Recibir el diagnóstico de una enfermedad terminal nunca es sencillo. Morir con paz y dignidad puede ser un objetivo difícil de cumplir. Podría ser muy difícil, pero puedes tomar algunas decisiones que te permitirán sentir dignidad al final. Será esencial que asimiles tus emociones y te rodees de personas que te apoyen. Existen varias medidas que puedes adoptar para hacer que el proceso sea más tolerable.

Método 1
Método 1 de 3:
Tener en cuenta tus opciones físicas

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    Comprende tu diagnóstico. Al recibir un diagnóstico de una enfermedad terminal, te sentirás abrumado y angustiado, lo cual será comprensible. Esto es normal. Tómate unos días (o el tiempo que necesites) para asimilar la información. Pídele al doctor que vuelva a hablarte sobre el diagnóstico cuando te sientas capaz de hacerlo. Haz muchas preguntas, como las opciones de tratamiento y los datos específicos de tu pronóstico.[1]
    • Pídele a un familiar o amigo cercano que te acompañe a hablar con el doctor. Muchas veces, las personas se sienten abrumadas cuando hablan sobre su propia salud. Tu amigo puede ser tu defensor y asegurarse de hacer preguntas y tomar apuntes.
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    Conoce tus opciones legales. En los EE. UU., el suicidio con asistencia médica es una opción que muchos pacientes terminales tienen en cuenta. Esta es una opción disponible en muchos estados, pero no en todo el país. Si esta opción te interesa, consulta con el doctor si puedes acceder a ella. En la actualidad, muchos estados contemplan la opción de aprobar una ley titulada “Muerte con dignidad”.[2]
    • Conversa sobre esta opción con tu familia. Muchas personas sienten interés por el suicidio con asistencia médica, ya que les permite tener un mayor control sobre su proceso de muerte.
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    Ten en cuenta los cuidados paliativos. Cuando afrontas la muerte, los cuidados paliativos son otra opción que puedes contemplar. Estos no curarán tu enfermedad; en lugar de ello, harán que te sientas lo más cómodo posible durante tus últimos días. En muchos casos, los cuidados paliativos se llevan a cabo en el hogar del paciente. Muchas personas consideran que su hogar es un lugar más cómodo en donde reposar y las ayuda a aceptar el proceso. Los empleados de cuidados paliativos atienden las 24 horas de los 7 días de la semana para ayudarte en lo que necesites.[3]
    • Asimismo, existen programas de cuidados paliativos en los que te atienden fuera de casa. Podrías encontrar más de un programa en tu área. No dudes en obtener mucha información antes de escoger el tipo de cuidados que sean adecuados para ti.
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    Exprésale tus deseos a un ser querido. A pesar de que sea muy difícil, tendrás que conversar con un ser querido sobre los planes para tu muerte. Esto consiste en brindar indicaciones por adelantado. Por ejemplo, si prefieres los cuidados paliativos en casa, debes indicárselo claramente a tu familia. Conforme tu enfermedad avance, podrías tener más dificultad para comunicar tus opciones. Trata de hacer un plan poco después de recibir tu diagnóstico, incluso si podría ser muy difícil a nivel emocional.[4]
    • Debes cerciorarte de que un familiar o amigo de confianza cuente con tu poder legal. Esto permitirá que tome decisiones en tu nombre si quedas incapacitado.
    • Comunícate con un abogado de tu área para que te oriente en los aspectos legales sobre la transferencia de tu poder legal.
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    Afronta tus limitaciones físicas. Con frecuencia, el deterioro de la salud física acompaña a una enfermedad terminal. Podrías notar que tu cuerpo se deteriora con rapidez y que ya no puedes culminar las tareas sencillas por tu cuenta. Una de las partes más difíciles de este proceso consiste en ser capaz de depender de los demás para que realicen actividades sencillas por ti y al mismo tiempo mantener tu dignidad.[5]
    • Escoge a tu cuidador de forma minuciosa. Si vas a contratar a un profesional, deberás consultarle sobre su estilo de cuidado durante el proceso de entrevista. Debes encontrar a alguien que sea afectuoso y amable, pero que no sea condescendiente.
    • Si has decidido asignar a un amigo o familiar como tu cuidador/a), ten una conversación abierta con él(ella) mientras aún puedas hacerlo. Explícale que para ti es importante mantener tu dignidad y que deseas que siga hablándote como a un adulto, y que nunca te trate como un “bebé”. Pídele que te lea algunos artículos sobre el cuidado de las personas. El doctor podrá brindarte algunas fuentes adecuadas para este fin.
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    Anticipa que perderás parte de tu independencia. Otra dificultad que podrías afrontar es perder parte de tu independencia. Por ejemplo, según tu enfermedad y tus medicamentos, es probable que dentro de poco no puedas conducir tu auto. Este tipo de pérdida de la libertad puede ser muy frustrante, en particular porque ya estarás lidiando con muchos cambios emocionales.[6]
    • Empieza a escribir un diario de gratitud para mantenerte concentrado en los aspectos positivos de tu vida. Si dedicas un tiempo todos los días a escribir algunas cosas que te hagan sentir agradecido, esto puede mejorar tu bienestar y puede hacerte más feliz.[7] Por ejemplo, podrías sentir gratitud por una taza de té caliente, una conversación con un ser querido o disfrutar un hermoso atardecer.
    • Únete a un grupo de apoyo que te ayude a recordar que no estás solo. Puedes conversar con otros miembros de un grupo de apoyo sobre lo que opinas de perder la independencia, y puedes descubrir lo que han hecho para lidiar con ello.
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Método 2
Método 2 de 3:
Lidiar con los efectos psicológicos

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    Asimila tu pena. Al afrontar un diagnóstico terminal, tendrás que lidiar con una gran variedad de emociones. Es probable que una de ellas sea la pena, la cual sentirás conforme aceptes el hecho de que tendrás un marco temporal para tu momento final. Sé amable contigo mismo y dedica un poco de tiempo a asimilar tus emociones. Debes tener en cuenta que no existe una forma “correcta” de sentirte. Todos afrontan la noticia de forma diferente, y no hay problema con ello.[8]
    • Durante los primeros días, podría parecer que tus emociones cambian de un momento a otro. Es normal que sientas furia, negación, miedo y tristeza. Acepta lo que sientes y ten en cuenta que es comprensible.
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    Lidia con tus preocupaciones. La preocupación es una de las emociones más fuertes que podrías sentir. Es lógico que te preocupes por morir y lo que ocurrirá luego de tu partida. Las investigaciones indican que una de las maneras más eficaces de disminuir la preocupación es centrarte en lo que puedes controlar. Luego de haber tenido un tiempo para empezar a asimilar tu pena, podrás empezar a reflexionar sobre las opciones para tu cuidado y hacer planes para cuando hayas partido.[9]
    • Por ejemplo, puedes empezar a escoger el tratamiento médico y la atención que deseas recibir por el tiempo que te queda de vida. Debes tener en cuenta varias opciones y escoger lo que consideres más cómodo.
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    Busca formas de disfrutar la vida. Tu diagnóstico podría indicar que te quedan días, semanas, meses o años de vida. Si vives con un diagnóstico de enfermedad terminal, puede ser muy difícil concentrarse en otra cosa. No obstante, es importante que intentes vivir tu vida en tus últimos días. Trata de centrarte en las cosas que aún puedas hacer, y asegúrate de pasar tiempo con tus seres queridos.[10]
    • Si te gusta salir al aire libre, disfruta de la luz del sol todos los días. Pídele a un amigo o familiar que dé paseos cortos contigo cuando tengas ganas de hacerlo.
    • A pesar de tu pronóstico, muchas veces podrías seguir sintiéndote saludable. Si este es el caso, no dudes en realizar las actividades que siempre has querido probar. Por ejemplo, quizás siempre hayas querido viajar al extranjero. Si el doctor indica que estás lo suficientemente sano, entonces hazlo.
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    Consigue apoyo. Lidiar con una enfermedad terminal es muy difícil. Es importante que te rodees de tus seres queridos y dejes que te ayuden. Esto podría ser difícil para ti, ya que es probable que no quieras que los demás te vean enfermo, o quizás no desees molestar a tu familia con la cantidad de trabajo que se requiere para ayudarte a controlar tu enfermedad. Estos sentimientos son normales, pero tus seres queridos y tú se sentirán mejor a nivel emocional si te resistes a la tentación de alejarte de los demás.[11]
    • Existen muchos grupos de apoyo para las personas que afrontan enfermedades terminales. Pídele al doctor que te recomiende un grupo local al cual puedas unirte. Puede ser reconfortante estar rodeado de otras personas que se encuentren en una situación similar a la tuya.
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Método 3
Método 3 de 3:
Encargarte de tus asuntos

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    Haz un testamento. Un testamento puede ser un documento legal muy simple y directo, pero es vital. Si no cuentas con uno, tendrás que elaborarlo. Puedes hacerlo por tu cuenta o puedes contratar a un abogado. Debes indicar a los herederos de tus posesiones y toda participación financiera que puedas tener. Si tienes hijos pequeños, deberás indicar con claridad qué persona será su tutor legal.[12]
    • Asegúrate de mencionar a un testamentario. Esta es la persona que garantizará que tus deseos legales se cumplan.
    • Si tienes una enfermedad terminal, también tendrás que escribir un testamento vital. Este le brindará a un familiar o amigo designado el poder para tomar decisiones legales cuando ya no puedas hacerlo.
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    Planifica tu funeral. Hacer planes puede ser tranquilizante y también podría ayudarte a lidiar con el estrés. A algunas personas les gusta organizar el servicio de funeral que se llevará a cabo cuando hayan fallecido. Puedes hacer planes, y pueden ser tan específicos o generales como desees.[13]
    • Si en verdad consideras muy importante tener un servicio religioso o no religioso, asegúrate de indicarlo. Asimismo, puedes tomar decisiones como las relacionadas con el tipo de música que te gustaría que se toque durante el servicio.
    • Exprésale tus planes con claridad a un ser querido en quien puedas confiar. Puedes realizar gran parte de la planificación por tu cuenta, pero requerirás a alguien que supervise el proceso cuando hayas partido.
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    Despídete. Podrías sentirte reconfortado al despedirte de tus seres queridos. Este es un tema muy personal, y algo que por supuesto estará en tu mente. Ten en cuenta que no existe una forma correcta de lidiar con la muerte. Puedes morir con dignidad afrontando el proceso como lo consideres adecuado.[14]
    • Una manera de despedirte es tener una conversación. Si crees que te sentirás afligido, puedes planear por adelantado lo que te gustaría decir. Ten en cuenta que las lágrimas y las emociones son normales.
    • Algunas personas optan por escribirles cartas a sus seres queridos como una despedida final. Ellos podrán leerlas antes o después de que hayas muerto.
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Consejos

  • La muerte es una experiencia muy personal. Recuerda que no hay una forma correcta de afrontar la situación.
  • Consulta con el doctor para desarrollar un plan de atención médica que sea adecuado para ti.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 33 152 veces.
Categorías: Salud emocional
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