Las alcachofas son absolutamente deliciosas, pero quizás te estés preguntando cómo se cocinan. Con sus hojas duras y puntiagudas, pueden parecer un vegetal intimidante de cocinar, pero en realidad es bastante fácil. La clave es que elijas alcachofas frescas y las prepares adecuadamente. Después, es fácil cocinarlas. Para ayudarte, este artículo reúne una lista útil de cosas que puedes hacer para que cocinar alcachofas sea pan comido.

Método 1
Método 1 de 11:
Elige las alcachofas más frescas.

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    Busca alcachofas pesadas que tengan las hojas cerradas y que emitan "chillidos". Busca alcachofas saludables y verdes y tómalas para inspeccionarlas. Las alcachofas ideales y más frescas son pesadas y no se sienten huecas. Conforme una alcachofa va envejeciendo, las hojas empiezan a abrirse y, por ende, debes conseguir una que aún tenga las hojas cerradas y firmes. Recoge una alcachofa y sujétala cerca de tu oreja. Apriétala con suavidad y escucha si percibes un chillido pequeño. Esta es una forma simple de determinar si está fresca y lista para cocinarla.[1]
    • Un color un poco morado u oscuro es completamente normal.
    • Si una alcachofa parece haberse quemado con escarcha, no hay problema. De hecho, tendrá un sabor aún mejor.
    • Asimismo, no elijas una alcachofa que esté sellada, ya que es posible que no esté madura y lista para comer. Las hojas deben estar lo suficientemente sueltas como para separarlas con los dedos.

Método 2
Método 2 de 11:
Corta el tallo y 2,5 cm (1 pulgada) de la parte superior.

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    Recorta las alcachofas para que sea más fácil cocinarlas. Con un cuchillo de cocina afilado, corta el tallo de la parte inferior de forma que la base de la alcachofa esté plana. Luego, corta las puntas de las hojas de la parte superior de la alcachofa para quitarlas y crear una superficie uniforme.[2]
    • El tallo no es comestible y, si cortas la parte superior de las hojas, esto ayuda a que las alcachofas se cocinen de manera uniforme.

Método 3
Método 3 de 11:
Recorta alrededor de 9 mm (1/3 de pulgada) de las hojas del perímetro.

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    Las puntas de las hojas exteriores son duras e incomibles. Asimismo, están más abajo que el resto, y es más difícil cortarlas al recortar la parte superior de las hojas. Con un par de tijeras de cocina, recorta los extremos de todas las hojas del perímetro de forma que estén al mismo nivel que las hojas en la parte superior de la alcachofa.[3]

Método 4
Método 4 de 11:
Enjuaga las alcachofas y separa las hojas con suavidad.

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    Ayuda a quitar la suciedad de entre las hojas con los dedos. Es muy fácil que la suciedad se quede atascada en el espacio entre las hojas de la alcachofa. Sujeta una alcachofa bajo agua corriente fría y separa con suavidad las hojas con los dedos para que el agua pueda enjuagar el polvo y la suciedad.[4]

Método 5
Método 5 de 11:
Hierve las alcachofas por entre 20 y 40 minutos como una opción simple.

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    Coloca las alcachofas en una olla con agua y deja que hierva. Después de que el agua empiece a hervir, baja el fuego para mantener la olla a fuego lento. Vigila el agua conforme las alcachofas vayan cocinándose y haz los ajustes necesarios a la temperatura de forma que el agua no vuelva a hervir por completo.[5]
    • La idea es hervir las alcachofas suavemente. Un hervor fuerte podría cocinar de más algunas partes de las alcachofas y hacer que se vuelvan pastosas.

Método 6
Método 6 de 11:
Cocínalas al vapor por entre 25 y 35 minutos como una alternativa a hervirlas.

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    Añade entre 5 y 7,5 cm (2 a 3 pulgadas) de agua a una olla y usa una cesta de vapor. Coloca las alcachofas en la cesta y deja que el agua hierva. Después de que empiece a hervir, baja el fuego para que esté a fuego lento y tapa la olla para que el vapor pueda cocinar las alcachofas.[6]
    • Intenta no abrir demasiado la tapa de forma que el vapor no escape.

Método 7
Método 7 de 11:
Cocina las alcachofas a la parrilla para darles un sabor a la brasa agradable.

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    Córtalas por la mitad y empieza con el lado plano hacia arriba. Hierve primero las alcachofas (o cocínalas al vapor). Luego, tan solo córtalas por la mitad y colócalas en una parrilla caliente por aproximadamente 4 minutos. Dales vuelta para cocinarlas por el otro lado. Después puedes comerlas arrancando las hojas y disfrutando de la parte carnosa y blanca en la base.[7]

Método 8
Método 8 de 11:
Asa las alcachofas para que queden deliciosamente saladas.

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    Hornea las alcachofas por entre 70 y 80 minutos a 220 °C (425 °F). Precalienta primero el horno y separa las hojas de las alcachofas con suavidad para aflojarlas. Rocía las alcachofas con jugo de limón y aceite de oliva y condiméntalas con sal y pimienta negra. Envuélvelas de forma ajustada con papel de aluminio, colócalas en una fuente apta para el horno y hornéalas hasta que estén listas.[8]

Método 9
Método 9 de 11:
Cocina las alcachofas en el microondas si tienes prisa.

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    Colócalas en una cazuela y cocínalas en el microondas por entre 7 y 10 minutos. Opta por una cazuela apta para el microondas y añádele aproximadamente 1/2 taza (120 ml) de agua junto con las alcachofas. Cúbrelas con film de plástico transparente con agujeros de ventilación o con la tapa de la cazuela. Cocínalas a una configuración alta de calor por entre 7 y 10 minutos y luego introduce un mondadientes en la parte inferior de la alcachofa para comprobar si está lista. Debe perforarse con facilidad.
    • Si no están listas, cocínalas en el microondas por un minuto más y luego vuelve a probarlas.
    • Asimismo, puedes añadir 1/2 cucharadita de jugo de limón y aceite de oliva a la cazuela si quieres darles más sabor.

Método 10
Método 10 de 11:
Arranca las hojas y come el extremo blanco carnoso.

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    Sumérgelas en una salsa o disfrútalas tan solo con mantequilla. Si estás listo para comer la alcachofa, solo arranca una de las hojas exteriores. Muerde la parte blanca y carnosa pequeña en la base de la hoja. Asimismo, puedes sumergirla en una salsa salada (por ejemplo, una vinagreta o un poco de mantequilla de ajo). Conforme vayas consumiendo el resto de la alcachofa, las hojas se volverán cada vez más tiernas.[9]

Método 11
Método 11 de 11:
Raspa las barbas y corta el corazón en secciones.

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    Quita las cerdas peludas y disfruta del centro sustancioso de las alcachofas. A la larga, llegarás al centro de la alcachofa, al que se le conoce como las "barbas". Raspa el centro peludo de las barbas con algo como una cuchara o un cuchillo para untar de forma que te quedes con el corazón. Córtalo en secciones y disfrútalo.[10]

Consejos

Advertencias

  • Las partes duras y fibrosas de las hojas de la alcachofa y las barbas no son comestibles y podrían constituir un riesgo de asfixia para los niños pequeños.[11]

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Categorías: Comida y diversión