Memorizar versículos bíblicos es una buena manera de asegurarte de estar preparado con respecto a la Palabra de Dios sin importar la situación en la que te encuentres. Por ejemplo, puedes recitar un versículo acerca del amor de Dios cuando ministres a un amigo o puedes recordar un versículo sobre la paciencia si tienes que esperar en algún sitio. Si pasas un poco de tiempo trabajando en la memorización cada día, será mucho más fácil que recuerdes la Palabra de Dios cuando lo necesites.

Método 1
Método 1 de 3:
Practicar la memorización diaria

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    Dedica de 10 a 15 minutos al día para memorizar los versículos de la Biblia. Será mucho más difícil memorizar versículos si tratas de hacerlo esporádicamente. Así como con cualquier otro hábito, funciona de manera más efectiva si le dedicas un poco de tiempo cada día. Sin embargo, no es necesario que pases mucho tiempo trabajando en esto. Simplemente aparta de 10 a 15 minutos cada día para leer y memorizar las Escrituras.[1]
    • Si gustas, puedes combinar este ejercicio con tu devocional diario o hacerlo en otro momento. Incorporar el versículo en tus oraciones diarias también puede ayudarte a memorizarlo.
    • La idea de memorizar las Escrituras está incluida en la Biblia. Por ejemplo, Deuteronomio 11, 18 dice "Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos".
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    Lee el versículo 3 o 4 veces para asegurarte de entenderlo. Cuando encuentres un versículo que quieras memorizar, léelo varias veces. A medida que lo hagas, piensa en qué es lo que significa realmente. Será mucho más fácil memorizarlo si lo entiendes, así que tómate el tiempo de profundizar realmente en los conceptos que se explican en el versículo.[2]
    • También puede ser útil leer los versículos que están alrededor del que deseas memorizar para que puedas entender el contexto.
    • Si es necesario, usa un diccionario para buscar cualquier término con el que no estés familiarizado. También puedes recurrir a un diccionario bíblico, el cual te brindará definiciones, contexto histórico y más.
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    Di el versículo en voz alta por los menos 3 a 4 veces para fijar las palabras en tu mente. Una de las técnicas más sencillas para memorizar versículos es repetirlos en voz alta para ti mismo. Escuchar las palabras en voz alta puede ayudarte a recordarlas luego cuando no tengas el versículo frente a ti.[3]
    • Trata de leer el versículo en voz alta de 2 a 3 veces, luego tápalo con la mano y trata de decirlo nuevamente sin mirar.
    • La cantidad de veces que repitas el versículo dependerá de qué es lo que creas que te ayudará más. Algunas personas pueden preferir leer el versículo pocas veces, mientras que otras pueden leerlo en voz alta 50 veces para memorizarlo.
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    Divide versículos o pasajes largos en partes. Si tratas de memorizar un versículo bíblico largo o incluso un pasaje de varios versículos, puede ser útil repasarlo un poco cada vez. Toma cada sección una a una y no trabajes en la siguiente hasta que estés seguro de haber memorizado la anterior completamente.[4]
    • Por ejemplo, puedes memorizar 5 palabras a la vez o puedes dividir un pasaje en versículos individuales.

Método 2
Método 2 de 3:
Probar trucos de memorización

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    Empieza con un versículo más corto si no estás acostumbrado a memorizar. Entrenar al cerebro para memorizar y recordar versículos bíblicos requiere de práctica. Si has empezado recientemente, puede ser útil que trates de memorizar versículos cortos. A medida que te sientas cómodo, puedes pasar a versículos largos, pasajes e incluso libros enteros de la Biblia.[5]
    • Por ejemplo, puedes tratar de memorizar 1 de Crónicas 16, 11, que dice "Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente".
    • 1 de Tesalonicenses 5, 17 es incluso más corto y es un buen recordatorio de cómo mantener tu relación con Dios. Simplemente dice "Orad sin cesar".
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    Escribe el versículo por lo menos 5 a 10 veces al día hasta que lo memorices. Escribir algo es otra buena manera de memorizar. Trata de copiar el versículo de 5 a 10 veces (o más, si prefieres) al día mientras lo memorizas. Asegúrate de incluir el libro y el número del versículo a medida que escribas para que también puedas recordarlos.[6]
    • Trata de escribir el versículo en fichas. Luego, coloca estas fichas en donde puedas verlas frecuentemente, como en la refrigeradora o al lado del espejo en el que te cepillas los dientes.[7]
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    Convierte el versículo en una canción. Es posible que puedas memorizar más fácilmente el versículo si puedes cantarlo. Si gustas, puedes inventar tu propia canción, pero también puedes buscar canciones existentes en línea si eso es más fácil para ti. Si inventas tu propia canción, acomoda las palabras a una melodía simple y pegajosa. Canta la canción para ti mismo varias veces mientras lees las palabras. Luego, trata de recordar las palabras de la canción sin leer el versículo.[8]
    • Esto es especialmente divertido y útil si ayudas a niños a memorizar versículos bíblicos.
    • Las canciones son una buena manera de memorizar versículos largos.
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    Hazte preguntas para ver que tan bien conoces el versículo. La única manera de asegurarte de haber memorizado el versículo es probarte a ti mismo. Por ejemplo, puedes escribir fichas omitiendo algunas de las palabras clave para ver si puedes completarlas.[9]
    • También puedes pedirles a amigos o familiares que te hagan preguntas sobre los versículos.
    • Una aplicación de memorización bíblica, como Bible Memory: Remember Me o BibleMemory.com (ambas disponibles para iOS y Android), también puede ser una manera útil de probar tu conocimiento bíblico.

Método 3
Método 3 de 3:
Escoger un versículo para memorizar

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    Lee un pasaje bíblico buscando un versículo que te hable. Algunas veces, al leer la Biblia, puedes tener la impresión de que un versículo determinado ha sido escrito para ti y cualquier situación que enfrentes en ese momento. Lo más probable es que sea más fácil para ti memorizar un versículo si sientes que se relaciona personalmente contigo.[10]
    • Por ejemplo, si te sientes triste o estresado, puedes memorizar versículos de ánimo, como Salmos 46, 1 "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones".
    • Si hay algún pecado con el que tengas problemas, puedes escoger un versículo que lo mencione. Por ejemplo, si tienes dificultades para controlar tu temperamento, puedes memorizar Santiago 1, 19-20 "Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios".
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    Escoge versículos doctrinales para reforzar tu fe. Los versículos doctrinales o credos son declaraciones de fe y memorizarlos puede ayudarte a fortalecer la creencia en la bondad de Dios. También pueden ayudarte a compartir tu fe con los demás mientras testificas. Además, recordarlos de memoria, en vez de tener que hacer una pausa para revisar la Biblia, puede ser una declaración mucho más poderosa.[11]
    • Por ejemplo, puedes memorizar Hechos 16, 31, que dice "Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa".
    • También puedes memorizar 1 de Corintios 8, 6, que dice "Sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio del cual existimos nosotros".
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    Memoriza los versículos de resumen para que puedas entender los pasajes. Algunos versículos bíblicos son útiles porque resumen un pasaje o incluso toda una teología. Memorizarlos puede ayudarte a recordar el significado de pasajes enteros, aunque no recuerdes necesariamente cada palabra.[12]
    • Por ejemplo, la profecía de Isaías 53, 5 describe el sufrimiento por el que Jesús pasó como salvador de la humanidad. Dice "Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados".
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    Trata de memorizar los versículos de Proverbios para obtener consejos prácticos para la vida. El libro de Proverbios está lleno de sabiduría, gran parte de la cual es sorprendentemente aplicable en la actualidad. Muchos de los versículos también son muy cortos, lo que hace que sean perfectos para su memorización tanto para adultos como para niños.[13]
    • Por ejemplo, trata de memorizar Proverbios 3, 7, el cual aconseja ser humilde. Dice "No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal".

Consejos

  • Trata de poner un versículo bíblico como el fondo del teléfono, la tableta o la computadora de escritorio para que puedas memorizarlo.

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Categorías: Filosofía y religión