Los dientes necesitan atención y cuidado a diario. A la mayoría de las personas se les enseña a cepillarse los dientes dos veces al día cuando son jóvenes. Sin embargo, una vez que llegan a la adultez, es probable que perciban esta actividad como una molestia o una obligación diaria. Si no tienes la costumbre de cepillarte los dientes todos los días, existen algunas medidas que puedes tomar para ayudar a que esta actividad se convierta en un hábito. Tu sonrisa y tu aliento mejorarán de manera notoria, haciendo que el hábito sea aún más fácil de mantener.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Crear una rutina

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    Decide cuántas veces al día te vas a cepillar los dientes. Los dentistas recomiendan cepillarse los dientes dos veces al día, a veces más. Sin embargo, si te cuesta cepillarte una vez al día, es probable que desees comenzar de esta manera. Con el tiempo, a medida que el cepillado se convierte en un hábito y compruebas sus beneficios, es probable que comiences a cepillarte con más frecuencia y de forma natural.[1]
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    Escoge una actividad que realizas todos los días. Esta puede ser lavarte el rostro, peinarte o ducharte. Debes cepillarte los dientes cada vez que realices dicha actividad.
    • Trata de ser realista acerca de tu horario. Si tiendes a quedarte dormido y llegar tarde al trabajo, es probable que te resulte difícil agregar otra actividad a tu rutina matutina.
    • Si generalmente llegas a casa por la noche sintiéndote agotado, es probable que no sea el mejor momento para agregar una rutina nueva. Es probable que sientas demasiada pereza o cansancio como para ceñirte a ese plan. Sin embargo, en cuanto el cepillado se convierta en una rutina para ti, lo sentirás como una parte normal de tu día.
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    Coloca la pasta dental y el cepillo de dientes en un lugar donde los veas. Si planeas cepillarte cada vez que te bañas, debes mantener el cepillo de dientes y la pasta dental cerca del champú. Si vas a cepillarte después de lavarte el rostro, debes conservar estos elementos encima de tu gel limpiador para forzarte a cepillarte.[2]
    • También puedes cepillarte mientras te duchas. Esto puede ayudarte a convertirlo en un hábito.
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    Configura una alarma. Debes configurar una alarma para que te recuerde que debes cepillarte cada día en caso de que omitas la hora designada. Escoge un momento en el que sea más probable que te encuentres en casa. De esta manera, no tendrás excusa para no cepillarte.
    • La alarma puede constituir un plan de contingencia. Por ejemplo, si decidiste no ducharte hoy, la alarma aún te recordará que te cepilles los dientes.
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    Vuelve tu rutina divertida. Es difícil mantener las rutinas que no son agradables. Si vuelves tu rutina divertida, es más probable que te ciñas a ella.
    • Puedes escuchar tu canción favorita cada vez que te cepillas. Incluso este procedimiento puede ayudarte a delimitar cuánto tiempo pasas cepillándote.
    • Cepillarte los dientes no requiere demasiada atención, así que siéntete libre de ver la televisión o escuchar la radio mientras lo haces. Imagina que vas a conseguir una sonrisa de Hollywood si no dejas de cepillarte.
    • Tómate algunas selfis tontas mientras te cepillas y envíaselas a tus amigos. Incluso puedes agregar leyendas como “me ciño a mi rutina” para hacerles saber acerca de tu compromiso.
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    Cepíllate todos los días durante treinta días. Un mes es un objetivo alcanzable y admirable. Si realizas una actividad durante treinta días seguidos, ayudarás a convertirla en un hábito. Puedes mantener tu registro en un calendario o una agenda. Dibuja una marca sobre tu calendario cada día que logres cepillarte.[3]
    • Puedes conservar el calendario en el baño para que lo veas cuando sientas la tentación de omitir el cepillado.
    • Si omites un día, no te mortifiques. Tan solo proponte volver al ruedo al día siguiente.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Mantenerte motivado

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    Convierte el cepillado en una actividad agradable. Si detectas que te cepillas los dientes como una tarea rutinaria, es menos probable que continúes haciéndolo. Debes hacer lo que puedas para que el proceso se vuelva agradable. Escoge los productos que te gusten y que sean más cómodos para ti.[4]
    • Escoge una pasta dental que te guste. Las pastas dentales vienen en muchos sabores, incluyendo menta, anís y canela. Todos son esencialmente iguales en términos de efectividad siempre y cuando contengan fluoruro. Asegúrate de que la pasta dental tenga el sello de aprobación de la Asociación Dental Americana.[5]
    • Escoge un cepillo de dientes que se acomode bien en tu mano y en tu boca. Es probable que las cerdas suaves se sientan bien sobre las encías y los dientes sensibles. Además, protegen las encías contra la recesión gingival.
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    Recompénsate. Las recompensas pueden ser grandes o pequeñas, pero deben ser importantes para ti. Debes determinar con anticipación cuál será tu recompensa y por cuánto tiempo tendrás que mantener la rutina para conseguirla.[6]
    • Coméntale a un amigo o un ser querido cuál será tu recompensa. Estas personas te la pueden recordar si empiezas a sentirte desmotivado.
    • Después de ganar tu primera recompensa, debes tomarte el tiempo para disfrutarla. Luego, establece una nueva recompensa para alcanzar un nuevo objetivo.
    • No es necesario que las recompensas tengan relación con los dientes en absoluto. Puedes ir a comer a un buen restaurante, o derrochar en una compra que de otra manera no harías.
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    Visita a tu dentista. Nadie puede hacerte un comentario más preciso acerca de tu progreso que el dentista. Las citas regulares para chequeos y limpiezas son esencialmente sesiones de retroalimentación para verificar cómo el cepillado va mejorando tu salud dental. Conversa con tu dentista acerca de tus esfuerzos para cepillarte de manera regular y el progreso que has logrado.[7]
    • Pídele a tu dentista que te indique qué puedes estar haciendo mal y cómo puedes mejorar tus hábitos de cepillado.
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    Detecta cualquier cambio en cómo te sientes. Una vez que te hayas cepillado los dientes con regularidad durante un tiempo, es probable que te sientas más seguro. Tu sonrisa y tu aliento estarán más limpios y frescos que antes. Tómate el tiempo para disfrutar de esta nueva seguridad, ya que es justo lo que necesitas para conservar este hábito nuevo.[8]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Comprender las razones para cepillarte

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    Aprende cómo el cepillado afecta tus dientes. Cuanto más te informes, es probable que te sientas más motivado. Existen muchas páginas web acerca de la importancia de una buena higiene dental. Debes buscar razones que sean personalmente convincentes para ti. Puedes utilizar alguno de los siguientes ejemplos:
    • Cepillarte los dientes a diario ayuda a prevenir la formación de caries. Este problema puede hacer que el acto de comer se vuelva doloroso y te cueste llenarte. Una caries que crece demasiado debido a la negligencia puede requerir un conducto radicular, que cuesta un promedio de 900 dólares.[9]
    • Si un diente se agrava tanto que ya no tiene salvación, es probable que su extracción sea necesaria. Al extraer un diente, la mandíbula y los dientes alrededor de ese punto se debilitan con el tiempo y el hueso sufre resorción.[10] La fuerza sobre tus dientes cambiará y desencadenará toda una serie de problemas.
    • Si tus dientes son sensibles al calor o al frío, una pasta dental para dientes sensibles puede ayudarte con este problema. Estas pastas dentales contienen minerales que ayudan a proteger los nervios en los dientes y los vuelven menos sensibles.[11]
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    Aprende los demás beneficios para la salud que presenta el cepillado. Cepillarte los dientes no solo afecta tu boca. Una buena higiene dental también se ha relacionado con otros beneficios:[12]
    • La higiene dental deficiente puede estar vinculada con enfermedades respiratorias, como la neumonía y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas enfermedades pueden ser muy graves y una buena higiene dental puede ayudar a prevenirlas.
    • Una higiene dental deficiente puede producir gingivitis. Esta enfermedad se ha relacionado con un mayor riesgo de parto prematuro en mujeres embarazadas. La periodontitis, que sigue a la gingivitis, puede vincularse a una enfermedad cardíaca, lo que genera un nivel constante de bacterias en el sistema circulatorio.
    • Las bacterias orales también se han relacionado con la artritis de rodilla y la artritis reumatoide en un estudio del año 2012.
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    Busca fotografías para compararlas. Un buen cuidado de los dientes también da como resultado una mejor sonrisa. Debes comparar las fotos de personas con dientes saludables con las de otras que han descuidado sus dientes. Es probable que la diferencia resulte un motivador excelente.[13]
    • Trata de buscar fotografías impactantes.
    • A algunas personas les pueden faltar dientes o tenerlos amarillentos, agrietados y ennegrecidos. Si no te cepillas a diario, tus dientes también podrían llegar a lucir así.
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    Sigue las recomendaciones de tu dentista. Los dentistas han visto de todo. Si tienes problemas para creer en la importancia de la higiene dental, debes consultar con tu dentista o higienista dental. Estos especialistas tienen muchos conocimientos y experiencias que compartir contigo.[14]
    • Los dentistas también cuentan con gráficos o folletos útiles que puedes llevar contigo a casa. Estos elementos pueden servirte como recordatorios de la importancia de la higiene dental.
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Consejos

  • Si olvidas cepillarte un día, no te desanimes. De hecho, debes ir a cepillarte los dientes para compensarlo en cuanto te des cuenta. No hay nada de malo en cepillarse a la mitad del día si no lo hiciste el día anterior.
  • Si vives con compañeros de cuarto o familiares, puedes imitar su rutina. Si ves que alguien se dirige al baño a cepillarse los dientes, debes hacer lo mismo después de esa persona.
  • Debes iniciar y reiniciar la rutina según sea necesario. Nunca es demasiado tarde para comenzar a cepillarte los dientes con regularidad. Incluso si sufres una recaída, siempre puedes volver a comenzar.
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Acerca de este wikiHow

Tu Anh Vu, DMD
Coescrito por:
Dentista certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Tu Anh Vu, DMD. La Dra. Tu Anh Vu es una dentista certificada por el colegio oficial que dirige su consultorio privado, Tu's Dental, en Brooklyn, Nueva York. La Dr. Vu ayuda a adultos y niños de todas las edades a superar su ansiedad con fobia a los dentistas. La Dra. Vu realizó una investigación relacionada con la búsqueda de la cura para el cáncer de sarcoma de Kaposi y presentó su investigación en la reunión Hinman en Memphis. Recibió su licenciatura en Bryn Mawr College y un doctorado en Medicina Dental en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pennsylvania. Este artículo ha sido visto 12 635 veces.
Categorías: Higiene bucal
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