Con el paso de los años, las monedas pueden acumular tierra, gérmenes y mugre, lo que les quita el lustre y les da una apariencia desagradable. Es por ello que es buena idea limpiarlas a fin de intentar restaurarlas. No obstante, ten en cuenta que si limpias monedas de colección, pruebas (o proof), sin circular o de conservación superior, su valor puede disminuir.[1] Asimismo, dañar la moneda puede afectar su valor de tal manera que se reduzca al del material del que está hecha.

Método 1
Método 1 de 3:
Lavar las monedas

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    Sostén la moneda bajo un chorro de agua tibia. De esta manera, el agua limpiará la acumulación de tierra. La presión normal del grifo debe ser suficiente para este propósito, así que evita emplear cualquier accesorio que la incremente, como un surtidor. Solo debes sostener la moneda bajo el chorro de agua por uno o dos minutos. Una vez que termines, colócala a un lado sobre un pedazo de papel absorbente o un trapo.
    • Todas las monedas se pueden limpiar con agua. Sin embargo, las de cobre reaccionan a más componentes que las de níquel o las de plata, por lo que suelen verse más dañadas por el ambiente. Es por ello que es más difícil limpiarlas solo con agua.
    • Asegúrate de tapar el drenaje antes de empezar a limpiar las monedas en el lavabo. De esta manera evitarás posibles accidentes en caso de que una se te resbale de las manos.
    • Manipula las monedas por separado de modo que el chorro del grifo caiga directamente sobre cada una.
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    Coloca las monedas en una solución de agua y jabón lavavajillas. En un tazón pequeño, mezcla agua del grifo y jabón lavavajillas. Luego, remoja cada moneda en la solución por separado. Coloca la moneda entre tus dedos índice y pulgar y, con cuidado, frota la tierra de la cara de la moneda. Al hacerlo, deberás ver cómo sale la suciedad.
    • Si tienes una moneda bastante sucia, puedes dejarla remojando en la solución.
    • Un solvente líquido no abrasivo como el agua destilada y un jabón suave tienen suficiente potencia para limpiar las monedas. Además, no contienen ácidos que causen corrosión.
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    Restriega las monedas con un cepillo de cerdas suaves o un pedazo de papel absorbente. Cepilla las monedas mientras se encuentran dentro de la solución de agua y jabón. Continúa haciéndolo hasta que la cara de la moneda vuelva a quedar brillante. Enjuágala cada cierto tiempo para evitar rasparla con los restos de la tierra suelta. Ten en cuenta que incluso los arañones minúsculos en las monedas valiosas o antiguas pueden disminuir su valor.[2]
    • Cuando termines de restregar, enjuaga las monedas una última vez.
    • Asegúrate de no frotar demasiado fuerte. Concéntrate en un área pequeña y pasa el cepillo sin aplicar mucha presión.
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    Seca las monedas con una toalla. Seca cada una con una toalla y colócalas en un lugar seco. Asegúrate de que no queden húmedas antes de guardarlas a fin de evitar que se deterioren con el tiempo. Al terminar, las monedas deben quedar brillantes y con lustre.
    • Puedes utilizar una toalla sin algodón para evitar las pelusas.
    • Si das pequeños toques a las monedas (en vez de frotarlas), evitarás crear microarañones con el material que utilices para secar.

Método 2
Método 2 de 3:
Remojar las monedas

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    Crea una solución para remojar las monedas con alcohol isopropílico y sal. Estos químicos son abrasivos y ácidos, por lo que limpiarán cualquier acumulación de tierra de la moneda. Para crear la solución, combina en un tazón una taza de alcohol isopropílico de venta sin receta médica y dos cucharadas de sal de mesa. Mezcla los ingredientes y coloca las monedas adentro. Déjalas remojar entre dos horas y una semana, dependiendo de cuán sucias estén.
    • El alcohol isopropílico es un solvente universal. Como tal, disuelve cosas que el agua sola no puede, como compuestos no polares.[3]
    • El alcohol isopropílico tiene un aroma fuerte y es inflamable. Así que asegúrate de abrir una ventana mientras remojas las monedas.
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    Enjuaga las monedas en el lavabo con agua destilada. El agua del grifo contiene químicos, como el cloro, que deterioran las monedas con el tiempo. Al utilizar agua destilada luego de remojarlas, te asegurarás de enjuagar todos los químicos que queden.[4]
    • El agua destilada es agua filtrada sin contaminantes.
    • Puedes conseguir agua destilada en un supermercado.
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    Dale toques a las monedas con un trapo y déjalas secar con el aire. Dales la vuelta y repite el proceso. Evita apilarlas tan pronto como se sequen para asegurarte de que no quede humedad. De lo contrario, tus monedas podrían dañarse con el tiempo.
    • Las temperaturas extremas pueden afectar la pátina de la moneda, así que evita aplicar aire caliente para secarlas.
    • Si quedan restos de algodón o polvo luego de darle toques a la monedas, sóplalas. No utilices aire enlatado.
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    Guarda las monedas en una carpeta de plástico libre de ácido, a temperatura ambiente. Los materiales de almacenamiento comunes, como el papel, cartón y algunos tipos de plástico, pueden dañar las monedas con el paso del tiempo. Un ejemplo de esto son los portamonedas de cloruro de polivinilo (PVC), que contienen químicos dañinos. Asimismo, las monedas pueden dañarse en calor o frío extremos, de modo que es buena idea mantenerlas en un lugar a temperatura ambiente y con baja humedad.[5]
    • No guardes las monedas en un lugar donde puedan caerse, como en un estante alto e inestable.
    • Si deseas exhibir tus monedas, utiliza un contenedor de dos bolsillos hecho de Mylar, un tipo de poliéster creado específicamente para almacenar monedas.

Método 3
Método 3 de 3:
Limpiar monedas de colección

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    Ve donde un profesional. Siempre debes consultar con un profesional que proporcione el servicio de tasación de monedas de colección antes de empezar a limpiarlas. Ten en cuenta que limpiar las monedas de colección puede reducir su valor de forma significativa. Es más, en ocasiones la decoloración de las monedas y la pátina causada por la exposición al aire puede incrementar su valor total.[6] Por esta razón, no es tan recomendable limpiar monedas valiosas o antiguas.
    • Al manipular una moneda, siempre recuerda sostenerla por el borde y no por la cara, ya que los aceites y huellas pueden reducir su valor.
    • Existe un sistema estandarizado de tasación de monedas, así que incluso el más mínimo raspón causado al limpiarla puede reducir su valor sustancialmente.
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    Aplica una capa delgada de vaselina con un hisopo. Luego, utiliza un trapo especial que no bote pelusas para darle toques ligeros a la moneda hasta quitar toda la vaselina. De esta manera, recogerás toda la tierra o polvo sin dañar la moneda y quitarle valor. Utiliza una lupa para este método y ten mucho cuidado.
    • Puedes utilizar un hisopo o un cepillo de cerdas naturales muy suaves para aplicar la vaselina.
    • No apliques demasiada vaselina a la moneda. El truco es crear una capa tan delgada como sea posible.
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    Coloca las monedas en un baño de acetona por 5 segundos. Ten en cuenta que dejar residuos de acetona en las monedas puede darles una tonalidad amarronada que reduciría su valor significativamente. Es muy importante que las enjuagues inmediatamente con agua destilada y te deshagas de toda la acetona antes de dejarlas secar al aire. No les pases un trapo ni frotes tus monedas antiguas. Dado que la acetona es un solvente no ácido, no afectará el valor de tus monedas a menos que las expongas al químico por demasiado tiempo.
    • La acetona es inflamable. Si decides emplearla, utiliza guantes sin polvo.
    • Si vas a utilizar un frasco de agua destilada, cubre la parte inferior con una servilleta de modo que las monedas no se arañen si se golpean con el interior.
    • Utiliza 100 % acetona. Otros productos que contienen acetona también incluyen químicos que pueden destruir el valor de tu moneda.
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    Guarda tus monedas de colección en portamonedas de 2 x 2. Puedes colocar los portamonedas en una carpeta para poder exhibir toda tu colección. El plástico duro es mejor para este propósito, ya que es más resistente y evitará que las monedas se dañen. Lo más importante es que los contenedores sean herméticos de modo que las monedas no se expongan al ambiente donde se encuentran.
    • Asegúrate de quitar cualquier plástico que contenga PVC. Consigue portamonedas de Mylar en lugar de PVC, ya que este último puede dañar las monedas con el paso del tiempo.
    • Mantén las monedas antiguas lejos de las grapas y otros metales.
    • No utilices papel, ya que contiene sulfuro y puede hacer que las monedas se tornen negras.

Consejos

  • Sujeta la moneda por el canto (bordes). Si la tomas por el anverso y reverso (cara y sello), con el tiempo los aceites naturales de tus dedos pueden corroerlas.
  • Cuando manipules las monedas, asegúrate de colocar una toalla suave debajo, de modo que no se dañen si se caen.

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Categorías: Coleccionismo
Resumen del artículoX

Si necesitas limpiar monedas, primero sostenlas bajo agua corriente tibia por 1 o 2 minutos. Luego remójalas en una solución detergente lavavajilla con agua y restriégalas con suavidad usando el pulgar y el dedo índice a fin de retirar toda suciedad. Si las monedas están muy sucias, puedes remojarlas en agua con jabón por unos minutos y cepillarlas con un cepillo dental de cerdas suaves. Seca cada moneda con una toalla y guárdalas en un lugar seco. Si se tratan de monedas de colección, limpiarlas podría reducir su valor, por lo que debes consultar con un profesional antes de hacerlo.