¿Sabes cómo reaccionar cuando alguien te subestima? ¿Te hace sentir infravalorado o inferior? Si te cuesta saber qué decir y hacer en estas situaciones, hay algunos pasos que puedes tomar para que seas más eficiente y asertivo ante este tipo de críticas. Aprende a hablarle a la gente que te subestima, demuéstrale que está equivocada y comprende lo que pasa cuando sucede.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Hablar con gente que te subestima

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    Sé asertivo.[1] La comunicación asertiva te ayudará a expresarte claramente y mantener el respeto propio. Te puede ayudar también a sentirte mejor contigo mismo y tus habilidades. Este tipo de comunicación incluso puede ayudarte a mejorar tu autopercepción, porque estarás describiendo abiertamente tus pensamientos y expresando la manera en que te sientes. Por último, puede ayudarles a los demás a comprenderte mejor, porque no les estarás dando ningún espacio de duda sobre lo que piensas y sientes. Si alguien te subestima, un comportamiento asertivo es excelente para detener sus ataques. A continuación te daremos algunos consejos para tener una comunicación más asertiva:
    • Emplea afirmaciones con “yo”. Esto es excelente para expresar los sentimientos sin culpar a nadie. Por ejemplo, puedes decir: “Yo creo que soy perfectamente capaz de cumplir las responsabilidad de este nuevo trabajo” en vez de: “Te equivocas sobre mis capacidades”. Esto crea un gran equilibrio con el que podrás expresarte sin ser demasiado agresivo ni sumiso.
    • Practica lo que quieres decir de antemano. La práctica te dará más seguridad a la hora de comunicarte, porque sabrás que estás preparado para la situación.
    • Prueba tus nuevas habilidades primero a una escala pequeña. Evita acercarte a tu jefe inmediatamente para decirle cómo te sientes. Prueba ser asertivo con tus amigos, familiares y compañeros cuando sea apropiado serlo.
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    Pregunta por qué. Si bien nunca debes escuchar a la gente que te subestima, puede ser útil hacerlo cuando te critique.[2] Quizá puedas usar sus críticas de manera constructiva, ya sea que tenga esa intención o no. Si no dejas que la crítica hiera tu autoestima, puede terminar motivándote y siendo una fuente valiosa de información.[3]
    • Por ejemplo, puedes decir: “Te escucho. ¿Por qué crees que no soy capaz de hacer un buen trabajo en este puesto? Me gustaría escuchar tu punto de vista para mejorar”.
    • Esta estrategia es la mejor en el caso de la gente que te subestima sin malas intenciones, por ejemplo, si tu jefe te llega a preguntar si eres capaz de realizar una tarea porque te ha visto hacerlo sin éxito antes. No tienes que creerlo ni estar de acuerdo con lo que diga de tus capacidades, pero puedes usar esa crítica de manera constructiva.
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    Practica la respiración profunda. Inhala unas cuantas veces, de modo que tu abdomen se expanda mientras tu pecho permanece en su lugar. Esta es una técnica rápida y fácil para calmarse que requiere poco esfuerzo. Puedes hacerlo justo antes de responder a quienes que te subestiman para que puedas tomar sus críticas sobre tus habilidades con menos tensión y más seguridad serena.[4]
    • La respiración estimula el sistema nervioso parasimpático del organismo (la rama de “descanso” y “digestión”), el responsable de hacerte sentir tranquilo.
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    Deja que tus acciones hablen por ti. Una de las mejores maneras de contraatacar a quienes te subestiman es que te vean teniendo éxito en aquello que te menosprecian. Si alguien te subestima, procura pasarlo por alto y solo concéntrate en hacer bien eso que quieres hacer. Esto es excelente para usar el menosprecio como motivación. Pero recuerda que si no logras lo que esperabas, lo que importa es cómo te sientes tú al respecto, no los demás.
    • Por ejemplo, puedes decir: “Tienes todo el derecho de pensar así, pero preferiría dejar que las cosas hablen por sí solas y no dejar que tú seas quien decida si puedo hacer esto o no”.
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    Evita responder con rudeza. Si alguien te subestima muy duramente, evita darle la satisfacción de verte tener una mala reacción.
    • Por ejemplo, si alguien te dice que nunca lograrás nada, solo ignora ese comentario y aléjate. Nada se gana de las personas que dicen este tipo de cosas. Puedes demostrar que están equivocadas con tus acciones, pero no tienes que hablarles al respecto.[5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Demostrarle que está equivocada

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    Céntrate en tus objetivos. Es fácil dejarse llevar por el dolor de ser subestimado, pero la mejor manera de demostrarles a tus críticos que están equivocados es concentrarte en lo que quieres lograr. En vez de obsesionarte por lo que dice alguien, usa esa ira o tristeza como motivación para esforzarte más en lograr tus intereses y responsabilidades.
    • Evita tomarlo a título personal al punto de dejar que afecte negativamente tu desempeño. Céntrate en tu propia vida mejor, poniendo las críticas de lado. Prestar atención a tus objetivos y sueños positivos puede ayudarte a ser más creativo y abierto a ideas nuevas, las cuales te ayudarán a demostrarles a tus críticos que estaban en un error.[6]
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    Procura que tus objetivos sean razonables. Uno de los desafíos más grandes para tener éxito es saber cómo trazarse objetivos que efectivamente sean alcanzables. Muchas veces, nos trazamos objetivos que no son alcanzables. Muchas decisiones de Año Nuevo entran en esta categoría, por ejemplo, ir al gimnasio todos los días o nunca hacer un error en el trabajo. Procurar cosas tan difíciles como estas en realidad puede hacerte fracasar rotundamente, porque si no logras cubrir tus expectativas, será más probable que te frustres y te rindas. Trazarte metas más pequeñas y concretas puede ayudarte a progresar sin enfocarte mucho en la perfección.[7]
    • Trázate metas concretas como “caminar 1,5 km” (1 milla) o “tratar de hacer menos de 3 errores en el trabajo por día”. Objetivos como estos te ayudarán a sentir la satisfacción de éxito mientras te preparas para alcanzar cosas más grandes.
    • Recompénsate cuando alcances una meta. Esto es especialmente importante para las actividades que no tienen de por sí un premio inmediato, como escribir y publicar un ensayo u obra de ficción. Muchos objetivos tienen recompensas tardías, es decir, que quizá no los asocies con cosas positivas que recibas en un futuro. Recompénsate inmediatamente comiendo un chocolate, viendo una película o saliendo con tus amigos.
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    Trabaja duro en áreas difíciles. A veces, lo mejor es enfocarse en mejorar las debilidades en vez de alcanzar logros en las áreas donde ya se es competente. Si alguien identifica algo que lógicamente puedes mejorar, tómalo en serio y esfuérzate para ser mejor que antes.
    • Por ejemplo, si trabajas en ventas y eres excelente en servicio al cliente, pero no te desempeñas con completa destreza en la caja registradora, dedícate a aprender los pormenores del área de caja.
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    Reconoce y rechaza los pensamientos negativos.[8] Es fácil sabotearnos a nosotros mismos con las viejas creencias que traemos desde nuestra juventud. A veces, seguimos adoptando pensamientos negativos sobre nosotros que aprendimos de nuestros padres, hermanos, compañeros u otra gente. A veces podemos incluso no darnos cuenta de que tenemos esos mismos pensamientos.[9]
    • Examina la verdad de esos mensajes. Por ejemplo, si alguien te dice que por naturaleza no eres bueno en matemáticas, procura analizar la información objetiva que pueda indicar si esto es verdad o no. ¿Eras malo en matemáticas antes de que la gente empezara a decir que lo eras? ¿Realmente crees que eres incapaz o esa creencia influye tu actitud hacia las matemáticas?
    • Refuta la mentira. Si alguien te dijo que eras malo en matemáticas, pero crees que podría no ser verdad, demuéstrale que está equivocado. Toma una clase extracurricular de matemáticas para que puedas estudiar y ser un maestro de los números. Si no, haz lecciones de matemáticas en línea o contrata un profesor privado. Evita que ese tipo de mensajes que te hayan dicho en el pasado rijan tu vida presente.
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    Mantén tu compromiso. Aunque cometas errores y no logres una tarea, no te rindas. Los errores suelen ser inevitables e incluso necesarios para poder ser bueno en algo. Los errores pueden hacerte conocerte mejor a ti y tu vida.[10] Muchos de los hombres más exitosos no lo fueron instantáneamente, como Michael Jordan, Stephen King y Albert Einstein.[11]
    • Para seguir estando comprometido con alguna tarea, recuerda el objetivo final. Piensa en cómo mejorará tu vida o la de tu familia si tienes éxito. Piensa en ellos.
    • Recuerda que los errores son oportunidades de aprendizaje. Así será menos probable que te rindas ante el fracaso inicial.
    • Procura que tus objetivos sean explícitos. Sea cual sea el área en que te subestimen, procura que tus objetivos sean explícitos para que tengan una respuesta clara. Los objetivos vagos están asociados con la falta de compromiso.[12] Por ejemplo, si alguien te subestima en tus habilidades matemáticas, trázate objetivos específicos para mejorar, como resolver 10 problemas matemáticos de un libro por día. Así, contarás con una manera más explícita, práctica y concreta para seguir estando comprometido cuando alguien te subestime que tener un objetivo vago como “ser bueno en matemáticas”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Reevaluar el menosprecio

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    Comprende lo que el desprecio y las críticas pueden hacerte. Que nos subestimen y critiquen puede hacernos sentir mal con nosotros mismo. La tristeza que produce puede cegarnos a las opciones disponibles, lo que a la larga afecta negativamente nuestro desempeño. Recuerda esto cuando reacciones antes un desprecio. Si sientes que no puedes soportar lo que alguien dice y te afecta, responde como se debe, por ejemplo, niégate a seguir en contacto con esa persona. Se supone que debe ser fácil controlar lo que sentimos ante los comentarios de los demás, pero no siempre es tan fácil.[13]
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    Pregúntate por qué alguien te subestimaría. Una buena técnica para rechazar alguna crítica es comprender la motivación subyacente que tiene. A veces, la gente cree que los demás no pueden hacer algo en particular para proteger su propia falta de seguridad. Si cierta persona cree que no puede hacerlo, entonces será lógico que piense que tú tampoco puedes hacerlo. Mantente atento al tipo de gente que desprecia a los demás por su propia percepción de ineptitud. Evita tomarte las cosas a pecho cuando te encuentres con gente así y pruebes parte de su inseguridad.
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    No seas duro contigo mismo. Si te cuesta no tomártelo a pecho, ten compasión de ti mismo. Quizá no haya habido mucha gente que haya tenido confianza en tus capacidades en el pasado. ¿Tenías un padre o amigo crítico que te derrumbaba y te decía que no podías alcanzar tus objetivos? Es difícil recuperarse de ese tipo de experiencias, pero con dedicación y autocompasión, podrás empezar a tener confianza en ti mismo.[14]
    • Por ejemplo, puedes repetirte: “Comprendo por qué soy duro conmigo mismo. No es mi culpa. Sé que puedo ser más compasivo conmigo mismo”.
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    Evita sacar conclusiones demasiado rápido. Muchos se adelantan rápido a criticar las “debilidades” de alguien sin realmente observarlo por un tiempo prolongado. El hecho de cometer un error no brinda realmente mucha información sobre si eres malo en algo o no. De hecho, cometer un error, o hacer algo no muy inteligente, no es un gran indicativo de tus habilidades. El hecho es que, la gente inteligente hace cosas tontas todo el tiempo, pero la gente no inteligente pocas veces hace cosas realmente inteligentes. En otras palabras, cometer un error no es un diagnóstico de tus destrezas.[15]
    • Tampoco hagas tormentas en un vaso de agua y mantente atento a cuando otras personas traten de hacerlo contigo. Incluso puedes decirles, por ejemplo: “Solo me has visto hacer esto una o dos veces. No creo que puedas hacerme una evaluación justa ahora”.
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    No esperes la perfección. Si los demás critican tus habilidades, puede ser bueno tomarlo como un desafío para mejorar, pero también recuerda que nadie es perfecto. Siempre tendrás áreas donde te destacarás y áreas que te serán más difíciles. Esto no quiere decir que no debas tratar de mejorar, pero en algún momento puede ser útil aceptar dónde te encuentras en vez de estar luchando todo el tiempo.
    • Procura encontrar un equilibrio entre tu deseo de mejorar tus habilidades y el hecho de aceptarte como eres. La perfección hace que la gente se ensimisme e incluso puede producir problemas de ansiedad o depresión.[16]
    • Para desafiar el perfeccionismo, primero es útil reconocerlo. Pregúntate lo siguiente: “¿Suelo no alcanzar mis propios estándares? ¿Suelo deprimirme, frustrarme o ponerme ansioso por tratar de alcanzar mis estándares? ¿Alguien me ha dicho que mis estándares son demasiado altos? ¿Los estándares que me impongo afectan otras áreas de mi vida, como mi vida social?”. Si has respondido afirmativamente a estas preguntas, puedes tener un problema con el perfeccionismo.[17]
    • Para luchar contra el perfeccionismo, prueba los pensamientos realistas positivos. Por ejemplo, cuando estés trabajando en algo, di: “Nadie es perfecto”, “Puedo dar lo mejor de mí, nada más” o “No pasa si no le caigo bien a todo el mundo”.[18]
    • También puedes tratar de ver el panorama general como una manera de desafiar el perfeccionismo. Procura preguntarte: “¿Qué es lo peor que puede pasar?” o “¿Tendrá importancia mañana? ¿En 3 meses? ¿En 1 año?”.[19]
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Consejos

  • No puedes controlar lo que piensan los demás y no puedes complacer a todo. Céntrate en tus propios estándares y no en los estándares de los demás.
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Advertencias

  • Evita a la gente que te dice qué eres y qué no puedes. Si algunos te menosprecian constantemente así, procura sacarlos de tu vida, porque probablemente sean tóxicos.
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Acerca de este wikiHow

Nancy Lin, PhD
Coescrito por:
Psicóloga clínica licenciada
Este artículo fue coescrito por Nancy Lin, PhD. La Dra. Nancy Lin es psicóloga clínica licenciada y propietaria de Go to Sleep San Diego, un consultorio privado que brinda terapia para personas que sufren de insomnio, trauma, depresión y problemas relacionados. También está capacitada en problemas relativos a la diversidad cultural en salud mental. Asimismo, tiene una licenciatura en psicología de la Universidad de California, Berkeley y una maestría en antropología médica de la Universidad de Londres, SOAS. Obtuvo su doctorado en psicología clínica de la Universidad de Massachusetts, Boston, y completó una pasantía acreditada por la APA y una capacitación posdoctoral en el VA San Diego Healthcare System (VASDHS). Este artículo ha sido visto 48 090 veces.
Categorías: Bullying
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