Podar los rosales es estupendo para mantener su salud, y terapéutico para el jardinero que se encargue de esta tarea. Al podar los rosales, se favorece la circulación de aire, se potencia el crecimiento de nuevos brotes y la floración, y se mejora la forma de la planta. Si nunca has podado un rosal, no te preocupes, ya que es realmente complicado dañar la planta al hacerlo. Sigue leyendo para aprender la forma correcta de podar rosales.

Método 1
Método 1 de 3:
Elegir el momento adecuado para podar

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    Poda los rosales justo después de la última helada. Dependiendo de dónde vivas, la última helada puede tener lugar a final de enero, principio de febrero, o en algún momento al inicio de la primavera. Podar los rosales justo después de la última helada de la temporada es lo ideal para eliminar los tallos de las rosas enfermas o marchitas. Al esperar a que no haya riesgo de nuevas heladas, te asegurarás de que el rosal no quede dañado por las bajas temperaturas o por el hielo.
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    Pódalo cuando los capullos hayan empezado a abrirse.[1] Esto es una señal de que el arbusto está listo para ser podado. Cuando los capullos acaben de empezar a abrirse, podrás podar la planta sin riesgo de causar ningún daño.
    • Examina los tallos para detectar la aparición de nuevos brotes. Si no has visto ningún brote nuevo desde el otoño y no ves signos de que estén a punto de aparecer, espera unas semanas más antes de podar el rosal.
    • Además, lo normal es que los capullos se pongan más rojos conforme se vayan abriendo, otro signo de que el rosal está listo para ser podado.
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    Poda la planta de acuerdo al tipo de rosa. Algunos rosales se deben podar después de que florezcan, y no cuando están en periodo de inactividad. Si podas la planta en otro momento del año, lo normal es que no sufra ningún daño significativo, pero es muy probable que no consigas el resultado que buscas. Si no sabes qué variedad de rosal tienes, analiza los signos que indican el momento idóneo para podar la planta:
    • Si el rosal produce nuevos brotes durante la primavera y crecen flores de dichos brotes, es señal de que es mejor podar la planta durante su periodo de inactividad, justo cuando los capullos acaban de empezar a abrirse. Espera hasta la próxima primavera para podarlo.
    • Si las flores aparecen en los tallos antiguos en lugar de crecer de los nuevos brotes, es señal de que es mejor podar el rosal después de que florezca.[2]

Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar la técnica adecuada para podar

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    Utiliza unas tijeras curvas de mango corto y otras de mango largo. Las de mango corto son para los tallos más finos, y las de mango largo para los tallos más gruesos. Asegúrate de que las herramientas estén afiladas para hacer cortes limpios en lugar de quebrar y dañar los tallos.
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    Limpia las tijeras con alcohol antes de usarlas para podar. Límpialas de nuevo antes de pasar a otro rosal. Este paso es imprescindible para desinfectar las tijeras y evitar el contagio de enfermedades como las manchas negras de un arbusto a otro.
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    Corta formando un ángulo de 45 grados. De esta forma, el agua caerá hacia el suelo en lugar de acumularse en el corte. Esto ayudará a evitar la aparición de ciertas enfermedades y el crecimiento de moho en el rosal. La pendiente del ángulo debe inclinarse hacia el centro de la planta.[3]
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    Corta a 0,6 cm (1/4") sobre la unión del tallo principal con el brote que quede mirando hacia fuera. Esta unión aparece como una protuberancia de color rojizo en el tallo principal. Es un brote que producirá nuevas ramas con rosas. Al hacer el corte justo a la altura indicada, se redirigirá la energía de la planta hacia esas uniones, favoreciendo el crecimiento de nuevas ramas. Elige uniones que queden mirando hacia fuera para que las ramas se formen hacia fuera en lugar de crecer hacia el centro de la planta.[4]
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    Sella los cortes después de podar con cola blanca o con pegamento para madera. Esto no es totalmente necesario, pero es aconsejable si hay problemas de plagas en tu zona. Sellar los cortes ayudará a evitar la aparición de insectos que puedan comerse la planta y ciertas enfermedades que afectan a los tallos.

Método 3
Método 3 de 3:
Podar para mejorar la salud de las rosas

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    Elimina los tallos marchitos. Estos son los tallos negros y secos que ya no producen nuevos brotes. Los tallos sanos son verdes o marrones y firmes. Utiliza las tijeras de podar para cortar los tallos estropeados lo más cerca posible de la base. Si encuentras un tallo que parezca parcialmente sano, haz un corte a 0,6 cm (1/4") sobre una de las uniones.[5]
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    Poda los chupones. Los chupones son los nuevos brotes que nacen en el suelo, justo junto al rosal más viejo. Se llaman de esta forma porque absorben los nutrientes del arbusto más viejo, empeorando su salud.
    • Saca los chupones desde la base en lugar de cortarlos. Si no los eliminas desde su base, volverán a crecer más fuertes.
    • Tal vez tengas que retirar un poco de tierra para extraer el chupón desde la raíz.[6]
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    Poda los tallos finos o cruzados. También debes podar desde la base los tallos finos que parezcan débiles y los tallos cruzados hacia el centro del rosal. Estos tallos son perjudiciales para la salud del rosal, ya que dificultan la circulación del aire, además de crear un aspecto salvaje y descuidado.[7]
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    Poda el resto de los tallos sanos. Teniendo en cuenta que las nuevas ramas brotan a partir de las uniones, poda los demás tallos para darle al rosal la forma deseada. Pódalos a 0,6 cm (1/4") sobre las uniones que miren hacia fuera, de forma que las nuevas ramas crezcan en esta dirección. Poda el rosal de acuerdo a la altura a la que quieras mantenerlo.
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    Decapita el rosal. Conforme vaya avanzando la temporada de crecimiento, el rosal irá produciendo capullos que acabarán muriendo. Eliminar estos capullos se llama "decapitar el rosal", y es saludable para la planta. La energía dirigida hacia el capullo que acabaría marchitándose se redirigirá para producir nuevas flores. Corta el capullo justo sobre las cinco primeras ramas.

Consejos

  • No utilices ninguna parte del rosal para hacer compost. Las enfermedades como las manchas negras sobreviven e infectan las rosas.
  • Pasa el rastrillo después de podar y añade una nueva capa de mantillo sobre la zona. Esto ayudará a reducir el riesgo de aparición de nuevas enfermedades.
  • A veces, es necesario podar las rosas. Sé valiente y córtalas.
  • Utiliza un espray antifúngico adecuado para las rosas. Aplícalo después de podar y sellar los cortes.
  • Sella los cortes después de podar con cola blanca barata o pegamento para madera.

Advertencias

  • Si cultivas rosales antiguos, ¡no los podes! En tal caso, simplemente dales forma con cuidado y elimina los tallos estropeados o marchitos.

Cosas que necesitarás

  • Alcohol
  • Tijeras curvas de podar (las que cortan el tallo con precisión, a diferencia de las rectas, que lo quiebran)
  • Tijeras de podar con mango largo
  • Guantes de jardinería

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