En un mundo perfecto, los padres serían las personas a las que recurriríamos por consejos, quienes no amen incondicionalmente y quienes siempre traten de hacernos sonreír. Desafortunadamente, la vida real no es así. Es posible que tu padre esté distanciado emocionalmente, sea un adicto o incluso abusivo. Para lidiar con un padre terrible, descubre algunas formas para minimizar la influencia que tiene en ti, cuídate para recuperarte emocionalmente y consigue ayuda si es abusivo.

Método 1
Método 1 de 3:
Minimizar su influencia

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    Date cuenta de que el problema es él y no tú. ¿Te culpas por sus arrebatos de enojo, que beba excesivamente, su abandono o su inestabilidad emocional? Muchos niños creen que sus padres se comportan desagradablemente porque han hecho algo malo. Si es similar a lo que piensas, deja de culparte. Sin importar lo que tu padre o alguien más diga, no eres responsable de su comportamiento. Tu padre es un adulto, así que es responsable de sí mismo.
    • Si tienes problemas para darte cuenta de que no eres el culpable, habla con otro adulto sobre tus sentimientos.
    • También puede ser de ayuda recordar “Mi padre es responsable de sí mismo. No soy culpable de su comportamiento”.
    • Recuerda que su comportamiento no tiene nada que ver contigo. Es posible que este sea el resultado de su crianza, sus propios traumas, enfermedades mentales u otros factores.
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    Evita adoptar sus malos hábitos. Puede preocuparte adoptarlos si vives en casa con un padre que tiene hábitos negativos. Es cierto que hay una probabilidad de que los hijos desarrollen los hábitos de los padres sobre cómo manejar una relación, los conflictos y la drogadicción, pero no es una certeza.
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    Actúa de manera positiva en tu vida. De esta forma, podrás evitar ser influenciado y desarrollar estos patrones de comportamiento más adelante.
    • Para minimizar las probabilidades de consumir drogas, participa en actividades extracurriculares en la escuela. Involucrarte en tales actividades disminuye el riesgo.[1]
    • Intenta identificar los comportamientos poco saludables que no quieres adoptar de tu padre. Luego, busco otro modelo a seguir que demuestre los tipos de comportamientos que quieres.
    • Asimismo, si te descuida o maltrata, habla con un consejero para abordar estos problemas. Conseguir ayuda puede lograr minimizar las probabilidades de demostrar el mismo patrón de comportamiento con tus propios hijos.[2]
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    Busca otros modelos a seguir masculinos. Puedes atenuar la influencia que tiene en ti al buscar relacionarte positivamente con otros modelos a seguir masculinos, ya sea con un líder en tu escuela, trabajo o comunidad. Es posible que estas influencias contrarresten algunos de los efectos negativos causados por tener un mal padre.[3]
    • Participa en programas de mentoría. Es posible que puedas conectarte con un modelo a seguir masculino y positivo al buscar la ayuda de tus profesores, entrenadores, líderes de tu comunidad o guías espirituales.
    • Puedes buscar ayuda diciendo algo como “Entrenador, lo admiro mucho. Apenas veo a mi padre. ¿Usted cree que pueda ser mi consejero?”.
    • Toma también en consideración a los padres de tus amigos. Si sabes que uno de tus amigos tiene un buen padre; puedes preguntarle si estaría bien acompañarlos en algunas de sus actividades.
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    Ten un grupo de apoyo positivo. Puedes amortiguar mejor los efectos negativos de tener un padre terrible al rodearte de amigos y familiares que te apoyen. Si bien tus relaciones con otras personas no reemplazan necesariamente a tu padre, pueden protegerte contra el estrés. Mantente cerca de tus buenos amigos y familiares.[4]
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    Mantén tu distancia. Si tu padre terrible es parte de tu vida, pero descubres que su presencia suele empeorar las cosas, distánciate de él. Protégete del daño psicológico adicional al reducir la cantidad de tiempo que pasas a su alrededor.[5]
    • Si visitar a tu padre solo de forma ocasional, pregúntale a tu madre si puedes dejar de hacerlo.
    • Si tu padre vive en la misma casa que tú, limita el tiempo que pasas a su alrededor al disculparte e irte a tu habitación cuando sea posible.
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Método 2
Método 2 de 3:
Recuperarte emocionalmente

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    Identifica las cosas que sabes que te lastiman. Inicia al hacer una lista sobre las opiniones que tienes de ti mismo y considera cómo cada una de ellas se formó. Luego, trabaja para identificar los comportamientos que producen estas opiniones y trabaja para refutarlos.
    • Por ejemplo, si tu papá te ha dicho repetidas veces que no eres inteligente, es posible que lo hayas aceptado. Si es así, esta opinión puede haber afectado tus calificaciones. Puedes refutarla al pedir ayuda en las materias han sido difíciles para ti. Si mejoras en estas áreas, te demostrarás a ti mismo que eres inteligente.
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    Escribe una carta, pero no la envíes. Expresar tus pensamientos y sentimientos en un papel puede ser catártico, dándote así una salida a las emociones que reprimes. Lidia con cualquier sentimiento sin resolver respecto a tu padre escribiendo una carta.[6]
    • Escribe todo lo que alguna vez le hayas querido decir con tantos detalles como puedas. Luego de haber terminado de escribir, lee la carta en voz alta para ti mismo como si se la estarías leyendo a él. Luego, destrúyela al quemarla o hacerla tiras.
    • Este ejercicio está diseñado para ayudarte a sanar, así que no se requiere que le envíes la carta. No obstante, si te gustaría enviársela, hazlo.
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    Practica el cuidado propio. Hay varios efectos negativos de tener un padre ausente física o psicológicamente, como tener relaciones malas a futuro y problemas de salud mental. Contrarresta estos efectos al cuidarte a ti mismo de forma regular.[7]
    • Puedes practicar el cuidado propio con cualquier cosa que te ayude a sentirte nutrido. Intenta ver tus películas o programas de televisión favoritos, dar un paseo tranquilo por la naturaleza o masajear tus hombros para liberarte de la tensión.
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    Aprende a identificar tus fortalezas. Sentir que tu padre te margina o no te ama puede causar que te odies a ti mismo y tengas una baja autoestima. Para contrarrestar estos problemas emocionales, esfuérzate por destacar tus fortalezas personales. Hacerlo te ayudará a sentir más confianza en ti mismo a pesar de la falta de apoyo necesario de tu padre.[8]
    • Toma asiento y haz una lista de todas las cosas en la que eres bueno. Si tienes problemas para pesar en tus fortalezas, pídele a un amigo cercano que te ayude.
    • Coloca tu lista en el espejo para que esté siempre visible. Añade más fortalezas cuando descubras alguna.
    • Escribe los cumplidos que otras personas te hagan, como tus profesores u otros adultos a quienes les tengas respeto. Luego, cuando te sientas deprimido, revisa la lista de tus cumplidos para recordar lo que otra gente piensa en verdad de ti.
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    Cuéntale al respecto a un amigo confiable. Las heridas emocionales de tener un padre terrible pueden ser profundas. Sin embargo, compartir tus sentimientos con otros puede ser de ayuda. Encuentra al menos a un amigo con quien puedas compartir tus pensamientos y sentimientos más íntimos. Hablar con alguien puede facilitar el proceso de curación.[9]
    • Puedes tratar de comunicarte con alguien diciendo “La relación con mi padre me está inquietando demasiado. Hablar con alguien me vendría bien”.
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    Habla con alguien que tenga autoridad. Además de hablar con tus amigos, también puede ser útil decirle a algún adulto lo que ocurre en casa. Intenta hablar con otro familiar, un profesor o el consejero escolar.[10]
    • Puedes decirle “Las cosas en casa son muy difíciles. El alcoholismo de mi padre empeora y no sé qué hacer”.
    • Ten en cuenta que es posible que algunas personas con autoridad tengan que denunciar el comportamiento de tu padre a la policía o al Servicio de Protección Infantil. Si no quieres que tu padre se meta en problemas, puedes evitar ser muy específico con estas personas o hablar con el padre de un compañero o un familiar adulto en su lugar.[11]
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Método 3
Método 3 de 3:
Sobrellevar el abuso

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    No discutas con un padre abusivo. Si tu padre se enoja o se pone violento, evita discutir o intentar razonar con él. La mejor forma de manejar esta situación es permanecer tranquilo y solo hablar cuando te esté hablando directamente. Discutir o tratar de explicar tu punto de vista puede hacer que se enoje más y ponerte en peligro.[12]
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    Encuentra un lugar seguro al que puedas ir. Si vives con un padre abusivo, piensa en un lugar donde puedas ir para escaparte cuando esté en su peor momento. Mantenerte fuera de su vista puede protegerte de ser atacado física y verbalmente. Si tienes hermanos menores, llévalos contigo también.[13]
    • Un lugar seguro puede ser la casa de un amigo o vecino o un parque cerca a tu casa.
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    Dile a alguien sobre el abuso. Debes hablar para detener el ciclo de abuso. Hacerlo puede ser aterrador ya que quizás temes que el abuso empeore si le cuentas a alguien. No obstante, si no dices nada, no podrás obtener la ayuda que necesitas.[14]
    • Ve con un adulto en quien confíes, como un profesor, entrenador o consejero escolar, y dile qué ocurre en tu casa. La mayoría de las personas que trabaja con niños en una capacidad oficial debe denunciar los casos de violencia. Esto significa que debe llamar a los servicios de protección al menor o a la policía si sospecha o sabe sobre un caso de abuso. Si una de esas personas no lo hace, se metería en problemas.
    • Si vives en los EE. UU. o Canadá, puedes llamar también a línea directa de abuso Childhelp nacional de niños al 1-800-4-A-Child para pedir ayuda las 24 horas del día.[15]
    • Si te encuentras en el Reino Unido, llama al 0808 800 5000 para hablar con alguien de forma anónima.[16]
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    Llama a la policía si estás en peligro inmediato. Si tu padre te amenaza con lastimarte a ti o a alguien de tu familia, no dudes en alertar a la policía de tu localidad. Nunca asumas que se calmará o que amenaza en vano. Si estás en una situación que amenaza tu vida, llama al 911 o a los números de emergencia de tu localidad de inmediato.[17]
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    Ve con un terapeuta. Ir a una terapia puede ayudar a sacar a la luz algunas heridas que se han desarrollado debido a tener un padre abusivo. Hacer terapia te permitirá explorar e intentar superar los sentimientos enterrados desde hace mucho tiempo que afectan tu habilidad para prosperar.[18]
    • Si eres menor de edad, pregúntale a tu mamá o tutor si puedes hablar con un terapeuta. También puedes preguntarle a tu consejero escolar si hay alguien con quien puedes hablar mientras estás en la escuela.
    • Si eres un adulto, pídele a tu doctor que te recomiende un profesional en salud mental.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 26 479 veces.
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