Este artículo fue coescrito por Klare Heston, LCSW. Klare Heston es una trabajadora social clínica independiente licenciada que reside en Cleveland, Ohio. Con experiencia en asesoría académica y supervisión clínica, Klare obtuvo su maestría en trabajo social en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en 1983. También tiene un certificado de posgrado de 2 años del Instituto Gestalt de Cleveland, además de una certificación en terapia familiar, mediación, y recuperación y tratamiento de traumas (EMDR).
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Por lo general, los niños pueden ser irrespetuosos cuando se encuentran en situaciones que les desagradan o si están lidiando con otros problemas en su vida. La mayor parte del tiempo, solo quieren llamar tu atención o probar tus límites. Lo más importante que debes recordar es mantener la calma y tratarlos con respeto. Identifica por qué se comportan de cierta manera y háblenlo con madurez.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Lidiar en ese momento como padre
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1Señala esa conducta de inmediato. Si un niño es irrespetuoso, debes reconocer esa conducta de inmediato. Si lo ignoras, lo animarás a seguir comportándose así hasta que llame tu atención.[1]
- Por ejemplo, si te interrumpe cuando estás hablando por teléfono, podrías decirle “Cariño, sé que estás intentando llamar mi atención, pero estoy ocupado ahora”. Esto le demostrará que lo ves y que no lo estás ignorando.
- Incluso podrías añadir “... Así que tendrás que esperar hasta que termine”. Esto le dirá qué hacer mientras tanto y le promete que no te olvidarás de él.
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2Dale al niño una razón. Si le dices a tu hijo que se detenga sin ninguna explicación, tal vez no vea una razón para detenerse. Una vez que hayas identificado lo que tu hijo está haciendo, explícale por qué su comportamiento está mal o es irrespetuoso. Esto le ayudará a comprender la necesidad de los buenos modales.[2]
- Siguiendo con el ejemplo del teléfono, si sigue interrumpiéndote, dile algo como “Estoy hablando por teléfono. No está bien interrumpirme cuando estoy hablando con alguien, pues no puedo darte toda mi atención”.
- También puedes sugerir un comportamiento alternativo. Por ejemplo, di algo como “¿Puedes esperar a que haga una pausa en la conversación si realmente necesitas algo?”.[3]
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3Explica las consecuencias. Si tratas de hablar racionalmente con niños irrespetuosos y sigue portándose mal, debes explicarles las consecuencias de sus acciones. Luego, si siguen faltándote el respeto, asegúrate de llevar a cabo las consecuencias.[4]
- Siempre lleva a cabo las consecuencias. Si no, tu hijo no te tomará en serio la próxima vez y seguirá portándose mal.
- Asegúrate de decirle una consecuencia que puedas llevar a cabo sin duda alguna. Piénsalo con cuidado y escoge tus palabras sabiamente.
- Para que tengan un mayor impacto, escoge consecuencias directamente relacionadas con el comportamiento de tu hijo que quieres cambiar.
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4Disciplínalo apropiadamente. Si tienes que disciplinar a un niño, asegúrate de hacerlo de manera apropiada. No todas las formas de castigo funcionan y los tipos de castigo dependen de la edad del niño y de la gravedad de su comportamiento. Por ejemplo:[5]
- Evita el castigo físico, como las nalgadas, que puede ser aterrador para un niño pequeño. El aislamiento es otra forma de castigo que debes evitar, porque no le permite aceptar su conducta.
- Lo ideal es que el castigo les enseñe a los niños a conectarse, comunicarse y superar las conductas negativas.
- Piensa menos en términos de disciplina y más en términos de consecuencias. Si le gustas su juguete favorito a un niño, tal vez no le enseñes por qué está mal interrumpir tu conversación, pero hacer que seque los platos le demostrará el valor del tiempo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:Responder en ese momento como profesor
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1Dile al niño lo que se supone que debe hacer. Como profesor, especialmente si trabajas con niños pequeños, es mejor ofrecer una conducta alternativa que regañar a un niño por su desobediencia. Dale instrucciones directas y claras sobre cómo debe comportarse cuando lo veas portándose mal.
- Cuando un niño se porte mal, explícale cómo debe comportarse y dile por qué la conducta que le recomiendas es mejor.[6]
- Por ejemplo, si ves que uno de tus estudiantes corre por la piscina, no le digas “Mason, no corras”. Más bien, dile “Mason, estarás más seguro si caminas por la piscina, pues evitarás caerte y lastimarte”.
- Los niños tienen a ser más receptivos cuando les dicen qué hacer más que simplemente los regañan por su mal comportamiento.
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2Usa un tiempo para pensar. El tiempo de autocontrol ya no es una práctica disciplinaria popular para los niños pequeños, pues aislarlo puede ser frustrante. Sin embargo, un tiempo para pensar puede sacarlo de una situación estresante. Si sospechas que uno de tus estudiantes se porta mal debido al estrés o al esfuerzo excesivo, proponle un tiempo para pensar.
- Crea áreas privadas y acogedoras en tu salón de clases donde los niños puedan sentarse y relajarse si te interrumpen. Dales almohadas, libros, peluches y otros artículos relajantes.[7]
- La idea es que se no le castigue al niño, sino que aprenda que debe regular mejor sus emociones si quiere participar en la clase.[8]
- La disciplina debe ser una oportunidad de aprendizaje. Cuando tengas un momento, dile al niño por qué su comportamiento fue perturbador y haz una lluvia de ideas sobre cómo lidiar mejor con eso la próxima vez que se ponga inquieto o revoltoso en la clase.[9]
- Los padres también deben beneficiarse del tiempo para pensar. Si eres un padre, debes tener un espacio designado para pensar tu casa donde tu hijo pueda ir a calmarse si le cuesta regular sus emociones.
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3Mantente optimista. Usa frases optimistas y evita las negativas. Los niños podrían ser irrespetuosos y sienten que les faltan el respeto. No uses frases como “No voy a ayudarte con ese problema hasta que trates de solucionarlo tú mismo. Esto hará que el niño sienta que ha hecho algo malo al pasar apuros. Más bien, dile “Creo que aprenderás más si tratas de resolver el problema tú mismo primero. Una vez que lo hagas, puedo ayudarte”.
- Si usas frases positivas, reforzarás la idea de que respetas al niño y que lo tratas como un adulto.
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4No lo tomes de forma personal. Si un niño te trata mal o te falta el respeto, no te lo tomes de manera personal. Por lo general, los profesores se sienten estresados si los niños son crueles con ellos o se portan mal en la clase. Es probable que tu alumno solo trate de ejercer su independencia o que esté lidiando con otra cosa y que se esté desquitando contigo.[10]
- Por lo general, los niños reaccionan de manera precipitada. Solo porque un niño te diga “Te odio”, no quiere decir que sea cierto.
- Recuerda que los niños a menudo les faltan el respeto a sus padres o a figuras de autoridad como una manera de probar las estructuras de poder.
- No te distraigas. Mantente concentrado en el comportamiento que quieres que tu hijo mejore y no en el castigo.
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5Busca ayuda. Si la situación no mejora, tal vez sea momento de buscar ayuda. Es posible que el niño esté lidiando con algo y no esté dispuesto a hablarlo contigo. Además, quizás algo esté sucediendo en su casa y necesite espacio para hablarlo. Conversa con el director de la escuela o un consejero si te preocupa que un niño pueda tener un problema subyacente que evita que se porte bien en la clase.[11]
- Si el niño confía en ti, podrías preguntárselo. Sin embargo, no traiciones su confianza y dile de antemano que podrías mencionarle el problema al director o consejero, dependiendo de su gravedad.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Abordar los problemas más profundos
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1Debes prevenir la mala conducta antes de que ocurra. A veces, la mejor manera de disciplinar es simplemente prevenir. Busca cosas que desencadenen la mala conducta y encuentra maneras de modificar esas situaciones para que el niño se sienta más cómodo. Considera qué ocasiona ese comportamiento y si hay alguna manera en que se puede cumplir algunas de los pedidos del niño. ¿Hay algo que puedas hacer más adelante para evitar ese tipo de arrebato?[12]
- Las razones más comunes para las rabietas son el hambre, el cansancio, el miedo o la confusión. Si estarás en una situación que podría desencadenar estos problemas, considera la posibilidad de llevar bocadillos o juguetes para el niño, o incluso contratar una niñera.[13]
- Deja que tu hijo tenga algo de control. Si su pedido es razonable, considera la posibilidad de tenerlo en cuenta para demostrarle que lo respetas. Por ejemplo, si le encanta su vestido de verano, puedes dejar que lo use en otoño con una chaqueta.[14]
- Si te sientes abrumado, consulta con un psicólogo infantil maneras de modificar la conducta de tu hijo. Considera la posibilidad de trabajar en un orfanato o escuela para aprender a prevenir ese tipo de comportamiento.
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2Comprende la causa de la mala conducta. No puedes establecer límites apropiados y disciplina si no comprendes por qué tu hijo se porta mal. Esfuérzate en llegar adentro de la cabeza de tu hijo y comprender la causa de su mal comportamiento.
- Cuando tu hijo esté molesto, conéctate con él en un nivel emocional. Dile algo como “Parece que te sientes muy molesto. ¿Por qué?"[15]
- Tal vez haya razones en las que no pensaste. Por ejemplo, si tu hijo llora todas las noches a la hora de dormir, quizás no se deba a la oscuridad, sino a que vio algo tenebroso en la televisión. Habla acerca de sus temores y asegúrale que está a salvo.[16]
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3Enséñale empatía. Criar a un niño se trata de enseñarle conductas positivas y no solo evitar las negativas. Una de las cosas más importantes que puedes enseñarle a un niño es la empatía. Cuando tu hijo se porte mal, dile por qué esa conducta es hiriente para los demás. Si puedes, ayúdale a relacionarse con otra persona: esta es la base de la empatía.[17]
- Por ejemplo, si robó el lápiz de otro estudiante, podrías decirle “Sé que te gustó el lápiz de conejo que recibiste en Semana Santa. ¿Cómo te sentirías si alguien lo tomara sin pedírtelo?”. Deja que responda.
- Una vez que tu hijo haya considerado el punto de vista de la otra persona, haz que pida disculpas. Si haces que tu hijo considere la razón para pedir disculpas primero, fomentarás el pensamiento de empatía.[18]
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4Dale un ejemplo de una conducta apropiada. Compórtate como la persona que quieres que tu hijo sea. Ten buenos modales. Trata a los demás con amabilidad. Mantén la calma en los momentos difíciles. Habla de tus emociones abiertamente y muéstrale a tu hijo cómo lidiar con cosas como la tristeza, la ira y otros sentimientos negativos de una manera constructiva y apropiada.[19]
- Dar el ejemplo es una de las mejores maneras de enseñarles a los niños a portarse bien. Esto es sumamente eficaz en los niños pequeños, que aprenden mejor de los ejemplos.
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5No supongas nada. Tómate tiempo para hablar con él a fin de encontrar la causa real del problema. Si supones que el niño solo está malhumorado, tal vez no respondas con tanto cariño. Si crees que está lidiando con problemas más profundos, quizás te veas tentado a justificar su conducta.
- Lo difícil de suponer algo es que podría hacer que trates a un niño de una diferente manera, lo cual no siempre resuelve el problema.
- Cuando sea posible, sé consecuente con tus consecuencias y tus acciones, pero recuerda que tal vez tengas que modificarlas según lo que has aprendido.
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6Evita la lucha por el poder. Esto existe porque dos personas luchan por quién tiene el poder. Aunque quieres mostrarle a tu hijo que tienes autoridad y te debe respetar, querrás hacerlo de una manera tranquila y respetuosa. Evita levantar la voz, gritarle o hablarle de la misma manera que te habla. Si tu hijo hace berrinches, es probable que no haya desarrollado buenas habilidades para resolver los problemas. Evalúa y aborda sus necesidades en lugar de obligarlo a obedecer tus reglas.[20]
- Sienta al niño y habla de lo que sucede y de cómo pueden trabajar juntos para solucionarlo. Si sigue siendo irrespetuoso y se niega a entablar una conversación madura, entonces dale tiempo para calmarse y no te metas en otra discusión.
- No dejes que te manipule. Por lo general, tratará de negociar contigo o de manipularte para conseguir lo que quiere, pero asegúrate de ser firme mientras mantienes la calma.[21]
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7Refuerza la conducta positiva. Si quieres que tu hijo se comporte mejor, puede servirte de ayuda usar el refuerzo positivo. Elógialo por sus pequeños cambios en su conducta. Esto puede ayudarle a aprender qué conductas son apropiadas.
- Concéntrate en las conductas que quieres cambiar. Por ejemplo, si tu hijo interrumpe a los demás, explícale por qué esto es malo y luego presta atención a los pequeños cambios.[22]
- Por ejemplo, si estás hablando por teléfono y tu hijo te interrumpe de nuevo, podría callarse después de la primera vez que se lo pidas. Aunque te interrumpió, está tratando de cambiar.[23]
- Cuando termines de hablar por teléfono, elógialo por este pequeño cambio. Dile algo como “Isaac, valoro mucho que hayas dejado de hablar cuando te lo pedí”. Al final, aprenderá qué conductas son deseables y actuará en consecuencia.[24]
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Consejos
- Si tienes un hijo y te preocupa su conducta, podría ser beneficioso llamar a la escuela y hablar con el profesor para ver si tu hijo se porta mal en la clase.
- No dejes que tu hijo te estrese, solo siempre trata de mantener la voz baja, no grites.
Referencias
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- ↑ http://www.projectlearnet.org/tutorials/discipline.html
- ↑ http://lifehacker.com/six-tips-on-disciplining-children-from-an-experienced-t-1679048782
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- ↑ https://www.empoweringparents.com/article/disrespectful-kids-and-teens-5-rules-to-help-you-handle-their-behavior/
- ↑ https://www.empoweringparents.com/article/young-kids-acting-out-in-school-the-top-3-issues-parents-worry-about-most/
- ↑ http://afineparent.com/stop-yelling-at-kids/preventing-power-struggles-with-kids.html
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- ↑ https://www.empoweringparents.com/article/avoiding-power-struggles-with-defiant-children-declaring-victory-is-easier-than-you-think/
- ↑ http://www.ocde.us/PBIS/Documents/Articles/Positive+$!26+Negative+Ratio.pdf
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