Alguien te ha hecho mucho daño y te sientes tan triste, enojado o amargado que apenas puedes concentrarte. Cada vez que ves a esa persona (o incluso tan solo con cerrar los ojos) lo único que te viene a la mente es lo sucedido y te sumes en todos tus sentimientos de tristeza. Si quieres seguir adelante con tu vida y aprender a superar la pena, debes tomar la decisión de perdonar y olvidar. Es más fácil decirlo que hacerlo, ¿cierto? Continúa leyendo para averiguar cómo lograrlo y comprobarlo por ti mismo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Cambiar tu perspectiva

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    Deja ir el resentimiento. Si de verdad quieres perdonar a la persona que te hizo daño, debes despojarte de esos sentimientos de rencor y amargura. Deja atrás esa parte de ti que odia a dicha persona o solo le desea el mal. Si te aferras a estos sentimientos negativos, echarán a perder tu propia vida e impedirán que seas feliz. Por lo tanto, mientras más pronto comprendas que dejar atrás el resentimiento es lo correcto, mucho mejor.
    • Es cierto que te hizo mucho daño, pero si desperdicias tus energías sintiendo rencor por dicha persona, lo único que lograrás es permitirle que te siga causando más daño. Opta por el mejor camino y deja atrás esos sentimientos desagradables.
    • Es mejor si primero admites que sientes rencor en vez de negarlo. Habla de tus sentimientos con un amigo. Anótalos. Haz lo que tengas que hacer para dejarlos salir, de modo que puedas deshacerte de ellos más rápido.
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    Considera el contexto de las cosas. En el momento, podrías sentir que esa persona arruinó tu vida por completo o que te hizo sentir muy miserable. Tal vez uno de tus amigos olvidó invitarte a su fiesta o tal vez tu pareja te dijo algo hiriente en un momento de cólera. ¿Podrían haber hecho algo mucho peor? ¿Crees que lo que te hicieron realmente te hará sufrir durante varias semanas o meses? Aunque te hayan herido, lo más probable es que no sea el fin del mundo.
    • En el momento puedes sentir que se acaba el mundo, pero si te das tiempo para calmarte, verás que no es así.
    • Da un paso atrás y analiza tu vida. De seguro está llena de muchas cosas agradables. ¿Lo que te hicieron realmente es tan grave como para poner en riesgo todas esas cosas buenas?
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    Trata de ver si puedes aprender una lección de ello. Considérate como un aprendiz en vez de una víctima. Cuando alguien te ha herido lo más práctico y seguro es verte como una víctima. Pero en vez de ello, trata de ver el lado positivo de la situación y ve si realmente puedes aprender algo de dicha experiencia. Tal vez aprenderás a no ser tan confiado o a no meterte en una situación a la que tu intuición te dijo que huyeras. Incluso si te sientes herido o molesto, la situación puede influir en tus interacciones futuras y ayudarte a no salir herido mientras continúas con tu vida.
    • En el momento, es fácil pensar que dicha experiencia solo ha sido negativa. Pero si realmente analizas lo sucedido, ello puede dar lugar a algo positivo en el futuro.
    • Si aceptas que hay una lección que aprender, serás menos propenso a culpar a dicha persona por lastimarte.
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    Ponte en el lugar de la otra persona. Trata de ver la situación desde su perspectiva. Tal vez tu novia (o novio) no te dijo que se fue de viaje el fin de semana con unos amigos porque sabe que te pondrás celoso. Tal vez tu mejor amigo no te contó sobre su nueva relación porque tiene miedo que lo juzgues. Tal vez la persona que te hizo daño realmente no tuvo esa intención y se siente muy mal al respecto.
    • Recuerda que siempre hay dos lados de la historia. Es posible que te sientas como la única víctima, pero tú también podrías haber herido a dicha persona.
    • Tal vez te parezca tonto sentir pena por alguien que te causó dolor. Pero piensa en las veces que heriste a otros y realmente lamentaste tus acciones. Es probable que esa persona se sienta aún peor que tú.
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    Piensa en todas las cosas buenas que hizo por ti. Tal vez te sientes muy herido a causa de lo que te hizo tu madre, hermana, pareja o amigo, pero trata de pensar en todas las cosas buenas que hicieron por ti. Es posible que quieras dramatizar la situación y pensar que la relación fue un gran error y que cada interacción con la persona que te lastimó solo te ha traído dolor, pero raras veces se da el caso. Trata de ser más amable hacia ella recordando todas las veces en que fue un buen amigo, un excelente apoyo o un hombro sobre el cual llorar.
    • Haz una lista de todas las cosas buenas que dicha persona hizo por ti y todas las memorias que compartiste. Si es necesario, revísala cuando te sientas enojado o resentido.
    • Si has reflexionado mucho sobre todas las cosas buenas que esta persona ha hecho por ti y realmente no puedes encontrar nada, tal vez estás mejor sin ella en tu vida. Pero eso raramente sucede. Si dicha persona no hizo gran cosa por ti, no estarías tan molesto después de que te hirió, ¿cierto?
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    Considera si alguna vez lastimaste a dicha persona. Mira la otra cara de la moneda. Recuerda aquella vez cuando le dijiste a tu mejor amigo que era una persona que solo hacía lo que los demás le decían que haga o aquella vez que olvidaste por completo el cumpleaños de tu hermana y te fuiste a beber con tus amigos. Es muy probable que también hayas herido a otros en el pasado y estos hayan logrado superarlo. Las relaciones son largas y complicadas y es probable que ambos se hayan hecho daño.
    • Recuérdate cómo te sentiste después de lastimar a dicha persona y lo mucho que deseabas que te perdonaran.
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    Debes saber que el perdón alivia el estrés. Diversos estudios han demostrado que no perdonar e insistir en las injusticias que cometieron contigo en realidad puede aumentar tu presión arterial, acelerar tu ritmo cardiaco, hacer tus músculos más tensos y provocarte mucho más estrés que si intentarás perdonar a esa persona. En cambio, se ha demostrado que cultivar sentimientos de perdón hace que las personas se sientan más en paz consigo mismas y más estables emocionalmente. Así que, si quieres ser egoísta al respecto, ten en cuenta que perdonar a dicha persona te hará sentir mejor física y mentalmente. ¿Y quién no quiere eso?[1]
    • Mientras más tiempo te aferres a tus sentimientos de cólera, peor se sentirá tu cuerpo y mente. ¿Y por qué causarte ese daño?
    • No olvides que el perdón realmente es una opción. Puedes decidir empezar a perdonar y dejar de albergar todos esos sentimientos de enojo en tu cuerpo, tan pronto como lo desees. Sí, el perdón es un proceso, pero no hay necesidad de aplazarlo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Pasar a la acción

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    Date tiempo para calmarte. Incluso si tomas la decisión de empezar a perdonar desde hoy, eso no significa que debes llamar de inmediato a la persona que te lastimó para hablar de ello. Si aún estás tan enojado, herido, triste o decepcionado que apenas puedes pensar con claridad o que no te sientes en tu estado normal, es correcto tomarse algo de tiempo para pensarlo. Esta persona podría tener prisa por hablar contigo y arreglar las cosas, pero explícale con calma que estás de acuerdo en discutirlo pero que necesitas un poco más de tiempo para asimilar todo.
    • Darte un poco de tiempo para sanar de tus heridas emocionales y reflexionar puede ayudarte a averiguar qué decirle a dicha persona cuando llegue el momento de hablarle y puede evitar que te pongas muy molesto y digas algo que luego lamentarás.
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    Acepta sus disculpas. Háblale y asegúrate de que realmente lo sienta y que sus sentimientos sean genuinos. Establece contacto visual con esta persona y mira si verdaderamente es sincera y siente verdadero remordimiento por lo sucedido. Si dice que lo siente de la boca para afuera, te darás cuenta de inmediato. Una vez que veas que realmente está arrepentida, sé honesto y dile que aceptas sus disculpas si lo sientes así. Deja que hable y analiza sus palabras y si consideras que es hora de aceptar sus disculpas, entonces díselo.
    • Recuerda que hay una diferencia entre aceptar sus disculpas y perdonarlo por completo y al instante. Puedes aceptar sus disculpas y luego darte más tiempo para superarlo.
    • Si tratas de aceptar sus disculpas pero eres incapaz de hacerlo, sé honesto. Dile que quieres ser capaz de aceptar y perdonar, pero que aún no puedes hacerlo.
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    Hazle saber cómo te sientes. Háblale sobre lo mal que te hizo sentir. Comparte tu pena, sentimientos y dudas. Hazle ver lo mucho que te afectaron sus acciones y lo mucho que meditaste en ello. No hay necesidad de hablarle solo para hacerle sentir aún peor, pero si quieres desahogarte, ahora es el momento. Si solo aceptas sus disculpas y no hablas sobre lo sucedido, lo más probable es que prolongues tu enojo y amargura.
    • No es necesario que seas cruel. Simplemente di algo como “Me he sentido terriblemente mal porque…” o “Me cuesta mucho lidiar con el hecho de que…”.
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    Si es necesario, aléjate de esa persona. Puedes hablarle, compartir tus sentimientos y aceptar sus disculpas, pero eso no significa que debes actuar como si nada hubiera sucedido. Si necesitas tomarte una semana, un mes o incluso más tiempo para alejarte de dicha persona, háblale con honestidad. Dile algo como “Realmente quiero reconstruir nuestra relación, pero voy a necesitar algo de tiempo para asimilar lo sucedido”. No es malo ir a tu propio ritmo.
    • Si ha pasado un mes y aún no puedes ver a esta persona, no hay problema. Si han pasado varios meses y sigues sin ganas de verla, debes considerar si es posible o no reconstruir tu relación con dicha persona.
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    Muestra compasión. Es posible que no sientas mucha compasión por una persona que te ha hecho daño. Pero si quieres reconstruir tu relación más rápido y hacer que ambos se sientan mejor, debes mostrar compasión ante los sentimientos de esa persona. Piensa en lo mal que debe sentirse por haberte herido y reconoce que nadie es perfecto. Es probable que esté sufriendo mucho sin tu cariño y amabilidad y de seguro que eso le está afectando. Incluso si te lastimaron, debes tomar la decisión correcta y reconocer que la otra persona también la está pasando mal.
    • Al menos puedes sentir algo de pena por esa persona. No debe estar muy bien para haberte hecho tanto daño.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Olvidar la pena

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    Recupera la confianza. Debes ir poco a poco con esta persona y esforzarte por reparar la relación. Es normal que no confíes en ella de inmediato y que tengas algunas dudas sobre si pueden o no seguir siendo amigos o saliendo juntos. Toma las cosas con calma y reúnete con ella en situaciones poco tensas mientras se dan espacio para estar solos. No te confíes por completo a dicha persona y ten conversaciones menos intensas hasta que te sientas más cómodo para compartir tus sentimientos.
    • Es posible que la situación actual no sea tan genial como solía ser tu relación, pero si quieres volver a cómo eran las cosas antes de que te hirieran, debes ir poco a poco para llegar ahí.
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    Acéptalo si no puedes olvidar la pena. Lo has intentado todo. Se han tomado su tiempo de distancia. Has compartido tus sentimientos con la persona que te hirió. Has mostrado compasión y has considerado la situación desde su perspectiva. Has tratado de frecuentarla en situaciones poco tensas. Pero sin importar lo que hagas, no puedes evitar pensar en tu dolor, estar enojado con ella y dudar que puedas volver a confiar plenamente en ella. Aunque esto es desagradable, es muy natural y si no puedes superarlo, es mejor admitirlo que insistir en negar tus sentimientos.
    • A veces la pena es tan profunda que no podrás ignorarla y actuar como si nada hubiera sucedido. Ahora debes decidir: aunque no puedes olvidar el dolor, ¿serás capaz de encontrar una forma de lidiar con ello de tal manera que puedas seguir pasando tiempo con la persona que te lastimó?
    • Acéptalo si no puedes pasar tiempo con esa persona. Tal vez la herida fue tan profunda que estar con ella se siente como si reabrieran la herida una y otra vez. Si realmente no puedes superarlo, no tiene sentido esforzarte en algo que no tiene razón de ser.
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    Concentra tu energía en otra cosa. Asegúrate de tener otras cosas en mente mientras intentas reconstruir tu relación. Dedica más tiempo a correr y entrenar para la carrera del próximo mes. Trata de terminar ese cuento en el que has estado trabajando desde siempre para poder enviarlo a un concurso local. Disfruta tus interacciones con personas que no te han hecho daño. Busca algo que te haga sentir muy feliz y que puedas anhelar con ansias. De este modo pasarás menos tiempo sumido en tu dolor.
    • Tal vez un día te des cuenta de que la pena ya no está. De seguro pensaste que eso nunca pasaría, ¿verdad?
    • Mantenerte ocupado permitirá que sigas adelante y que tengas cosas positivas que anhelar. Si te das mucho tiempo para sumirte en tu pena, solo te sentirás peor y serás menos propenso a olvidar lo sucedido.
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    Saca tiempo para reflexionar. Aunque mantenerte ocupado y activo te ayudará a sanar más rápido, no debes estar tan ocupado que no tengas ni un segundo para respirar o pensar en lo sucedido. Asegúrate de tener tiempo para ti, para escribir en un diario acerca de tus sentimientos o para alejarte de tu computadora, televisión y celular con el fin de concentrarte en habitar tu propio cuerpo y mente. Estar tranquilo contigo mismo puede ayudarte a descubrir cómo te sientes realmente respecto a dicha situación. Mientras más rápido sepas lo que piensas exactamente, más rápido podrás seguir adelante.
    • Programa una cita semanal o quincenal contigo mismo en donde no tengas otra que hacer mas que pasar tiempo contigo mismo. Esto te ayudará a calmarte, pensar y deshacerte de esos sentimientos de cólera.
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    Debes saber que solo la venganza positiva vale la pena. Es posible que estés tan herido que lo único que quieres es devolverle el daño que te hizo. Sin embargo, esto solo hará que te sientas más estresado, enojado y amargado; además, eso no resolverá nada. Si realmente sientes la necesidad de buscar venganza, debes saber que la mejor venganza es simplemente vivir una vida plena y exitosa, ser feliz y no dejar que lo sucedido te perturbe. Esto podría no parecer tan tentador como abofetear a dicha persona en la cara o herirle de la misma manera que lo hizo contigo, pero al final, te sentirás mucho mejor por mantener la compostura en vez de rebajarte a su nivel.[2]
    • Simplemente vive tu vida y disfruta ser tú mismo y el hacer las cosas que amas. Si pasas todo tu tiempo tratando de hacer que la persona que te hizo daño se sienta muy mal, nunca serás capaz de seguir adelante.
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    Avanza en vez de mirar hacia atrás. Concéntrate en el futuro y en todo lo que este tiene reservado para ti, sin importar que dicha persona esté o no incluida en ello. Si lo único que haces es sumirte en el pasado y pensar en todas las formas en que te hirieron y que la vida ha sido injusta contigo, nunca serás capaz de perdonar y olvidar. En vez de ello, sé agradecido por todas las personas que cuentan en tu vida y todas las oportunidades que tienes y piensa en todas las cosas maravillosas que te esperan.
    • Enfócate en las metas que quieres alcanzar en el futuro y que harán tu vida aún mejor. Elabora un plan para cumplirlas en vez de pensar en todas las cosas que te salieron mal.
    • Sigue trabajando en ti mismo. Mejora las cosas que lo necesitan y ve lo mucho mejor que te sentirás a medida que te vuelves una persona más atenta, compasiva y equilibrada.
    • Haz decidido perdonar y olvidar y debes sentirte orgulloso de ti mismo por hacerlo, incluso si ello te lleva más tiempo del que esperabas.
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Advertencias

  • Las cargas emocionales impiden que avancemos y tengamos éxito en la vida. Por eso si dejas ir tus rencores, lo más probable es que te sientas más ligero, más feliz y más contento.
  • Es posible que necesites hacer nuevos amigos, buscar nuevos pasatiempos y pasiones para llenar los vacíos de tiempo y energía que se formaron al dejar ir la energía negativa.
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Acerca de este wikiHow

Nicolette Tura, MA
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Nicolette Tura, MA. Nicolette Tura es una experta en bienestar y fundadora de The Illuminated Body, su servicio de consultoría de bienestar y relaciones con sede en el Área de la Bahía de San Francisco. Nicolette es una maestra de yoga registrada con 500 horas de entrenamiento especializada en psicología y atención plena, especialista en ejercicio correctivo certificado por la Academia Nacional de Medicina del Deporte (NASM, por sus siglas en inglés) y experta en vida holística. Tiene una licenciatura en Sociología de la Universidad de California, Berkeley y obtuvo su maestría en Sociología en SJSU. Este artículo ha sido visto 36 069 veces.
Categorías: Salud emocional
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