La mayoría de los problemas que surgen al ponerle zapatos a un bebé están relacionados con el ajuste y el estilo de los zapatos. Si te aseguras de que el bebé use zapatos del tamaño y estilo adecuados, te resultará más fácil ponérselos y mantenerlos en sus pies.

Método 1
Método 1 de 2:
Elegir el tamaño y el estilo adecuados

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    Compra zapatos nuevos para el bebé en lugar de usar zapatos usados. La ropa de segunda mano es ideal para los bebés, ya que siempre crecen. Sin embargo, cuando se trata de zapatos, los zapatos de segunda mano pueden ser un verdadero problema. Esto se debe a que los pies del bebé están en constante crecimiento y desarrollo, y necesitan zapatos de apoyo. Los zapatos de segunda mano pueden estar rotos debido a que los usó otro bebé, y pueden causarle problemas de ajuste y comodidad a tu hijo.[1]
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    Selecciona zapatos flexibles y antideslizantes para el bebé. La mayoría de los médicos está de acuerdo en que es mejor que los bebés estén descalzos, sobre todo cuando aprenden a caminar. Sin embargo, cuando eso no sea posible debido a que está al aire libre o en una reunión donde sientes que los pies descalzos podrían no ser apropiados, opta por unos zapatos que sean suaves y flexibles para no afectar negativamente el crecimiento y desarrollo de los pies del bebé.[2]
    • Los zapatos de suela dura son malos para los bebés porque son demasiado restrictivos para los huesos, los músculos y los ligamentos subdesarrollados de los pies.
    • Si el bebé ya camina, opta por zapatos suaves y flexibles, pero elige un estilo de zapato con tracción en la parte inferior para evitar resbalones y caídas.
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    Haz que un profesional mida el pie del bebé. Incluso si no compras los zapatos en una zapatería costosa, es mejor que un empleado con la capacitación y las herramientas adecuadas te diga qué tamaño de zapato es mejor para el bebé. Puedes ir a cualquier zapatería que venda zapatos para niños y pedirle a un empleado que le mida el pie del bebé.[3]
    • Una vez que sepas cuál es la talla, puedes comparar precios en línea o en otras tiendas para encontrar un zapato que esté dentro de tu rango de precios. De esta manera, tendrás la tranquilidad de saber que elegiste el tamaño correcto.
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    Elige un zapato que sea fácil de poner, pero difícil de quitar. Las correas de velcro ajustables son excelentes opciones para los zapatos de bebé, ya que son fáciles de poner y ajustar, pero difíciles de aflojar o quitar para un niño pequeño. Es probable que el bebé se quite los zapatos sin cordones tan pronto como lo dejes sin supervisión o lo abroches en el asiento del automóvil.[4]
    • Busca siempre zapatos que tengan correas ajustables para que puedas ajustarlos o aflojarlos según sea necesario, asegurando un ajuste perfecto.
    • Los zapatos altos con cordones o hebillas son una buena idea para los bebés que siempre tratan de quitárselos.[5]
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    Opta por un material transpirable para mantener los pies del bebé libres de hongos. Los zapatos de plástico no solo son demasiado rígidos para permitir que los pies crezcan adecuadamente, sino que no transpiran y puedan causar pie de atleta. Busca zapatos de malla, algodón, lona o cuero en lugar de plástico para mantener los pies del bebé en buena forma.[6]
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    Deja que los bebés mayores participen en la elección de sus propios zapatos. Si vas a comprar zapatos para un bebé mayor, permítele participar en la selección de sus zapatos para que pueda opinar sobre el color y el estilo. Si puedes hacer que el niño se emocione por usar zapatos, será más probable que los siga usando cuando no lo estés supervisando.[7]
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Método 2
Método 2 de 2:
Poner los zapatos en los pies del bebé

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    Abre los zapatos lo suficientemente anchos para deslizarlos fácilmente en el pie del bebé. Afloja las hebillas o los cordones que tengan los zapatos y asegúrate de sacar la lengüeta por completo antes de tratar de poner los pies del bebé en los zapatos. Cuanto más ancho abras los zapatos, más fácil será ponérselos si el bebé está inquieto o no coopera.
    • En el caso de los zapatos con cordones o con hebillas, tira un poco de todos los cordones para que el zapato sea más ancho. Es mucho más fácil ajustar los cordones y las hebillas que apretar el pie de un bebé en un zapato cerrado.
    • Para ensanchar zapatos sin cordones, introduce el índice y el dedo medio de una mano en el zapato, y sepáralo lo más que puedas antes de tratar de meter el pie del bebé.
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    Hazle cosquillas al bebé en la planta de su pie si está doblando sus dedos. A veces, cuando los bebés no entienden por qué tocas sus pies, naturalmente doblarán sus dedos y los pondrán rígidos. Para que el bebé se relaje y suelte los dedos de sus pies, trata de hacerle cosquillas en la planta de sus pies y convertirlo en un juego.
    • También puedes tratar de presionar suavemente la parte superior de su pie para que relaje sus dedos.
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    Desliza los pies del bebé suavemente en los zapatos. Una vez que los zapatos estén abiertos y los pies relajados, debe ser fácil deslizarlos suavemente dentro de los zapatos. Con el zapato en una mano y el pie del bebé en la otra, deslízalo suavemente dentro del zapato, con los dedos del pie primero.
    • Si el pie del bebé no se desliza suavemente dentro del zapato después de que lo hayas abierto lo más que pudiste, es posible que debas reconsiderar el tamaño o el estilo del zapato que elegiste. El pie de cada bebé es diferente y lo más importante a la hora de ponerle zapatos es que sus pies estén cómodos y sin restricciones.
    • Puedes comprar calzadores para zapatos del tamaño de un bebé si estás decidido a poner el pie del bebé en un par de zapatos rígidos para fotografías o reuniones navideñas. Simplemente no dejes el pie del bebé en el zapato por mucho tiempo, ya que será incómodo para él y malo para sus pies.
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    Abrocha el zapato y verifica que le quede bien. Una vez que los pies del bebé estén completamente adentro de los zapatos, cierra las habillas o los broces. Deben estar lo suficientemente ajustados para que los zapatos no se caigan, pero no demasiado ajustados como para lastimar al bebé.[8]
    • Aprieta la punta del zapato para asegurarte de que le queden bien. Debe haber un espacio aproximadamente del ancho del lado del pulgar entre la punta de los dedos de los pies del bebé y la punta del zapato.[9]
    • Si el bebé sigue quitándose los zapatos, verifica que le calcen correctamente. Si son demasiado grandes, será fácil para el bebé sacárselos. Si son demasiado pequeños, es posible que esté incómodo y se los quite. De cualquier manera, debes asegurarte de que el bebé se sienta cómodo con el ajuste para aumentar las posibilidades de que los mantenga puestos.[10]
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Consejos

  • Los pies de los bebés crecen rápidamente, por lo que debes esperar que la talla sea más grande cada 6 a 2 meses.
  • Si encuentras un par de zapatos que realmente te gusta, compra un segundo par de una talla más grande para que no te sorprendas cuando el par actual no le quepa más.
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Advertencias

  • No fuerces los pies del bebé para que entre en zapatos que son muy pequeños. Los huesos y los cartílagos están en constante desarrollo, y puedes dañar los pies del bebé al tratar de apretarlos en un zapato que no le queda.
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Coescrito por:
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Categorías: Bebés | Zapatos
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