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Todo el mundo necesita saber qué hacer en caso de una hemorragia. En general las hemorragias internas deben ser asistidas por un profesional de la salud, mientras que las hemorragias externas pueden ser controladas por uno mismo, dependiendo de la gravedad de la situación. Las hemorragias pueden ser causadas por la ruptura de capilares, venas o arterias debido a una contusión o corte. Sigue leyendo y descubrirás métodos eficaces para ayudarte a detener una hemorragia externa.
Pasos
Método 1
Método 1 de 1:Determina el tipo de hemorragia y detenerla si es hemorragia externa
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1Determina el tipo de hemorragia a tratar. Existen tres tipos diferentes:
- Hemorragia externa por herida abierta, donde el sangrado fluye hacia el exterior del cuerpo.
- Hemorragia externa por orificios naturales del cuerpo, donde el sangrado se visualiza en las heces, la orina, el vómito o la vagina.
- Hemorragia interna, donde el sangrado se produce dentro del cuerpo.
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2Mantén la calma. La persona que sufre la hemorragia puede asustarse aún más si te ve nervioso.
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3Realiza presión directamente sobre la herida. Presiona de manera tal de que no quede espacio por donde pueda continuar la hemorragia. Si la herida se encuentra en un miembro, es aconsejable levantar el miembro afectado y presionar la herida con la mano.
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4Utiliza un apósito o un trozo de tela limpia. Sigue presionando la herida con una gasa hasta que la hemorragia cese. No es aconsejable el uso de algodón o superficies que se peguen a la herida.
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5Limpia el área. Debes limpiar la herida de la suciedad visible, o en lo posible el área alrededor de ella, con gasa esterilizada. Nunca utilices una tela o trapo sucio para limpiar ya que se puede originar una infección.
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6Trata a la persona como en estado de shock si fuese necesario. Coloca a la persona recostada en el suelo, pon una frazada y levanta sus pies para poder mejorar la circulación, a una altura de 20 o 30 cm del suelo. Cubre a la persona con una frazada para mantener la temperatura corporal.
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7Realiza un vendaje firme. Aprieta el vendaje sobre la herida de tal manera que la hemorragia se detenga.
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8Identifica el tipo de sangrado. Dependiendo de que se trate de una arteria o de una vena abierta, es el paso siguiente que debes realizar.
- En hemorragias de arterias abiertas el flujo de sangre es intermitente, tiene mucha presión y el color rojo es vivo y brillante. En este caso, luego de ejercer presión sobre la herida, debes recurrir al centro de salud más cercano o llamar por asistencia médica.
- En hemorragias de venas abiertas el flujo de sangre es continuo y el color es rojo oscuro. Puede ser controlado más fácilmente, pero es recomendable que la persona que sufrió la lesión se haga un control médico a la brevedad.
- En hemorragias de capilares el flujo de sangre es escaso y se visualiza a través de puntos pequeños. Es totalmente controlable.
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9Detén la hemorragia y busca ayuda. Las razones que pueden producir una hemorragia son múltiples. Ya sea que se produjo un corte o un golpe, o que el sangrado comenzó sin aviso alguno, todo puede tener consecuencias futuras. Una vez parada la hemorragia, es necesario enviar a la persona a un centro especializado para su manejo.
Consejos
- Actúa rápidamente, puesto que una hemorragia con mayor dimensión de la normal, no puede ser manejada ambulatoriamente, esta puede complicarse con procesos infecciosos, que uno debe evitar, para ello es necesario remitir al paciente evitando que continúe la hemorragia.
- No quites el vendaje para ver si la hemorragia a parado. Por el contrario, debes seguir ejerciendo presión sobre la herida.
- Es preferible que laves tus manos antes de aplicar presión sobre alguna herida. Mejor aun si puedes utilizar guantes.
Advertencias
- Si dejas que la hemorragia continúe, puedes perder al paciente, puesto que con solo perder el 30% del volumen total de sangre, la persona puede padecer un shock hemorrágico o choque hipovolémico.
- No realices torniquetes a menos que las hemorragias sean masivas. Los torniquetes pueden causar necrosis al miembro con hemorragia, lo que conlleva a la pérdida posterior de dicho miembro.