En el libro de los Efesios, el apóstol Pablo crea una metáfora poderosa sobre cómo la fe puede protegernos de los ataques espirituales. Los ataques espirituales pueden manifestarse como tentación para pecar, dudar de la fe o un sentimiento de no ser lo suficientemente bueno para compartir la palabra de Dios. Pero la Biblia dice que son Satanás y sus fuerzas malignas los que los causan. Sin embargo, si te pones simbólicamente toda la armadura de Dios, podrás estar firme contra estos ataques y mantenerte fuerte en la fe.

Método 1
Método 1 de 2:
Usar la armadura de Dios

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    Cíñete el cinturón de la verdad. En Efesios 6:14, Pablo escribe: “Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad”. El cinturón es la parte de la armadura que sostiene todo, así que tu protección contra la tentación y la inseguridad empieza con el conocimiento de la verdad de Dios.[1]
    • Esto quiere decir confiar en la verdad de la palabra de Dios y Su plan para tu vida, pero también significa vivir una vida cristiana sin deshonestidad ni pecado oculto.
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    Protege tu corazón con la coraza de justicia. Efesios 6:14 continúa: “Protegidos por la coraza de justicia”. Todas las personas tienen ciertas áreas donde son más vulnerables a la tentación. Sin embargo, no tienes que ser perfecto para poder estar protegido de esa tentación. Solo tienes que confiar en la pureza de Jesús y procurar ser como Él, lo cual te fortalecerá.[2]
    • Por ejemplo, si tienes problemas con la envidia, un ataque espiritual podría manifestarse como un nuevo vecino que parece tenerlo todo. Al hacerte recordar la pureza de Cristo y su sacrificio por ti, además de las ricas bendiciones que Dios te ha dado, podrás vencer esos sentimientos de envidia.

    ¿Sabías que... En 1 Corintios 1:30, la Biblia dice que Jesús pudo redimirnos de nuestros pecados gracias a Su justicia: “Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, es decir, nuestra justificación, santificación y redención”.

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    Protege tus pies con el calzado del evangelio de la paz. Pablo continúa en el siguiente verso: “Y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” (Efesios 6:15). Deja que Dios guíe tus pies siguiendo el llamado que tiene para tu vida. Además, prepárate para levantarte y luchar contra las fuerzas del maligno que podrían tentarte a pecar o llenar tu mente con miedo y ansiedad.[3]
    • El evangelio es la palabra de Dios, pero aquí Pablo menciona específicamente “paz”. Como las armaduras sirven para prepararse para las guerras, este verso es un recordatorio poderoso de que Dios te ayudará a vencer cualquier obstáculo que afecte tu paz.
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    Usa el escudo de la fe para protegerte de los ataques espirituales. Pablo enfatiza la importancia de la fe en Efesios 6:16 cuando dice: “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno”. Las “flechas encendidas” son los ataques espirituales que podrían hacerte pecar o dudar de tu fe. Sin embargo, si le pides al Señor que fortalezca tu fe, este verso asegura que se fortalecerá tanto que será como un escudo que te protegerá de estos ataques.[4]
    • Esta fe debe ser más profunda que solo tener fe en la existencia de Dios. También tendrás que confiar en Su bondad y el plan que tiene para tu vida.
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    Ponte el casco de la salvación para proteger tu mente. Cuando uno acepta a Jesús como su Salvador, se le perdona sus pecados y tiene garantizada una vida con Dios en el Cielo. Confiar en este conocimiento protegerá tu mente de las preguntas y dudas sobre Dios, la salvación y cómo hay que seguirlo. Esto es lo que Pablo quiere decir cuando habla sobre “Y tomen el casco de la salvación” (Efesios 6:17).[5]
    • Como casi todos los pecados comienzan como un pensamiento, mantener la mente despejada y centrada puede ayudarte a seguir siendo un guerrero justo para el Señor.
    • Colosenses 3:2 refuerza este mensaje aconsejando a los creyentes a fijar sus pensamientos en objetivos celestiales: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.
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    Toma la espada del Espíritu para repeler al maligno. Pablo continúa en Efesios 6:17 diciendo: “Y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. La armadura contra los ataques espirituales no estaría completa si no tuvieras un arma. Al leer las Escrituras a diario, memorizar versos significativos para ti y pedirle a Dios que te muestre las palabras que necesitas oír, puedes protegerte del desánimo, la desesperanza y de tus propias debilidades.[6]
    • Tres de los evangelios describen el episodio cuando Jesús fue al desierto para ayunar y orar. Al final de su ayuno, se le acercó Satanás, que trató de tentarlo tres veces a pecar. En cada caso, Jesús citó las Escrituras para acallarlo.
    • Si te familiarizas con la Biblia, puedes usarla para vencer la tentación para pecar, al igual que Jesús.
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Método 2
Método 2 de 2:
Fortalecerte contra los ataques espirituales

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    Lee Efesios 6:10-20 para recordarte de la armadura cuando tengas momentos difíciles. Si bien debes acostumbrarte a leer la Biblia todos los días, si de pronto te encuentras con circunstancias difíciles o te sientes inusualmente desanimado, podría ser un signo de que estás ante un ataque espiritual. Cuando eso suceda, lee todo el pasaje donde Pablo describe toda la armadura de Dios. El pasaje podría darte el aliento que necesitas para mantenerte fuerte y recuperar tu paz.[7]
    • El pasaje empieza con: “Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor” (Efesios 6:10).
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    Ponte la armadura de Dios todos los días para anticiparte a los ataques espirituales. Para mantenerte firme ante cualquier tipo de ataque, te ayudará saber que van a venir. Si vives una vida cristiana y compartes la palabra del Evangelio, la Biblia dice que serás un blanco para Satanás que “ronda como león rugiente, buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8). Al mantenerte alerta en tu fe y ponerte la armadura de Dios todos los días, podrás usarla para permanecer firme ante el enemigo.[8]
    • Efesios 6:12 explica que los creyentes son parte de una guerra espiritual: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales”.
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    Ora sin cesar. Si bien la oración no está incluida como una de las piezas de la armadura de Dios, al final del mismo pasaje, Pablo dice: “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos” (Efesios 6:18). Al mantener una actitud de oración constante, estarás mejor equipado para enfrentar cualquier tentación, duda y otro ataque espiritual que encuentres.[9]
    • Si te cuesta y no sabes cómo orar, prueba con una oración sencilla donde le expreses a Dios tu gratitud por todo lo que ha hecho por ti, pídele que perdone tus pecados, te ayude a evitar la tentación, fortalezca tu fe y te dé sabiduría.
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    Pasa tiempo en adoración y ten comunión con otros creyentes. Si quieres fortalecerte contra la tentación de pecar, te ayudará mucho pasar tiempo con otras personas que también están centradas en el Señor. Busca una iglesia que sientas que siga a Biblia rigurosamente. Asiste a sus cultos y oportunidades de pasar tiempo con otros hijos de Dios.[10]
    • Además de fortalecer tu fe, tendrás una comunidad en la cual apoyarte para cuando tengas luchas.
    • Si hay un área de pecado con la que luchas, pídeles orientación a los líderes piadosos de tu iglesia.[11]
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Categorías: Cristianismo
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