La cera de los oídos (cerumen) es una sustancia natural producida por los conductos auditivos para mantener los oídos secos, y protegerlos contra las bacterias y las infecciones. Las actividades normales, como masticar y hablar, en realidad eliminan el exceso de cerumen a tiempo, lo que hace que la limpieza de los oídos sea en gran parte cosmética. Al realizar una limpieza con peróxido de hidrógeno y mantener una buena salud de los oídos, puedes mantenerlos limpios y eliminar cualquier exceso de cerumen que pueda dañar tu audición.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Realizar una limpieza con peróxido de hidrógeno

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    Prepara un lugar para la limpieza de los oídos. Estarás acostado durante la limpieza de los oídos, por lo que es importante reunir todos los suministros necesarios y ponerlos al alcance de la mano. Coloca una toalla en el piso para que reposes la cabeza. Luego, aproximadamente a 30,5 cm (1 pie) de distancia, coloca un recipiente pequeño con peróxido de hidrógeno al 3 %, un gotero para medicamentos y una toalla de mano.
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    Recuéstate boca arriba con la cabeza volteada a un lado. Recuéstate de espaldas con la cabeza apoyada en la toalla que extendiste en el suelo. Inclina la cabeza hacia un lado, de modo que el oído que quieras limpiar esté mirando hacia el techo.[1]
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    Coloca una toalla de mano en el hombro. Antes de empezar a limpiar, coloca una toalla de mano en el hombro del oído que vas a limpiar. Esto protegerá la ropa para que no se manche ni absorba la solución que utilices para lavarte el oído.
    • Es posible que también quieras colocar un pedazo de plástico debajo de la toalla antes de empezar. Esto ayudará a proteger la ropa y evitar que el piso se ensucie.
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    Deja caer entre 1 a 3 ml de peróxido de hidrógeno al 3 % en el oído. Absorbe entre 1 a 3 ml de solución de peróxido de hidrógeno al 3 % con el gotero y deja caer las gotas en el canal auditivo.[2] Es posible que escuches y sientas algo burbujeante, lo cual es perfectamente normal. Si bien te puede causar un poco de cosquillas, trata de relajarte. Deja que la solución permanezca en su lugar con el oído aun apuntando hacia el techo durante 3 a 5 minutos.[3]
    • Si es útil, puedes jalar del borde superior de la oreja para abrir más el canal auditivo a medida que insertas las gotas.
    • No presiones el gotero contra el canal auditivo cuando administres las gotas. El canal auditivo es sensible y propenso a dañarse con demasiada presión.
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    Escurre el oído en la toalla de mano. Cuando haya pasado el tiempo necesario, agarra la toalla de mano del hombro y colócala obre el oído que apunta hacia el techo. Siéntate, girando la cabeza contra la toalla para drenar la solución y el exceso de cerumen, el cual debe ser visible. Seca la parte exterior del oído con la toalla según sea necesario.
    • Repite el régimen de limpieza en el otro oído.
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    Usa el método de la ducha cuando tengas poco tiempo. Si tienes poco tiempo, coloca unas gotas de peróxido de hidrógeno en cada oído 10 minutos antes de entrar a la ducha. No es necesario que te recuestes. El peróxido ablandará el cerumen y lo enjuagará a medida que realizas tu rutina de baño de forma normal. Seca el exterior de los oídos con una toalla limpia cuando te seques.[4]
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Tener precaución con el peróxido

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    Limpia los oídos con peróxido de hidrógeno dos veces por semana al principio. El cerumen es normal y en realidad tiene ciertas propiedades antibacterianas para mantener los oídos saludables. La mayoría de las personas con una producción normal de cerumen no necesitarán limpiar sus oídos con peróxido de hidrógeno más de dos veces por semana.[5]
    • Después de dos semanas de limpiar los oídos dos veces a la semana, cambia la frecuencia de limpieza de los oídos dos veces al mes, y una vez transcurridos los dos meses, cambia la frecuencia de la limpieza a dos veces al año solamente.
    • Habla con un médico sobre la limpieza de los oídos también. Limpiar los oídos con demasiada frecuencia puede causarte daños, por lo que es recomendable analizar tus motivos para realizar limpiezas regulares con un médico.
    • Pregúntale a un médico acerca de los kits de limpieza de oídos, como Debrox.
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    Evita usar hisopos de algodón en los oídos. Por lo general, el cerumen de los oídos solo recubre el tercio externo del conducto auditivo, pero los hisopos de algodón en realidad empujan la cerca más profundamente de lo que debería estar. Con el tiempo, esto puede causar bloqueos de cerumen cerca del tímpano, lo cual en realidad puede interferir con la audición.[6]
    • Los médicos también recomiendan no usar hisopos de algodón para limpiar los oídos, así como otros objetos como ganchos para el cabello.
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    Evita las limpiezas con peróxido si tienes tubos en los oídos. Si te han hecho una cirugía para colocarte tubos en los oídos, no uses peróxido para limpiarlos. Si bien los tubos pueden limpiar las infecciones recurrentes de los oídos, lo hacen al realizar un orificio permanente a través de la cámara del aire para permitir que el aire entre al oído medio. Las limpiezas de peróxido derramarían la solución en el oído medio, y podrían provocar complicaciones o infecciones.[7]
    • Para limpiar los oídos que tienen tubos, usa un pañuelo de papel limpio para limpiar el exceso de cerumen que llega a la abertura del canal auditivo. Debes evitar que entre agua a los oídos por completo.
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    Ve a un médico si tienes un dolor de oído o secreción. Si bien el cerumen es normal, cualquier exceso de cerumen acompañado de dolor de oído o secreción de aspecto inusual debe ser evaluada por un médico. Un oído que está caliente al tacto o que está acompañado de fiebre también es motivo para programar una cita.[8]
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Cosas que necesitarás

  • solución de peróxido de hidrógeno al 3 %
  • toallas
  • gotero para medicamentos
  • pañuelo

Acerca de este wikiHow

Marsha Durkin, RN
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Marsha Durkin, RN. Marsha Durkin es enfermera registrada y especialista en información de laboratorio para Mercy Hospital and Medical Center en Illinois. Recibió su título de auxiliar en enfermería en Olney Central College en 1987. Este artículo ha sido visto 14 235 veces.
Categorías: Cuidado del oído
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