A veces puede ser difícil tener que usar el baño si estás en un vestuario o en cualquier otra instalación pública. Hay varios factores que pueden hacer que orinar en un vestuario sea incómodo. Quizás haya mucha gente alrededor y sufras de un pánico escénico común. Quizás simplemente te sientes incómodo por alguna otra razón. Cualquiera que sea el problema, no estás solo. Por suerte, hay varias formas en las que te puedes sentir más cómodo.

Método 1
Método 1 de 2:
Prepararte mentalmente

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    Averigua sobre el síndrome de la vejiga tímida. Si tu miedo a usar baños públicos te dificulta salir de casa, posiblemente tengas una afección médica conocida como paruresis. Este problema que se conoce comúnmente como “vejiga tímida” se clasifica como un tipo de ansiedad general. Si el miedo te impide orinar cómodamente mientras estás en un vestuario, pregúntale al médico acerca de la paruresis.[1]
    • Además de la ansiedad, también puede haber síntomas físicos de la vejiga tímida, como el dolor persistente y la presión en la vejiga. Si te suena familiar, asegúrate de consultar con un médico. Lo mejor es recibir consejos profesionales para tratar esta afección.
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    Practica hasta lograrlo. El viejo dicho “la práctica hace al maestro” puede ayudarte a orinar con más comodidad. Cuando orines en casa, ten en cuenta el nivel de facilidad y comodidad. Luego, imagina que estás en un baño público, sintiéndote igualmente relajado. Al practicar puedes superar tu ansiedad entrenando al cerebro para que se sienta más relajado.[2]
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    Usa técnicas de relajación. También puedes probar algunos trucos comunes para aliviar tu ansiedad. Por ejemplo, cuando te prepares para orinar, respira profundamente varias veces para calmarte. También puedes usar imágenes mentales. Trata de imaginarte en otro lugar, ya sea un espacio donde sabes que estarás relajado o un lugar donde te sentirías más cómodo al orinar.[3]
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    Busca ayuda. Si este problema interfiere con tu vida diaria, es momento de hablar con un médico profesional. Una opción es hablar con un médico de cabecera para que te recete medicamentos. Hay muchas opciones para los diferentes tipos de ansiedad social. Como alternativa, puedes ver a un especialista en la salud mental. Pregúntale por las terapias cognitivas para los trastornos de ansiedad social.[4]
    • Si optas por probar una terapia, asegúrate de trabajar con un profesional que te haga sentir cómodo. Puede ser de ayuda pedirle al médico de cabecera o a un amigo que te recomiende a alguien de su confianza.
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    Ten en cuenta la etiqueta. Quizás no tengas paruresis. Quizás solo es aversión a los vestuarios. En ese caso, puedes asegurarte de conocer cuál es la etiqueta adecuada en un vestuario para tratar de sentirte más cómodo. Por ejemplo, no trates de empezar conversaciones profundas en el urinario. Asimismo, no orines en la ducha. En su mayor parte, solo usa tus buenos modales.

Método 2
Método 2 de 2:
Buscar privacidad

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    Programa tu visita. Quizás usar el vestuario sea inevitable, pero es posible que tus visitas sean más llevaderas. Por ejemplo, si tienes problemas para usar el vestuario en el gimnasio, trata de cambiar tu horario de entrenamiento. Ve más temprano en la mañana o más tarde en la noche para evitar las multitudes en el horario más concurrido. Cuantas menos personas haya en el vestuario, más probable será que te sientas cómodo.
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    Usa los retretes. No tengas miedo de usar los retretes cada vez que estés en un vestuario. Si bien no es lo mismo que estar en tu propia casa, esos cubículos pueden darte un espacio importante de privacidad. También tendrás más privacidad para usar las técnicas de relajación que has estado practicando. Solo recuerda lavarte bien las manos después de salir del cubículo, ya que podría tener gérmenes.
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    Busca un baño alternativo. Quizás el vestuario sea necesario para ducharte y cambiarte de ropa, pero eso no significa que tengas que encargarte de todos tus asuntos ahí. Lo más probable es que haya un baño alternativo en alguna otra parte del establecimiento. ¿Hay un baño “escondido”? Tal vez esté en un piso que en el que la gente no transite mucho. No tengas miedo de ir ahí para hacer tus necesidades.[5]
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    Consigue algo de espacio. Si eres hombre, la opción más higiénica y eficaz para orinar es un urinario. Si bien puede ser menos que ideal si los hombres y los niños usan los mismos baños, todavía puede servir. Colócate al final del urinario. Asegúrate de dejar una cantidad óptima de espacio físico entre tú y las demás personas. Si están haciendo fila, espera de 30 segundos a 1 minuto antes de orinar. Otros apreciarán que respetes su espacio.
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    Conviértete en un defensor. Con el creciente número de personas transgénero, los baños se han convertido en un tema político importante. Existen movimientos que se aseguran de que más establecimientos tengan baños privados y cómodos. ¡Eso podría significar cubículos más cerrados y divisores de urinarios obligatorios! Conviértete en un defensor de una mayor privacidad y usa tu voz. Por ejemplo, escríbele a un congresista o a la dirección del gimnasio que frecuentas. ¡Ellos podrían resolver el problema por ti![6]

Consejos

  • No te avergüences. ¡Este problema es común!
  • Recuerda que orinar es una función totalmente natural. Que te escuchen incidentalmente mientras estás dentro de un cubículo o que te vean desde atrás mientras estás parado en un urinario no es absolutamente nada por lo cual sentir vergüenza.
  • No tengas miedo de buscar consejos de un profesional médico.

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Categorías: Salud urinaria