Los cordones ayudan a mantener los zapatos en su lugar, pero pueden arruinarte el estilo en el proceso. No te preocupes, hay muchas formas fáciles y relajadas de ponerte los zapatos sin que los cordones ocupen un lugar central. Algunos de los elementos de esta lista podrían incluir un lazo o un nudo simple, pero todos mantendrán las puntas de los cordones ocultas y fuera de la vista la próxima vez que salgas.

Método 1
Método 1 de 7:
Pisar los cordones

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    Mete los cordones debajo de la lengüeta del zapato y písalos. Primero, coloca los cordones en el patrón predeterminado con las puntas colgando y desatados. No aprietes los cordones, en cambio, colócalos debajo de la lengüeta del zapato para que no tengas peligro de tropezar cuando estés fuera de casa. Luego, puedes ponerte los zapatos con los pies sujetando los cordones en su lugar.[1]
    • ¡Esto ayuda a mantener el zapato seguro y evita una fuerte caída!
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Método 2
Método 2 de 7:
Aflojar los cordones

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    Agarra las secciones de cordón que hay a lo largo de la parte ancha de la lengüeta del zapato. Dales a estos cordones un par de buenos tirones, de modo que ambas puntas se acorten cada vez más. Sigue tirando de esta parte delantera hasta que las puntas de los cordones tengan solo de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de largo. Luego, mete el pie en el zapato para que se ajuste fácilmente y sin problemas.[2]
    • No es necesario meter las puntas de los cordones de los zapatos, estarán lo suficientemente cortas por sí mismas.

Método 3
Método 3 de 7:
Cortar el sobrante de los cordones

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    Coloca los cordones en los zapatos sin apretar y recorta las puntas. Deja al menos de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de cordón sobrante, y tira los pedazos adicionales que acabas de cortar. Aplica una gota de superpegamento a lo largo de las puntas deshilachadas de los cordones y sigue el tiempo de secado recomendado en la botella. Una vez que los cordones estén sellados y listos para usar, ¡no dudes en ponértelos para salir![3]
    • También puedes pedir tubos termorretráctiles para los cordones en línea y usarlos para sellarlos.
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Método 4
Método 4 de 7:
Anudar los cordones a los lados

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    Anuda los cordones por separado si los zapatos te quedan demasiado grandes. Agarra el cordón derecho, que sobresale del ojal del lado derecho. Átalo con un nudo simple a lo largo de la parte exterior del ojal, dejando de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de cordón sobresaliendo del lado. Repítelo con el cordón izquierdo, junto con los dos del otro zapato.[4]
    • Esto técnicamente requiere que "ates" los cordones, pero no los estarás atando uno con otro.

Método 5
Método 5 de 7:
Meter los cordones debajo de la lengüeta

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    Ata los cordones haciendo un lazo. Saca el lazo y colócalo debajo de la lengüeta, de manera que quede completamente oculto a la vista. Aunque técnicamente te atarás los zapatos para este método, ¡parecerá que están desatados![5]
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Método 6
Método 6 de 7:
Cruzar los cordones y meter las puntas

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    Coloca los cordones en un patrón entrecruzado saltándote un ojal. Pasa los cordones por los 2 ojales inferiores. Luego, pasa el cordón derecho por el tercer ojal del lado izquierdo del zapato. Haz lo mismo con el cordón de la izquierda, pasándolo por el tercer ojal del lado derecho. Repite este patrón entrecruzado por toda la lengüeta del zapato, saltándote un ojal a cada lado a medida que avanzas. Una vez que hayas terminado, anuda los cordones debajo de la lengüeta del zapato para que nadie pueda verlos.[6]

Método 7
Método 7 de 7:
Colocar las cintas en los zapatos en línea recta a lo ancho

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    Apunta el zapato hacia adelante y mete ambas puntas de los cordones por la fila más baja de ojales. Luego, toma el cordón de la derecha y sáltate el primer ojal, tirando de él hacia arriba atravesando el segundo agujero. Tira del cordón izquierdo hacia arriba a través del primer ojal y luego hálalo directamente a lo ancho del zapato creando una línea horizontal. Repite el mismo movimiento con el cordón derecho, halándolo a lo ancho del zapato para crear una segunda franja horizontal. Sigue este patrón hasta la lengüeta, creando una "escalera" de franjas horizontales en el zapato. Anuda los cordones a lo largo del interior del zapato debajo de la lengüeta de manera que no sean visibles a simple vista.[7]
    • Técnicamente, los zapatos estarán atados, pero ¡lucirán como si no lo estuvieran!
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Consejos

  • Si los cordones son muy largos, pásalos por los ojales dos veces para deshacerte del sobrante.[8]
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Categorías: Trucos para el calzado
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