Las plantas de acuario dan vida a las peceras y ofrecen lugares interesantes para que los peces naden, se escondan y jueguen. Para mantener un tanque saludable y una alta calidad del agua, elimina regularmente las algas y otras partículas de las plantas del acuario. Quitar las algas de las plantas tanto vivas como artificiales es fácil con la ayuda de algunas herramientas y soluciones de limpieza.

Método 1
Método 1 de 3:
Quita las algas

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    Usa los dedos. Lávate las manos profundamente. Luego, frota suavemente las plantas dentro del acuario para remover las algas. Saca del acuario cualquier alga que se haya desprendido.
    • Una vez que las plantas estén limpias, mantenlas así de manera semanal al frotar y remover las algas mientras están dentro del acuario.
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    Saca las plantas del acuario. Si el alga no se sale con facilidad en el agua, retira la planta que estas limpiando del acuario. Verifica que no haya peces, caracoles u otras criaturas entre las plantas. Coloca la planta en un fregadero, bañera o un contenedor similar. Con cuidado regrésales al acuario.[1]
    • No retires todas las plantas a la vez. Esto podría causar estrés a los peces.
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    Limpia con un cepillo de dientes o una esponja de algas. Luego de retirar la planta del acuario, usa un cepillo de dientes limpio o una esponja para algas apta para acuarios para eliminar las partículas que no salgan al frotar con los dedos. Frota todas las partes de la planta con suavidad. Si lo necesitas, dobla la esponja para algas para llegar a las grietas más pequeñas de la planta. Enjuaga la planta con agua limpia para quitar los restos de algas de la planta antes de regresarla al acuario.[2]
    • Mantén un cepillo de dientes separado que sea dedicado solamente a limpiar las plantas de la pecera. Nunca limpies las plantas de acuario con un cepillo que se haya usado para otra cosa.
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Método 2
Método 2 de 3:
Usar lejía en las plantas vivas

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    Haz una solución de lejía al 10 %. Mezcla una parte de lejía con 9 partes de agua en un recipiente limpio. Para un poco más de un galón (3,5 L) de solución, mezcla 4 cucharadas (60 ml) de lejía con un galón (3,5 L) de agua. No uses lejía perfumada o en gel. No enjuagará bien las plantas y puede dejar residuos de cloro o cloramina en ellas.[3]
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    Remoja la planta viva en la solución lejía. Retira la planta del acuario y remójala en la solución de lejía. Remójala solamente durante cinco minutos. Si la planta es especialmente delicada, remójala por menos tiempo.[4]
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    Retira la planta de la lejía y remójala en agua. Luego de sacar la planta de la lejía, frótala suavemente con los dedos para eliminar cualquier restante de algas. A continuación, sumerge la planta en un cubo de agua limpia y déjala remojar durante otros diez minutos. Retírala del agua limpia y enjuágala a fondo antes de regresarla al acuario.
    • También puedes usar lejía en plantas artificiales. Remójalas en la solución lejía hasta diez minutos. Después de enjuagarlas, déjalas secar al aire libre antes de regresarlas al acuario.
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Método 3
Método 3 de 3:
Usa otros agentes limpiadores para plantas artificiales

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    Limpia con vinagre. El vinagre remueve cualquier posible depósito de calcio de las plantas. Combina ½ taza (120 ml) de vinagre blanco con ½ galón (2 L) de agua destilada. Retira la planta del acuario. A continuación, remójala en la solución de vinagre durante cinco minutos. Deja escurrir la solución y enjuaga la planta en agua antes de regresarla al acuario.[5]
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    Sumerge la planta en agua hirviendo. Hierve agua en una olla limpia en la estufa. Vierte el agua hervida en otro contenedor limpio. Sumerge la planta artificial en el agua caliente por aproximadamente diez minutos. Restriega el remanente de algas con los dedos, un cepillo de dientes limpio o una esponja para algas. Enjuaga de nuevo y reubica la planta en el acuario.[6]
    • Usa agua hirviendo para evitar que la pecera sea potencialmente expuesta a algún químico.
    • No sumerjas plantas vivas en agua hirviendo.
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    Limpia las plantas de seda con una pasta de sal y jugo de limón. Mezcla 1 cucharadita (5 ml) de sal sin yodo con 3 cucharaditas (15 ml) de jugo de limón. Retira la planta del acuario. Con un cepillo de dientes, frota suavemente la pasta sobre todas las partes de la planta de seda. Enjuágala con agua tibia para quitar la pasta y las algas. Asegúrate de enjuagarla bien antes de devolverla a la pecera.[7]
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Categorías: Mascotas y animales
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