abuso físico, que pueden incluir problemas de confianza, ansiedad, baja autoestima, problemas de relaciones, abuso de sustancias y problemas con la ira. Hablar con un terapeuta o consejero de manera regular puede darte las herramientas necesarias para abordar estos problemas y superarlos.
- La terapia también puede ayudarte a identificar cualquier patrón de abuso del que quizás no seas consciente, como por parte de familiares o parejas previas.
- El terapeuta podría sugerirte ciertos tratamientos que te ayuden a lidiar específicamente con estos problemas. Con el paso del tiempo, podrías sentir que has asumido el control sobre estos efectos persistentes de abuso físico con la ayuda de tu terapeuta.
- Fuera de la terapia, puede ser útil establecer una rutina que te proporcione una sensación de previsibilidad y seguridad.[8]
- También puedes ponerte en contacto con amigos equilibrados, enfocarte en el trabajo y concentrarte en criar a tus hijos, en caso de tener. Independientemente de lo que hagas, haz lo que esté alineado con tus valores y no seas demasiado ambicioso sobre tus expectativas contigo mismo de inmediato.[9]
Referencias
- ↑ Jay Reid, LPCC. Consejero clínico profesional con licencia. Entrevista a especialista. 7 de agosto de 2020.
- ↑ https://www.helpguide.org/articles/abuse/domestic-violence-and-abuse.htm
- ↑ https://www.helpguide.org/articles/abuse/domestic-violence-and-abuse.htm
- ↑ http://www.counselling-directory.org.uk/physical-abuse.html#escapingphysicalabuse
- ↑ http://kidshealth.org/en/kids/handle-abuse.html
- ↑ http://www.counselling-directory.org.uk/physical-abuse.html#escapingphysicalabuse
- ↑ http://www.counselling-directory.org.uk/physical-abuse.html#escapingphysicalabuse
- ↑ Jay Reid, LPCC. Consejero clínico profesional con licencia. Entrevista a especialista. 7 de agosto de 2020.
- ↑ Jay Reid, LPCC. Consejero clínico profesional con licencia. Entrevista a especialista. 7 de agosto de 2020.