Cuando la temporada de invierno se encuentra a la vuelta de la esquina, con ella llega una variedad de olores. Sin embargo, no debes dejar que el mal olor de tus botas viejas y desgastadas forme parte de esa variedad. Las botas están expuestas al calor y la humedad del cuerpo, lo que las convierte en el hábitat ideal para las bacterias que producen malos olores. Por lo general, las botas comienzan a apestar después de darles un uso excesivo, lo que significa que deberías buscar un par nuevo. Sin embargo, si no quieres deshacerte de tus botas favoritas, o no tienes suficiente dinero para comprar un par nuevo (y aún deseas realizar todas tus compras navideñas), existen algunos métodos para eliminarles el mal olor y mantenerlas frescas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Eliminar el mal olor de las botas

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    Restriega las botas con una mezcla de agua y detergente. Debes lavar las botas si están sucias como lo harías con cualquier otra cosa. Llena un recipiente con agua tibia y agrega una pequeña cantidad de detergente suave. Extrae las plantillas y agítalas en la mezcla de agua y detergente, asegurándote de lavar y enjuagar bien cada una. Limpia el interior y el exterior con un paño. Luego, debes dejar que se sequen por completo, ya que los microorganismos pueden acumularse debido a la humedad.[1]
    • Si has utilizado las botas en exceso, debes tratar de limpiarlas cada dos semanas.
    • Puedes colgar las botas o dejarlas a un lado en un área bien ventilada hasta que se sequen.
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    Utiliza bicarbonato de sodio. Espolvorea un poco de bicarbonato en la parte inferior de las botas y asegúrate de que alcance el área de los dedos y la suela intermedia. Deja que se asienten durante toda la noche. El bicarbonato absorberá y neutralizará el olor de los pies que se ha acumulado sobre el material interior de las botas.[2]
    • Asegúrate de sacudir el exceso de bicarbonato antes de utilizar las botas.
    • Puedes probar con una mezcla de bicarbonato de sodio y arena sanitaria, que también está formulada para absorber los malos olores.[3]
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    Rocía cada bota con un aerosol desinfectante. Compra una pequeña botella de desinfectante en aerosol (puedes buscar una variedad farmacéutica o algún tipo que esté diseñado específicamente para calzado) o prepara una solución casera con alcohol o vinagre y aceites esenciales. Debes rociar cada bota de manera minuciosa, por dentro y por fuera. Este procedimiento no eliminará los olores fuertes de inmediato, pero funcionará para eliminar las bacterias que los producen.[4] [5]
    • Si decides utilizar vinagre, es recomendable que lo complementes con un poco de ambientador o unas cuantas gotas de un aceite esencial para contrarrestar olores desagradables.
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    Utiliza aceites esenciales para contrarrestar los olores persistentes. Incluso después de haber solucionado lo peor del problema, pueden permanecer algunos olores sutiles. Continúa limpiando y desinfectando las botas de manera constante, y refréscalas con aceites esenciales mientras tanto. Los aceites esenciales son extractos botánicos fragantes que son estupendos para ocultar olores desagradables. Simplemente aplica unas cuantas gotas de aceite de romero, menta o árbol de té dentro de las botas por la noche, guárdalas en un lugar seco y deja que los aceites hagan el trabajo.[6]
    • Debido a sus agradables propiedades aromáticas y antimicrobianas, los aceites esenciales suelen utilizarse como medicina alternativa al desodorante, el jabón de manos e incluso el perfume.[7]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Evitar que el olor de los pies se propague a las botas

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    Mantén tus pies limpios. La mejor línea de defensa para contrarrestar el mal olor de los pies es mantenerlos limpios. Asegúrate de bañarte con regularidad y prestar especial atención a la parte superior de los pies, los dedos y los empeines mientras te aseas. Muchas personas no se limpian bien los pies, sin darse cuenta de que la suciedad, la grasa y los poros obstruidos que se acumulan son más propensos a producir olores desagradables.[8]
    • Debes lavarte todo el cuerpo (incluidos los pies) una vez al día o en cualquier momento en que realices un trabajo o una actividad física extenuante.
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    Lávate con jabón antibacteriano. La transpiración, el calor, la mugre y los ambientes cerrados son factores primordiales para el crecimiento de bacterias, lo que hace que las botas se conviertan en un semillero para gérmenes malolientes. Debes escoger un jabón antibacteriano fuerte para eliminar las bacterias que hacen de los pies su hogar. Si tienes un problema de transpiración u olor particularmente malo en los pies, puede ser una buena idea que los laves con un jabón antibacteriano varias veces al día entre las duchas.[9]
    • Los jabones antibacterianos vienen en forma líquida (que es más versátil) y en barra (para utilizarlo de manera práctica en la ducha).
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    Utiliza talco para evitar el exceso de humedad. Los pies sudorosos contribuyen enormemente al desarrollo de malos olores en las botas. Puedes reducir la cantidad de transpiración que absorbe el tejido del calzado aplicándote una capa ligera de talco sobre los pies antes de colocarte los calcetines. Espolvorea el talco sobre la parte inferior de los pies y entre los dedos. Luego, masajea los pies ligeramente para aplicar el talco sobre toda la piel. El talco absorberá y disipará la humedad. De esta manera, evitarás los malos olores y harás que desaparezcan por sí solos con el tiempo para que no se adhieran a los pies.[10]
    • Debes aplicarte talco para mantener los pies secos si vas a utilizar botas por un período prolongado.
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    Córtate las uñas de los pies. A veces, es probable que no sea suficiente solo bañarte para evitar olores indeseados en los pies. Debes mantener cortas las uñas de los pies y asegurarte de mantener limpio el espacio debajo de la uña y alrededor de la lúnula. Mientras tanto, debes prestar atención a los indicios de infección por hongos (por ejemplo, un ligero oscurecimiento de la piel o la decoloración de la uña). Debes mantener las uñas aseadas para dejar a los gérmenes sin lugares donde esconderse.[11]
    • Debes cortarte las uñas de los pies en línea recta y mantenerlas muy cortas. Trata de cortarte las uñas de los pies una vez a la semana para evitar que crezcan demasiado.
    • El pie de atleta y otras infecciones por hongos suelen ser persistentes y, a diferencia de las bacterias normales que crecen sobre la superficie de la piel, no pueden lavarse simplemente.[12]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Mantener las botas frescas y limpias

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    Cámbiate los calcetines con regularidad. No tiene sentido que mantengas las botas limpias si utilizas los mismos calcetines sucios todo el tiempo. Debes cambiarte los calcetines después de un uso prolongado, o después de sudar demasiado. El material absorbente y poroso retiene el sudor y los gérmenes, que luego se pueden transferir a las botas.[13]
    • Los expertos en salud recomiendan utilizar calcetines nuevos al menos una vez al día.[14]
    • Debes invertir en unos cuantos pares de calcetines de buena calidad. Estos suelen ser gruesos y transpirables, por lo que es más difícil que el sudor se filtre y los mantenga húmedos como ocurre con los calcetines normales.
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    Prueba con plantillas que eliminan el mal olor. La mayoría de las compañías de calzado ofrecen plantillas especiales que contienen compuestos (como el carbón activado) que son famosos por sus propiedades para combatir el mal olor. Cambia las plantillas estándar de tus botas por un par que elimine el mal olor. En el caso de unas botas especialmente viejas o difíciles de limpiar, esto puede ser todo lo que necesitas para reducir olores indeseados.
    • Las plantillas que combaten olores suelen venderse por aproximadamente 20 dólares, lo que las convierte en una solución un poco más costosa, pero de mayor duración.
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    Deja que las botas se sequen por completo entre usos. La lluvia, la nieve y el hielo mantienen las botas húmedas durante todo el invierno. Después de utilizarlas, debes quitártelas y dejarlas en un lugar bien ventilado para que se sequen. Puedes colocarlas en un lugar alto cerca de una ventana abierta, siempre y cuando el ambiente no se encuentre demasiado húmedo, o puedas colocarlas cerca de un calefactor o una chimenea. Cuanto más tiempo permanezcan las botas húmedas sin tener la oportunidad de secarse, es más probable que se conviertan en un caldo de cultivo para las bacterias.[15]
    • Utiliza zapatos diferentes para que no utilices el mismo par todos los días de manera que cada par pueda secarse entre usos.[16]
    • Si te encuentras en un momento difícil o no cuentas con otras opciones disponibles, puedes utilizar una secadora de cabello en una configuración baja para secar las botas rápidamente. Debes realizar este procedimiento con moderación, ya que el exceso de calor directo puede arruinar los materiales.
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    Deja una toallita para secadora en cada bota durante toda la noche. Una solución simple para combatir los olores en las botas limpias y ligeramente desgastadas es colocar una toallita para secadora con suavizante de telas en cada bota antes de irte a la cama. Estas toallitas atrapan los olores de la ropa y los reemplazan con una infusión lenta de fragancias deliciosas. Este método es quizás el más sencillo para mantener las botas con un aroma fresco.[17]
    • El uso de estas toallitas se considera una excelente medida preventiva, que no ayudará mucho si las botas necesitan una limpieza o una desinfección más profunda.
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Consejos

  • Los ambientadores aromáticos que matan las bacterias al contacto pueden constituir una alternativa efectiva a los aerosoles desinfectantes.
  • Si percibes un olor persistente en los pies incluso después de lavarlos y cambiarte los calcetines con frecuencia, el problema puede ser una infección por hongos. Debes visitar al médico y consultar sobre las opciones de tratamiento si sospechas que este es el caso.
  • Prepara bolsas para absorber el olor. Puedes rellenar calcetines delgados con ingredientes como bicarbonato de sodio, carbón vegetal, arena sanitaria e incluso hojas de té frescas. Colócalos en la parte inferior de las botas todas las noches o en cualquier momento que no las utilices.
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Advertencias

  • Evita el uso de perfumes o limpiadores químicos agresivos sobre la piel. Por ejemplo, los ambientadores nunca deben aplicarse directamente sobre ninguna parte del cuerpo.
  • Debes probar estos productos y remedios con anticipación para asegurarte de que no tendrás una reacción alérgica inesperada a ninguno de sus elementos.
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Cosas que necesitarás

  • detergente y agua
  • bicarbonato de sodio
  • talco
  • un desinfectante en aerosol
  • aceites esenciales
  • toallitas para secadora
  • calcetines limpios
  • un cortaúñas

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Categorías: Botas
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