Tal vez seas un padre o una madre nuevos abrumados por mantener la casa en orden. O quizá seas un estudiante con muchos problemas para hacer una tarea difícil. Todos tenemos un problema para el que necesitamos un poco de ayuda. Por desgracia, pedir ayuda puede parecer difícil. Quizá te sientas avergonzado o con miedo de que te rechacen. ¡No te preocupes! Cuando definas lo que necesitas, podrás expresar tu pedido de ayuda de manera cortés y organizada. Lo más probable es que alguien te dé con gusto la ayuda que necesitas.

Método 1
Método 1 de 3:
Definir el tipo de ayuda que necesitas

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    Haz una lista de lo que necesitas. Es normal sentirse abrumado en general y querer un poco de ayuda. Sin embargo, estarás mejor preparado para pedirla si puedes expresar claramente tus necesidades. Por ejemplo, quizá te hayan operado recientemente y necesites mucha ayuda con algunas cosas. Tu lista podría verse así:[1]
    • ir al supermercado
    • llevar a los niños a su cita con el odontólogo
    • sacar al perro
    • ayuda con la depresión
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    Califica el nivel de importancia de cada necesidad. Asigna un número del 1 al 10 a cada necesidad. Un 10 significa que esa tarea es esencial, mientras que un 1 significa que no es tan importante. Esto te ayudará a definir las necesidades más urgentes. Puedes empezar pidiendo ayuda para estas y luego avanzar con los siguientes puntos de la lista. Por ejemplo, es normal tener problemas de depresión después de una cirugía. Puedes calificar este caso con un 10, ya que puede afectar tu capacidad de encargarte de otras necesidades.
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    Escribe una lista de las personas que podrían ayudarte. Si bien pedir ayuda puede parecer sobrecogedor, recuerda que es muy probable que haya muchas personas en tu vida que quieran ayudarte con mucho gusto. Empieza con familiares y amigos cercanos y luego ponte a pensar en otras partes de tu red de contactos. Tu lista puede incluir lo siguiente:[2]
    • tu pareja
    • tus hermanos
    • tus hijos
    • tu mejor amigo
    • tus vecinos
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    Crisis Text Line proporciona servicios para crisis gratuito las 24 horas, los 7 días de la semana, por medio de texto. Las personas en crisis pueden enviar un mensaje de texto al 741741 para conectarse con un asesor de crisis capacitado. Han intercambiado más de 100 millones de mensajes con personas en crisis en los Estados Unidos y se están expandiendo rápidamente.
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    Recurre a tu familia y comunidad por ayuda. Un consejero de Crisis Text Line comenta: "Si tienes familiares que te apoyan, considera la posibilidad de pedirles ayuda con tareas pequeñas, que estén contigo para escucharte si sientes estrés o que incluso se tomen unas cuantas horas para ti. También aprovecha el apoyo de tu comunidad. Por ejemplo, podrían brindarte recursos tales como cuidado infantil o asistencia con la comida. Recuerda que es correcto pedir ayuda y date crédito cuando sea conveniente. Estás haciendo tu mejor esfuerzo".

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    Asigna a cada persona una necesidad específica. Ahora será hora de comparar las listas. Escoge a qué persona le pedirás ayuda para hacer cada tarea. Tal vez tu hermana sea terapeuta. Pídele algunas ideas para sobrellevar la depresión. Si tus hijos tienen la edad suficiente, pueden sacar al perro. Pídele a tu pareja que se tome un descanso en el trabajo para encargarse de llevar a los niños al odontólogo. Pregúntale a tu vecino si puede comprar algunas cosas en el supermercado la próxima vez que vaya. Escoge personas basándote en sus habilidades y su relación contigo.[3]
    • A esto se le llama “delegar tareas”. Delegar tareas a personas de confianza puede ayudar a reducir el estrés, especialmente cuando se necesita de una ayuda extra.
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    Reconoce que pedir ayuda es saludable e inteligente. Es importante recordar que pedir ayuda no es de débiles. De hecho, demuestra que tienes la fortaleza suficiente para expresar tus propias necesidades. Si no pides la ayuda que necesitas, no podrás estar en buenas condiciones para ayudar a otros. Pedir ayuda también es inteligente. Si no lo haces, tu situación podría empeorar en vez de mejorar.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Expresar tu pedido de ayuda

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    Escoge el momento correcto. No le pidas a alguien que te ayude si evidentemente está ocupado o distraído. Por ejemplo, no le pidas a tu profesor que te ayude con la tarea justo cuando va a empezar la clase. Asimismo, no le pidas consejos a tu jefe si lo ves saliendo apurado.[5]
    • Si no estás seguro de si es un buen momento o no, pregúntaselo. Puedes decirle “Me gustaría pedirle ayuda con algo. ¿Qué hora es buena para poder hablarlo?”.
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    Habla. En la mayoría de los casos, si no pides ayuda, no la recibirás. A veces las personas no saben si dar un paso adelante y ofrecer ayuda. Si necesitas algo, habla y pregunta.[6]
    • Quizá estés viajando solo en una ciudad nueva. Si estás perdido, pide direcciones. Detente en una tienda cercana o pregúntale al chofer del bus en qué parada debes bajar.
    • Tal vez te sientas vulnerable pidiendo ayuda, pero cierto grado de vulnerabilidad puede ayudarte a encontrar la ayuda que necesitas. No te sientas débil, inseguro o avergonzado por pedir ayuda.
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    Sé específico. Nadie lee la mente de nadie. En vez de decir solamente “Necesito ayuda”, expresa claramente lo que necesitas. Por ejemplo, en vez de preguntarle a tu profesor “Estoy confundido, ¿puede ayudarme?”, pregúntale “No entiendo cómo resolver la ecuación para X, ¿puede por favor mostrarme un ejercicio modelo?”.[7]
    • En vez de decirle a tu pareja “Necesito que me ayudes más con la casa”, dile “¿Podrías por favor sacar la basura y también lavar la ropa en la lavadora?”.
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    Enmarca el pedido de manera positiva. A veces es tentador querer quejarse un poco. Este puede ser un mecanismo de defensa si te sientes incómodo pidiendo ayuda, pero te ayudará más si lo preguntas de manera positiva.[8]
    • No le digas a tu colega “¡Estoy tan agobiado! ¿Podrías reemplazarme en la reunión esta tarde?”. Decirlo de esta manera implica que estás ocupado, pero que no crees que tu colega lo esté. Más bien, dile “Sé que ambos estamos ocupados, pero pareces manejar el estrés mejor que yo. ¿Tienes tiempo de tomar mi lugar en la reunión esta tarde para que pueda ponerme al día?”.
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    No te autocritiques. Nadie quiere escucharte denigrándote a ti mismo. Haz lo posible por no hablar negativamente de ti cuando pidas ayuda. Más bien, ten autoconfianza. Así tendrás más probabilidades de recibir la ayuda que necesitas.
    • Procura no decir, por ejemplo, “Soy tan estúpido. Nunca entenderé el algebra. ¿Me puedes ayudar otra vez?”. Más bien, di “Esto es complicado, pero sé que puedo hacerlo. ¿Podrías mostrarme otro ejercicio modelo?”.
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    Sé perseverante. A veces, la ayuda recibida podría no resultar como uno la esperaba, lo cual puede ser frustrante. Sin embargo, es importante no rendirse. Sigue tratando de conseguir ayuda y obtener una solución.[9]
    • Tal vez acabes de tener tu primera sesión de orientación con tu jefe y no sientas haber obtenido el tipo de consejos útiles que esperabas. En vez de cancelar la siguiente reunión, vuelve a intentarlo. Prepara una lista de preguntas específicas para hacerle.
    • Si le pediste ayuda a alguien y no lo cumplió, no tengas temor de pedírselo a otra persona. A veces, es necesario pedírselo a varias personas para lograr la ayuda que se busca.
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    Gana credibilidad ayudando a los demás. Habrá más probabilidades de que te ayuden si te conocen por ayudar a los demás. Sé reconocido como alguien servicial. Si ves a un colega con demasiadas tareas encima, ofrécete a ayudarlo. Es probable que te devuelva el favor cuando estés rendido por el cansancio.[10]
    • Si tu amigo está enfermo, ofrécete a dejarle un poco de comida. Muy probablemente recibirás el mismo trato amable cuando te encuentres en un aprieto.

Método 3
Método 3 de 3:
Aceptar la ayuda con humildad

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    Reconoce la ayuda recibida. Aunque te sientas avergonzado por haber necesitado ayuda, no finjas que nunca sucedió. Reconoce directamente que estás agradecido por lo que esa persona hizo por ti. Procura expresar tu agradecimiento al poco tiempo de recibir la ayuda.[11]
    • Si tu profesor se quedó después de clase para revisar tu ensayo contigo, dile “Gracias por quedarse. Le agradezco por su tiempo”.
    • Tal vez tu hijo adolescente hizo algunos quehaceres extra en la casa mientras estabas tarde en el trabajo. Dile “Fue muy servicial de tu parte haber empezado la cena”.
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    Sé sincero. Cuando alguien nos ayuda, es normal sentirse un poco vulnerable. Tal vez a esa persona le agrade saber que te estaba ayudando de verdad. Por ejemplo, puedes decirle “Vaya, gracias por cuidar a los niños esta noche. ¡De verdad necesitábamos una noche para salir!”. Mostrar que tu necesidad era genuina es excelente para ser sincero.
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    Explícale cómo te ayudó. Sé específico cuando le agradezcas a alguien. Dile exactamente lo que hizo por ti. Por ejemplo, puedes decirle a tu terapeuta “Gracias por esta sesión. Creo que me ha dado buenas herramientas para empezar a superar la ansiedad”.[12]
    • Puedes decirle a tu pareja “Gracias por hacer la cena esta noche. Poder descansar un rato las piernas después de un largo día en el trabajo significa mucho para mí”.

Consejos

  • Pedir ayuda no tiene nada de malo. Todos necesitamos ayuda en algún momento.
  • Asegúrate de decir “gracias”.
  • Puedes incluso enviar a esa persona un regalo o una tarjeta para expresar tu gratitud.

Acerca de este wikiHow

Laurel Schwartz, MSW
Coescrito por:
Consejera de crisis en Crisis Text Line
Este artículo fue coescrito por Laurel Schwartz, MSW. Laurel Schwartz es consejera de crisis en Crisis Text Line, una organización sin fines de lucro que ha intercambiado más de 100 millones de mensajes con personas en crisis en los Estados Unidos. Crisis Text Line proporciona apoyo de crisis gratuito, las 24 horas, los 7 días de la semana a través de mensajes de texto, y aquellos en crisis pueden enviar un mensaje de texto al 741741 para conectarse con un asesor de crisis capacitado. Laurel recibió su maestría en Trabajo Social de la Universidad de Columbia en 2019. Este artículo ha sido visto 39 578 veces.