La molleja de pollo tiene una consistencia parecida al músculo que puede ser muy deliciosa si la cocinas adecuadamente. Para limpiar la molleja antes de cocinarla, comienza desinfectando el espacio de trabajo y las herramientas. Ubica el conjunto de menudencias o extrae la molleja del pollo. Córtala por la mitad y retira el sedimento interior. Desprende la membrana amarilla interna y la molleja estará lista para cocinar.[1]

Parte 1
Parte 1 de 3:
Establecer el espacio de trabajo

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    Comienza comprando un pollo o unas mollejas de calidad. Puedes criar tus propios pollos para matarlos, comprarlos en un supermercado o una carnicería local. A veces también están disponibles en los mercados de agricultores. Incluso puedes pedir mollejas por internet mediante diferentes programas de entrega a domicilio de los supermercados, algunos de los cuales pueden encontrarse en Amazon.[2]
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    Prepara el espacio de trabajo. Limpia la encimera, una tabla de carnicero o una tabla de cortar con un paño limpio y húmedo. Es recomendable que sitúes el área de trabajo cerca de un fregadero, ya que de ese modo será más fácil lavarte las manos y enjuagar los objetos cuando sea necesario.[3]
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    Escoge las herramientas adecuadas. Muchas personas creen que es recomendable usar los cuchillos más filosos para cortar un pollo y limpiar las mollejas. Otras personas argumentan que los granos molidos dentro de la molleja pueden dañar el filo de los cuchillos y, por lo tanto, solamente debes usar cuchillos sin filo. El método que utilices dependerá de ti, pero ten en cuenta que podría resultar más difícil desprender la membrana delgada de las mollejas con un cuchillo sin filo.[4]
    • Si escoges una tabla de cortar, asegúrate de que sea pesada y no se mueva mientras cortes la molleja. Las tablas de cortar de plástico generalmente son más higiénicas que las de madera. Sin embargo, tienden a ser más ligeras y a moverse más.
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    Lava los utensilios y tus manos. Enjuaga los cuchillos con detergente y agua antes de colocarlos en tu área de trabajo. Como último paso, mantén el agua tibia y lávate las manos haciendo espuma con el jabón. Enjuágate las manos bajo el agua hasta que estén completamente limpias. Luego, sécatelas con una toalla limpia.[5]
    • Si vas a usar guantes, asegúrate de que te queden bien. Los guantes que son demasiado flojos pueden hacer que sea más difícil sostener la molleja.
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    Descongela el pollo. Si compras un pollo entero congelado, colócalo en el refrigerador hasta que se descongele por completo. El tiempo de descongelamiento en el refrigerador será de 24 horas por 2 kg (5 libras) de carne. También puedes descongelar las mollejas colocándolas en una bolsa de plástico sellada y sumergiéndolas en un fregadero lleno de agua fría. Deshazte del agua del fregadero y vuelve a llenarlo con agua fría cada 30 minutos hasta que las mollejas se descongelen. Calcula entre 30 y 60 minutos de tiempo de descongelamiento por cada 450 g (1 libra) usando el método de agua fría.[6]
    • Si descongelas las mollejas en el fregadero, asegúrate de que la bolsa de plástico permanezca sellada para evitar esparcir bacterias o los gérmenes que podrían ser peligrosos. Después de usar el fregadero, límpialo utilizando un paño humedecido con un limpiador antibacteriano.
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    Retira el conjunto de menudencias. Si has comprado un pollo entero, después de descongelarlo, debes llegar hasta la parte interna de la cavidad y retirar el conjunto de menudencias. Este conjunto contendrá el cuello, los riñones, el corazón y las mollejas. Extráelas para usarlas.[7]
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    Ubica las menudencias dentro del ave. Si vas a cortar un pollo fresco, busca la molleja en el extremo de los intestinos. Lucirá casi como un segundo estómago. Coloca tu mano en la cavidad interior y extrae cuidadosamente las menudencias tomando un poco del intestino si es necesario. Tan solo asegúrate de mantener los intestinos intactos o podrías correr el riesgo de contaminar la carne y la molleja.[8]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Preparar las mollejas

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    Coloca las mollejas sobre la tabla de cortar. Avanza lentamente y sé muy cuidadoso, ya que pueden ser un poco resbalosas. En caso de que las mollejas estén cubiertas de sangre o residuos, enjuágalas con agua antes de usarlas.[9]
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    Corta la molleja por la mitad a lo largo. Sostenla firmemente pero no lo suficiente como para cambiar toda su forma. Toma el cuchillo y corta la molleja por la mitad hasta que tengas dos pedazos separados. Es recomendable que hagas un solo corte uniforme por molleja.[10]
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    Lava la parte interior de la molleja con agua del grifo. Una vez que hagas el corte, verás muchos residuos dentro de la molleja. Enjuaga la parte interna de la molleja moviendo el chorro de agua alrededor para limpiar todos los residuos. Completar este proceso puede tardar varios minutos. Continúa hasta que la carne luzca completamente limpia.[11]
    • Este proceso de limpieza es muy importante porque la molleja es parte del sistema digestivo del pollo y podría tener materia que quizá no sea segura para el consumo humano.[12]
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    Busca sedimento adicional con los dedos. Mientras sostengas la molleja bajo el agua, puede resultarte útil frotar los dedos contra la carne del interior de la molleja para aflojar cualquier residuo difícil de quitar. Continúa frotando la molleja cuidadosamente hasta que sientas que todo esté uniforme.[13]
    • Ten en cuenta que la parte interna de la molleja puede lucir marrón o negra debido a la presencia del sedimento. Eso es natural, así que no debes preocuparte al respecto si enjuagas la molleja apropiadamente.
    • Los residuos a veces pueden ser más grandes e incluir pedazos de piedra y pasto.[14]
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    Corta el revestimiento de la molleja para retirarlo. Cuando la parte interna de la molleja esté limpia, verás un revestimiento de color amarillo en la parte interna. Retíralo del resto de la carne. Se desprenderá fácilmente, aunque quizá necesites hacer un pequeño corte en la parte lateral de la molleja para comenzar con el proceso de separación.[15]
    • El revestimiento de la molleja se distingue de la carne comestible porque tiene una textura gomosa al tacto.[16]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Guardar y usar las mollejas

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    Seca las mollejas. Cuando hayas retirado el revestimiento y lo hayas tirado a la basura, enjuaga las mollejas nuevamente con agua. Luego, colócalas sobre una tabla de cortar nueva dándoles palmadas con toallas de papel para que se sequen. Continúa avanzando hasta que quede poca humedad visible en la piel de la molleja.[17]
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    Guárdalas en un recipiente sellado. Coloca las mollejas limpias en un recipiente hasta que estén listas para cocinarlas. Asegúrate de que el recipiente esté bien sellado y limpio en la parte interna para evitar la contaminación cruzada.[18]
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    Lava todos los utensilios, el espacio de trabajo y tus manos. Lava todos los cuchillos y las tablas de cortar usando agua tibia y jabón, o colócalos en el lavavajillas en la función de desinfección. Cuando todo lo demás esté limpio, continúa y haz un lavado final a mano.[19]
    • No olvides limpiar el espacio de la encimera usando un paño humedecido con un limpiador.
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    Cocina las mollejas. Puedes preparar las mollejas de varias formas, como hervirlas, hornearlas, freírlas o hervirlas a fuego lento. Experimenta con métodos diferentes hasta que encuentres el que prefieras. Muchas personas colocan las mollejas en salmuera durante al menos unas cuantas horas antes de cocinarlas para mejorar su textura. Busca una receta de salmuera en internet y luego adáptala según tus preferencias personales.[20]
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    Avanza lentamente. Asegúrate de tomarte tu tiempo a lo largo de toda la preparación y proceso de cocción. De lo contrario, podrías herirte con un cuchillo o dañar las mollejas hasta dejarlas inservibles. Es recomendable que avances lentamente y crees un producto final comestible. Si es la primera vez que vas a limpiar mollejas, compra algunas adicionales por si acaso.[21]

Advertencias

  • Mantén todo limpio para evitar enfermarte o propagar una enfermedad transmitida por alimentos, como la salmonela.

Cosas que necesitarás

  • mollejas de pollo
  • cuchillo
  • tabla de cortar
  • jabón
  • agua
  • recipientes para guardar (opcional)
  • salmuera (opcional)

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Categorías: Pollo